10. Un baile bajo las estrellas

Estaba sentado leyendo un libro cuando la puerta de su habitación sonó con pequeños golpes dados en ella, incluso si era algo simple, Mark sabía de quién se trataba.

—Pasa, Shotaro.

El muchacho cerró la puerta tras su espalda y luego se desplazó hasta la cama para sentarse al borde de ella. Sus ojos brillaban con la luz tenue, pero sus labios no tenían la característica sonrisa con la cual tendía a dirigirse a las personas, estaba evidentemente preocupado, tanto así que se acercó a él a pesar de tener temor de ser "rechazado" por lo ocurrido en el pasado.

—Quería saber cómo estabas, hyung... en la cena parecías distraído.

En efecto lo estuvo, pero una parte de ello se debía a que había muchas ocasiones hubo intercambios en ruso que él no comprendía, la otra se debía a lo ocurrido esta mañana y la sensación de abandono que sentía en su pecho... la otra ínfima parte se debía a que estaba experimentando cosas que no podía colocarles un nombre porque aún debía analizarse a sí mismo y sus pensamientos.

—Probablemente seré el estúpido más grande por lo que voy a hacer, pero tengo la necesidad de confiar nuevamente en alguien, porque... me siento solo.

El japonés dobló sus piernas entre sí sobre el colchón e inclinó hacia adelante el cuerpo un poco para escuchar el relato de Mark, quien, mientras hablaba, lucía realmente herido. Fue así que pudo saber con mayor detalle el ataque de pánico que tuvo, el sentimiento de soledad, la situación compleja en la que estaba.

Shotaro no sabía su mayor secreto, pero lo conocía desde hace mucho tiempo.

—Lo que dijo el señor Stepanov, en parte, es cierto, parte de la policía coreana o más bien un par de personas con mucho poder en ella, la han corrompido, ellos no pretenden buscarnos, si esta misión fallaba nos darían por perdidos y no nos buscarían... y es lo que ha ocurrido.

—No me puedes decir la razón del por qué Youngho los odia tanto ¿Verdad? —negó— ¿Qué tiene que ver conmigo?

—Porque ese hombre desconfía de la policía, desconfía de quien quiera engañarlo y hundirlo, le hicieron mucho daño en el pasado, pero no tiene que ver contigo... —frunció el ceño— aunque eso no justifica que haya sido grosero.

Suspiró y miró la ventana un poco más lejos de su cama, la inquietud abrazando su pecho, la incertidumbre de su destino.

Fue el japonés quien descansó una mano en su rodilla y le habló con calidez, el hombre lo había hecho reiteradas veces en Corea para no permitir que se rindiera. Ah ¿Podía confiar nuevamente en él?

—Solo espera un poco más, estoy seguro que el señor Stepanov logrará ver en ti el potencial que tienes y cuando eso suceda, buscará un lugar para ti.

Se sorprendió cuando Shotaro lo abrazó afectuosamente para decirle que sentía haberlo expuesto al no contarle lo que estaba tramando, pero consideraba que lo había salvado de cometer una injusticia, que más adelante probablemente se enteraría de la verdad completa, pero que nada quitaría el hecho que realmente lo apreciaba mucho, que debía ver en él alguien en que apoyarse cuando se sintiera mal.

Con un poco más de esperanza hizo toda una rutina antes de meterse a la cama y observar el cielo desde ella, tan oscuro, grande e imponente, llenos de misterios y cosas que el ser humano no podía conocer.

Se volteó hacia otro lado cuando llegó a su cabeza la imagen de la rusa sosteniendo sutilmente la mano de Youngho sobre la mesa, el rostro gentil que él le daba a su contacto, esa personalidad agradable opuesta a la hostil de la mañana.

No eran celos, no, solo que... si lo que decía Gavrel era cierto, esa mujer que por nombre llevaba Ekaterina, muy probablemente sabía todo por lo que tuvo que pasar, conocía sus secretos, sabía cómo tratarlo y se ganaba sus sonrisas y buen humor.


