39. Confianza y placer

Los sentimientos empezaban a burbujear en su pecho de una manera que no sabía cómo explicar, en teoría esto era solo sexo, rompiendo la fidelidad que creía tener a Yaroslav, pero solo sexo, al fin y al cabo, entonces ¿Por qué su percepción hacia Mark Lee, un hombre que conocía en un corto periodo de tiempo, cambiaba con tan poco?

Cuando lo sintió moverse un poco bajo su cuerpo, levantó el rostro encontrándose con la mirada perdida de Mark, con ojos que parecían cristalinos, como si no quisiera estar aquí en este momento, pero no era un tinte de decepción, más bien ¿Preocupación?

—¿Estás bien?

Dicen los libros y grandes poetas que los ojos son la ventana del alma. Si en este momento fijaba su mirada en Youngho, quizás se daría cuenta todas las cosas que pasaban en su cabeza.

"Mark...". Susurró.

¿Podría ignorarlo y hacer de cuenta como si nada hubiese pasado? Cuando tenía cada centímetro de la piel de ese ruso contra la suya, cuando sus pectorales se movían al compás en cada ciclo de la respiración, cuando olía tan bien como lo recordaba y cuando lo único que hacía era convertirse en un hombre sediento de cariño por él.

No, no sería fácil.

Cuando Stepanov movió su barbilla para que ambos se miraran fijamente, pudieron escuchar en el ambiente el gozo de la otra pareja en la habitación contigua, porque, Dios, además de que ambas puertas estuvieran abiertas como si hubiese sido a propósito, los sonidos sexuales no eran para nada disimulados. Carne contra carne chocando, un gemido agudo, gruñidos, jadeos, como un animal bruto tratando de saciarse, cosas que no podían ser indiferentes para ambos.

Y es que nada de aquello era mentira, el goce era real y no había vergüenza en disimularlo ¿Para qué?

Si pudiesen estar presentes al otro lado, la imagen sería más o menos descrita de esa forma. En el sofá que había, Shotaro estaba boca abajo con el rostro casi enterrado en el cuero, con el cuello firmemente apretado por la mano izquierda del ruso, mientras que la derecha la usaba para sujetar la corbata que ataba las muñecas del otro. Tan débil, tan entregado, su colita expuesta para recibir cada penetración que "su señor" le daba.

El sudor empapaba su piel y hacía de su cabello húmedo sobre todo en la nuca y la frente. Grisha era de todo menos piadoso y disfrutaba enterrarse profundamente en él hasta que las piernas del japonés temblaran y sus dedos se retorcieran. Las nalgas de su trasero golpearse en su entrepierna era el espectáculo más hermoso y es que la diferencia de cuerpos y dimensiones era abrumadora ¿Acaso no lo estaba aniquilando al tener sexo? Quizás, pero Shotaro amaba esto, quería ser una completa "puta" para él y mucho más cuando lo escuchaba mascullar en ruso.

Youngho se sintió hambriento de pronto, pero Mark, con una evidente erección, lo empujó para quitárselo de encima y salir de allí tomando la ropa esparcida en el suelo.

La sola idea que Mark pudiese ir a rogarle a Grisha que lo tomase de nuevo, le molestó en demasía, sin embargo, el destino de Mark no fue ese. A medida que caminaba se iba colocando la ropa y luego... ¿Se fue cerrando de un portazo la puerta principal de casa?

Regresó al subterráneo para regresar por sus cosas, aunque no pudo evitar asomarse en la otra habitación para ver a Shotaro ahora empotrado contra una pared, amando ser perforado y sostenido como una muñeca. Ambos desviaron la mirada hacia él con una sonrisa agotada y atrevida.

—¿Quieres unirte? —Kozlov besó la mejilla del japonés— a él le encantaría montarte... o a mí someterte...

Cuando la sola idea no le pareció desagradable, Youngho salió espantado de allí, vistiéndose a toda prisa y caminando hacia el auto que tenía estacionado afuera. Y, aunque entró dispuesto a encenderlo, su mirada estaba perdida en sus propias manos pensando en cómo había sido capaz de engañar a su novio. Él, quien se había molestado por lo que Grisha le hizo a Darinka, él, quien había prometido serle fiel a Yaroslav, él... quien pareció perderse cuando vio a un hombre bailando la danza del vientre.


