32. Desesperación

Esa noche en la que llegaron de improviso en la madrugada, Youngho decidió que podían dormir en la habitación de invitados y, aunque no estaba de acuerdo que Grisha trajera a una persona con la que parecía estar enlazada fuera de la relación con su actual novia, los dejó en la misma cama, después de todo él no era el mejor ejemplo de moral rusa.

—Buenos días Grisha —el adolescente caminó hacia él y lo abrazó por la espalda, hundiendo la cara en la camiseta que llevaba puesta, no podía ver su rostro, pero podía apostar que el mayor estaba sonriendo— no saben lo seguro que me hacen sentir con que estén con nosotros.

Grisha, que cocinaba el desayuno para los demás, se volteó a mirarlo de pies a cabeza, sonriendo con los labios sellados, sintiendo su pecho inflarse de orgullo al ver el nuevo aspecto de Gavrel. No era tan diferente de cómo era antes, porque seguía con un precioso rostro de muñeca fina, solo que su tono de voz era más profundo y su complexión más gruesa, incluso era solo 5 a 6 centímetros más bajo que él ¡Y solo tenía 15 años!

Estaba seguro que en el otro mundo, su alma fue enviada al cuerpo incorrecto, pero el destino aquí quiso obsequiarle el aspecto que siempre debió tener, sin, obviamente, invalidar la lucha de las personas transgénero y toda la gama de personas que constituían el colectivo LGBT+.

—Youngho salió temprano a trabajar, creo que ¿Actualmente está rodando una serie para Netflix?

—Lo está, al menos es lo que he visto en internet... esta situación es compleja ¿No lo crees? Allá afuera hay personas que saben más de él que yo mismo, me... enfurece —se sentó en un taburete al lado de Shotaro, quien lo observaba con cariño— bueno, Grisha, Taro, creo que es el momento para hablar sobre lo que debemos hacer, las cosas no volverán a ser lo de antes si falta Mark... mierda, realmente nos ocultó todo este tiempo que era un viajero interdimensional.

Los días previos a la llegada de ellos, el adolescente se mantuvo con un ánimo inestable y no hablaba mucho, solo se dedicaba a pasar la mayor parte del tiempo averiguando cosas sobre la nueva realidad que estaban viviendo.

Incluso sabía que se estaba saltando la escuela, pero le pidió a su hermano justificarlo por al menos dos semanas, luego se pondría al día ¿Cómo podía ir si debía averiguar con quienes se rodeaba?

Una vez que el desayuno estuvo listo, Grisha se sentó junto a ellos para escuchar las distintas ideas del adolescente, algunas más descabelladas que otras, pero todas con un hilo en común que él estaba de acuerdo, jugar con la parte peligrosa de la vida.

—Si las reglas de este mundo y esta "Rusia" siguen siendo iguales a la de nuestro universo, puedo armar un plan de la nada, puedo formar contactos de la nada, llevo años trabajando en el área de seguridad, incluso conozco lo suficiente la Deep web para saber cuan retorcido es la existencia humana...

—Hubiera sido una gema en la división policial, señor Kozlov —murmuró Shotaro con los ojos llenos de entusiasmo.

El ruso le dio una mirada rápida y luego lo ignoró, porque se excitaba escuchándolo hablar con tanto honorífico como si le otorgara el poder o algo así, y, demonios, debía concentrarse.

Gavrel tipeó algo en su teléfono y luego las emociones en su rostro cambiaron, no sabía si reír o llorar.

"¿Qué sucedió?" dijeron de inmediato.

—Bien, pues... sé que tuviste tiempo para averiguar de Youngho y lo que era, pero ¿Te pusiste a averiguar sobre el tipo de vida que el destino te otorgó en este universo? —negó— bien, evidentemente el destino quiere que tengas un rol importante en rescatar a Mark, mira...

Movió el teléfono sobre la superficie de mármol de la isla de la cocina y dejó que el mayor leyera una de las tantas conversaciones que supuestamente tuvieron en un chat grupal. Allí estaba Grisha negándole la información a su mejor amigo sobre el viaje que estaba realizando, mientras Gavrel les decía que lo dejaran dormir, luego Grisha le decía que estaba cansado de repetir que no podía dar detalles pero que se encargaba de salvar al mundo.