4 días después, domingo 4 de julio 2021

"Créeme, tú no quieres perder un potencial de esa manera".

Las palabras de Kozlov hacían eco dentro de su cabeza una y otra vez desde la noche pasada que tuvieron una reunión en la que tocaron diversos temas, uno de ellos fue el destino de Mark Lee. El muchacho había cumplido ya 1 mes desde que derramó champaña en la gala y casi el mes de estar en "confinamiento" ¿Tan poco tiempo había pasado? ¿Por qué sentía como si fuera el doble?

Miró las hojas sobre su escritorio, incluso en esta casa de campo tenía que trabajar, aunque dejó de prestarles atención cuando sintió un golpe en su puerta.

—Pasa.

Dicho aquello, Mark apareció vestido con una camisa color blanca, pantalón negro junto a unos zapatos de cuero del mismo color, parecía que se esforzaba por verse mayor de lo que era, formal o ambas cosas.

Incluso si no quería percatarse de algo, lo hacía, puesto que era evidente que desde que tuvo un quiebre "emocional" lucía más serio.

—Ya estoy aquí, Youngho ¿Qué es lo que deseas?

—¿Ves este dedo? Si aprieto este botón tu pasaje a Corea estará comprado en primera clase ¿Te entusiasma la idea?

A pesar de que solo habían pasado 4 días desde esa mañana, Mark no sabía qué hacer con su propia vida, él solo se dedicaba a vivir esta experiencia tratando de no perder la cabeza nuevamente, quería encontrar un propósito que lo llenara, pero tenía miedo de volver a sentir decepción.

No permitió que su rostro delatara la ansiedad que empezaba a crecer dentro de su estómago, porque tenía dos opciones con caminos diferentes y él no tenía la capacidad de ver el futuro.

Solo tensó la mandíbula y observó esos ojos rasgados tan carentes de empatía hacia él.

—¿No vas a responder?

—¿Qué quieres escuchar? Porque estás acostumbrado a que las personas te digan lo que quieres oír.

—No me digas que saldrás corriendo de nuevo.

—No me digas que te comportarás como un idiota otra vez.

La ira estaba hirviendo su sangre en todas las direcciones de su cuerpo, no estaba interesado en utilizar lenguaje formal hacia el oligarca y tampoco quería hacerle creer que permitiría ser tratado como un perro o algo por el estilo.

Sin embargo y a pesar de que quería mantenerse serio, no pudo evitar reír con la mano en sus labios cuando vio la mirada perturbada del ruso, un rostro que se volvía contrariado conforme lo veía "estar feliz". Aunque había un detalle, Mark no tenía como saber la clase de pensamientos que Youngho estaba teniendo.

—No tienes ningún respeto por tu propia vida —murmuró— ¿Y qué es lo gracioso?

Ojos entrecerrados, pómulos marcados, el movimiento de sus hombros... detalles irritantes que lo molestaban más.

"Es una forma de evadir la ansiedad, una mala costumbre que tengo de pequeño" pensó dejando que la risa cesara, otro de sus pequeños secretos que no dejaría que el ruso se enterara, prefería que lo creyera un lunático.

—Youngho Stepanov ¿Puedes ir al grano? Puedes apretar el botón y mandarme lejos a Corea si así lo deseas, no necesitas preliminares, no quiero juegos mentales, no sé qué es lo que quieres escuchar de mi parte... si me citaste para acá solo para informarme eso, entonces termina todo, dame el tiempo para despedirme de los demás y de Gavrel —cruzó sus brazos— o si quieres apunta la pistola a mi cabeza y dale al gatillo... como sea, solo házmelo saber.

El ruso miró el computador, luego recordó las palabras de Grisha y lo cerró para observar al policía frente a él, sí, podía matarlo... pero no quería realmente hacerlo, no ahora.

—Voy a ponerte a prueba las siguientes semanas, tanto en técnicas de defensa, como el uso de armas e inteligencia... no confío en ti, no puedo hacerlo y puede que nunca lo haga, pero... no puedo ignorar la hostilidad que tiene mi hermano hacia mí porque cree que te manipulé emocionalmente esa mañana, aunque sigo pensando que no dije ninguna mentira al respecto ¿Estás o no estás solo? ¿Qué pretenderás hacer cuando vuelvas a Corea?

