29. Dolor
Lunes 6 de diciembre 2021, 2 días después, San Petersburgo, Rusia.
Youngho Stepanov había fallecido a la edad de 30 años como consecuencia de un accidente automovilístico mientras era acosado en su camino para salvar a su hermano. Pero también lo había hecho Gavrel Stepanov a la edad de 15, segundos después que su hermano mayor lo hiciera y no por una intención suicida, sino porque había sufrido un derrame cerebral en la sala de espera.
Como dos almas que no podían estar separadas la una a la otra, como el lazo sanguíneo más puro que alguien pudiese tener con otra persona.
La noticia no solo hizo explotar a la televisión rusa sino también a la televisión mundial, las redes sociales, los medios escritos, todos querían hablar sobre el tema y cómo las cosas se dieron de forma trágica. La descendencia de una de las familias más importantes había quedado hasta allí, porque Viktor no tuvo nietos.
La muerte de un hombre que solo quería proteger a su hermano y la muerte de este porque no podía vivir sin el otro. ¿Acaso no era trágico e injusto?
La comunidad LGBT+ era parte de los que más lloraban la situación.
La fortuna Youngho Stepanov lo posicionaba en el número 10 de los hombres más ricos del mundo, dueño de distintos tipos de industrias, dueño del laboratorio creador de la vacuna Sputnik V, entre otras cosas, por lo que su muerte era causa de interés para la competencia y los enemigos.
Y era ese momento en el que Grisha Kozlov debía estar en pie una vez más haciendo fuerza del gran amor que le tenía a los hermanos Stepanov, no solo para enfrentar a los medios y dar la lamentable noticia, sino para hacer justicia y lidiar con todo en cuanto a los negocios y, los más importante, llevar un funeral doble.
Kozlov, aunque no quería que sucediera, se convirtió en el heredero de toda la fortuna amasada por años de aquella familia, porque en el testamento que Youngho fue muy enfático: en caso de su muerte, Gavrel pasaría a ser heredero legítimo de todo, sin embargo, si por alguna razón ambos hermanos no estaban vivos, quien se quedaba con toda la herencia sería Grisha Vladislavovich Kozlov.
Sería algo de lo que se ocuparía en otro momento, porque su cabeza no era capaz de procesarlo todo, como ahora, en la que observaba a un grupo de 25 hombres vestidos formalmente en una sala de reuniones esperando a que hablase sobre la razón por la que los había citado.
Aquel hombre que se caracterizaba por ser un tiburón despiadado en el ámbito de la seguridad, ahora tenía un rostro más humano y sensible.
—Sé que citarlos en este momento ha sido un poco sorpresivo, sin embargo, como jefe de ustedes, no puedo no hacerlo —estaba parado, todos vestían de negro— si bien algunos entraron después y otros han sido desvinculados por manchar su trabajo, ustedes están aquí porque formaron parte del equipo de seguridad del señor Stepanov y su hermano, algunos se involucraron en misiones que pusieron en peligro su propia vida, pero si están aquí es porque son merecedores de haber trabajado para una familia tan importante y porque su historial es intachable... —bebió agua, quería mantenerse firme y ahorrarse las pocas lágrimas que le quedaban para otro momento— los últimos días han sido caóticos, ustedes estuvieron a la altura de ello... el día de hoy el señor Youngho Stepanov no está con nosotros y tampoco el señor Gavrel, y... a pesar de que me he convertido en el nuevo blanco, no lo voy a hacer, nunca fue de mi interés ser heredero, mi relación con esta familia ha sido de la lealtad más profunda y porque nos vinculamos desde infantes con el señor Stepanov, no por intereses económicos.
Los hombres lo miraban con respeto.
—Como no formaré parte de la cara visible de las industrias de la familia Stepanov, como estos hermanos partieron de este mundo... el cuerpo de hombres de seguridad terminará el día de hoy.
Ninguno movió un solo músculo, fieles a su rol, pero miles de pensamientos los asaltaban. Grisha continuó.
—Su última misión será hoy, acompañar a los hermanos Stepanov en su último adiós, el funeral... tenemos cientos de periodistas asechando que no están acreditados, quiero que las personas que están asistiendo sean protegidos, porque solo fueron autorizados aquellos que mostraron un real interés por la familia —levantó una carpeta color negra— ustedes son hombres altamente calificados en el ámbito presencial, pero también recordemos que contamos con un equipo en todas partes del mundo, hombres y mujeres con alto poder resolutivo en cuanto a la seguridad en todos los niveles... lo que quiero decir es... que si bien ustedes y ellos dejarán de trabajar para Stepanov y que se acabarán las relaciones laborales con mi persona, he procurado que los antecedentes laborales de cada uno de ustedes sumado a mi carta de recomendación, llegue a las industrias en las que se podrían desempeñar para que sean contratados con la importancia que se merecen, incluyendo una cuantiosa suma de dinero extra de su último sueldo.