Una semana después, 9 de junio de 2022.

Se suponía que en una semana las cosas debían cambiar, sin embargo, se volvieron insoportables para él, porque se suponía que su novio debía llegar y así hacer las cosas normales, sin embargo, Yaroslav iba a quedarse más tiempo por la salud de su abuelo y eso significaba mayor oportunidad en la que Mark podía hacer algo con él.

Bien, en realidad, él podía hacerle algo a su guardaespaldas, porque, salvo en las ocasiones en las que tenía actividades agendadas y debía llevarlo consigo mismo, no se dirigían una sola palabra.

Maldita sea, en realidad él sí hacía el intento de hablarle, pero Mark apenas lo tomaba en cuenta, se había vuelto en poco tiempo en una persona con actitudes más reservadas y realmente apenas lo observaba, como una estatua hechizada que cumplía solo con lo necesario. En los tiempos muertos cuando se encontraban en casa, se encerraba en la habitación, leía algún libro sentado en la sala de estar y hacía deporte con Gavrel y Shotaro.

Ni siquiera podía reclamarle que estaba haciendo mal su trabajo, porque le había quedado claro que era experto en seguridad, observaba a todos como un águila a punto de engullirse a una presa, se sentaba antes en el auto para ver que no tuviera algo sospechoso, aplicaba todos los protocolos que suponía eran normales.

Entonces ¿Por qué quería estrangularlo ahora en el almuerzo que compartían los 4 en su casa?

—Sí, me he comunicado con uno de ellos, Taeyong, me dice que están terminando las investigaciones en Marruecos, pero que pretenden regresar pronto a Corea, en un plazo máximo de 2 semanas... que acostumbrarse a la libertad y a una vida donde no les falta nada... es extraño.

Shotaro comía afanosamente con sus palillos del sushi que había preparado para los hermanos Stepanov y su amigo.

—Que bueno que todo vaya tornando a la normalidad ¿Sabes algo de "ellos"?

Mark sabía que el japonés se refería a Jungwoo y Lucas, pero negó con la cabeza, no había forma de comunicarse con el otro mundo para saber si resolvieron su encuentro, aunque, según lo que decía Taeyong, Jungwoo también estaba en Marruecos.

—No todas las historias se están resolviendo, a veces tengo miedo de... ya sabes.

Gavrel le dio una mirada disimulada su hermano y luego a Mark, no sabía qué deseaba esta historia o más precisamente a qué punto se debía llegar para que tuviera de vuelta sus recuerdos. ¿De verdad había olvidado todo aquello de "Mister Snow y Spiderman"? ¿Las conversaciones de amor? ¿El acoso luego que se supiera que, en el otro mundo, él era transexual?

Suspiró y miró a Youngho, este parecía querer asesinar a Mark ¿O comérselo? Tapó sus labios disimulando una sonrisa, la amnesia no podía borrar del todo las cosas.

Quizás necesitaba un poco de cliché, de ese que todos criticaban, pero bien sabían leer. Así como Mark, también estaba seguro que su vida era vendida o entregada como una historia en otra dimensión.

—Youngho, estamos en pleno verano, yo no tengo clases y tú no puedes iniciar las grabaciones de tu serie hasta que todo esto del acoso y muertes se aclare bien ¿Por qué no salimos?

Desvió los ojos a él.

—¿A dónde? ¿Acaso no crees que salir es imprudente?

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Dio un largo suspiro cuando frente a sus ojos se imponía una casa de estilo campestre, de colores exquisitos, rodeada de césped, muchos árboles y situada frente a una especie de laguna. Metros más lejos se encontraba otra casa del mismo estilo, al otro lado una cabaña para al menos 8 personas y así, todos formando una postal de ensueño.

Esto era solo una mínima parte del Club de campo Moscú, un lugar con hotel de 5 estrellas, cabañas, casas, el club de golf más antiguo de Rusia, bares, restaurantes, actividades al aire libre, deportes varios dentro de ellos el badminton, fútbol, jardines de ensueño, lagunas, etc, 120 hectáreas de un área natural protegida.

