11. Confuso

Necesitaba besarlo tan duro y tan caliente como la única manera de poder saciar el deseo que había acumulado desde hace tiempo por él, no era un pecado ¿Cierto? Porque Youngho Stepanov tenía mirada despiadada, pero era jodidamente atractivo y él no era ciego. Aunque no alcanzó a provocarlo e invitarlo a abrir su boca para él, porque la risa de otra persona rompió el "hechizo".

—No puede ser ¡Lo hiciste! ¡No te creí capaz! —Grisha Kozlov los miraba con gracia— mascota, debo decir que no creí que ganarías la apuesta.

¿Qué... qué?

Mark vio como aquel hombre se acercaba a él para sostenerlo de su brazo y sacarlo de la comodidad que le entregaban los del oligarca. Quizás solo eran efectos del vodka, pero cuando Grisha lo alcanzó, los dedos de Youngho se... ¿Tensaron sobre su piel?

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2 horas después y cuando todos se habían ido a dormir al parecer, el ruso estaba sentado en una reposadera dejando que lo poco que quedaba de fogata emanara calor hacia él, permitiendo que el humo del cigarro saliera por su boca mientras su corazón latía rápido.

No se sorprendió con el sonido que se acercaba hacia él, porque lo conocía desde hace mucho tiempo, solo que no pudo evitar mirar hacia el lado y darse cuenta que el otro tipo parecía que iba a asesinarlo. Cualquier persona en su sano juicio estaría asustada de la amenaza que implicaba una mirada así, porque Youngho Stepanov podía ser un jodido peligro cuando estaba enojado, sin embargo, como lo conocía desde hace años y sabía sus debilidades, no sentía su cabello erizarse... por ahora.

—Tienes cara de haber follado hasta cansarte —murmuró dando otra calada a su cigarro— ¿Qué sucede?

—¿Y tienes el maldito descaro de preguntarlo? —gruñó— eres un infeliz ¡¿Crees que soy una broma para ti?!

Como sabía que las cosas iban a ponerse complicadas, lanzó lo que quedaba de cigarro a la fogata y se paró erguido, era de la misma altura de su "jefe", pero con el cuerpo un poco más fornido.

Solo lo miró.

—¿Se supone que tenga que seguir confiando en ti, Kozlov? —empuñó la mano derecha— ¿Te golpeaste la cabeza y decidiste actuar como un estúpido? ¿Tengo que recordarle a mi jefe de seguridad cuáles son sus obligaciones?

—Deja de dar vueltas y dime qué es lo que te pasa.

Los ojos rasgados se abrieron tanto como pudieron cuando decidió sostener su camisa por las solapas y acercarlo, parecía estar con la ira jodiéndolo en todas las direcciones.

—Me molesta que hayas decidido ponerme en tu juego con ese maldito policía, puedes apostar la mierda que quieras ¡¿Pero creíste que era divertido burlarse de mí y creer que podía faltarme el respeto de esa manera?! ¡¿Sabes el peligro de seguridad que eso significa?!

Desde el punto de vista de Youngho Stepanov, estaba en lo cierto, era una falta de respeto y un peligro exponerlo como figura de burla frente a un "posible enemigo", más aún cuando implicaba una acción de contacto físico obligado.

Solo que... él no tenía como saber que nunca hubo una apuesta y que Grisha lo había dicho para que la ira se dirigiera a su persona y no a Mark Lee, porque conocía al oligarca, sabía sus fortalezas y debilidades.

Se había salido del libreto cometiendo una locura al decir esas cosas, pero por un bien mayor.

—No puedo justificar lo que hice, pero en mi defensa no creí que Mark lo haría, lo dije sin... pensarlo.

—Entiendo que los amigos se hagan bromas, pero te recuerdo que estamos aquí no para vacacionar sino porque asesiné a un bastardo y porque mi familia estaba en peligro, no... no puedo creer que mi jefe de seguridad me haga este tipo de cosas —gruñó, otra vez— no vuelvas a mezclar la vida personal con el trabajo.

Tenía las palabras en la punta de su boca para responderle, podía volver a salirse de su rol y hablarle desde el punto de vista como mejor amigo, pero sabía que jodería su mente y él no estaba preparado para que le dijeran la verdad.

Grisha soltó las manos de Youngho sobre su ropa y caminó en dirección a la casa.

"Cualquiera que te viera creería que tienes un tipo de sentimiento por ese policía infeliz" masculló el oligarca, algo que no podía dejar pasar así como así.