—¿Y qué sucederá con usted? —Mijail, el más destacado de ellos, levantó su mano— señor Kozlov...
—Ustedes lo saben, el tipo de vida del señor Stepanov, el peso de llevar parte de industrias importantes del país y el mundo, no quiero ese tipo de vida para mí... no más, por lo que procuraré entregar en partes los negocios a quienes estén altamente calificados para ello y luego... quiero vivir mi vida como un ser humano que no tenga que mirar a su espalda cada 5 minutos —indicó la salida— ahora, les pido como su jefe, pero también como alguien que guarda un profundo dolor, que me acompañen a finalizar esta última misión.
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Dedos entrelazados, una mano más blanca y pequeña comparada con una de tamaño superior, un contraste que le gustaba mucho, una contención que no temía ser mostrada de forma pública. Grisha había decidido tomarle la mano a Shotaro cuando sintió que su corazón empezaba a latir más rápido, porque ese calor le recordaba que no estaba solo en este evento y que, si se quebraba, alguien lo abrazaría hasta que la angustia mitigara.
Después de la charla con el equipo de seguridad, Grisha sostuvo con algunos hombres el ataúd de su mejor amigo y el otro lo llevaba Shotaro con más hombres de seguridad, fue así que desde los vehículos hasta el sitio donde serían enterrados caminaron de forma lenta seguido de cientos de personas.
Y ahora estaban parados, de la mano, observando la ceremonia que llegaba a su fin, con los cientos de pétalos que caían sobre los ataúdes, con un grupo de adolescentes parados en un costado aun sin poder creer que Gavrel, su amigo, había fallecido así tan de pronto, con Milena que abrazaba su ataúd llorando desesperada y con su madre que miraba el cielo lamentando no haber protegido al hijo de la mujer que había amado.
—¡No es justo! ¡No es justo! —la adolescente aun sin soltar el féretro, levantó el rostro mirando a la prensa autorizada— ¡Bastardos ustedes que le arrebataron la vida a unos hermanos que se amaban!
Ella lo había aceptado tal como era, ella creía en Gavrel con su identidad masculina, ella lo había cuidado y se había hecho su amiga... Milena se había enamorado de su amigo y ni siquiera pudo decírselo.
Si Kozlov había permitido un poco de prensa acreditada, aquella que no se encargó de difundir mierda de su amigo, era para que el mundo viera la consecuencia que podía tener el odio injustificado, la persecución, la homofobia, la imposición de creencias personales por sobre la de los demás o, el hecho ineludible de que el dinero no salvaba a nadie.
Todos los hombres de seguridad inclinaron sus rostros hacia abajo en señal de respeto por esos hermanos, cuando sus ataúdes fueron descendiendo, en compañía del llanto de algunas personas, de la música solemne de un coro y del ambiente colmado de tristeza que el evento mismo traía consigo.
Shotaro apoyó el rostro en el hombro de Grisha y también se quebró llorando como un niño, porque se sentía confundido, porque había formado lazos con esas personas y porque aun cuando el equipo de salud hizo todo para salvarlos, nada resultó como lo hubiesen deseado.
—"Zaychik".
Nunca había tenido intención de decir un apelativo cariñoso alguna vez en su vida, no con una intención real de pareja, pero ahora le había salido del corazón decirle "conejito" al japonés porque no le gustaba verlo triste, no era tolerante a su angustia.
Se volvió hacia él para abrazarlo y dejar que llorara contra él, Osaki Shotaro también había sido una persona importante en todo este proceso, se había involucrado en asuntos legales, había sido firme incluso cuando tuvo que vestir el cuerpo de Gavrel, trató de ser su soporte en todo momento, pero la angustia lo estaba embargando para llorar desesperado. Habían perdido lo que se convirtió a su familia.
En su momento ninguno fue capaz de pronunciar palabras al inicio de la ceremonia, solo les restaba dar fin a los 2 días más caóticos de sus vidas.