Mark frunció las cejas.

—Eso no es tu maldito asunto, si vas a hacer una propuesta, hazla bien.

No quería tener respeto por Stepanov ni hablarle de "usted", no quería hacerle creer que todo estaba bien cuando era un grosero, no quería decirle cosas que quería escuchar.

Mierda, había decidido dejar la ansiedad de lado para reemplazarla por ira ¡El oligarca lo hacía enfadar!

Por su parte, Youngho se sentía genuinamente sorprendido por la actitud del muchacho, era como un gato asustado maullando y arañando cualquier cosa que se le acercara, todo lo rebatía ¡Nadie tenía el descaro de hablarle a él de esa manera!

Meneó la cabeza y cruzó sus brazos.

—Mark Lee no hagas que me arrepienta de mis decisiones —dijo entre dientes— quieres una propuesta bien hecha ¿Quieres que te la envíe en sobre de oro firmado por la reina de Inglaterra? —colocó ambas manos en la superficie, el muchacho no se movió ningún centímetro— no voy a hacer esto por mí, lo haré porque mi hermano te adora, no ha dejado de repetirlo estos últimos días... si quieres tener un propósito te lo daré, te voy a poner a prueba en las siguientes semanas, tu deber es convencerme de que te contrate como guardaespaldas de mi persona, porque al parecer, incluso Kozlov cree que serías una buena adquisición al círculo de seguridad.

—"Tu deber es convencerme" —sonrió de manera sarcástica imitando su acento— Youngho Viktorovich Stepanov, puede que venga de una institución que haya sido corrupta, pero no fui el primero de mi generación por nada, yo no trataré de convencerte de algo, actuaré según lo que yo crea correcto, si te gusta bien y si no, ten por seguro que habrás perdido un aliado valioso.

—Eso lo veremos —murmuró.

—Bien.

—Perfecto.

Se observaron en silencio un par de segundos para ver quien lanzaba el siguiente comentario mordaz, sin embargo, ninguno lo hizo. Cuando Mark sintió sus mejillas y orejas calientes, tomó una bocanada de aire, murmuró un "hasta pronto" y volteó para salir de esa oficina, mientras que el ruso tuvo una sensación jodidamente extraña en su pecho y en sus manos.

Estaba tan acostumbrado a que la gente lo tratara de "usted", que cuando alguien totalmente ajeno a su círculo se creía con el derecho a hablarle de igual a igual... se molestaba en maneras que no creía posible. ¿Era esta una de las primeras veces que alguien no lo respetaba?

Sí y eso...

Youngho Stepanov no pudo evitar cerrar los ojos y reír un poco. Mierda, el cambio de emociones era real. Se estaba volviendo loco.

---

Durante el almuerzo fue lo mismo que en otras ocasiones, Mark solo se limitaba a acotar lo justo y necesario, porque no quería que aquella mujer indagara en su pasado. Estaba acostumbrado a mentir, había creado una coartada perfecta desde que había llegado a este mundo, pero aun así era difícil.

Después de eso y a pesar de que los demás parecían entusiasmados con la idea de pasar la tarde al lado de la piscina, él solo se limitó a decir que necesitaba leer un libro y dormir una siesta ¿Era falso? No, solo que... cada día estaba más convencido que había un dejaste temporo-espacial o... solo debía ir al médico y revisar que ocurría en su cuerpo.

—El equipo de la cocina nos preparará un banquete alrededor de una fogata en la noche, tienes que estar allí, Mark —insistió Ekaterina— que trabajes para Youngho no significa que te prives de la diversión.

Era una mujer realmente encantadora, cualquiera que la viera podía creer que era de la misma edad del oligarca, aún no podía entender la razón por la que Gavrel se sentía incómodo con su presencia, pero no lo juzgaría, no sabía lo que el muchacho pensaba o sabía.