Sí, dicho como un comercial, pero la verdad era que Youngho no había tenido la oportunidad de estar en este lugar antes y la idea de su hermano de pasar un buen momento juntos aquí fue muy buena.

Les tomó unas 5 horas entre decidirse, reservar, arreglar sus cosas y tomar el viaje de 40 minutos hacia la localidad urbana de Nakhabino donde estaba el club de campo. Cuando se tenían los recursos y las facilidades para hacer planes, las cosas fluían.

Junto a Shotaro, Mark y él fueron los primeros a revisar la casa en todos sus rincones, sin cámaras, sin personas, el ambiente era apto para ser habitado. Luego de informarlo ingresaron con las pertenencias e hicieron la asignación de habitaciones, todas espaciosas.

—No puedo creer que me convencieras de estar aquí, a pesar de que no puedo grabar, aún debo estudiar el libreto... de hecho ahora mismo tengo una entrevista con un noticiero por lo que me tomará un tiempo antes de unirme a ustedes en la cena.

—Debería tomarse las cosas con calma señor Stepanov —mencionó Shotaro en el pasillo— ha trabajado tan duro...

El japonés tenía algo en su hablar que le recordaba esa noche hace 1 semana atrás, pero antes de formular incluso algún pensamiento con imágenes eróticas, el teléfono en su bolsillo sonó. Sus ojos se fueron de inmediato al rostro de Mark, pero este ya se estaba moviendo en dirección al primer piso como si hubiese leído en pantalla de quien se trataba.

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Después de 1 hora abrió la puerta de su habitación pensando que todo estaba sumido en un silencio sepulcral. Se suponía que solo había tardado un poco, no tenía mensajes de su hermano ¿Habría arruinado el ánimo? ¿Acaso no cenarían juntos en el hotel?

Youngho había aceptado venir hasta acá, pero si tenía algo agendado debía cumplir ¿Lo dejaron completamente solo? No, no podía estar solo, su hombre de seguridad debía estar en alguna parte. Por alguna razón que ni siquiera quería cuestionar, después de recordar eso se miró en el espejó más cercano para ver su apariencia, lucía relajado, aunque para nada desordenado.

Bajó la escalera y se paró en medio de la sala de estar, todo estaba iluminado, pero no había rastros de vida. Frunciendo el ceño se acercó a una mesa de centro, encontrándose una nota escrita por su hermano.

"Con Shotaro fuimos a recorrer el lugar, buscaré todas las actividades y haré todas las averiguaciones para que a partir de mañana sea un día grandioso, por cierto, para que no murieras de hambre pedí un picnic bajo las estrellas como cena... me lo agradecerás ;)".

Guardó la nota en su bolsillo y salió por la sala de estar, escuchando inmediatamente los grillos y viendo unos metros más allá la laguna rodeada de lámparas de luces como en Asia, un espectáculo realmente hermoso.

Solo descendió un poco los peldaños para ver más de esas pantallas de luces rodear un sector del césped en el "antejardín", con una manta grande, muchos platos llenos de exquisitos bocadillos, copas, cosas para beber y un hombre mirando la laguna con el ceño fruncido. Mark estaba aquí.

—Hola ¿Por qué no fuiste con los demás?

—Estoy trabajando señor, puede... comer en paz.

Puso los ojos en blanco, resopló y se sentó a su lado, tal era el poder de su mirada que Mark no tuvo otra opción que mover el rostro hacia él, lo único que se movía en ese momento era su manzana de Adán.

—Mira, Lee, me caracterizo por ser un hombre lo suficientemente honesto y puedo decirte con seguridad que has andado particularmente callado desde ese día que estuvimos en la casa de Grisha... me ignoras completamente ¿Puedes decirme la razón?

"Porque te amo y me duele no tenerte".

Tragó saliva y pestañeó un poco antes de formular una respuesta.

—Me he acostado con otros hombres ¿Qué tan importante se cree usted para creer que mi cambio de actitud se debe a usted?

—Bien...