—Mark debería estar acá ¡No entiendo la razón, pero debía estar aquí! —decía en coreano, no quería que otros entendieran— ¡Hemos tenido que soportar todo esto solos! ¡Él hombre que amaba y el niño que tanto quería fallecieron y no está acá, no está!
—Shotaro, pequeño... —acariciaba su espalda de arriba hacia abajo— ven.
Se apartaron en medio de miradas y fotografías, los hombres de seguridad al ver que el jefe se iba junto de la mano de Shotaro, comprendieron finalmente que el guardaespaldas de Gavrel estaba unido de alguna manera con él. Se pusieron firmes e impidieron que la prensa hiciera algo estúpido por medio de amenazas y tonos hostiles.
La gran cantidad de personas quedaron atrás, tanto que apenas se notaban en los cientos de metros cuadrados de ese parque funerario.
Grisha se sentó sobre una banca de piedra, sentó a Shotaro sobre sus muslos y cuando lo envolvía se unió a su llanto, porque, a pesar de lo que sabía, estaba preso del miedo.
—No entiendo nada, señor, no entiendo nada, esto es horrible, esto es injusto —casi enterraba las uñas en la espalda del ruso, pero a este no le dolía en absoluto— ellos no debieron morir así, no...
Y siguieron llorando juntos hasta que pudieron liberar un poco lo que tenían dentro, hasta que solo se escucharon respiraciones entrecortadas y la briza fría de un día soleado de invierno jugó con sus cabellos.
—"Zaychik" ... yo sabía que todo esto iba a pasar, pero no deja de ser una mierda dolorosa.
Shotaro secó sus lágrimas con el dorso de su traje oscuro, para mirarlo confundido.
—¿Qué?
—Probablemente piensas que estoy loco, pero si tomé la decisión que Youngho no fuera reanimado, es la misma por la que Mark no está presente en este funeral.
Flash Back
"Puedes ver esos escenarios ¿No? Si realmente no tuviera la capacidad que digo tener ¿Cómo puedes tener imágenes donde nadie estuvo presente?".
Aquel hombre que se había presentado ante él como Qian Kun, descansaba el índice de la mano derecha en su frente para trasmitirle cosas de las que él había sido testigo. El ruso podía ver a un Mark Lee pequeño escribiendo afanosamente sobre una hoja, letras que desaparecían y volvían a aparecer con una respuesta. También pudo ver a Youngho escribiendo sobre su cama, en el escritorio, entrando en la adolescencia sonriendo bobaliconamente frente a la hoja. La historia de amor que había empezado con dos personas que no se conocían realmente.
—Basta —dijo apartando el rostro, sus ojos claros estaban inundados en lágrimas— mi amigo se está muriendo ¿Qué tiene que ver...?
—¿Qué tiene que ver lo que te muestro con cómo está él? Mucho. Acabas de leer la carta que Youngho le escribió la noche anterior al accidente a "Spiderman", sabes que esa caligrafía es de él, que es auténtica, todo esto prueba que lo que dijo Mark es cierto... acabo de abrir un portal en el elevador para que cuando este se abriera él apareciera en Corea, porque lo que dicen los médicos es cierto, Youngho no vivirá más tiempo.
Grisha secó las lágrimas con el antebrazo, rápidamente, nadie más que él y Shotaro sabía eso. Había pedido a los hombres de seguridad que recibieran a Mark en el primer piso cuando el elevador se abriera, mas no encontraron nada. Había un hombre frente a él llamado Qian Kun que le entregaba imágenes a su cabeza ¿Qué más necesitaba para creer en la magia con la que aquellos dos niños se enamoraron?
Suspiró, sus ojos volvieron a cubrirse de lágrimas.
—¿Y? ¡¿Y qué más?! ¿Qué relación tiene...? Que...
—Mark desea que se lleve a cabo lo que se conoce como transmigración, para evitar la muerte de Youngho desea llevárselo a su propio universo, por lo que viajó a Corea del Sur para buscar a Lucas Wong, alguien que tuvo la oportunidad de viajar al universo de Mark... alguien con la capacidad de revelar a través de un webtoon las cosas que suceden a un grupo de personas en puntual... —se acercó más, bajando su tono de voz— Grisha, Mark quiere que Lucas Wong dibuje a Youngho y Gavrel, es la única forma de que ellos se puedan materializar en ese universo paralelo... pero para dos figuras tan observadas ¿Te podrás imaginar el caos que se producirá si de la nada un cuerpo desaparece de un hospital? Así también como Gavrel.