Se volteó sobre sí mismo y caminó hacia él para hablarle con la frente en alto.

—Dime si mi homosexualidad ha hecho que falle en mi trabajo, Stepanov, dímelo en la cara... —su mano picaba por darle un puñetazo— y lo que haga con ella no es tu problema.

Hizo un sonido burlón.

—Entonces lo estás confirmando.

Los ojos claros del ruso miraron el cielo por un rato, antes de suspirar y regresar a los rasgados del otro. No iba a entrar en razón con él, pero por al menos se quedaba "tranquilo" sabiendo que no se había equivocado con los pensamientos sobre su amigo.

—Buenas noches, Youngho.

Murmuró antes de voltear nuevamente y caminar en dirección hacia la casa. Mientras, el otro se sentaba en la orilla de la reposadera para encender un cigarro y fumar esperando que pudiera tranquilizarse o algo por el estilo.

Había jurado que dejaría este vicio, pero ahora tenía la necesidad imperiosa de aplacar la molestia que tenía atascada en el estómago.

Sí, hace un rato tuvo una ronda de sexo áspero, de ese salvaje que apenas le daba piedad a la rusa para respirar y donde él marcaba la autoridad en el encuentro, como si estuviera jodidamente caliente, enojado o ambos juntos. Ekaterina lo había alagado por sus cualidades mientras acariciaba sus pectorales, pero él no podía dejar de pensar en la caída de Mark Lee en sus brazos ni ese beso repentino, un beso hecho bajo una apuesta en burla hacia su persona.

Definitivamente no sabía qué hacer, porque si Grisha estaba teniendo interés en el policía, las cosas iban a complicarse y la sensación de inseguridad crecería.

Iba a tener que acelerar las cosas, por el bien de todos.

Al día siguiente, lunes 5 de julio 2021.

Flash Back

No sabía cuánto tiempo le tomó pasar de estar en la fogata, a estar sentado en la orilla de la cama sintiendo que todo a su alrededor daba vueltas, mientras el ruso lo miraba con las cejas fruncidas y los brazos cruzados. Solo estaba seguro de una cosa, que no volvería a beber vodka por el resto de su vida, porque el comienzo de una resaca se instalaba en su cuerpo ¿Qué le quedaba para el resto de la noche?

—Mascota, me debes la vida ¿Sí? Hace menos de 10 minutos acabo de salvarte así que si mañana te preguntan, nosotros hicimos una apuesta.

Mark levantó la mirada un poco confundido.

—Pero si besé a ese idiota porque quise.

Grisha Kozlov era un hombre alto, imponente, atractivo, pero con un cuerpo que gritaba peligro si no lo conocías bien, con un historial largo en el ámbito de seguridad, muy probablemente con muertes en su autoría, alguien que podía aniquilarte sin tener una gota de sudor... un tiburón. Alguien que ahora estaba riéndose mientras murmuraba cosas en rusos y meneaba la cabeza lentamente.

—¿Qué es lo gracioso? —quizás no era bueno jugar a ser valiente con el jefe de seguridad de un oligarca.

—Realmente no tienes aprecio por tu vida, si fueras otra persona probablemente ya estarías bajo tierra, muerto... pero tú, mascota, eres tú... te dije que me agradas y por eso voy a ayudarte —se agachó para estar a su altura— a Youngho probablemente este episodio no se le va a olvidar por mucho tiempo, probablemente me acusará de traición o algo por el estilo... mi recomendación es que pidas perdón por lo ocurrido y que no volverá a pasar, deja que crea que fue una apuesta... confía en mí.

Asintió antes de caer rendido en la cama y mirar aletargado hacia el techo, dejando que el sueño y todas las emociones vividas durante el día lo vencieran.

Una apuesta... tenía que seguir el guion de Grisha.

Fin Flash Back


Había ocasiones cuando la mente de una persona tarda en recordar las escenas de las cosas que hizo estando en estado de ebriedad. Pero Mark Lee no era esa persona, cuando él bebía no perdía el sentido de voluntad ni tampoco tenía una amnesia o algo por el estilo, por lo tanto, no le sorprendió comenzar a sentir una profunda culpa cuando apenas abrió los ojos esta mañana, porque allí estaba cada detalle, cada risa y cada palabra.

Jodida mierda ¡Por eso odiaba beber! Sacaba a flote la personalidad dulce y atrevida que se negaba a mostrar, porque las cosas que reprimía eran liberadas y porque... mierda ¡Había besado a Youngho Stepanov!