Tomó un par de pasteles y se los metió completos a la boca mientras masticaba con fuerza y respiraba agitado, su corazón latía tan rápido que iba a colapsar. Solo giró la cabeza hacia su guarda espalda cuando este mencionó su nombre.

Mark contuvo la respiración, los labios de Youngho Stepanov manchados con crema, sus ojos rasgados y pesados, todo en él era una tentación. Quería tenerlo de vuelta, quería abrazarlo y decirle que lo había esperado desde que era un niño, quería ser feliz y este periodo de fingir que no lo conocía, le dolía mucho.

Que el ruso se lamiera los labios lentamente con su mirada aturdida, no hizo más fáciles las cosas.

—Señor ¿Está dispuesto a conversar sobre lo que sucedió hace una semana? —asintió lentamente— bien, la verdad es que, por supuesto que he cambiado mi actitud, porque no puedo comprenderlo ¿Bajo qué contexto se unió a nosotros esa noche?

Youngho descendió la mirada para sostener una copa de champaña y beberla lentamente, sus ojos iban desde la laguna hacia los ojos de ese hombre, ida y vuelta.

—Grisha me ofreció una manera de saber qué me sucede contigo... porque desde que te vi en esa gala es que no puedo dejar de pensar que hay algo que está sucediendo y no me estoy dando cuenta, porque siempre he pensado que soy un hombre fiel y muy correcto, entonces ¿Por qué quise besarte? ¿Por qué no podía dejar de desear más?

Las mejillas de Mark se encendieron, razón por la que bebió un poco de la otra copa de champaña. No había "perdida de recuerdos" que pudiesen borrar los sentimientos, pero tampoco quería perturbarlo al no poder explicarse la intensidad de estos.

—¿Y qué descubrió señor? —dijo después de beberse la copa entera— usted... tiene novio.

—Ese es el maldito problema... tengo novio ¿Por qué tengo que desear a otro si lo tengo a él?

—Entonces no le ha dicho que le fue infiel —"Yo soy tu novio, yo soy el original, eres mío, solo mío y no quiero compartirte con nadie más" pensó angustiado— no estoy pidiendo que lo deje por mí, solo que... usted no es ningún santo, si quiere seguir con una relación así es su problema, pero no se engañe, señor Stepanov, usted no ama a Yaroslav como creía.

No ¿Para qué engañarse más tiempo? No lo amaba, pero era un jodido maldito cobarde que tenía miedo de romperle el corazón por alguien que no era importante. En términos sentimentales, por supuesto que Yaroslav ganaba, aun lo seguía queriendo, era su novio, pero si decía las cosas por su nombre, la verdad era que lo había engañado y eso lo convertía en una persona aún más mala.

Terminar una relación sería una buena opción, pero...

Y tanto que se había enfadado con su mejor amigo por hacerle daño a Darinka.

Ambos solo observaban la laguna frente a ellos y las lámparas de papel que flotaban encendidas por una elegante vela en su interior.

—Observe las estrellas, respire el aire fresco del verano... esas son las cosas que realmente importan —el ruso lo miró a él, cuando escuchó su tono de voz ronco— cuando era pequeño vivía en Marruecos y observar las estrellas me ayudaba a encontrar la paz que creía no tener... a encontrar la esperanza de creer.

—¿Creer en qué? —susurró.

Mark abrazó sus rodillas, se suponía que quería mantener su postura y mantener la distancia, pero los sentimientos eran más fuertes e incluso su cerebro no parecía coordinarse con su boca. Bien, debía pensar, exponer la verdad de una manera diferente.

—Cuando era pequeño leí un cuento, de dos niños que se convirtieron en un hombres, personas que mantuvieron una amistad por 10 años a través de un papel mágico, aunque ninguno sabía que el otro venía de una dimensión diferente... se contaron sus secretos, sus angustias, pero también sus alegrías, cada uno albergó sentimientos por el otro sin conocer su rostro, su voz o su físico... en el cuento se decía que hubo una pelea grande y una separación por otros 10 años, hasta que un día el destino los reunió en la misma dimensión... y lograron amarse sin saber que se trataba de ese amigo que conocieron en la infancia... —apretó los dientes, meneó la cabeza y miró el cielo estrellado— pero fueron separados nuevamente...