Cuando se dio cuenta que el ruso se estaba acercando a ellos, solo asintió y caminó rápidamente hacia su habitación ¿Quería ver cómo le sostenía la cintura o tenía muestras de afecto? No.

Estando sobre su cama tomó un libro para leer, no había empezado siquiera, pero Gavrel lo había recomendado, aunque ¿Podía decir que tenía miedo de hacerlo? Sí, lo tenía, porque estaba directamente relacionado con su secreto.

Sus ojos viajaron en las primeras líneas, por lo que podía entender, era una historia de amor entre dos hombres, era un libro que el adolescente guardaba con mucho cuidado porque en Rusia este tipo de cosas no estaban permitidas. No alcanzó a estar más de 5 minutos de forma atenta, porque el estómago lleno, la calidez de la habitación, las aves sonando en el exterior, el aroma de las flores y de césped recién cortado, e incluso el sonido de la piscina un poco más lejos... todo aquello formó un ambiente propicio para que sus ojos pesaran y el sueño lo invadiera.

Cuando abandonó el libro bajo la cama y abrazó la almohada, cerró los ojos un momento. Quizás no pasaron más de 5 minutos cuando sintió que alguien se sentaba a los pies de la cama y posaba una mano en su rodilla como si quisiera hacerle cariño, como si sintiera compasión de su persona.

—Realmente has crecido mucho, Mark —esa voz la conocía, sabía que lo hacía, pero ¿De dónde? — te has convertido en un hombre y en uno muy fuerte.

Al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en la misma posición con la que había descansado la vista, sin embargo, no estaba acostado sobre la cama sino más bien sobre mucha arena exquisitamente cálida, una arena de color miel con el sol de un atardecer que él conocía tan bien como la palma de su mano.

Antes siquiera de llegar a sentir miedo, miró hacia el lado y vio un hombre vestido como nómada del desierto en un traje que no revelaba más que sus ojos rasgados.

No pudo evitar sentir que le faltaba el aire. Por supuesto que reconocía esa figura y esa voz. Era la persona que le obsequió la pluma y el papel mágico cuando pequeño. ¡El único lazo que tenía con Mister Snow!

—¿Sorprendido?

—¿Qué haces aquí? —empezó a jadear observando todo a su alrededor, estaban en medio de la nada en un desierto— ¡¿Regresé?!

El hombre misterioso estiró la mano y acarició su cabello lleno de granos de arena.

—No, solo es una maravillosa ilusión, una representación mental... pero yo no soy una ilusión ¿O sí? —no hizo nada, simplemente no hizo nada porque no podía— sé que no ha habido día en el que no hayas pensado en esa persona —sus ojos se humedecieron, pero no quería llorar, el otro se dio cuenta de inmediato de ello— Mark, sé que te entristece esto ¿Por qué simplemente no te expresas? ¿O tomaste las malas costumbres del otro mundo donde creen que un hombre no puede hacerlo?

—Fuiste tú ¿Verdad? ¿Tú me llevaste al otro lado? ¡¿Para qué?!

El otro solo lo observó y luego hizo lo mismo mirando el horizonte infinito.

—Porque tienes derecho a recibir una respuesta a tus dudas... —esas palabras no hicieron más que confirmar las sospechas que el muchacho tenía— y sí, es lo que tú piensas.

—Mister Snow nunca fue de mi mundo —jadeaba con las lágrimas mojando sus pómulos— no creo que él se acuerde de mí, han pasado 10 años ¿Por qué me haces esto? ¡¿Por qué ahora cuando mi vida está tan jodida?!

—Lo único que puedo decirte, Mark, es que debes aceptar las oportunidades que se te están presentando, recuerda que una cosa lleva a la otra... y tú necesitas una respuesta que ha tardado mucho tiempo —el hombre del desierto volvió a acariciar su cabello— es la única oportunidad de poder volver a conectar con Mister Snow, ya sea en este o en otro mundo.