Decidido a aplacar su "sufrimiento", fue a la ducha, nada que el agua caliente y los productos de limpieza no pudieran hacerlo sentir mejor.

—Una apuesta... no entiendo la razón, pero así quedará, como una apuesta —balbuceaba en árabe bajo el agua, nunca se sabía cuándo podían estarlo espiando— mira Mark, irás a tomar desayuno con los demás y ofrecerás disculpas frente a todos por tu comportamiento inadecuado.

Inadecuado o no, la sensación del beso no había desaparecido. Youngho tenía una actitud enfadada la mayoría del tiempo hacia él, pero a lo que respectaba a sus labios, eran cálidos y suaves como gomitas.

Bien, ya había asumido que le atraía ese hombre, pero no tenía por qué hablar cursilerías cuando Stepanov no tenía ni una pisca de gustarle esas cosas.

—Que hice... que hice.

Una vez estando listo, tomó mucho aire para abrir la puerta de su habitación y dirigirse al comedor donde todos ya estaban sentados compartiendo y comiendo, personas que giraron sus rostros hacia él.

Todos lucían curiosos, excepto Ekaterina, que lucía más bien ¿Extrañada? ¿Molesta?

—Buenos días dormilón —murmuró Shotaro con sus ojos sonrientes.

Mark asintió y se acomodó en el único asiento disponible, sus ojos rasgados de inmediato se fueron a la figura de Youngho que parecía tan fresco mientras comía su hotcake, ajeno a todo, ni siquiera una muestra de enfado, nada.

Sin querer pasar un segundo más, tosió para captar la atención en la mesa y luego se paró erguido luciendo más alto de lo que era. Grisha lucía expectante, los demás abandonaron lo que hacían para seguirlo con la mirada mientras que el oligarca siguió bebiendo su té, aunque los ojos "despiadados" ahora estaban en él.

—No puedo comer sin antes hacer esto, quiero pedir perdón frente a todos ustedes por mi comportamiento anoche... y al señor Stepanov pedirle las disculpas respectivas por haber tenido el atrevimiento de creer que podía divertirme y apostar a costas suyas, fue inaceptable, es algo que no volverá a ocurrir, no hay gota de alcohol que justifique la falta de respeto hacia su persona.

Iba a sentarse para beber té, pero Youngho dijo su nombre con autoridad.

—Mark Lee, cuando termines de comer irás a mi oficina —la letalidad rozó cada una de sus palabras.

Solo le quedó por asentir, sentarse y sostener la taza de té con cuidado, sintiendo la mano de Gavrel sobre su rodilla. No lo estaba viendo, podía sabía que era una muestra de apoyo.

Luego de ese "incómodo" momento, fue el adolescente quien empezó a hablar sobre banalidades mientras una que los demás se unían a la conversación. Mark comía con la calma que no poseía y lo miraba de vez en cuando para prestarle atención, sin saber que el oligarca lo miraba con disgusto.

—Sea lo que sea que haya pasado, necesito decirte que bailas muy bien —susurró el adolescente a su oído— eres un hombre de muchos secretos, amigo.

Ser llamado amigo no era algo que se tomaba a la ligera, no para una persona como él que vivió la mitad de su vida perteneciendo a la calle como un errante, no para un adolescente que parecía no tener más amistades debido a su condición gran condición socioeconómica y los riesgos de seguridad que implicaban.

Mark se volteó y le sonrió dejando que sus pómulos se marcaran. Lo único que podía brindarle a ese muchacho era su sincera disposición, le agradaba como si se tratase de su hermano menor.

"De todas maneras cuentas con mi absoluta bendición" susurró.

Aquellas palabras implicaban algo y Mark lo supo, por lo que no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas mientras el adolescente se reía por lo bajo, una complicidad evidente entre ambos que no pasó desapercibido para Ekaterina, quien después de todos estos años no lograba conectar con "la" adolescente.

Habiendo acabado, Youngho Stepanov se paró de la mesa limpiando sus comisuras labiales y caminando hacia una dirección. Mark no alcanzaba a terminar la comida, pero hizo lo mismo porque no quería dilatar lo que sea que fuera a suceder.

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—Siéntate —indicó con la mano derecha.

Como si no se estuviera sintiendo acelerado por dentro, el policía se acomodó frente al escritorio, con la espalda recta y la mirada fija en el otro. Necesitaba revertir esta situación porque no podía creer que su vida se estaba tornando con la escena cliché de una serie, esa en la que la persona borracha besa al que le gusta o algo por el estilo.

—¿Qué necesita señor?