Youngho veía su rostro.

—¿Creciste queriendo creer qué cosa exactamente?

—Creer que, en algún lado, también tendría una persona esperándome —suspiró— nunca terminé de leer ese cuento, solo espero que la historia tenga un buen final.

—¿Cómo se llamaba? Quizás lo encuentre y lo pueda leer para ti...

Mark sostuvo un trozo de pizza, lo mordió con calma y luego observó a su jefe. Iba a decirle que se llamaba "La mascota del ruso", pero no tenía sentido inventar un nombre y mucho menos con la misma nacionalidad de él.

"Recuérdame, recuérdame, por favor, recuérdame Mister Snow".

En la siguiente hora no hablaron absolutamente nada, ni siquiera una sola palabra, sin embargo, no fue incómodo, se habían quedado acostados boca arriba mirando esas estrellas como aquellos niños que fueron y que nunca tuvieron la oportunidad de hacer esto juntos.

—Es casi media noche, señor... ¿No deberíamos volver?

El servicio del hotel pasó a retirar todos los artículos del picnic permitiendo que ambos caminaran un poco para ingresar a la casa. El ruso recibió un mensaje de su hermano cuando cerró la puerta tras su espalda.

"Que casualidad, había una habitación disponible en el hotel y la tomaré para quedarme con Shotaro, no quiero desplazarme hasta el sector de las cabañas y las casas... no seas idiota, hermano, no hay peor ciego que el que no quiere ver... buenas noches ;) ".

No debía sorprenderle la actitud de Gavrel, porque un día en particular de pronto empezó a volverse hostil contra Yaroslav, por lo que entendía que no veía algo bueno en él, sin embargo ¿Cómo sabía que había ocurrido algo con Mark? ¿Se le notaba algo en los ojos? ¿Tenía un letrero que lo indicaba como un infiel?

Su mejor amigo había querido darle una buena probada en el encuentro sexual para que no estuviera pensando en el "que hubiera pasado sí". Pero había un problema, por supuesto que aclaraba su mente, sin embargo, quería más, quería todo, esto se estaba volviendo adictivo y esos 7 días en los que no se hablaron empeoraron las cosas.

Una vez que cepilló sus dientes se hizo todo lo que tuvo que hacer en el baño, miró por el pasillo hacia la habitación en la que se hospedaba Mark, pero no había rastro de vida ¿Tan cansado estaba?

Meneó la cabeza, cerró la puerta de su habitación y se acomodó sobre la cama boca abajo abrazando una almohada, disfrutando de la frescura de las sábanas en esta noche tan calurosa. Podía escuchar a los grillos con la ventana abierta, se suponía que esto lo ayudaría a sumirse en el sueño y... realmente estaba surtiendo efecto.

En medio de su estado somnoliento sintió la cama hundirse levemente con el peso de una persona, pero no se movió en absoluto, si fingía que dormía profundamente quizás tenía tiempo para atacar. Mierda ¡¿Dónde estaba Mark? Su estado de desesperación no duró más de 3 segundos antes de sentir un perfume conocido y un calor agradable.

—Dígame que no quiere esto y me iré de inmediato —susurraba Mark Lee contra su oreja, estaba acostado completamente sobre su espalda, dándole apenas la posibilidad de respirar— dígame que me vaya y lo haré.

Trató de moverse, pero solo pudo sentir una presión más fuerte en la zona de su trasero. Sus ojos quedaron más abiertos que nunca, perplejo... era la erección de su guarda espaldas allí ¡Allí atrás!

—Yo...

—Señor Stepanov —susurró antes de depositar un beso en su cabellera y luego en su nuca, el aludido tragó saliva mientras cerraba sus ojos— estoy cansando de fingir que no usted no me afecta.

Esta vez cuando trató de moverse no hubo impedimento, su cabeza quedó apoyada en la nuca y su cuerpo igualmente atrapado bajo el cuerpo de Mark, quien decidió que dejar sus frentes unidas era lo mejor. ¿Qué era esta necesidad que crecía entre ambos? Era más allá de excitación, era algo...

