Capítulo 5.
Los chicos revisaron el pasillo donde se suponía habría una habitación oculta, pero no vieron nada fuera de lo común.
-Esperen.
Luz se acercó con cautela hacia el cuadro frente a ellos, un retrato de una mujer de alrededor del siglo XV. Al mirar sus ojos más de cerca, se dio cuenta de que estos eran en realidad dos agujeros a través de los cuales metió sus dedos hasta sentir una especie de mecanismo. Lo activó y se escuchó un clic, revelando un pasadizo secreto detrás del cuadro.
-Guau, eso no me lo esperaba-dijo Amity.
-Vamos-dijo Hunter.
Los cuatro sacaron sus linternas y entraron por el pasadizo, llegando hasta una habitación muy antigua y totalmente oscura. Con la luz de las linternas, pudieron ver un barril y Hunter giró el grifo, del cual salió un líquido oscuro y espeso.
-¿Eso es...?-empezó a preguntar Amity asustada.
Luz tocó un poco de aquel líquido y lo olió.
-Aceite-dijo para calmar los nervios-. Sólo es aceite.
-Esperen, creo que sé para qué es.
Willow sacó un cerillo, lo encendió y lo echó al aceite. Las llamas empezaron a dibujar una circunferencia alrededor de la sala, revelando una mesa circular en el centro cubierta de telarañas, un candelabro, una repisa llena de varios artículos de espiritismo y un tragaluz enorme a través del cual se podían ver la luna y el firmamento.
Unos minutos después, Amity le prestó una vela a Willow y Luz instaló algunas cámaras de vídeo modificadas para grabar esa parte de la casa. Si había algo no humano en ese lugar, lo verían. Después, los chicos se sentaron en la mesa.
-Ahora, si logro contactar a Lilith Clawthorne estoy segura de que podrá responder algunas de nuestras preguntas-explicó Willow-. Y sólo para confirmar, ¿lo único que tenemos a la mano es esta vela de vainilla francesa?
-Eh, sí, perdón-respondió Amity-. Se me olvida cancelar mi suscripción a Amazon.
-Bueno, está bien-dijo Willow-. Ahora todos tomémonos de las manos. Voy a serenar mi mente para poder comunicarme con el otro lado. Y no me interrumpan, o tendré que empezar de nuevo. ¿Entendido?
Todos asintieron y se tomaron de las manos. Willow cerró los ojos y empezó a respirar profundamente durante varios minutos... hasta que de pronto pareció que empezaba a roncar.
-¿Está dormida?-preguntó Luz.
-No, no, debe estar en alguna especie de trance o...-Hunter entrecerró los ojos mirando a Willow-. No, sí está dormida.
-¿Justo ahora? ¿En serio?-dijo Amity.
-¡¿Se quieren callar?!-exclamó de repente Willow, haciéndolos brincar y que guardaran silencio-. Hacen que me sienta molesta.
-Bueno, ya, perdón-dijo Amity-. Vuelve a pacificarte.
Volvieron a guardar silencio y repitieron el mismo procedimiento. Parecía que Willow se había vuelto a quedar dormida y Luz estuvo a punto de despertarla de un zape en la cabeza hasta que volvió a abrirlos y exclamó:
-¡¿Quién anda ahí?!-abrió mucho los ojos y los demás la miraron asustados-. Espíritus, hoy hemos venido con buenas intenciones. Ahora invoco al espíritu de Lilith Clawthorne. ¡Danos una señal!
Apenas dijo eso, las velas del candelabro se encendieron. Luz volteó a ver los monitores. Una figura femenina se podía ver moviéndose alrededor de ellos en las pantallas.
-Está con nosotros-dijo Willow-. ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué sigues aferrándote al mundo de los vivos? Si tienes algún mensaje que quieras entregarnos, te doy una pluma y una libreta, dinos lo que quieras.
Y entonces, la pluma comenzó a moverse por su cuenta sobre el papel. Luz agarró su cámara de fotos y disparó. Al revelar la imagen, vieron con mayor definición y nitidez a aquel espectro femenino.
-Es ella-dijo Luz emocionada mostrándoles la foto-. ¡Es Lilith Clawthorne!