—Es increíble lo que puede hacer un cambio de realidad, nunca escribí esto y sin embargo allí está, como el mejor de las coartadas... —frunció el ceño— haré mis averiguaciones sobre a qué me refería y te diré... solo que, no me tomará más de un día en idearlo todo, estoy acostumbrado a hacerlo y cuando eso suceda te diré cómo nos puedes ayudar, pero no quiero involucrar a Youngho, no podemos perturbar lo que él cree que es normal...

—Si algo aprendimos de todo esto es que nunca debemos forzar las cosas —acotó el japonés— hagamos las cosas con inteligencia para que nadie salga herido y luego, cuando tengamos a Mark de vuelta, idearemos otro plan para que el señor Stepanov lo adopte en su corazón.

Terminaron el desayuno hablando sobre cualquier cosa, con las lágrimas en los ojos de Gavrel viéndolos como siempre debió ser. Todo esto sería difícil y estaba dispuesto a vivir una nueva vida aquí, conociendo a nuevas personas, todo lo necesario con tal de que su hermano estuviera vivo y sano, viviendo una vida lejos del peligro y la responsabilidad de ser un oligarca.

Después de eso y con la promesa que lo llamaría apenas tuviera un plan, el ruso y el japonés salieron de la casa en dirección hacia la dirección que le pertenecía a Kozlov, tomando un taxi y observando a su alrededor.

Moscú era igual que en el otro universo, quizás unos edificios podían estar en otra dirección, pero seguía siendo prácticamente lo mismo, nada extraño como que el cielo fuese verde o las hojas de los árboles de un violeta neón, todo era tan... ruso, que le daba seguridad para idear lo que pasaba en su cabeza.

Al llegar al lugar, Grisha introdujo la clave de seguridad que tenía la puerta. Esta se abrió, haciéndose a un lado para que Shotaro pudiera entrar.

—No entiendo la razón por la cual tienen una vida pre configurada en este universo, y con Mark no pudimos encontrar información desde antes de los 17 años en el nuestro...

El ruso lo observó un par de segundos, pensando en lo bonito que se veía o lo adorable que era su voz con ese acento asiático cuando se comunicaba con él en ruso. El deseo bruto y torpe llegó a quemar el pecho del mayor, podía tomarlo allí en el exquisito sofá en forma de L, o simplemente empotrarlo contra una pared y aprovechar cada segundo contra su superficie en agradecimiento al destino por hacer la transmigración un éxito, sin embargo, los pasos en la escalera lo hicieron girar inmediatamente.

—¡Amor! —una mujer de cabello rubio con ondas naturales que caían en sus hombros, con ojos tan claros como el cielo celeste, con un atuendo tan casual, pero perfecto para primavera, aparecía allí— no sabía dónde te habías metido.

No le dio tiempo para responder, la mujer lo abrazó por el cuello y depositó un beso en sus labios bajo la estupefacción absoluta de Kozlov.

—Pasé la noche en la casa de Youngho.

—Hubiera sido muy divertido una noche de parejas, tú, yo, mi hermano y él... —se volteó hacia el hombre de ojos rasgados que le igualaba en altura— lo siento, no te vi... hola, no te había visto antes por aquí.

Grisha iba a intervenir, comprendiendo de quien se podía tratar ella, pero Shotaro fue más rápido e inclinó su cuerpo con recato. Su ruso era fluido.

—Hola, soy Shotaro Osaki, un colega de su novio, estábamos hablando algunos asuntos.

—Hola, Shotaro, Grisha no suele hablar de su trabajo, insiste que trabaja para el gobierno, e incluso a mí, su novia, me oculta lo que es... mientras no seas un traficante o mafioso, todo bien... ¿Te quedarás a almorzar?

Aunque había escuchado de la boca de Lucas que aquí en este mundo las personas no se clasificaban en heterosexual, gay o ese tipo de cosas, le parecía nefasto que el destino escribiera su historia como alguien que gustaba de las mujeres solamente. Se sintió miserable observando la escena sin saber qué decir, pero se sintió peor cuando el japonés parecía tan cómodo actuando. ¿Estaba fingiendo? ¿Realmente no le importaba en absoluto que esta mujer le diera un beso? ¡¿Nada?!

—No, la verdad es que no tengo tiempo... señor Kozlov —lo miró, sus ojos rasgados brillaban— estaremos al tanto de lo que pueda suceder, ya sabe... solo estoy a una llamada de distancia.