Dejó de pensar cuando Mark besó su frente, la punta de su nariz y luego se detuvo frente a sus labios como si esperara algo. Las manos de Youngho se levantaron y descansaron en su espalda como si lo estuviera abrazando, recién dándose cuenta que el muchacho estaba sin camiseta, solo con ropa interior.

Se inclinó un poco hacia arriba para besarlo y gemir en conjunto cuando sus lenguas se tocaron la una a la otra. Mark se sentía derritiéndose sobre el cuerpo de ese hombre, sus caderas acoplándose la una a la otra, rozándose lentamente. Su erección dolía de necesidad.

—¿Te afecto? —lo dijo como si le dijeran el mayor cumplido de su vida— ¿Eh?

"Desde que éramos niños" pensó.

Se sentó con cuidado sobre la entrepierna del ruso, ya podía sentirlo tan erecto como él aún bajo el pantalón deportivo, pero su atención se centró en la camiseta sin mangas que aun tenía puesta. Mierda, fue imposible no lamer su labio inferior.

No dudó más, colocó las manos en la cintura y empezó a mover la prenda, fue una actitud instantánea, tanto como la de Stepanov que se movió un poco y levantó los brazos dejando que su guarda espalda lo desnudara. Más placentero aún cuando Mark vio aquellos pectorales subir y bajar en una respiración agitada, pezones que no dudó en apretar entre sus dedos hasta que el ruso se rindiera y jadeara inquieto, pectorales que terminó cubriendo con su boca para chuparlos como si pudiera sacar algo de ellos.

—"Malchik"! —retorció sus pies.

Se pegó a su cuello y empezó a succionarlo sin importarle si quedaba una marca o no, porque necesitaba tocarlo, lamerlo, pegarse a su piel tanto como se pudiera, tenerlo dentro suyo, mezclarse con él de la manera más bruta. Los besos siguieron recorriendo todo su cuerpo, incluso la cara interna de sus brazos, aquel abdomen y aquellos vellos que hacían del camino feliz algo hermoso, un abdomen que se tensaba cada vez que Mark lo lamía y besaba o tomaba una porción de piel para morder.

Con simpleza quitó su pantalón corto deportivo junto con la ropa interior, lanzándola lejos, apreciando aquella erección levemente curva, de buen tamaño, brillante y sonrojada esperándolo.

Mark la capturó con su boca como si fuera el manjar más delicioso de todos los tiempos, dejando que Stepanov mascullara y maldijera en ruso cuando sujetaba su cabeza por la cabellera y su cadera se moviera por instinto para follarle la boca, tan suave, húmeda y agradable.

Cualquiera que pudiera apreciar semejante escena, escucharía el sonido húmedo de las felaciones, de una cama retorcerse y los jadeos constantes que emitía desde lo profundo de su pecho.

—Mark...

A este siempre le había parecido agradable la manera de hablar de Youngho, porque su acento ruso era tan fuerte que... bien, lo excitaba todo el tiempo, solo que a veces podía disimularlo.

Ahora no era parte de esas veces.

Lo abarcó tanto como pudo hasta que haciendo un sonido "pop" lo soltó y se sentó en la cama para observarlo desafiante.

—¿Sucede algo?

Se quitó la ropa interior quedando tan desnudo como el ruso, su mirada seguía en Youngho, solo que descendía a momentos e inclinaba la cabeza como si analizara la situación.

—Quiero hacer algo —murmuró una vez que estuvo con los labios pegados a los suyos— solo le pido que cierre los ojos y confíe en mí.

Se dejó llevar por el beso lento, la calidez de sus labios mezclados, sus lenguas tomándose y sus narices rozándose. ¿Por qué razón en este momento sentía que podía darle todo lo que le pidiera?

Mantuvo los ojos cerrados sintiendo nuevamente sus besos, pero esta vez esa boca no tomó su miembro, se dirigió a la cara interna de su muslo derecho, besándolo con ternura, lo mismo con el muslo izquierdo. En ese momento entendió a dónde podía ir la cosa, pero lejos de alarmarse, se relajó, su cuerpo traicionero entregándose completamente a su hombre de seguridad ¡¿Por qué tenía que ser así?!