Las velas se apagaron y la figura de las cámaras desapareció, quedándose nuevamente a solas.
-¿Qué dice?-preguntó Hunter.
Amity agarró la nota y se las enseñó.
Hablen con Leota.
-Entonces, todo esto es real-murmuró Luz, sorprendida y repentinamente conmovida-. Los... los fantasmas realmente existen.
-¿Necesitas más pruebas acaso?-preguntó Willow.
-No, no, es sólo que... tú hablas con los muertos, y me preguntaba si...
Con manos temblorosas, Luz sacó algo de su bolsillo y se lo entregó a Willow. Era una fotografía de Luz junto a su madre cuando la joven aún tenía sólo cinco años.
-Si puedes contactar a esta mujer por mí-dijo Luz-. A mi madre.
Willow la miró sorprendida.
-La tristeza que sentí cuando entré, no era de ninguno de estos fantasmas-dijo Willow-. Era la tuya.
Luz asintió, mientras los ojos se le ponían llorosos.
-Se llamaba Camila-dijo con voz temblorosa-. Camila Noceda.
Willow suspiró.
-Lo siento, pero no puedo-dijo-. Ella no está aquí.
Luz volvió a guardar la foto, aguantándose las lágrimas.
-Bueno, ¿puedes ver si Leota está aquí?-preguntó Hunter.
Pero antes de que la peliazul pudiera responder, la puerta de la habitación se cerró con violencia y escucharon una especie de rugido. Los cuatro voltearon hacia las cámaras y vieron un nuevo espectro, pero esta vez era diferente. Parecía una especie de nube gris que se movía muy rápido, y de la cual surgió una terrible carcajada.
-¿Qué es eso?-preguntó Hunter asustado.
-No es como los otros fantasmas, eso es seguro-dijo Willow-. Esto es diferente, no siento dolor ni tristeza, ni siquiera ira, sólo... locura.
Luz agarró su cámara para tomar la foto, pero ésta salió disparada de sus manos, haciéndose añicos al estrellarse contra la pared, mientras un viento muy fuerte y extraño comenzaba a soplar en el lugar.
-¡Willow, llama a Leota, rápido!-exclamó Amity.
-¡Invoco al espíritu de madame Leota!
-¡NO!-exclamó una voz grave y profunda antes de arrastrar a Willow con todo y la silla en la que estaba sentada.
-¡Willow!
Los otros tres salieron corriendo detrás de Willow mientras era arrastrada fuera de la habitación y posteriormente de la misma mansión, arrojándola al lodo en el patio.
-¡Willow! ¿Estás bien?-preguntó Luz cuando por fin pudieron alcanzarla.
Willow escupió algo de lodo en respuesta.
-¿Tú qué crees?-preguntó molesta.
Mientras la ayudaban a levantarse, vieron un auto acercándose a la mansión.
-¿Ese es Gus?-preguntó Hunter.
El auto de Gus pasó junto a ellos, y al verlo los chicos abrieron los ojos aterrados: Gus iba a entrar al lugar.
-¡No! ¡Gus, no entres a la mansión!-gritó Luz mientras los cuatro se lanzaban a perseguir el auto, pero no lograron alcanzarla-. ¡No vayas a entrar!
-¡Se roban mis cosas, me golpean, y me dejan plantado!-exclamó Gus furioso mientras bajaba del auto-. ¡Ahora verán, voy a conocer la casa, y nada va a...!
Gus no terminó de hablar, ya que apenas entró a la mansión un sillón salió disparado del lugar con todo y el chico. Los demás cambiaron de rumbo y empezaron a perseguirlo.
-¡GUS!
-¡AHHH! ¡AYÚDENME, NO QUIERO MORIR!-gritó Gus.
Los chicos lo persiguieron hasta la carretera, donde el sillón poseído finalmente se detuvo... justo cuando iba pasando un tráiler por ahí.
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Hospital General de Gravesfield, 1:49 a.m.
-Entonces, ¿quién me puede explicar que hacía este joven montado en una silla en medio de la carretera durante la madrugada?
