Cambio

OLIVIA

En la tarde Liam se fue con unos hombres más, alegando que seria por un rato de chicos pero no me comía ese cuento, después de la salida, hablo con uno de ellos y su actitud cambio completamente. Los vi irse entre los arboles desde el balcón, era mas de las dos de la madrugada y el no aparecía, tenia los pelos de punta, y no era solo yo, note a algunas mujeres extrañas, mirando al bosque con inquietud. Me quede en la habitación esperando, hasta que me ganó el sueño y me tumbe en la cama sin taparme.

El sonido de gritos atrajo mi atención, era abajo, en el salón.

Me quede quieta buscando escuchar, sin moverme de la cama. "¡Como pudieron arruinarlo así!" era la voz de Liam, mis nervios aumentaron, oí un golpe seco y un "¡fuera!" con eso todo acabo. Me quede mirando a la puerta esperando a que Liam entrara.

Apenas lo hizo me levante, el cerro la puerta con un golpe seco. 

Tenia barro, notaba su frustración y su mirada era fría.

-Liam...-Me acerque lentamente-¿Donde hasta estado?

El me miro, sin dulzura, su mirada era oscura y reflejaba algo que no podía descifrar. Trague en seco pero no me detuve.

-No es asunto tuyo, Olivia-Respondió con un tono cortante y frio.

Sentí un nudo en la garganta por su tono, como no se refería a mi como "Amor, cielo" nada para intentar calmarme, o decirme algo para ayudarlo-Estuve preocupada por ti-Hable suave, dando un paso mas-Te espere toda la noche, no pensé que tardarías tanto...oí los gritos abajo, ¿Qué esta pasando?¿por que no me explicas?

Liam me miro serio, dio un paso hacía mi, su figura tensa me hizo querer dar un paso hacía atrás pero el pánico me apreso. No dejo de avanzar bruscamente.

-¡Te dije que no es asunto tuyo!-Su voz resonó en mis oídos,

Su acercamiento fue tan brusco que su cuerpo choco con el mío, no mantuve mi equilibrio, tropecé y acabe cayendo al suelo bruscamente. Lo mire con el cerrazón latiendo fuertemente. Lo mire aturdida y dolida, no por el golpe, si no por su actitud, porque se supone el debía protegerme, no herirme así.

-Olivia...-Su tono cambio de inmediato, se acerco a mi y se arrodillo a mi lado, contuve mis lagrimas-Perdóname...no quise....

Reuní coraje y lo mire, mas tristeza que miedo-Intento comprender...

-Es que no puedes.

-No podre si no me explicas.

Tras su silencio me levante del suelo y camine hacia la cama, me acosté sin llorar en alto. Sentía el peso de su actitud, y como esto era el inicio de algo más. Liam se quedo inmóvil un momento pero luego salió de la habitación dando un portazo, dejándome sola con mis pensamientos.

Las sospechas pasaron a segundo plano, ahora solo pensaba en mis sentimientos y si me abría equivocado otra vez al abrir mi corazón-Por favor no...-Susurre entre lágrimas y sollozos, sujete mi mano que llevaba el anillo de compromiso.

No hace ni dos días me pidió matrimonio...

 Llore hasta quedarme dormida.

><

En la mañana la luz del sol se coló por la ventana, no había pegado un ojo en toda la noche. Hace apenas unos minutos había podido dejar de llorar, me ardían los ojos, tenia miedo de que esto acabara luego de ilusionarme tanto, solo quería que Liam me dijera cuanto me amaba, que me hablara de forma dulce y me prometiera que esto no pasaría otra vez.

La puerta se abrió suavemente, era Liam.

El fue directamente al armario sin mirarme, saco ropa para el día. No me miraba, como si yo no estuviera aquí. Reuní mi valor, controle mi voz quebrada y pregunte-¿Nos iremos hoy...?-Aunque su actitud me decía otra cosa.

Al principio no respondió, tardo en hacerlo-Mañana. Tengo cosas que hacer-Su tono era frio, seco, cortante.

Intente decir algo mas pero las palabras quedaron atoradas en mi garganta, mire sus movimientos, esperando que me mirara pero en su lugar me dio la espalda y empezó a desabotonarse la camisa. Cerro el armario bruscamente y empezó a cambiarse.

-Liam, ¿Qué esta pasando?

El me miro-No pasa nada, Olivia-Su tono salió frio, claramente algo pasaba.

No dije mas nada, su tono me hizo querer llorar otra vez. Y es que su amor me había abandonado de un día para el otro. Mis ojos ardían mientras el me ignoraba por completo y seguía con lo suyo, es como si yo no estuviera ahí, como si no le importara que llorara, nada. Salió de la habitación sin despedirse, sin disculparse, sin un gesto.

Me quede envuelta en las sabanas, sollozando lentamente.

Solo quería que las horas pasaran rápido para poder volver a mi casa.