Los besos de Mark llegaron por sus rodillas hasta los tobillos, se situó entre sus piernas para luego tirar suavemente de sus caderas y acercarlo a él. Abrió los ojos inmediatamente, sus piernas estaban tan separadas que nunca supo cuando lo hizo, solo que tenía el ángulo perfecto para que él accediera donde quisiera e hiciera todo lo que pensaba.

—"Uhibuk kthyraan ya habibi... lays ladayk 'adnaa fikrat ean madaa aishtiaqi lak".

"Te amo tanto, mi amor, no tienes idea de lo mucho que te extraño". En árabe, para proteger sus sentimientos.

Se inclinó hacia un costado para alcanzar un poco de la vaselina que había traído, porque Mark sabía que no iba soportar más tiempo no acostándose con el hombre que amaba. Tomó una gran porción en sus dedos y la repasó en su apertura anal para masajearlo, el efecto anestésico y dilatador era rápido.

Se tomó su tiempo en prepararlo y ver las emociones que pintaban su rostro, pero su erección estaba volviéndose loca y la imagen de aquel hombre tan alto, acostado, sudando, jadeando y con las piernas abiertas como mariposa para él, no ayudaban en nada a mantenerse quieto.

De a poco fue entrando, sabiendo que, para el Youngho con amnesia, esta era su "primera vez" siendo penetrado, por lo que la mesura era su lema.

Dios... Mo... molesta un poco.

—Prometo ser gentil, señor.

El ruso quería cerrar los ojos, pero estaba congelado observando el rostro húmedo de Mark Lee y como su mandíbula se tensaba a medida que entraba en él. Soltaron un jadeo casi al unísono cuando se apretó contra su trasero y se quedaba quieto para acostumbrarlo a la invasión.

De esa calma, minutos después, no quedaba nada. Las luces estaban apagadas haciendo el ambiente más íntimo, la idea de que estaba siendo follado por su guarda espalda en la penumbra, con todo Rusia sin saberlo, le excitaba.

Mark ya no era gentil, lo había tenido en cuatro jodiéndole desde atrás como quien golpea repetidamente algo, había mordido las nalgas de su trasero antes de volver a penetrarlo, pero ahora era la posición era distinta.

Mark estaba sentado en la cama apoyando la espalda sobre cómodas almohadas y Youngho estaba sentado en su erección, subiendo y bajando con cuidado buscando su propio placer ¿Cómo podía verse dominante de esta manera incluso si estaba tomando por culo? Stepanov lo hacía, él dirigía las penetraciones, él observaba con los ojos entrecerrados pareciendo como si fuera a ahorcarlo en cualquier momento, tan matón, tan... oligarca como en su vida de la otra dimensión.

Era difícil no tocar perdido esos pectorales y abdominales, no soltar maldiciones en todos los idiomas que hablaba.

La expresión de "Youngho se volvió una completa puta por su miembro" sonaba tan acorde a lo que veía, el ruso tenía las manos apoyadas en el respaldo de la cama y Mark sobre sus caderas. Esa pobre cama estaba por romperse, esa pobre cama sostenía a dos hombres jodiéndose como animales, sudando, gimiendo, comiéndose la boca a besos.

El mayor, cuando se rompía en su orgasmo, derramo el semen sobre el abdomen de Mark y unas gotas en su rostro, desplomándose encima para que este otro pudiera darle las últimas estocadas y lo llenara por dentro cuando se corría compulsivamente.

Terminaron abrazados, sudando y jadeando.

De pronto, el ruso rompió el silencio, sin separarse de él.

—Un día leeré ese libro y te contaré la verdad —dijo Youngho con el corazón apretado, sin saber la razón— sabremos si ese cuento del amor Inter dimensional, tiene un buen final. 

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Nota autora:

Nos estamos acercando a los capítulos finales :'(

Después de casi 1 mes subo de nuevo, quienes leyeron mi muro sabrán que falleció alguien de mi familia, además estaba colapsando en el trabajo (trabajo en clínica psiquiátrica), pero ya estoy mejor :)

Gracias por esperarme.


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