Tuvieron que llevar a Gus de emergencia al hospital. No había sufrido ninguna herida ya que el conductor del tráiler frenó justo a tiempo, pero igual insistió en llamar a una ambulancia y no tuvieron más remedio que aceptar. Y ahora ahí estaban, en la sala de urgencias siendo interrogados por uno de los doctores.
-¿Y?
-Él, eh... le gusta hacer este tipo de cosas-dijo Amity nerviosa-. ¿Qué puedo decir? Le gustan las emociones fuertes.
-A mí no me...
Hunter le dio un golpe en las costillas a Gus para que se callara.
-Bueno, si ese es el caso no se lo reportaremos a la policía-dijo el médico-. Pero tendrá que quedarse en observación durante las siguientes horas.
Los chicos se miraron preocupados. Ahora que Gus había entrado a la mansión, no podía pasar mucho tiempo lejos de ella, o sería peor para él.
De pronto, Luz volteó y vio algunas pisadas mojadas dirigiéndose hacia una de las camillas.
-Eh, sí claro-dijo Luz-. Pero creo que debería atender eso primero.
El médico volteó y una de las camillas junto a su paciente comenzó a moverse violentamente.
-¡Oh, por Dios!
Los médicos se distrajeron tratando de controlar la camilla loca, mientras los chicos sacaban a Gus del hospital en medio de la confusión.
-No lo entiendo, ¿primero quieren que nos quedemos y ahora nos quieren echar?-dijo Hunter-. Ya basta, que desesperante.
-Ya se los dije, este espíritu no es como los otros-dijo Willow-. No quiere que hablemos con Leota, nos ve como una amenaza.
-Pues hay que encontrar a Leota y ver qué tiene que decir-dijo Amity.
-¿Alguien me puede explicar qué está pasando?-preguntó Gus.
-Te lo explico en el camino amigo-dijo Hunter-. Sólo digamos que... tu vida no volverá a ser la misma.
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Mansión Clawthorne, 2:09 a.m.
Una vez de vuelta en la mansión y luego de poner a Gus en contexto de lo que estaba ocurriendo, los chicos procedieron a preparar un plan para contactar a Leota sin que aquel espíritu maligno los echara de nuevo. Mientras los demás conversaban, Luz se mantenía distante, con un vaso de whisky en la mano. Amity, al verla, se acercó.
-Oye, si sirve de algo lamento lo que pasó con tu madre-dijo Amity-. No la conocí, pero sé como se siente. Yo... yo ni siquiera me pude despedir de los míos.
-Sí, yo tampoco-dijo Luz-. ¿Y cómo eran?
-¿Mi familia? Bueno, Edric y Emira eran tal para cual, ambos un completo dolor de cabeza, se la pasaban gastándome una broma tras otra. Mi mamá era un poco rígida y estricta. Mi papá pasaba horas en el taller, más que con nosotros. Pero... pero aún así...
Amity sacó un pañuelo y se limpió un par de lágrimas.
-Cuando estábamos todos juntos, todo era perfecto-dijo Amity con voz quebrada-. ¿Sabes? Desde que todo esto empezó, he querido huir de esta casa, pero una parte de mí se alegró, porque pensé que quizás, si existían los fantasmas, quizás podría volver a ver a mi familia. Que estarían aquí.
-¿Los has visto?-preguntó Luz.
-No, no lo he hecho-admitió Amity-. Pero, a veces siento estas... señales. Verás, cuando era niña me encantaba usar guantes, llevarlos a todos lados. Por eso todos en mi familia me decían Manoplas. Y, cuando estoy muy triste, realmente triste, juraría que escucho ese apodo en mi cabeza, como si ellos me lo susurraran.
Ambas se miraron, muy emocionadas.
-Tengo sentimientos encontrados, lo admito-dijo Amity-. Quiero escapar de esta casa embrujada, quiero volver a verlos y al mismo tiempo... no quiero, porque si no los he visto aquí, creo que eso significa que están en paz. Creo que tu madre también lo está, Luz. Y también creo que nuestras familias querrían que estuviéramos en paz.
Luz sólo la escuchaba mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
-Yo no he sentido nada de eso.
Amity sostuvo su mano en un gesto cálido.
-Tal vez porque no has escuchado con atención. Tal vez, lo único que necesitas hacer, es creer.
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