—Esto es una locura —llevó sus manos al cabello— esto que me dices es absurdo —sollozaba— Dios.
—¿Qué más necesitas para creer? Puedo decirte que tus padres te dieron la espalda cuando les dijiste que eras homosexual y que, a partir de eso, Youngho te recibió como su propio hermano, de eso hace 10 años —la barbilla se le desencajó de la sorpresa— Grisha Vladislavovich Kozlov, en unos momentos un médico se te acercara para decirte muchos detalles de salud de tu mejor amigo, para que tomes la mejor decisión por él... ¿Pero puedo decirte algo? —el ruso no dijo nada, solo lo miró— debes permitir que Youngho fallezca, él y Gavrel deben dejar una evidencia tangible para finalizar su historia en este mundo y partir al siguiente, si firmas esa orden de no reanimación, Youngho morirá y de paso lo hará también su hermano... si los dejas morir, la transmigración será posible... siempre y cuando Mark llegue con Lucas Wong.
—¿Y en caso de que no?
—Entonces morirán de verdad.
Fin Flash Back
—Si una figura pública desaparece de la nada, estando hospitalizado, con todo el mundo pendiente de su persona, habría un caos enorme, de paso podrían meternos en líos legales, pensarían que ocultamos el cuerpo... las cosas que me enumeró son muchas —rascó su cabello— tomar la decisión de dejarlo morir fue difícil, porque... aún no sé si resultó, trato de comunicarme con Mark pero no contesta, trato de contactar a ese tal Lucas Wong y su número no conecta... Mark estaría aquí si pudiera ¡Algo pudo haberle pasado!
—¿Y Gavrel?
—Gavrel también debía morir para finalizar de manera coherente su historia, él no habría soportado saber que su hermano no estaría vivo... es... mierda —apoyó la frente en el hombro del japonés— siento que me estoy volviendo loco e incluso si... si hubiese resultado ¿Vivir sin saber de ellos? ¿Hacer mi vida como si nada hubiese pasado?
Shotaro sostuvo su rostro y besó su frente, Grisha lloraba en silencio. Y si realmente hubiese permitido que lo reanimaran, la vida que le esperaba a Youngho no iba a ser vida, sería someterlo a un estado vegetativo disfuncional. Pero, de no haber funcionado todo ¿Gavrel habría fallecido de un derrame, así como si nada cuando tenía una buena salud?
—Solo quiero saber que hice lo correcto, pero elegí creer, maldición elegí hacerlo.
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Dolor, definitivamente todo lo que podía sentir en este momento era dolor como si algunas partes de su cuerpo hubiesen sido abiertas con una espada o cualquier elemento cortopunzante, un dolor que se hacía más intenso ahora que los rayos solares estaban directamente en su piel.
Movió hacia el costado el rostro con la única fuerza que le quedaba, no podía pensar bien, más bien no lo estaba haciendo, solo vivía ¿Realmente estaba viviendo o se estaba muriendo?
Sintió eso sí, como si un puñado de algo fuera rociado en su rostro abruptamente, lo que provocó que su interior le gritara que abriera los ojos. "Hazlo, algo está sucediendo, alguien está cerca".
El puñado de algo volvió a saltar sobre su rostro, antes pisara muy cerca de su persona.
Hizo todo el esfuerzo por abrir los ojos y enfocar la mirada hacia lo que fuera que estuviera cerca, distinguiendo algo como la pata de un animal muy alto. Sus ojos siguieron la trayectoria de "aquello", distinguiendo a un hombre, no podía ver bien su rostro porque había demasiada luz.
—Será mejor que reveles quien eres si no quieres que te decapite aquí mismo —ese hombre puso una "espada" ¿Lo era? No importaba, era algo delgado con mucho filo sobre la superficie de su piel— ¿Qué haces en mi territorio?
Un tono de voz que revelaba cuan cierto serían sus palabras. Él estaba hablando árabe.
Hizo el esfuerzo de levantar el rostro de la arena caliente, pero se quedó inmóvil mientras sus ojos trataban de adecuarse a lo que estaba alrededor. Pareciera que el hombre llevaba su rostro cubierto completamente donde solo unos ojos rasgados podían verse.
Volvió a patear arena a su rostro, poco antes que los labios del muchacho se abrieran para decir su nombre con los últimos hilos de conciencia que le quedaban.
—Me lla... mo Ma... Mark... Lee.
