Capítulo 6.

Luego de no llegar a ningún plan concreto, el cansancio venció a los chicos y se fueron a dormir. No pasaron más de dos horas cuando Luz volvió a despertar, ya que un viento helado le había golpeado en la cara. Curiosamente, el viento no había apagado la chimenea que habían dejado prendida. Luz se levantó, se talló los ojos y miró a su alrededor. Vio a los demás dormidos, los retratos, la chimenea, y...

-Hola, Luz.

La susodicha pegó un brinco en el sillón sobre el que se había dormido, asustada por la voz grave y profunda que le hablaba. Al mirar frente a ella, vio a una sombra que parecía ser de un hombre mayor que tenía un bastón en las manos, aunque no podía distinguir su cara.

-Me disculpo por la informalidad-dijo la sombra-. Es que siento que ya nos conocemos. Verás, tenemos una amiga en común...

Una segunda sombra cruzó el pasillo, la sombra de una mujer.

-¿Mamá?

La mujer no se detuvo y salió de la casa.

-¡Mamá, espera!

Luz la siguió, llegando hasta la parte trasera de la casa, donde había un cementerio. Luz siguió corriendo detrás de ella, pero de pronto se vio rodeada de espectros, uno de los cuales parecía ser el cuidador de aquel lugar.

-Yo no me atrevería a entrar-dijo el cuidador-, a menos que quieras un boleto a la región del Más Allá.

-Llévanos contigo-dijo otro de los espectros-. Sabemos que muy pronto viajarás allá.

Luz no les hizo caso y siguió corriendo detrás de su madre, atravesando las tumbas mientras los fantasmas volaban a su alrededor riéndose y manos esqueléticas salían de las tumbas para atraparla. Finalmente, llegó hasta una fuente, y vio a su madre dándole la espalda.

-¿Mamá?-la llamó Luz, pero al no conseguir respuesta se acercó lentamente. Estaba a punto de tocarla, cuando...

-Luz, ¡Luz!

La chica despertó, todo había sido un sueño. Miró hacia arriba y vio a Willow de pie frente a ella con una linterna en la mano.

-¿Qué quieres, Willow?

-Hunter no está y algo malo pasa, ven-dijo Willow.

Luz se levantó y vio que un montón de libros, muebles y candelabros de mesa flotaban en el pasillo principal, todos dirigiéndose en la misma dirección.

-Voy a ver de qué se trata-dijo Luz.

-Voy contigo-dijo Amity.

Mientras Willow y Gus se quedaban atrás, ambas chicas recorrieron la mansión mientras escuchaban ruidos extraños. Al escuchar un piano tocándose sólo, pero al alumbrarlo no vieron nada. Iban a seguir su camino hasta que chocaron con alguien a sus espaldas.

-¡AHH!

-¡Shh, soy yo!-dijo Hunter haciéndoles señas para que se callaran.

-¡¿Qué crees que haces?!-dijo Amity.

-¡Tenemos que encontrar a Leota, así que salí a buscarla!-dijo Hunter-. Además, me di cuenta de que no hemos revisado el ático.

Los tres se miraron. Aunque no les gustaba la idea de vagar de noche por la casa, sabían que no les quedaba otra opción. Tomaron sus linternas y se dirigieron al ático.

Una vez bajo la puerta del ático, Hunter tomó una lanza y logró bajar la puerta.

-Muy bien-dijo Amity-. ¿Quién quiere ir?

-¿No era damas primero?-preguntó Hunter con voz temblorosa.

-Tú sí que eres valiente-dijo Luz mirándolo mal antes de subir por las viejas escaleras. 

Luz se asomó, alumbrando el lugar con la linterna, mientras escuchaba varios golpes extraños.

-¿Hola?-dijo Luz-. ¿Madame Leota?

Luz terminó de subir por las escaleras, pero apenas lo hizo la puerta se cerró detrás de ella con violencia.

-¡Amity!

-¡Luz! ¡¿Estás bien?!-preguntó la chica desde abajo.

-¡Sí, lo estoy! Creo que la puerta se cerró sola.

-Trataremos de abrirla desde aquí-dijo Hunter-. Ve si hay algo que nos pueda llevar con Leota.

-Lo haré.

