Capítulo 2

Era una niña cuando ocurrió.

Pero me di cuenta de ello al cumplir los 10 años de edad, cuando me enamoré de un chico que estudiaba conmigo y, como ambos éramos hijos de familias que se odiaban, nos encontrábamos a solas en la noche, cuando todos dormían. Para ser exactos, nos reuníamos en el lago donde recojo agua. Ahí fue cuando sucedió. Hablábamos tranquilamente cuando una sensación de náuseas y ardor en la piel empezó a darme. Luego vinieron mareos. Después el hambre, una sed de querer probar sangre humana. Lo imaginaba como un aperitivo para consternación mía. No sé qué ocurrió más tarde. Sentí que estaba atrapada en un sueño largo que me secuestró estando dormida. Todo fue bastante confuso. Y más al despertar con el cuerpo empapado en sangre y con garras afiladas en el cadáver del chico que me gustaba. Mi piel se vería extraña al estar manchada de rayas negras. Quedé en shock. Fui al lago a ver mi reflejo y ví las orejas de tigre, los ojos carmesís y rasgos felinos en mi rostro. Poco a poco fui volviendo a mi forma humana, no sin antes gritar y llorar de angustia y horror.

Cuando enterré su cuerpo, me prometí no enamorarme o hacer amigos jamás: no solo corren riesgo de morir si me transformo en tigre, también pueden delatarme. Sacar a la luz mi secreto. No se los conté ni a mis padres porque siempre recurren a los Ancianos, para ellos su palabra o decisión es ley. No saben tomar decisiones ni siquiera para protegerme, y con mi tío formando parte de del Consejo de Ancianos, más se sienten confiados de consultarles. En cambio, yo soy la única de la aldea que desconfía de los Ancianos. Creen que sabe todo lo referente a mi maldición y no es así. Dudo que sepan que la maldición de la luna es algo que se descubre por medio de una marca de medialuna tatuada en la piel. Dudo que sepan que los tigres que cambian de forma no solo sufren ese ensalmo por medio de la luna, también puede ser genético, entre muchas cosas más.

Ahora creen que atarme al matrimonio es una buena idea. Creen que así estoy a salvo del tigre que piensan capturar. Una misión suicida. Tal vez nadie sobreviva. Pero están buscando mal, van a capturar al tigre equivocado, pero no ese el problema: el problema es que es probable que piensen que el tigre maldecido por la Luna Roja es uno que vive en las cuevas de las Tierras Salvajes, y ese tigre ni siquiera está maldecido por la luna.

Peor: es un licántropo. Uno de sangre pura. Uno que nació con la habilidad de convertirse en hombre y tigre cuando le plazca, no está maldito. Pero es muy peligroso, y matará a mis padres y a la gente de la aldea cuando los vea. Él detesta a los humanos.

Por los dioses.

Al caer la noche, ya mis padres me informaron de mi compromiso con el hijo de uno de los Ancianos, decayendo más mis ánimos al darme cuenta que es un temible cazador bastante reconocido en otras aldeas. No solo se dedica a eso por dinero. Es su pasión. Cree que le hace un favor a todos. Suspiro de la frustración. Intenté negarme pero mis padres siguieron en su discurso animado de haberme conseguido un buen pretendiente.

Quería decirles todo, la verdad que tanto tiempo llevo ocultando pero, me contuve. No sé cómo se lo tomarán. Cuando me acosté, no estaba segura qué hacer. Mis padres anunciaron mi compromiso sin poder hacer nada para evitarlo, y me dolió ver esa expresión feliz en sus rostros sin saber ellos que estaban cometiendo un error que tampoco podía corregir.

No sé qué hacer.

Dentro de poco voy a casarme.

Y todos sabrán mi secreto.

Posiblemente muera a manos de mi marido cuando lo sepa.

Pero ellos no saben nada. No es su culpa. Es culpa de los Ancianos. Ellos fueron quienes sembraron ideas erróneas a pesar de que lo hicieron por el bien de la aldea. Tal vez ni siquiera es su culpa. Tal vez es culpa mía. Debí haberlo dicho de niña, debí confiar en alguien, pero, hay una parte de mí que desconfía de todo el mundo, temerosa de que alguna persona descubra mi secreto.

Cuando veo que todo el mundo duerme, me preparo para salir y dirigirme al lago. Ahí me transformo voluntariamente tras varios meses de contener esta maldición cada vez que la luna me llama. Son pocas las ocasiones en que me pongo la piel del tigre, casi siempre siempre me transformo contra mi voluntad, pero este caso es necesario si quiero avisar a alguien de lo que va a suceder.