—Shotaro —murmuró— yo... —giró a ver a la supuesta "novia" de este universo, a su mente llegó un nombre femenino ¿Sería el de ella? — Darinka, vuelo enseguida.

Empujó al japonés del codo y lo llevó fuera de la puerta, incluso prefería hablar en coreano, una lengua que ambos entendieran para que la otra chica no oyera nada desde adentro.

—¿Qué demonios haces? "Malchik" ... tienes que quedarte conmigo.

—En este mundo usted tiene una novia y yo no estaré entremedio viendo como le pertenece a una mujer —levantó una ceja mientras hablaba, no parecía gustarle nada— aproveche la oportunidad y averigüe sobre su propia vida... mientras tanto yo haré lo mismo con la mía, me quedaré en un hotel e investigaré, cuando tenga una respuesta lo llamaré, si queremos salvar a Mark, hay que pensar frío.

El ruso pestañeaba aturdido.

—¿En serio vas a dejarme con esa mujer? ¿No te importa que tenga a una mujer tras de mí?

El japonés levantó un poco el rostro, la diferencia entre ambos era fascinante.

—¿Y cómo podría reclamarle, señor Kozlov? Que yo sepa, ni aquí ni en nuestro universo, usted me ha hecho su novio... hasta pronto.

La sensación de vacío fue desesperante, la figura menuda de ese hombre caminando de vuelta a la calle principal y tomando un taxi se sintió como una traición, como si alguien dejara a su suerte a alguien para que luchara contra algo desconocido. Todo había pasado tan rápido que apenas podía entenderlo. ¿Shotaro se había enfadado por el beso o realmente estaba ideando algo? O... ¿Ambas cosas?

Y aunque no le agradaba su aparente indiferencia, las palabras que habían dicho eran ciertas, ambos no se habían convertido en una pareja, nunca se lo propuso tampoco.

Miró hacia la entrada de la casa y suspiró molesto, su nueva vida le había regalado una novia que no deseaba, pero también la oportunidad perfecta para averiguar sobre su vida en este universo y enterarse en qué mierda trabajaba. Bien, podía fingir cariño, pero no una erección. Esta podía ser una difícil misión.


Una semana después, viernes 15 de abril 2022, Merzouga, Marruecos.

Y aunque estuvo a punto de caer de bruces al suelo, el hombre que evidentemente no era marroquí, lo ayudó a no golpearse.

"Lo lamento mucho" "muchas gracias" y otro tipo de cosas eran las clásicas respuestas que daban, no se enorgullecía, pero el vivir 2 semanas con las personas de la comunidad le ayudaban a comprender porque robar en este caso era una necesidad.

Después de que el turista siguió su camino con el grupo, Mark revisó la billetera que tenía y los cientos de billetes marroquíes que guardaba. Lanzó lo demás al suelo en un lugar de la calle donde estaba seguro que el hombre investigaría para encontrar sus pertenencias.

Luego de guardar el dinero, corrió tan lejos como pudo y se mezcló con las personas, vestido como todos y con el rostro cubierto con un velo, nadie prestaría demasiada atención a sus ojos rasgados. Fue así que se acercó a una tienda abandonada donde Jungwoo, Taeyong y Ten estaban escondidos contando el dinero que había reunido. En Merzouga merodeaban los turistas con dinero que emprenderían los famosos viajes en camello por el desierto del Sahara.

—Mi corazón late tan rápido, esto es una locura, hace tanto tiempo no robaba.

—Es hora de comprar víveres y volver a casa.

Con el sigilo de una serpiente, uno a uno fueron saliendo, incluso se habían cambiado la ropa para que nadie los identificara.

Caminaron por la calle principal del pequeño pueblo, cuando Mark divisó una columna de humo en el horizonte tan negra como la maldad misma, y, aunque quiso ignorarlo, la corazonada lo llevó a empujar el costado de Jungwoo y señalarle el humo de un aparente incendio.

—¿Crees que una de las tiendas que ponen los complejos turísticos, se haya incendiado?

—Es demasiado grande... demasiado grande para ser eso —sus amigos lo miraron— ¿Chicos?

—En esa dirección está... nuestro hogar —murmuró Taeyong.

