El Cuarto De Mis Pesadillas
-Buenos días estudiantes, el día de hoy se les va a entregar un documento muy importante y tiene una tarea, la cual para final de sus estudios académicos debe de estar realizada en su totalidad- los profesores nos empezaron a entregar unas carpetas
-Si leen con detenimiento se darán cuenta del lugar donde se les fue asignada su labor y cuánto tiempo tienen que hacer, todos tendrán el mismo límite de tiempo y desarrollarán diferentes tareas durante este- explica una de las orientadoras
-Eviten formar pleitos o cometer faltas en sus lugares designados, empiezan ya mismo- todos se empezaron a dividir al lugar donde les correspondió
"Weltree hospital "
Me dirijo a la dirección y presento la carpeta al director del hospital, me asigna como ayudante
-Se firmarán las horas que hagas cada que vengas, suerte y bienvenida a Weltree- me deja en mitad del pasillo y me queda entendido que tengo que encargarme de lo que me falte por entender
-Hola ¿Esperas a algún amigo o familiar?- pregunta una de las doctoras
-No señora, yo soy de Servicio social y hoy es mi primer día, aunque estoy algo perdida- explico
-Un gusto soy Martina, bienvenida a Weltree -me da la mano
Me enseña dónde puedo guardar mis cosas y me ayuda a instalar me en el hospital
-Ayuda en el área de psicología, llama a los pacientes a través de esto, le llegará el nombre del paciente y cuándo es solicitado aquí en el monitor, solo lo lees dos veces y listo- explicó antes de irse
Mis días se resumieron en llamar pacientes, hacer una pausa para merendar (al parecer Karen habló con Martina y cuando estaba ella en su hora de receso me hacía ir con ella a merendar), una que otra conversación con Martina, pasar mi carpeta para ser firmada e ir a casa.
Martina se ha vuelvo una buena amiga, puedo hablar de cualquier tema y no me siento incomoda, puedo llegar a recibir consejos de la conversación menos esperada, es bastante agradable.
Sólo hay un pequeño defecto, en la mañana tenemos clases de distintos tipos de cursos y en las tardes servicio social, llego a casa, saco a Luna y hago mis tareas, hablo con Jack y Lucía y duermo, a veces no tengo apetito suficiente para cenar, pero van siendo más agotador de lo que esperaba.
Los profesores que nos dictan los cursos, se aseguran de que entendamos por completo lo que nos van enseñando, el profesor de fotografía es uno de ellos, me alegré de ver como mínimo una cara conocida entre todos los maestros.
Martina a veces habla conmigo de mi vida en Colombia, cuando le conté de Angie, no me creía que tengo una hermana gemela. Aún no sabe de mi madre y a veces me siento mal por omitirlo y a la vez sé que de alguna manera me hace mal evitar el tema, tanto así que últimamente siento que veo a mi mamá o alguna referencia a ella en todas partes, es como un sueño despierta
Hace unos días le conté la historia de Isabella, desde que la conocí hasta cuando Lucía se apoderó de mi amor y cariño. De alguna forma lo único que evitó que llorara fue al final hablar de Lucía, pero reconozco que me hace una falta inmensa Isa.
Esta mañana hablé con Jack y me contó que Lucia está con fiebre y tiene ataques de tos seguidos y la a llevar a médico. Me preocupa su salud, espero no sea nada grave, al fin de cuentas, tan solo tiene siete meses
-Hola Nat
-Hola Martina ¿cómo estás?- trae una taza de café en sus manos y toma un poco
-Bien y ¿tú?- me llega la notificación
-Bien- me acerco al micrófono- Etelvina Castro- una chica de al rededor de veinte años se acerca a la sala de consulta de su respectivo doctor, antes leía el doctor, ahora solo leo el nombre y ellos se van a su respectiva sala.
-Vamos- avisa
-De acuerdo- Tomo mi teléfono y salgo de recepción, Karina me cubre al ver que me voy. Martina ordena algo en cafetería y me pide que avance a el cuarto de descanso
Antes de entrar veo a una señora de aseo, se parece a mi mamá. Giro la perilla y doy un paso para entrar, vuelvo a girar en búsqueda de la señora pero no está.
-Nat, mi niña- esa en definitiva es la voz de mi mamá, busco la persona que habló, pero estoy sola, la sala de descanso tiene dentro a un doctor de al rededor 40 años quien tira a la basura el envoltorio de unas galletas y sale, el pasillo se encuentra vacío a excepción del doctor que acaba de salir, entro y me siento
Martina entra a la sala después de un par de minutos y me entrega un recipiente plástico con fruta
-Se parece a los que hacía mi mamá- suelto con nostalgia y solo después de decirlo soy consciente de lo que pensaba en realidad lo he dicho
-¿Cómo se llama?- pregunta con curiosidad, pero a la vez en un tono tan calmado
-Catalina, de hecho, se llamaba- mi voz se rompe un poco al decir lo último
-¿Cómo era?- tiene un paquete de galletas Oreo, me recuerda a Sara
-Se parecía a mí, pero su cabello era castaño claro en lugar de rubio y le llegaba a mitad de la espalda . Sus ojos azules, con toques canela y su piel blanca. Era un poco más alta que yo, siempre mostrando su hermosa sonrisa- abro el recipiente y el olor a frutas invade mis fosas nasales- Siempre dispuesta a ayudar a los demás, trabajaba en un restaurante del cual era dueña junto a mi tía y siempre olía a especias de distintos tipos, buena persona, le era fácil hacer amigos, pero tenía pocos con los que frecuentaba. Su sonrisa era permanente, en la mayoría de mis recuerdos la veo sonreír, uno que otro llorando, pero esos son muy escasos- mi mirada se pierde entre la fruta
-Al parecer la amas demasiado
-Sí, no es fácil saber que murió, mucho menos que ni siquiera había cumplido mis quince años cuando eso sucedió. El día en que mis amigas me celebraron mi cumpleaños me hizo mucha falta, su abrazo matutino es algo que me hace falta, era parte de mi rutina desde que tengo memoria y ha sido difícil no recibirlo
-¿Qué pasó en su último tiempo de vida?