Si alguien me viera, no verán a una muchacha sino a un tigre blanco que corre como el viento hacia las Tierras Salvajes, vestida de arboles y senderos hermosos y siniestros arropados por la espesa oscuridad. Tras un largo rato, logro llegar a la cueva donde no solo mora el tigre que los aldeanos piensan cazar para "exterminar la maldición de la Luna Roja," también conviven manadas de tigres de diferentes familias y linajes, si bien la mayoría se fueron a las tierras que están al otro lado del mar, tierras donde se rumorea que habitan miembros de nuestra raza conviviendo con los humanos sin ser descubiertos. En ese lugar hay unos monumentos que los humanos llaman "rascacielos" o "apartamentos" para vivir. Las leyendas que afirman la existencia de seres como yo, a diferencia de aquí, son solo cuentos de terror para niños y no le toman importancia. Creen que solo existen los humanos, y que los vampiros y las brujas son solo mitos antiguos. Me pregunto si ese tigre tiene las respuestas que busco.

La cueva esta bastante tranquila. Entro en silencio hasta la garganta del lugar rocoso, iluminado por la luna llena que cuelga en el cielo en compañía de las estrellas, que según la leyenda son sus vigilantes enviadas por su rival para evitar que la luna se escapara de su jaula de plata. Me pregunto cuanta verdad hay en esas leyendas.

-Creí que jamas volverías tras abandonar a tu gente. La voz del tigre grande y musculoso que yace sentado sobre una roca en forma de trono, es grave y potente para afirmar su autoridad como el Jefe de su manada.

-Zulkhan. Murmuro, pronunciando su nombre tras un largo tiempo sin vernos.

-Luna. Susurra mi nombre.

-Lamento venir sin invitación tuya...

-Ciertamente, no eres bienvenida aquí.

Y tiene razón: al cumplir los 9 años de edad empecé a curiosear las Tierras Salvajes de noche en mi forma de tigre sin conocer en ese entonces que, fui elegida y marcada por la Luna Roja a ser una humana de día, tigre de noche. En esa época, creía que todas esas aventuras nocturnas era producto de mis sueños, que cada vez que me transformaba en un tigre de noche era una señal de que en el fondo anhelaba ser hermosa, temible, fuerte, salvaje y libre como un tigre. Desconocía por completo que mis sueños eran reales. Si bien me transformaba contra mi voluntad y sin recuerdo alguno de esos hechos al día siguiente, no significaba que perdiera mi conciencia humana. Pero olvidaba que era humana también. Por eso me hice amiga de Zulkhan, en aquel entonces nos llevábamos tan bien que por poco íbamos a comprometernos en el futuro pese a lo apuestos que somos. había hecho amigos y forjado relaciones solidas que nunca tuve con los humanos o mi familia. No obstante, todo se desmoronó cuando unos cazadores encontraron nuestro escondite, en ese momento debí quedarme a luchar con ellos, no solo para protegerlos, sino para demostrar mi lealtad y mi orgullo como tigre. No supe el motivo en ese instante, pero algo me detuvo, una fuerza invisible me arrastraba a huir de ahí para no volver nunca. Cuando escapé de la batalla, no solo dejé a Zulkhan y a mis amigos confundidos o decepcionados por mi decisión. Yo me quedé perpleja por lo que hice. No entendía el motivo tras todo lo que compartí con ellos. Y cuando era humana, pensaba en ello sin entender porque me afectaba el "extraño y vivido sueño" hasta el punto de sentirme culpable. Cuando maté al chico que me gustaba en ese lago tras mi repentino cambio, fue cuando me di cuenta el porqué hui de esa batalla cuando debí haberme quedado. La respuesta era simple: nunca acepté ese obsequio que me dio la Luna Roja al conferirme la capacidad de cambiar forma en la noche. No solo por el riesgo de que alguien descubra mi maldición, sino por el hecho de que, al no saber controlar esas habilidades, me termino convirtiendo en algo mucho peor que un tigre.

Me convierto en un monstruo. En una asesina. No solo por matar a los humanos, también a los animales del bosque que incluso los hago sufrir cuando pierdo el control de mi misma. Por esa razón, cuando supe que me pasaba en las noches, juré no volver a verlos para evitar que en mi carencia de autocontrol los lastimara también y empeoraría la situación.

Para mi sorpresa, la expresión dura de Zulkhan se ablanda y me ofrece esa sonrisa cálida que en el pasado hizo que me sintiera atraída por el.

-Sin embargo, tengo curiosidad ante tu imprevista visita después de largos años sin venir.

Me relajo al oír eso. Pero son tantas cosas por decirle. Menos mal que el esta solo.

-Para empezar, he venido a advertirte que la gente de la aldea planea atacar este lugar. No tienen mucho tiempo. Creen que tu eres el Hijo de la Luna Roja, aquel tigre que fue maldecido por la Luna Roja, siendo una amenaza para ellos.