Cuando el hombre empezó a volverse suaves granos de arena que se volaban con el viento, Mark trató de alcanzarlo para seguir recibiendo respuesta. Es que... es que simplemente esto no podía quedar así ¡Él quería saber muchas cosas! ¡A él le debían una respuesta! ¡¿Por qué le había entregado elementos "mágicos" hace 20 años?! ¡¿Por qué tuvo que comunicarse con alguien que ni siquiera era de su mismo mundo?!

La ansiedad, las preguntas, la sensación de abandono, todo empezó a girar alrededor de él como una centrífuga, tan rápido y tan poco nítido que, cuando llegó a ser insoportable, abrió los ojos bruscamente encontrándose con una habitación totalmente a oscuras y con la sensación que tenía el libro abierto sobre su abdomen.

---

—Esta carne está deliciosa, no me parece justo que Mark no pueda disfrutarla, ha dormido toda la tarde —Gavrel lo dijo casi haciendo un puchero— ¿Debo ir a despertarlo?

Shotaro negó, no era la primera vez que Mark caía rendido por muchas horas como si estuviera agotado, pero cuando en su minuto se lo preguntó, el muchacho solo se excusó diciendo que tenía una condición que lo hacía cansarse más que una persona normal.

Youngho, un poco más lejos de ellos, tenía su brazo izquierdo rodeando el cuerpo de Ekaterina y con el derecho bebía lentamente una copa de vino, alguien que parecía absorto observando el fuego, pero alguien que no pudo evitar escuchar lo que decía su hermano y el japonés.

—¿Mark está enfermo? —preguntó la rusa preocupada, un poco somnolienta, habían empezado hace unas 2 horas a compartir— lo siento, no pude evitar escuchar lo que decía tu hermano.

—No lo sé, tampoco sé si me interesa.

—Cariño —susurró acomodando más la cabeza en su hombro, no eran una pareja oficial, pero sí compartían como una— claro que debería importarte, no puedes tener una persona protegiendo tus espaldas si está enferma.

Antes de poder contestarle, divisó aquella figura saliendo de la casa y caminando en dirección hacia ellos, una figura que no pudo evitar mirar con toda la atención del mundo, alguien a quien sus rasgos se hicieron más nítidos conforme se acercaba, los rasgos de una persona que parecía estar destruida emocionalmente.

Alguien que simplemente se sentó en una de las cómodas sillas campestres, sostuvo el vaso que Grisha tenía en su mano y lo bebió hasta el fondo sin siquiera pedirle permiso.

No pudo evitar sentirse incómodo con la escena.

—Wow wow, alto ahí mascota, te bebiste mi vodka así sin más.

Mark simplemente lo ignoró y miró el fuego con los ojos humedecidos y una horrible sensación cubriendo su espalda. Para los ojos de cualquiera, era como si en cuerpo estuviera presente, pero como si su mente estuviera lejos.

Gavrel se paró rápidamente y se acomodó a su lado para abrazarlo, como si pudiera leer a través de sus gestos que el coreano no estaba bien.

—Eres muy importante para mí, lo sabes ¿Verdad? —dijo con la voz baja— ¿Verdad?

Mark, que no podía dejar de pensar en las palabras del hombre del desierto, sintió que una calidez lo embargaba. Miró hacia el costado encontrándose con esos ojos claros encandilados por la luz del fuego, y por alguna razón se sintió seguro.

—Lo sé, por qué otra razón estaría acá... —revolvió su propio cabello para "despertar" — lo siento, tuve... una pesadilla, perdón por llegar tarde.

—Me debes vodka —dijo Grisha con su acento pesado— ¿Eh?

—Eres el jefe de seguridad de Youngho Stepanov, no podrías estar ebrio, te estoy salvando el puesto de trabajo.

—Niño, yo nunca me embriago, conozco mi límite —le sonrió— me agradas mascota, te serviré otro vaso ¿Quieres?

Mientras comía y bebía, el "coreano" observó el fuego por un par de minutos recordando los momentos en los que él tuvo que hacerlo para no morir de hipotermia, el desierto por el día era un infierno caluroso, pero por la noche descendía drásticamente a menos de 0, incluso en el verano.