Quizás debía recordar que no estaba tratando con cualquier persona, quizás había cometido un error en olvidar los honoríficos. No era un lame bolas, pero para personas como el ruso era mejor mantenerse bajo perfil.

Levantó una ceja.

—¿Desde cuándo has decidido ser tan propio en tu lenguaje?

—Eso no importa, estoy preguntando la razón por la cual me quería aquí.

—Vamos a dejar las cosas en claro, Mark Lee —extendió unas hojas hacia él y un bolígrafo que podía costar el sueldo de una persona— a partir de hoy voy a hacer oficial tu labor como mi guardaespaldas, hombre de seguridad personal, como quieras llamarle... Kozlov es el jefe de seguridad, él ha firmado parte de tu contrato y está de acuerdo con que serías un aporte a nosotros... creo que dándote la responsabilidad aprenderás a comportarte y evitarás actitudes como la de anoche —apuntó el contrato— tienes totalmente prohibido el consumo de drogas y alcohol, por la seguridad de mi hermano y la mía necesito que estés en alerta... tomate tu tiempo y ve las especificaciones, si deseas formar parte de este círculo vas a tener que decidirlo ahora, sino, tendrás que irte hoy mismo de vuelta a Corea ¿Entendiste?

Como un águila vigila a su presa desde las alturas, así mismo estaba el ruso viendo cada movimiento del "muchacho", el como sostenía la hoja y la leía con detalle, incluso cuando fruncía el ceño. Después de 10 minutos en los que analizó todo y en los que el otro no dejó de observar, Mark firmó en los sitios que se le pedía, por suerte estaba en inglés, porque de estar en ruso probablemente se habría negado.

—¿Estás de acuerdo con la suma de dinero? Porque es una fortuna.

—Lo estoy.

—¿Leíste la cláusula que habla sobre la confidencialidad? Lo que veas y escuches, no puede saberlo nadie.

—Soy policía, no firmaría algo sin antes leerlo, tampoco es como si quisiera revelarle al mundo sus secretos.

—Te lo digo porque las personas sabrán que entrarás al círculo de los Stepanov y siempre querrán acceder a mí por medio de ti, querrán comprarte por toda la información... con Kozlov ya no lo intentan, han sido testigos de lo que ese hombre es capaz de hacer con los traicioneros —al ver que sonreía y miraba el espacio vacío, con esos pómulos marcados, se inquietó y enfadó— ¿Qué es tan gracioso?

—No puedo creer que haya firmado para proteger a un demonio.

Demonio o no, no podía volver atrás, tampoco era como si tuviese la opción de hacerlo. No necesitaba ganar experiencia como guardaespaldas, en sus inicios en Corea ya lo había hecho ¿Quién mejor que alguien como él que tuvo que vivir en un constante estado de alerta en las calles de Marruecos?

Bien, aquí los peligros y las personas eran diferentes.

—Ahora que eres mi guardaespaldas, te puedo informar que mañana a primera hora salimos de San Petersburgo a Bucarest, la capital de Rumania... tengo reuniones en las que estar presente, negocios que concretar, tiburones con los que tratar. Llevaré un séquito de los mejores hombres de seguridad que Kozlov seleccionará, pero él se quedará en Rusia porque mi hermano tiene que ser cuidado por los mejores, tendrá también a Osaki Shotaro apoyándolo.

Antes que pudiera hacer alguna pregunta, Youngho le dio a entender que no usaría nombres ficticios, a partir de hoy Mark Lee, el policía, estaba custodiando al oligarca ruso del que muchos hablaban, lo que podía ser considerado una de las grandes derrotas para el cuerpo policial coreano.

Y Mark no se opondría, no después de la visita en sus sueños del hombre del desierto, quien insistía que debía tomar las oportunidades que le ofrecía la vida. ¿Cómo podría esto, hacerlo llegar a Mister Snow? ¿Lo reconocería con verlo? ¿Habría química? ¿O, por el contrario, sería un dolor enorme en su corazón?

La segunda noticia importante llegó más tarde cuando Youngho los reunió a todos para comunicarles que podían arreglar sus cosas porque volvían en un par de minutos a casa.

Ekaterina debía irse para su propio hogar porque tenía asuntos que atender, razón por la que no dudó un segundo en sostener el rostro de Youngho y besarlo frente a todos cuando tocó decir el adiós.

Por supuesto se despidió de los demás, sin embargo, hubo algo en sus ojos cuando se despidió de Mark Lee, una mirada extraña y un asentimiento de cabeza más seco que no pasó desapercibido para el resto.