—No puede... ser —inmediatamente sostuvo a aquel hombre que yacía inconsciente y lleno de heridas, para limpiar su rostro y apreciarlo de un mejor ángulo. Luego gritó hacia atrás donde sus amigos observaban la escena montados en sus camélidos— ¡Necesito que me ayuden!
2 días después, viernes 1 de abril 2022, Merzouga, Marruecos (mundo paralelo)
Un líquido agridulce entró por su boca tan a fondo que el reflejo lo obligó a tragarlo, un líquido que no sabía del todo bien, sin embargo, no podía negar el hecho de que parecía estar surtiendo algún tipo de efecto en su cuerpo.
Sus ojos dejaron de sentirse tan pesados así que fue posible abrirlos poco a poco. En un principio todo estaba borroso, pero las imágenes fueron tomando formas, los rayos de sol entraban por la ventana iluminando lo que parecía ser una habitación muy bonita.
Cuando su mirada se movió lo suficiente, pudo darse cuenta que en realidad estaba rodeado por 3 hombres de rasgos asiáticos, dos de cabello oscuro y uno un poco anaranjado.
Su boca se desencajó de la sorpresa, en cambio los demás tenían los ojos un poco húmedos y llenos de preocupación, esperando no perturbarlo demasiado.
—Ten, Taeyong... Jungwoo —la promesa de pequeños de volverse a encontrar, después de tantos años, se estaba cumpliendo— aahh...
Volvió acomodarse de vuelta en la cama con ayuda de ellos, se sentía profundamente mareado, quizás confuso, pero al menos podía estar seguro de una cosa, estaba siendo protegido por personas que habían vivido más tiempo en el desierto que él y, por lo tanto, con más experiencia.
—No gastes energía, no hables si no puedes —Jungwoo se sentó en la orilla de la cama y pasó un paño húmedo por su rostro, el tono de su voz era profundamente conciliador y sus toques tan suaves como la seda real— aun no puedo creer que nos encontramos después de ¿20 años? Llegamos a pensar que, como otros niños en ese tiempo, pudiste haber muerto.
Mark descendió la mirada a su cuerpo, apenas llevaba pantalón de género, el resto como su torso, brazos y pies estaban desnudos mostrando un par de cicatrices cubiertas por miel.
El viaje a su propio universo debió ser muy violento, los suficiente para dejarlo herido, la materia pudo haberse torcido de tal forma que se rasgó en algunos puntos, no lo tenía claro, solo que la miel era realmente efectiva para cicatrizar heridas.
—Hemos estado poniéndote paños húmedos en el cuerpo, pasaste por periodos de fiebre, hemos usado hierbas medicinales también para controlar posibles infecciones... acá es difícil acceder a antibióticos y esas cosas —Ten acarició el cabello del muchacho— Mark...
El aludido tenía la mirada fija en su cuerpo, pensando en el viaje entre universos paralelos, pensando con un nudo en la garganta si todo el esfuerzo había valido la pena, si el hombre que amaba estaba vivo o todo se había acabado. Las lágrimas llenaron sus ojos, sin embargo, se negaba a llorar, no quería hacerlo, no debía levantar preocupaciones.
Jungwoo levantó suavemente una ceja, reconocía esa emoción porque le sucedía muy seguido, aunque no se atrevió a intervenir por ahora.
—Estás a salvo y recuperándote, solo cuando estés listo podrás hablar de todo lo que te ha pasado.
¿Estaba autorizado a hablar de los viajes inter dimensionales? ¿De Lucas? ¿De todo lo que había hecho en este tiempo?
Cerró los ojos mientras volvían a cubrir su rostro con paños húmedos, pensando por un momento algo que lo llenó de angustia, pero que a fin de cuentas era cierto. No podía invertir parte de su energía en preocuparse tanto por otros y no por sí mismo. No podía asumir la responsabilidad de la unión de Jungwoo y Lucas, no podía romperse la cabeza pensando si la transmigración de las personas que amaba era una realidad, no, no podía y no se trataba de egoísmo o desinterés. Mierda, si no se enfocaba en recuperarse o poner de su parte para ello, no habría posibilidad futura de encontrarse con el hombre que amaba o ayudar a otros a ser felices.
Debía partir esta vez por cuidarse a sí mismo y no acelerar las cosas.
"Volveremos a estar juntos, Youngho, eso tenlo por seguro".
Dios, cuanto lo amaba.
—Estuviste casi 2 días medio inconsciente, te despertabas a ratos cuando te obligábamos a orinar en el baño, tratamos de alimentarte como pudimos... —Jungwoo lo miró con compasión— no volverás a pasar peligro, si el destino te trajo hasta acá es por algo, no somos esos niños que secuestraron.