Luz tomó la linterna y avanzó lentamente por el ático. Los golpes se intensificaban a medida que avanzaba, pero ella trataba de ignorarlos y seguir recorriendo el lugar.

-¿Hay alguien ahí? 

Los ruidos se intensificaban a medida que se acercaba al fondo del ático. Ahí, bajo unas sábanas viejas, encontró un baúl cerrado con candado.

-Creo que me quedaré con esto.

Pero entonces, escuchó una voz que le pedía que se acercara a un espejo. Temerosa, Luz se acercó al objeto y, a medida que lo hacía, percibió que su reflejo en el espejo parecía no tener cabeza. Con el corazón en la garganta, Luz acercó su mano al espejo y le quitó el polvo, pero no vio nada y su reflejo parecía haber vuelto a la normalidad, tranquilizándose un poco. Pero al quitar más polvo y telarañas, vio el reflejo de una mujer fantasma que estaba a punto de arrojarle un hacha.

Con un grito, Luz logró apartarse del camino del arma en el último segundo antes de tomar el baúl y empezar a correr mientras el fantasma aún trataba de matarla.

-¡Basta, por favor!-le decía al fantasma-. Eres la que mató a sus esposos, ¿no? Pues a lo mejor ellos se lo merecían, ¡pero yo no, intento ayudarte!

Pero la mujer no le hizo caso y trató de asesinarla una última vez antes de que la puerta del ático se abriera y Luz cayera por las escaleras con todo y el baúl. Segundos después, el hacha también cayó a pocos metros de ella.

-¡¿Estás bien?!-preguntó Amity preocupada.

-Creo que vi mi vida pasar frente a mí, pero sí, estoy bien-dijo Luz.

-¿Qué es eso?-preguntó Hunter.

-No sé-dijo Luz-. Pero creo que tiene que ver con Leota.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Los chicos se reunieron en la sala de espiritismo y usaron unas pinzas para romper el candado. Dentro del baúl, sólo había un libro antiguo y una bola de cristal aparentemente llena de humo.

-¿Qué es esto?

Willow sacó el viejo libro y luego de quitarle el polvo, lo abrió.

Propiedad de Madame Leota.

Si esto no te pertenece, no le des la vuelta a la página.

-¡NO PUEDO CREERLO! ¡ES EL LIBRO DE HECHIZOS PERSONAL DE MADAME LEOTA!-exclamó Willow mientras ignoraba la advertencia y empezaba a pasar las páginas- Es hermoso.

-Okey, ¿osea que arriesgue mi vida por un libro viejo y una pelota de vidrio?-dijo Luz en mal tono.

-Bueno, tal vez valga algo-dijo Hunter tomando la bola de cristal-. Podríamos venderla en Amazon y...

De repente, un rostro de tonalidad azul se formó en medio del humo.

-Hola.

Al verlos, el rostro se dio la vuelta.

-Si sabe que aún podemos verla, ¿verdad?-dijo Gus.

Los chicos colocaron la bola de cristal en su soporte y se dispusieron a hablar con el rostro dentro de ella.

-Usted es madame Leota, ¿verdad?-dijo Amity.

-Lo soy-dijo la mujer-. Ya era hora de que me sacaran de ese ático.

Leota se quedó mirando a Willow y el libro en sus brazos.

-Veo que también encontraste mi viejo libro de hechizos.

-Oh, lo siento-dijo Willow sonrojada-. Verá, yo también soy una médium, y bueno, usted es una leyenda entre la comunidad. Espero que no se enoje porque tomé su libro, madame Leota.

-No, está bien, no es como que lo vaya a usar en un futuro cercano-dijo Leota-. Sólo espero que sepas usarlo cuando sea necesario.

-¿Cómo terminó adentro de esa bola de cristal?-preguntó Gus.

-Si quieren, se los puedo enseñar-dijo Leota-. Pero va a costarles.

Los cinco se miraron nerviosos. ¿Qué les iba a pedir Leota a cambio de información?

Al ver sus rostros preocupados, Leota volvió a hablar para calmarlos.

-Veinte dólares.

Los chicos se calmaron al escuchar eso.

-¡¿Veinte dólares?! ¡Eso es una estafa!-protestó Gus.

-Los hay peores, créeme-dijo Willow-. Por favor, continúe.