No luce muy sorprendido.

-Veo que desconocen tu secreto.

Me quedo perpleja al oír eso.

- ¿Que?

-Conozco tu secreto desde hace tiempo, para ser concreto, desde el día en que nos conocimos.

- ¿Que? ¡Ni siquiera yo lo sabia en ese momento! En aquel entonces creí que tanto tu como el hecho de que me transformaba en un tigre era...producto de mis sueños. No lo supe hasta un año después.

Ahora si parece un poco sorprendido.

- ¿Porque te reprimes? Eso solo te empeora cuando te transformas.

-No tengo opción, si lo hago, los demás descubrirán mi secreto y hago lo que esta en mi poder para evitarlo pero...

- ¿Pero...?

-Dentro de poco me voy a casar, hoy me comprometieron con un cazador y no se como decirles que no porque, para rematar, lo hacen para protegerme del "Tigre Maldito de la Luna Roja. " Y para continuar el linaje en caso de que ellos no sobrevivan a la misión de aniquilarte.

Contengo las ganas de llorar, esa desesperación y la ansiedad que me carcome por dentro como un parasito.

-Creo que tengo la solución a tu problema.

- ¿A que te refieres?

-Ven conmigo a las tierras que se encuentran al otro lado del mar, conoces los rumores. Ahí nadie sabrá tu secreto porque, aunque lo dijeras en voz alta, los humanos de ese lugar no se lo creerían. A diferencia de aquí, que corres mas riesgo.

-Podrían sospechar si desaparezco: recuerda que los Ancianos invocan a los espíritus para saber ciertas. Y mas si mis padres acude a ellos cada rato o por cualquier cosa. -No si una chica de nuestra manada se hace pasar por ti. ¿Te acuerdas de Kiara? Ella pude imitar tu rostro y voz, hacerse pasar por ti y casarse con el humano. No es que niegue su naturaleza, simplemente no acepta nuestras costumbres, se siente mas cómoda con los humanos. -Pero cuando se transforme...

-A diferencia de ti, tiene mas control de sus poderes. Sabe como actuar y fingir se humana sin sentirse presionada a ello, lleva tiempo pidiéndomelo, y esta es una excelente oportunidad si vienes conmigo y te enseño como controlar tu maldición sin lastimar a nadie. Tengo la certeza que por eso no volviste a venir.

Acabo de acordarme algo al oír sus palabras.

- ¿Aun lees la mente de otros seres?

Su sonrisa es respuesta suficiente. Suspiro exasperada, tiene sentido, pero al menos me da una opción para escapar de esta situación.

Solo así pudo sobrevivir y encontrar mi libertad. Vivir sin temor. Porque he investigado y averiguado cualquier cosa para romper esta maldición, y solo llegue a la conclusión de que no tiene cura. Lo poco que puedo hacer es controlarlo y ocultarlo de los humanos, y recibir ayuda.

Acepte la oferta sabiendo que mi vida jamas seria la misma.

Al día siguiente, aproveche el tiempo de pasar mas tiempo con mis padres y darles el recuerdo de la hija que sin saber ellos, iba a irse a otro lugar. Se que, aunque no voy a estar con ellos, Kiara interpretara muy bien su papel. Siempre ha querido casarse con un humano, uno fuerte y masculino como el cazador, solo espero que sepa adaptarse sin problemas a este entorno. Que la gente la aprecie y la trate mejor que como me trataban. En la noche, no llevo nada porque tampoco tengo muchos objetos personales, y ninguno tiene valor para mi. Kiara entra por la ventana cuando mis padres duermen y charlamos un rato antes de despedirnos y salir de la casa de mis padres. 

Voy a la montañas para encontrarme con Zulkhan, guiándome a nuestro destino para surcar nuevos caminos en nuestras vidas. Juntos. 

No sé lo que nos espera en el futuro.

Tampoco sé si tomé la decisión correcta, pero confío en Zulkhan y en la promesa de que algo bueno vendrá...

Y aquí estoy.

3 años después de salir de la isla que no existe en el mapa. Viviendo como una simple mortal en un apartamento en Brooklyn con Zulkhan, que tras un periodo de enseñarme a controlar mi maldición y aprender a aceptarlo, algo que me costó mucho, no solo logré controlar mis habilidades y transformaciones. También aprendí a amar a Zulkhan. Ambos, temerosos del amor y la confianza, aprendimos a sobrellevar esas emociones para sembrado juntos una vida que no creíamos que llegáramos alcanzar.

Después de todo, nadie sabe que una chica que ha sido marcada por la Luna Roja convive entre ellos como una humana más.

Y que no soy la única guardando secretos.

Fin. @

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