-No estoy del todo segura- un nudo se forma en mi garganta y me impide hablar
-¿Por qué?- empiezo a comer un poco para intentar soltar el nudo, pero me es imposible pasar la comida
Me calmo un poco y siento que aunque no se ha ido, puedo hablar y comer
-Meses antes de eso, mi tío y mis primos fueron de visita, estábamos cenando y mi tío dio la noticia, me iba a ir con ellos a Bogotá, a duras penas había probado mi cena, me excusé, la guardé y me fui con la excusa de haber olvidado algo en el apartamento de un amigo, recogí a una amiga y fuimos al apartamento de Chris, hablamos, lloramos y reímos. -empiezo a llorar
-Entonces...-al verme llorar deja de hablar, estamos sentadas frente a frente
-Entonces acepté y fui a estudiar a un internado, mi mejor amiga también, fue una sorpresa para mí, pero buena compañía, nos hicimos amigas del hijo del coordinador, bueno, ella se hizo su novia, no me lo contó. Siento que estábamos tan alejadas que no lo habría sabido- cierro la fruta y miro a Martina a los ojos- Una tarde cualquiera, me sentí rara, mi primo me dijo que recibió una llamada de mi tío quien pasaría por mí, tenía que cambiarme e irme con él
>> Cuando llegué nadie nos daba información de ella, estaba en el hospital del pueblo, a la mañana siguiente nos dejaron pasar a verla, estaba bien, por lo menos tan bien como se puede estar después de haber sido atropellada. Pasaron unos días y le dieron de alta, un día estábamos todos en un sillón, viendo una película y de repente nos quedamos dormidos, desperté y era de mañana, estaba haciendo algo en mi habitación y como habían aún dormidos en el sillón hice el menor ruido posible, me organicé y demás.
>>Más tarde mi mamá no reaccionaba, no despertaba, llamamos a los doctores y nos dijeron que había muerto- las lágrimas me invaden y salen sin permiso –recogieron el cadáver y demás. De haber sabido que no volvería a probar su comida nunca, siempre que dejé algo en mi plato lo habría comido y degustado a cada bocado –de repente dejé de llorar
-Natalie ¿Cuánto tiempo lloraste por ella?- preguntó dejándome desconcertada
-Evitaba llorarla, intento recordarla con sonrisas, juro que lo intento, pero no puedo, me pongo a llorar. Hay algo dentro de mí que me recrimina no haber estado con ella en su último tiempo, otra me dice que si devuelvo el tiempo ella volverá, otra me dice que ella está orgullosa de mí, donde sea que se encuentre
-No lloraste por ella, Natalie, eso es algo no muy común.
-Lo sé, pero me pasó igual con mi abuela, aunque a mi abuela la lloré un par de días después de su muerte y el día de su funeral. Aunque en parte es porque sé que mi hermana me necesita fuerte, a ella le dio muy fuerte en la muerte de ambas, he intentado ser ese hombro en el cual llorar
-Has intentado ser el hombro en el cual llorar, pero no tienes hombro en quien llorar
-Existen las almohadas
-No, no es lo mismo. Natalie, es completamente distinto
-Pero tiene el mismo fin
-Pero jamás el mismo resultado, ni el mismo apoyo
Después de esa conversación se han vuelto más frecuentes las veces que veo a mi madre, es extraño, me da miedo y a la vez me llena de calma verla, aunque cada vez que tengo que comer, se me va el apetito. Han pasado un par de semanas y pienso más en mi mamá que de costumbre
Estoy llamando a un paciente y veo llegar a mi mamá
-Nat, vamos- dice, tomo mi teléfono y voy con ella. Siento mi cara mojada y una gota de agua salina se encuentra con mi boca. No le doy importancia y sigo caminando detrás de ella. Una mano me agarra del brazo y todo se vuelve negro.
-¿Mamá?- pregunto viendo una silueta borrosa de una mujer
-Algo anda mal, trae el sedante....-dice algo, pero no escucho bien y todo pierde el sentido que no alcanzó a cobrar
Despierto, no veo a nadie. Todo a mí alrededor es blanco, algo calmado, me llena de miedo, me asusta. No tengo idea de a dónde puedo ir, al fin y al cabo esta habitación es muy pequeña y no importa para donde valla terminaré dando vueltas entre estas cuatro paredes.
Este lugar es como un valle donde puedo encontrar calma, pero a la vez esta pieza es una cárcel y me perturba
¿Qué será de mí? ¿Dónde está mi madre? ¿Cómo llegué aquí? ¿Por qué no estoy con mi mamá y Angie?
Estas y otras preguntas son las que invaden mi cabeza
Cuando duermo logro ver a mi madre en sueños me aterra no saber nada de ella ni Dónde está, si está bien o está en una habitación igual que yo.
Ayer vinieron unos señores y me dieron comida, me obligaron a comerla y me dieron unas pastillas que me obligaron a dormir. Esta mañana me desperté en una camilla y me volvieron a traer aquí a esta habitación
Esta habitación, donde lo único que puedo ver en sus paredes blancas es mi locura y mi evidente muerte, este lugar donde me tienen a causa de alguno de mis problemas, donde sé que moriré, pero al fin de todo también sé que no me importa si antes de morir logro ver a mi madre.
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