—Fue grato pasar estos días contigo, espero tengas un buen viaje corazón, estamos en contacto —habló en ruso desde la entrada de la casa, siendo escoltada por un guardia de seguridad hasta donde tenía estacionado su vehículo.

Gavrel no pudo evitar suspirar como si se quitara un peso de encima, pero no pudieron relajarse, todo lo que habían traído debía ser ordenado en sus maletas porque la orden de su hermano mayor era clara. Tenían solo una hora.

—Se siente tan bien no tener a esa mujer dando vueltas cerca, es como... si tuviera ese toque de posesividad "pasiva" sobre Youngho —murmuraba sentándose sobre la maleta mientras Mark la cerraba por él— "pridurka" (imbécil).

Cuando terminó de cerrarlo, el mayor cruzó sus brazos sobre la sudadera gris que llevaba puesta.

—¿Puedo preguntar porque no te agrada? Mientras estuvo aquí no pareció llevarse mal contigo o algo por el estilo, es más, parecía querer agradarte.

El adolescente caminó hacia el pasillo para cerciorarse que los demás estaban ocupados en sus habitaciones, luego cerró la puerta y se volteó con una expresión de incomodidad.

—Porque un día que estuvo pasa de copas allá en la mansión, por un momento mi hermano la dejó para hacer algo, yo no sabía que estaba sola, solo pasé caminando hacia la cocina cuando la escuché decir por lo bajo que me veía muy afeminado, que probablemente era "maricón" o algo por el estilo —bajó la voz— ni siquiera sabe que soy un hombre trans, por alguna razón Youngho no le ha contado.

—Porque tu hermano podrá ser un imbécil, pero te ama y eso se nota, creo que jamás le contaría a alguien algo que considera que debe salir de tu propia boca... yo me enteré cuando, bueno, tú sabes —sostuvo su mano— si un día te vuelve a decir o hacer algo ofensivo, solo dímelo... ¿Sí?

Gavrel estiró su mano y acarició el rostro del mayor con todo el aprecio que le tenía.

"YA nadeyus', chto potseluy, kotoryy ty dal moyemu bratu, ne byl avantyuroy".

Sin entender lo que el muchacho había dicho, se retiró de allí, mientras que el adolescente por su parte volvió a repetirlo más para sí mismo.

"Espero que ese beso que le diste a mi hermano no haya sido una apuesta".

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Durante los días que estuvieron en aquella casa de campo, Youngho y Grisha no comunicaron mucho sobre la situación que se había dado después de asesinar a Yuri Pavlovsky (y de paso salvar a Mark Lee). Lo que habían dicho fue "simple", estuvieron aquí para dar el espacio y revisar cada rincón de la mansión en busca de posibles artefactos detonadores u otras cosas que les hicieran daño. Pero, en este momento en los que los autos se desviaron por otro camino, Stepanov estaba revelando otro lado de sus intenciones.

Gavrel, que iba sentado al lado de su hermano en el vehículo, dio un suspiro de fascinación cuando ante sus ojos las puertas de hierro se abrieron para dar paso a la imagen más clara de una hermosa casa, con un jardín lleno de flores y un par de árboles.

—Si bien no es tan grande como la mansión, sigue siendo una casa de lujo y... bueno —Youngho sonrió mostrando su lado sensible— quiero que tengamos nuestra propia identidad como familia, no quiero que vivamos dentro de cientos de paredes que albergan las atrocidades de Viktor —decir "padre" siempre iba a ser desagradable para su boca— y vuelvas a un lugar donde estuviste a punto de quitarte la vida... espero que tengamos un mejor comienzo aquí.

—Es... ¿Es por esto que tardamos tanto en volver?

Asintió.

—Lo estuve preparando en secreto, bienvenido a la nueva casa de los hermanos Stepanov.

Con la emoción brotando en su rostro en forma de sonrisa y ojos húmedos, el adolescente recorrió cada rincón, pasillo y estancia en la que se podía estar. Acá no había subterráneos o salas de torturas, esto era lo más cercano a la "normalidad", era hermosa, espaciosa y moderna por dentro.

Cuando le señaló la que sería su habitación, se emocionó ver lo muy bien decorada que estaba, tenía ese aire hogareño y más normal de un adolescente, no esa de paredes y techo alto con decoración que lo hacía sentir como si estuviera viviendo como realeza.

—Los niños ricos llorarían por perder un palacio, yo soy feliz con esto... me da paz.