La semana que había pasado hizo que las cosas entre los altos mandos de la comunidad se pusieran tensas, sin embargo y luego de conversar bien, habían llegado al acuerdo que empezarían a planear algo para tener un mejor estilo de vida, lo que, sin duda, podía significar el fin de "el circo de las almas". ¿Recurrir a alguna embajada? ¿Cambiarse a las ciudades grandes de Marruecos y encontrar trabajo?

El mal presentimiento se apoderó de Jungwoo y los demás, quienes corrieron donde tenían los camellos. Ni compras ni otras cosas, las órdenes para los camélidos fueron claras y, como si ellos también tuvieron un sentido de intuición, cabalgaron tan rápido como pudieron, con cada metro que avanzaban, cada vez se sentían más mal.

8 kilómetros, media hora en una cabalgata rápida, la columna de humo estaba creciendo devorando lo que fuese que estaba consumiendo.

Cuando bajaron una duna de arena pequeña, a Mark se le desfiguró el rostro, porque el incendio estaba quemando precisamente la casa que con tanto esfuerzo Jungwoo y los demás forjaron con el paso de los años. Todos dieron un grito, los camellos cabalgaron aún más rápido y aunque se acercaron lo suficiente a la casa, se detuvieron en seco por temor a sufrir quemaduras.

—¡Los niños! Busquen a Jeno y Jaemin —eran los menores— ¡Busquen a los demás!

Mojaron sus ropas en el pozo y se metieron de lleno buscando algún indicio de vida, pero todo era un desastre, lo que era madera había sido consumido, los animales que habían criado eran historia. Mark se agachó para sostener lo que parecía ser un artefacto que había explotado. Esto no era un accidente, alguien había causado el incendio ¡¿Pero los demás?!

Taeyong llamó a los demás, nadie respondía, ni Abdil, ni nadie, pero fue el grito de Ten quien hizo que todos levantaran sus rostros y se corrieran en su dirección.

Había una pila de cuerpos consumiéndose, alrededor de 10, y aunque hicieron el esfuerzo de apagar el fuego como pudieron, la muerte ya había alcanzado a esas personas.

—Esto... no puede estar pasando ¡No puede estar pasando!

Cada una de las personas que integraban a este hogar, fueron rescatados de hombres que habían intentado secuestrarlos, de familias que los habían abandonado o de alguien que escapaba para mantenerse vivo lejos de un hogar peligroso. Sus vidas acabaron por el odio del ser humano así, sin más. Se habían convertido en su familia, su sentido de vida, el único motivo para mantener en pie esto, la única razón por la que había creado literalmente un circo que paseaba por el país para recaudar fondos.

—No hay signos de niños —susurró Mark— no hay cuerpos en el pozo flotando...

Miró hacia el horizonte, creyendo haber visto al hombre del desierto llamado Kun, con lágrimas en los ojos, pero todo fue muy rápido y lo que vio venir hacia ellos desde el horizonte fue otra cosa.

Jungwoo, que lloraba desesperado sosteniendo su rostro, Taeyong, que miraba perdido hacia todas partes y Ten, que intentaba apagar inútilmente las llamas, todos ellos miraron en la misma dirección.

Un grupo de al menos 7 hombres se acercaban a ellos en caballo o en vehículos en mal estado, pero con armas de grueso calibre como si en cualquier momento disparasen a sus cabezas. Sus pieles morenas, sus barbas largas, algunos tenían rostros cubiertos, a otros no les importaba nada.

—¡Al suelo malditas ratas! ¡Al suelo!

Ten fue el primero en hacer caso, colocando las manos tras su cabeza y sentándose sobre sus rodillas sin levantar la vista. Luego lo siguió Taeyong a quien las lágrimas empapaban sus mejillas.

"Haz caso Jungwoo, haz caso" dijo Mark en coreano, sabiendo que ellos jamás dejaron de hablar aquel idioma para no olvidar lo único que los ligaba a sus raíces.

Aquel hombre, que lloraba, prácticamente fue obligado por uno de los "enemigos" para ponerse boca abajo contra el suelo y las manos tras su espalda, todos apuntaban a sus cabezas. Año tras año luchando por escapar de quienes querían hacerles daño por robar o salvar a personas, ahora tomaban venganza sometiéndolos de cualquier manera.

Mark era el único que los estaba observando con las manos tras su nuca.

—Su maldito juego acabó, ya no hay niños ni personas que defender —se río uno de ellos, observando el fuego que consumía lo poco que quedaba y la columna de humo, ni siquiera las plantas o lo que habían logrado cultivar, se salvó— ¿Y tú eres?