El rostro de Leota desapareció y en su lugar los chicos empezaron a ver imágenes del pasado a través de la esfera de cristal.

-Lilith Clawthorne, sumida en su dolor, me pidió que contactara a su hermana fallecida. Lo intenté, pero no funcionó. Cuando ella no volvió con él, la llamamos una y otra vez. Una sesión cada medianoche por un año...

-¡¿Por un año?! Menuda negligencia-dijo Willow.

-¡¿Quién dijo eso?!-exclamó Leota, pero todos guardaron silencio, por lo que continuó su relato:

-Las sesiones tan repetidas abrieron las puertas del reino fantasmal. Cientos de espíritus iban y venían libremente, pero nunca fue su amada hermana Edalyn. Le supliqué que se detuviera por miedo a lo que accidentalmente pudiéramos invocar, pero ella insistió en seguir. Pronto, Lilith comenzó a recibir mensajes de Edalyn, implorándole que se uniera a ella en el otro lado. Pero yo sabía que no era Edalyn. Habíamos invocado un terrible mal que se alimentaba del dolor y el sufrimiento de las personas, empezando con Lilith, quien acabó con su propia vida tomando veneno. Esta cosa no es como otros espíritus, tiene el poder de atrapar a estas antes felices almas en esta casa y convertirlas en su ejército personal. Intenté detenerlo, pero antes de que pudiera ver su cara, el espíritu malvado me mató y me encerró en mi propia bola de cristal y aquí me dejó. No sé hace cuánto, debo llevar meses aquí.

Los chicos decidieron hacerse locos. No querían ser ellos los que le dijeran a la pobre Leota que llevaba un siglo atrapada en ese lugar.

-Logró capturar a 933 almas, pero tiene que capturar a 1000 de ellas.

-¿Para qué?-preguntó Gus.

-Para realizar el hechizo que no sólo le permitirá escapar de esta casa, sino llevar a todos estos fantasmas consigo como su ejército para sumergir al mundo en la oscuridad-respondió Leota-. El ritual debe llevarse a cabo en Halloween, cuando la barrera entre el mundo de los vivos y de los muertos es más débil. Tengan cuidado cuando llegue esa noche, porque es cuando el espíritu tiene todos sus poderes y no podrán sobrevivir.

Leota miró a Luz.

-Tú, hay demasiado dolor en ti, querida, lo puedo sentir-dijo Leota-. Tú serás la más vulnerable a su manipulación.

-No si estamos aquí-dijo Hunter-. Estamos contigo, Luz.

-¿Y tú qué vas a hacer?-preguntó Gus.

Hunter les mostró un hacha.

-¿Sí sabes que ya están muertos?-preguntó Willow.

-Los voy a rematar-dijo Hunter.

-Okey-dijo Amity ignorando las estupideces de Hunter-. ¿Puede decirnos cómo lo detenemos? ¿No sé, un exorcismo tal vez?

-Un exorcismo es para gente poseída, pero en esta caso es la casa la que está maldita-explicó Leota-. Lo que necesitan, es una expulsión. El libro contiene el hechizo que les permitirá llevarlo a cabo.

-¿Tú sabías de eso?-le preguntó Gus a Willow.

-Muy poco-dijo Willow-. Antes las médium eran consideradas otro tipo de brujas; fuimos perseguidas y casi aniquiladas. Mucho de ese conocimiento ancestral se perdió, pero gracias a este libro quizás pueda llevar a cabo el ritual. 

-Sin embargo-dijo Leota-, van a necesitar un objeto que le haya pertenecido al difunto. Cuando lo tengan...

-¡SUFICIENTE!

El espíritu oscuro interrumpió la sesión y obligó a Leota a retirarse. Pero al menos esta vez no atacó a los chicos.

-Bueno, ¿ahora qué hacemos?-dijo Luz-. No sabemos ni quién es el muerto al que nos enfrentamos, mucho menos donde pueden estar sus cosas.

-Y por si fuera poco-dijo Gus-, he estudiado la historia de esta casa toda mi vida, y sé de memoria que aquí murieron 66 personas en el último siglo.

-Y si antes ya había capturado a 933 almas...-dijo Willow.

-Tiene a su disposición 999 almas-terminó Hunter-. Sólo le falta una.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top