Mark, por su parte, estaba contento al ver la que sería su habitación, era amplia y adecuada a sus necesidades como guardaespaldas, no contaba con cámara de vigilancia como la otra y el baño era precioso, un baño que no le recordaba aquella vez que vio el intento de suicidio de Gavrel.

Después de verlo todo como un cachorro curioso, la puerta de su habitación sonó, la que, al abrir, reveló la figura alta de Grisha Kozlov extendiendo su brazo para ofrecerle lo que parecía una enorme bolsa de compras.

—El señor Stepanov dice que mientras trabajes para él debes usar esto, es una cantidad adecuada de ropa formal... estarán 2 semanas en Rumania por lo que debes pensar en arreglar maletas pensando en ello —movió los hombros antes de entrar y cerrar la puerta tras de sí— mascota, vengo a darte consejos como una persona a quien le agradas pero sobre todo como el jefe de seguridad de un hombre como Youngho...

—Puedes sentarte si lo deseas.

Negó.

—Te habrás dado cuenta que en términos de trabajo, a Youngho no le gusta que le hablen de igual a igual, por lo que es conveniente que cuides tu lenguaje hacia su persona. Segundo, comunicarte que ya cuentas con el permiso de uso de armas en Rusia —debía admitir que le gustaba la sorpresa en el rostro del muchacho— así que podrás llevarlo contigo cada vez que trabajes para él... sé que eres policía por lo que cuentas con muchas habilidades que sirven para este puesto, pero si puedo darte otro consejo es que Youngho es un hombre que le gusta dar órdenes, obedécelas, si hay algo que no te parece entonces expone tu punto de vista con fundamento y soluciones... aunque también es conveniente que te anticipes a los hechos con...

Mark Lee, como si se tratara de un estudiante afanoso por sus tareas, anotaba en una libreta las ideas y consejos que Grisha le daba ¿Qué mejor que las palabras de un jefe de seguridad que articulaba una red importante día a día para un multimillonario?

Las vueltas e ironías de la vida, había viajado a Rusia para atrapar al "Gran Stepanov" y ahora terminaba trabajando para él.

Después de unos largos minutos, el ruso asintió con la cabeza y salió de allí.


Al otro día, martes 6 de julio 2021.

Se había preparado desde las 5 de la mañana para dejar todo en orden, desde la apariencia física hasta hacer coordinación con los encargados del aeropuerto donde abordarían el jet privado de la familia.

En sus manos obtuvo un teléfono celular de última generación totalmente nuevo, algo a lo que no había tenido acceso hace más de 1 mes luego de ser "secuestrado" por el ruso, un teléfono con el que no podía hacer un mal uso luego de firmar una carta de compromiso legal.

Había desayunado y había recibido las últimas órdenes de Kozlov al mismo tiempo, pero, cuando el reloj marcó las 6.30 am, un particular dolor se instalaba en la boca de su estómago, como la demostración física de ansiedad cuando se esperaba algo.

Hoy iniciaba oficialmente su labor como guardaespaldas de Youngho Stepanov, y por lo que podía entender, no era cualquiera de los que trabajaban aquí, sino que tenía una habitación propia y además era el guardaespaldas que estaría a cada momento a su lado.

Se paró erguido con las manos detrás de su espalda mirando hacia la entrada principal de la enorme casa, para vigilarlo todo, momento en el que sintió los pasos pesados sobre la escalera central.

Cuando volteó pudo ver las cosas como si fuera cámara lenta, como si se tratara de un príncipe esperando a su princesa o alguna cursilería de esas. Allí con el cabello peinado hacia atrás y una evidente ropa costosa que le daba una apariencia pulcra, el ruso bajaba peldaño por peldaño, con el ceño fruncido y la mirada de que podía asesinar a cualquiera.

Fue cosa de 1 segundo en el que sus mejillas se pusieran rojas, en el que tragara saliva y en el que su pecho parecía que fuera a explotar con los latidos del corazón. ¿Stepanov habría dejado de lado la escena del beso en la fogata? Porque él, como si se tratara de un adolescente, realmente no podía dejar de pensar en ello.

En el contrato que había firmado le daba un tiempo de descanso cada día, por lo que, la única solución que veía, era que debía ocupar un día ese espacio y salir a follar a un centro nocturno o algo por el estilo, como una forma de demostrarse a si mismo que esta especie de "enamoramiento" no era más que falta de sexo. 

Después de todo ¿Qué podía salir mal?

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Nota autora

un viaje conveniente, o sí, o sí.

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