"Lo único que puedo decirte, Mark, es que debes aceptar las oportunidades que se te están presentando, recuerda que una cosa lleva a la otra... y tú necesitas una respuesta que ha tardado mucho tiempo".

Las palabras del hombre danzaban en su mente ¿Había sido un sueño o había sido una visita real? ¿A qué se refería con tomar las oportunidades?

Sus ojos cambiaron de dirección hacia el frente, notando la mirada de Youngho Stepanov en el fuego, una mirada que cambió a él y se quedó así por un par de segundos, un hombre temperamental que parecía completamente diferente cuando tenía a esa hermosa mujer a su lado.

Aun sentía un profundo deseo por llorar, pero miró el cielo y las estrellas en ella. Y si realmente había recibido la visita del hombre del desierto ¿Por qué no tomarlo por el lado esperanzador? ¿Acaso no estaba en la búsqueda de darle un nuevo sentido a su vida por el cual luchar?

Merecía una respuesta, por supuesto que sí, merecía saber lo que le había sucedido a Mister Snow para actuar de esa manera y el hombre de alguna manera u otra se lo estaba haciendo saber, lo que podía significar que MS existía, era real y pertenecía a este mundo, un mundo al cual él había viajado por accidente.

Se mordió los labios y bebió el alcohol, reemplazando la sensación de abandono por ¿Esperanza?

Mierda, el carrusel de emociones era real.

—Mark Lee, supe que hablas árabe... eres un hombre de muchos talentos —dijo la rusa, mordiendo unos deliciosos aperitivos— ¿Cuándo empezarás a hablar ruso? Soy profesora de nuestro idioma, puedo ayudarte si lo deseas.

net, spasibo bol'shoye (no, muchas gracias) —medio sonrió— Gavrel ya lo está haciendo, es un muy buen profesor —estiró los brazos hacia los costados— y no creo que Youngho quisiera, en realidad él y yo no nos llevamos muy bien.

—No me agradan los policías —dijo mordaz, su acento ruso marcando las palabras, parecía desconcertado, pero también estaba enfadado— ni las personas que faltan el respeto.

El coreano meneó la cabeza para restarle importancia a sus palabras, siguió bebiendo alcohol y comiendo entre medio, dejándose llevar por el ambiente, compartiendo con Shotaro y también con Sungchan que le mostraba un truco de magia con las cartas. Personas alrededor del fuego en una casa de campo ¿Quién podía pensar que estaban aquí para resguardar su seguridad mientras lo del asesinato de otro hombre se calmara? Era como si estuvieran en una propia burbuja.

"Voy a luchar por encontrarte Mister Snow" pensó Mark con un suspiro y la esperanza llenando nuevamente su corazón, luego de eso se paró rápidamente y llamó a Gavrel para que le sostuviera las manos. Estar en ese ambiente desértico con el hombre de sus sueños, solo hizo rememorar todas las cosas que hizo cuando estuvo vagando en las calles de Marruecos, pero no todo fue malo.

—Gavrel, sabes que... cuando aprendí árabe, también aprendí otras cosas ¿Quieres saberlas?

El adolescente río, era evidente que en poco tiempo todo el vodka que había bebido estaba haciendo efectos en Mark Lee, pero le agradaba, lucía tierno, todo despeinado, con las mejillas y las orejas rojas.

—Sí, quiero saber ¿Qué sabes?

—No puedo hacerlo si no me prestas un dispositivo para poner música, y no puedo hacer eso porque tu hermano y perro faldero me quitaron mi teléfono —los aludidos entrecerraron los ojos, pero fue Grisha Kozlov quien meneó la cabeza pensando que no debió darle tanto alcohol— ¿Lo harás?

No sabía que estaba haciendo, pero se estaba dejando guiar por sus nuevos pensamientos. No todo tenía que ser malo, tenía una nueva meta, no todo estaba perdido, iba a encontrar a Mister Snow, iba a hacerlo ¡Después de tantos años deseando conocerlo! E iba a luchar por ello, no papeles ni plumas mágicas, esta vez iba a luchar por verlo frente a frente y decirle todo lo que había sentido, incluso si tenía una familia o lo que fuera, porque necesitaba cerrar un ciclo que nunca se cerró como correspondía.