Podía reconocer ese acento como alguien de los "barrios bajos".

Mark que, a diferencia de sus amigos, se había enfrentado como policía a personas realmente peligrosas, había estado en una misión en un país salvándole el culo a Youngho, había hecho negocios con traficantes. Y, aunque quería llorar por todo lo que estaba pasando, aunque sentía un profundo dolor por todo lo que le habían arruinado a su amigo, se tragó todo y fingió como tantas veces lo hizo.

—Soy la persona que dirigía todo esto a escondidas, mi nombre es Mark Lee.

Tomaron su cabeza por un mechón de cabello y lo abofetearon un par de veces. Podía soportar el dolor, podía hacerlo, debía hacerlo. Jungwoo gritó su nombre, pero a este también le propinaron un golpe en el abdomen.

—Bien, bien... Mark Lee, a ti y tus amiguitos les hemos seguido el paso por muchos años, creyeron que arruinando nuestros negocios podían salvarles el culo a otras personas, pero como lo ves... quemamos a sus personas y aunque vamos a matarlos más tarde, primero nos divertiremos con ustedes.

Los ataron de manos y pies, luego fueron lanzados a un camión como si se trataran de cadáveres, sin una sola posibilidad de darle al menos entierro a las personas que crecieron con ellos o que encontraron en el camino. A pesar de todo, Jungwoo lloraba desesperado como un niño, mientras que Taeyong se retorcía en su lugar y que Ten observaba una mancha cercana a él.

Mark por su parte, que sentía parte del sol abrazador quemar su piel, tenía su mente andando a mil por hora con todas las posibilidades de escapar de esto. Todo había sido muy rápido, desde que vieron el incendio, llegaron, que encontraron los cuerpos e intentaron apagar el fuego hasta la llegada de los "enemigos" de Jungwoo, no había pasado más de 1 hora y media.

El destino no lo había hecho aparecer en este punto para nada, por lo que se aferraría a la fe y en sus propias capacidades. No importaba como, pero él no moriría ahora, tenía que encontrar a Youngho y Jungwoo debía encontrarse con Lucas.

Quizás pasaron sobre un bache porque la camioneta se movió bastante como para que sus cabezas se golpearan.

Los niños, había 2 niños que no habían aparecido en el accidente por lo que solo 3 caminos pudieron haber ocurrido: 1) sus cuerpos sin vida fueron ocultos, 2) escaparon por el desierto o 3) así como el destino movía personas de un lugar a otro, quizás les dio la oportunidad de vivir en otra parte... incluso en otro universo.


Mientras tanto, Moscú, Rusia.

"Y si por mi pasara la decisión, saldría con ella".

Fue la última frase que dijo antes que el director les dijera que habían acabado la escena, con palabras de elogio para los actores, con una ronda de aplausos para todos los que habían colaborado.

Youngho saludó un poco y luego se retiró hacia la casa rodante que le pertenecía, sus pies avanzando tan rápido como puso, aquella necesidad innata de estar solo dejando que su corazón latiera, la sensación de peligro inminente y el deseo de llorar a flor de piel.

¿Era una crisis de angustia? Nunca había pasado por una, él era un hombre sano con todo lo que quería en la vida ¿Por qué, de pronto, la angustia se había pegado a su cuerpo como un parásito?

Antes de poder hacer o decir algo, vio allí a Yaroslav parado con una bandeja que cargaba frapucchinos y botanas. Se había olvidado por completo que acordaron juntarse en el lugar donde estaba rodando la serie después que este saliera de su propio trabajo como profesor de deporte.

—"Solnyshko" —susurró preocupado— pareciera como si hubieras visto a alguien que estaba muerto.

La palabra "muerte" lo hizo temblar, pero calló las voces de su cabeza, se acercó a Yaroslav y besó sus labios un poco para ver si podía calmarse. Que lástima que no funcionara por muy bueno que ambos fueran en esto.

—No lo sé, simplemente estaba rodando y empecé a... —¿Era bueno contarle este tipo de cosas? Meneó la cabeza y sonrió, después de todo era un gran actor, fingir era una de sus cualidades— bueno, no importa, lo bueno es que estás aquí... 

—Pero no puedo estar contigo mucho tiempo, mi hermana no se siente bien.