—Incluso... incluso siendo niños pudimos escapar de secuestradores —acotó Taeyong— empezarás a moverte de a poco una vez se te pasen las náuseas y a comer más solido conforme pasen las horas, cuando estés mejor te hablaremos del lugar que hemos construido y a todos los que hemos ayudado.
Mark podría detallarles todo lo que sabía gracias al webtoon "El circo de las almas", todas las imágenes, las escenas, sin embargo, no quería arruinar el entusiasmo que se formaba.
Frunció el ceño ¿Estas escenas saldrían en algún capítulo publicado? ¿Qué era lo que quería el destino?
—Taeyong, Ten, traigan algunas cosas livianas para que Mark pueda comer y algo de té frío para que se hidrate.
Los dos asintieron antes de abandonar la habitación, todos eran como una familia, pero respetaban las palabras de Jungwoo como el líder que era. Cuando desaparecieron cerrando la puerta, aquel hombre volteó para ver los ojos brillantes de un Mark que descansaba en cama.
—Fuimos a Merzouga a comprar unos víveres, cuando veníamos de vuelta te vimos boca a bajo en medio de la arena —asintió brevemente— perdóname si te amenacé de muerte, pero lo que he formado aquí me ha costado lo suficiente como para no permitir que le hagan daño... cuando supe que eras tú, todo cambió... —lo ayudó a acomodarse y apoyar la espalda en la pila de almohadas— sé que hablarás cuando estés bien, amigo y nos contarás las hazañas que hiciste para salir adelante y el cómo lograste llegar aquí... pero quiero que sepas que... he sufrido de una manera intensa por amor, un sufrimiento que veo en tus ojos —juntó sus manos con las del muchacho— ¿Esa persona te ama?
Las lágrimas que con tanto esfuerzo había retenido, rodearon sus mejillas. Jungwoo sabía que estaba sufriendo y aquí estaba, dándole su apoyo sin conocerlo realmente.
Recordó las palabras del ruso con los últimos segundos de consciencia después del accidente.
—Lo hace, me lo dijo... sé que ese hombre me ama, pero por ahora no quiero pensar en eso, es... son demasiadas cosas Jungwoo, demasiadas cosas que me han pasado que... si llega el momento en el que pueda compartirlo con ustedes, lo sabrán, mientras tanto tengo el deber de enfocarme en sanarme primero para ayudar a otros.
Jungwoo también tuvo sus ojos húmedos, acordándose de sus propios problemas.
—Yo quiero creer que lo que viví fue un amor real, pero no me puedo permitir seguir sintiéndome tan mal cuando tengo personas a las que prestar ayuda... necesito creer que llegará el momento de recibir respuestas.
Mark lo observó entristecido. Un hombre tan hermoso que se había convertido en un líder en medio del desierto, que había salvado a otras personas de caer en desgracia.
Definitivamente obtendrían la información que querían, tarde o temprano la tendrían.
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Abrió los ojos lentamente cuando sintió que alguien lo abrazaba por detrás, regando por lo demás un par de besos en sus hombros y en su cuello. Se sentía agotado, pero satisfecho, anoche había sido una noche realmente grande donde se celebraba el inicio de un nuevo y prometedor proyecto.
Se volteó para ver el rostro de esa persona, mierda, realmente empezaba a gustarle demasiado, tenía ojos turquesa y su cabello ondulado y claro caía con gracia en su frente, probablemente el hombre más hermoso con el que había estado.
—Yaroslav... —sonrió perezosamente, ambos lo hicieron— ¿Te duele alguna parte del cuerpo?
—Todo, no fue muy cuidadoso —acarició el abdomen de ese hombre, tan marcado y atractivo. Aunque se detuvo un momento para repasar su pulgar sobre una cicatriz que había en la piel, sobre la zona del estómago y el páncreas, no era grotesca, solo curiosa— ¿Por qué tiene esto?
Pensó mucho tiempo sobre esa marca... pero no podía encontrar respuestas, definitivamente no sabía cómo eso llegó allí.
—No recuerdo, no lo sé —lo volteó para dejarlo boca abajo contra las almohadas, amaba la diferencia que tenían sus cuerpos, el de ese chico era más menudo— pero no me importa, voy a hacerte mío otra vez y espero que lo resistas.
—No podría oponerme... señor Stepanov.
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Nota autora:
Ups...
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