Mierda, ahora estaba feliz, tan feliz que no se daba cuenta de que estaba dejando conocer un secreto suyo.

Cuando el adolescente le entregó un teléfono, Mark buscó rápidamente un par de palabras en Spotify, fue en cosa de segundos que el sonido de estilo árabe sonó en ese ambiente.

—No todos lo saben, pero la danza del vientre también puede ser bailada por hombres —se río— mira... mira —levantó su camiseta y le mostró su abdomen, un poco marcado con los ejercicios— mira cómo se mueve.

Y lo movía con tanta fluidez que todos aplaudieron, menos Youngho que no podía evitar sentirse jodidamente incómodo con la figura de un Mark Lee borracho haciendo el ridículo, una escena tan patética que sintió deseo de pedirle que parara para que no lo avergonzara.

—El derbake es un tipo de instrumento de percusión árabe, ohhh lo bailé tantas veces como no tienen idea, ven Gavrel, ven a bailar conmigo.

El adolescente haría cualquier cosa por verlo sonreír, por eso no se negó a la petición, pero era indiscutible el hecho de que por más que intentara seguirlo, Mark Lee bailaba con una exquisitez y fluidez envidiable.

Shotaro y Sungchan, también borrachos, se reían aplaudiendo al ritmo, Grisha meneaba la cabeza al ritmo, con los ojos cerrados, Ekaterina también quiso unirse a Mark Lee para bailar y, en el fondo, captar la atención del oligarca, pero el aludido no podía dejar de maldecir en ruso al policía.

—Esto también se baila en fiestas —dio un giro suave, cerrando los ojos, riéndose de sí mismo— y yo estoy en una porque he decidido dejar de sentir angustia... porque... porque creo que podré ser feliz.

Idiota, infeliz, su trasero gordo no se veía bien cuando lo sacudía con precisión y marcaba su pantalón, estaba haciendo el ridículo y nadie le haría creer lo contrario. Estaba de tan malhumor que no se percató cuando un Mark todo borracho se tropezó con sus propios pies y terminó cayendo sobre los brazos del oligarca.

—Hola tú —rio roncamente— creo que es una costumbre caerme sobre ti, Youngho —meneaba la cabeza al ritmo de la música árabe, estaba hablando en coreano— creo que voy a aceptar trabajar contigo, pero vas a... a tener que dejar de mirarme con unas cejas tan fruncidas, te van a salir arrugas.

—No tienes idea de lo idiota que te vez, un hombre no baila ese tipo de cosas, no arrastres a mi hermano a eso.

El policía sonrió, permitiendo que sus pómulos se marcaran aún más, estirando su mano hacia el rostro del ruso para acariciar sus cejas y el contorno de sus ojos, un gesto que lo hizo paralizarse y abrirlos tanto como podían.

—Nada de lo que hagas podrá hacerme sentir mal en este momento, solo siento una profunda lástima por usted señor Stepanov —seguía acariciando su rostro— y no te enojes tanto, en serio... no creas que no me he dado cuenta cuando le sonríes a esa mujer... y creo que me gustas más así, cuando luces feliz.

Antes que la mandíbula se le desencajara de sorpresa, Mark Lee decidió que también tenía que dejar de mentirse a sí mismo, él sabía que le gustaban los hombres ¿Qué había de malo en admitir que encontraba caliente a Youngho Stepanov? Olvidó que había música en el ambiente o que estaban rodeados por otras personas, solo dejó guiarse por la jodida atracción que reprimía hace días, una represión que fue rota por el vodka.

Fue por esa razón que hizo uso de fuerza en sus manos para atraer el rostro del oligarca hacia él y hacer algo que había deseado desde hace mucho tiempo, estampar sus labios en esa boca.

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Nota autora:

O_O !!!!!!

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