Entraron en la casa rodante y sirvieron en una mesa lo que el chico de cabello ondulado había traído. Observó los ojos claros del otro y pensó en que no era mentira sentirse afortunado de conocer a Yaroslav, realmente era el chico más guapo que había visto, pero aún así, había algo que no se sentía bien.

De pronto escuchó en su mente otra voz y otro acento, la voz de su sueño que le decía "Habib" y no pudo evitar que le doliera el estómago. ¡¿Qué demonios?!

—¿Qué le sucedió a Darinka?

—Es Grisha, dice que algo pareciera haberse roto estos días entre ambos, no lo siente tan cercano y teme que vaya a cortar su relación, digo... están a meses de contraer su matrimonio ¿Qué tan mala las cosas pueden estar?

—Puede relacionarse con su trabajo, mi amigo es muy hermético con eso, yo pienso que trabaja en algún servicio secreto o algo por el estilo, solo dale tiempo...

No le iba a decir que llegó una madrugada a su casa empapado y muy cercano a un muchacho japonés.

Después de comer y pensar en otras cosas, Youngho no pudo evitar sucumbir ante la tentación de la intimidad que le entregaba la casa rodante, por lo que terminó follando con "ricitos de oro" sabiendo que todo el equipo estaría ocupado en el set de grabación guardando sus cosas.

Y a pesar de que tuvo un orgasmo realmente placentero, el parásito de la angustia seguía en su cuerpo, sintiéndose inútil por no hacer algo, pero... ¿Qué cosa?

Después de dejar a Yaroslav en la casa de su hermana, Youngho condujo a la suya, aprovechando el momento para llamar a su mejor amigo. Pasaron como 3 tonos antes que contestara.

—¿Grisha?

—Sí, yo... realmente no puedo hablar en este momento, estoy en el trabajo.

—Nunca vas a contarme ¿Verdad? Bueno, en realidad te llamaba porque, supongo que puedo contarle a mi mejor amigo que me siento como la mierda en este momento ¿No?

Se escuchó algo tras la otra línea, un par de pasos y luego un silencio hermético donde solo la voz de ese hombre estaba presente.

—Youngho ¿Qué es lo que sucede? —su tono había cambiado a uno más conciliador, no sabía qué le sucedía a Kozlov, pero evidentemente después del "asalto" era más cálido— Youngho...

Y los ojos rasgados del otro se llenaron de lágrimas, la angustia que se había pegado ahora era liberada en forma de sollozos, por suerte era lo suficientemente astuto para conducir al mismo tiempo.

—Me siento vacío y tengo miedo, yo no soy emocional, yo no soy así, pero ahora es... como si me hubiesen arrancado algo.

—Por ahora puedes llegar a casa y contarle a Gavrel lo que te sucede, estoy seguro que él te distraerá de todo esto, solo debe ser estrés ¿No crees? La vida de un famoso no es fácil, necesitas buscar la felicidad en las cosas simples.

Después de hablar un poco, Grisha cortó la llamada y repasó las manos sobre su rostro una y otra vez hasta sentir que podía volver a sí mismo. Su garganta estaba estrecha y tosió para aclararla, entendiendo por otra parte que había cosas que no podían ser borradas, incluso si se sufría una transmigración.

Pero luego se paró, sacudió su ropa y volteó cuando fue llamado.

—Sr Kozlov, está todo dispuesto para empezar.

Y estos días había descubierto en qué trabajaba cuando recibió una llamada. Realmente el destino lo quería aquí junto a Shotaro, porque ¿De qué otra manera podía entender que incluso en este universo era parte de algo que involucrara la seguridad? Grisha Vladislavovich Kozlov era miembro de una de las divisiones del servicio de inteligencia ruso con un alto cargo capaz de mover cientos de personas y recursos a su favor. Y oh ¡Qué coincidencia que esta división tuviera que ver con misiones internacionales!

El mismo día que llegó a su casa encontrándose con una novia que no quería, fue el día que supo lo que era. Aquella misma noche trazó un plan en su cabeza y ahora la estaba ejecutando.

Mientras caminaba tras un subordinado, su mente volvió a pensar en su mejor amigo.

"Solo espera un poco más, Youngho, pronto vas a estar con la persona que te hace falta, solo confía en mí".

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Nota autora:

Grisha Kozlov es mi pastor, nada me faltará 🛐

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