Capítulo 4.
-Si vamos a hacer esto, vamos a necesitar a la artillería pesada-les explicaba Hunter a las chicas al día siguiente-. Gracias a Luz, ahora tenemos una forma de ver a esos espectros y evitar que nos tomen por sorpresa, quizás hasta identificar a algunos. Luz, ¿puedes hacer las mismas modificaciones en más cámaras para que podamos ponerlas por toda la casa?
-Creo que sí-respondió Luz-. Me tomará tiempo, pero estarán listas para el anochecer.
-Bien, pero con nosotros tres no va a bastar-prosiguió Hunter-. Lo primero que tenemos que hacer es averiguar qué ocurrió exactamente en esta casa que desató toda esta oleada de fantasmas. Y para eso, vamos a necesitar a alguien que conozca la historia de este pueblo mejor que la suya.
-Hay un chico que trabaja en el periódico local que podría ayudarnos-dijo Luz-. Se llama Gus Porter, creo, unos amigos de la escuela decían que tiene un doctorado en Historia, podría ir con él y ver qué averiguo.
-Bien, eso es perfecto-dijo Hunter.
-Creo que también vamos a necesitar a alguien que pueda hablar con los fantasmas-dijo Amity-. Y ya que parece que ni siquiera podemos verlos sin la cámara especial de Luz, no creo que podamos hablar con ellos.
-Cierto, por eso contacté una médium por internet que vive en el pueblo vecino-dijo Hunter-. Se llama Willow Park. Tiene buenas reseñas y no cobra mucho, servirá.
-Bien, entonces Hunter y yo iremos a hablar con esa Willow mientras Luz va con el señor Porter-dijo Amity-. Supongo que para que la señorita Park nos ayude, involucraría meterla en la casa, pero no importará si logramos deshacernos de los espectros.
-Pero el señor Porter no tiene que meterse, así que sólo le sacaré toda la información que necesitamos y se las traigo-dijo Luz.
-Todos tenemos nuestra parte, andando-dijo Hunter.
-Oigan, esperen-dijo Amity y miró a Luz-. Mira, no sé cuántas veces más necesite decir lo siento por involucrarte en esta pesadilla, y gracias.
-¿Por?
-Sé que estás tratando de resolver todo esto solamente por ti misma-dijo Amity-. Pero honestamente, me alegra tener a alguien como tú en mi casa, ayudándome, Luz.
Luz se sonrojó un poco.
-Gracias. Y honestamente, quizás una parte de mí no lo haga sólo por mí-dijo Luz-. Tal vez crea que incluso si me metiste en esto a la fuerza, tú tampoco te lo mereces.
Amity sonrió, también colorada.
-Sí, sí, que lindo, vámonos-dijo Hunter y los tres dejaron la casa.
Una vez que la casa estuvo sola, una sombra fantasmagórica de color gris y ojos rojos apareció en medio de la sala de estar. Aunque no tenía una forma definida, podía decirse que era un hombre adulto bastante alto y que parecía llevar un bastón en sus manos.
-Pronto, muy pronto podré irme de esta casa y desatar el terror en donde yo quiera-dijo el espectro con aparente regocijo-. Tú vas a servir para completar mi terrible plan, Luz Noceda, mucho más de lo que te puedas imaginar...
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The Daily Gravesfield, 13:46 p.m.
Luz llegó al periódico local y le pidió a la secretaría que le permitiera hablar con Gus Porter. Pronto, un chico de cabello chino negro y tez morena se acercó a Luz extendiendo la mano.
-Augustus Porter, pero todos me dicen Gus-dijo el chico presentándose-. Es un placer, señorita Noceda.
-El placer es mío-dijo Luz estrechándole la mano-. Y por favor háblame de tú, me siento vieja cuando me hablan de usted.
-Muy bien, si insistes-dijo Gus-. ¿Y qué necesitas de mí?
-Unos amigos de la escuela dicen que eres un erudito de la Historia-dijo Luz-. Y necesito a uno en este momento.
-¿De qué se trata?
-¿Qué sabes sobre la mansión Clawthorne?
Gus abrió los ojos emocionado.
-¿La vieja mansión embrujada? Sígueme.
Gus llevó a Luz a través de los pasillos del periódico local hasta llegar a su oficina, donde el chico tenía toda una colección de artículos de periódico referentes a la mansión Clawthorne y otras edificaciones supuestamente embrujadas.
-Te gustan mucho las historias de fantasmas-dijo Luz sorprendida.
-¿Esto? Oh, no. A mí sólo me interesa la historia-dijo Gus mientras buscaba algo en su escritorio-. La verdad no creo en fantasmas, pero los hechos históricos son mi pasión. Mi padre quería que yo aprendiera todas estas cosas.
-¿Dónde está?
-Él... se fue hace poco-dijo Gus un poco incómodo-. Sigo hablando con él, aunque está muy lejos.
-Ya veo-dijo Luz.
-Aquí está-Gus le mostró un portafolios lleno de artículos de periódicos muy antiguos y hasta un plano de la mansión-. Fue el año de 1788 cuando se descubrió la mansión. Ya estaba edificada, nadie sabe quién la construyó. La primera propietaria de la que se tiene registro, como todos saben, es Lilith Clawthorne, la millonaria inglesa.
-Sí, es muy famosa hasta el día de hoy-dijo Luz-. Tengo entendido que no tenía otros parientes. Ni esposo, ni hijos...
-Pero tenía una hermana-dijo Gus mostrándole parte de un archivo-. Según los registros, Lilith Clawthorne llegó a estas tierras por barco, y fue la única sobreviviente de un terrible naufragio que cobró las vidas de todos los que iban a bordo de ese barco, incluyendo a su propia hermana, Edalyn Clawthorne.
-¿Ambas querían vivir en la mansión?-preguntó Luz-. ¿Dice ahí a quién se la compraron?
-No, este es el registro más antiguo que pude encontrar-dijo Gus, quien sonreía emocionado-. Pero lo que sí se sabe es que luego de la muerte de Clawthorne, comenzaron los supuestos fenómenos sobrenaturales que han provocado que hasta el día de hoy nadie quiera vivir ahí.
-Con justa razón-murmuró Luz.
-¡No es emocionante!-exclamó Gus, sobresaltando a Luz-. ¡Siempre he querido conocer esa casa! ¡Tengo que ir a verla, ahora!
-No, no lo creo-dijo Luz-. Créeme, no quieres entrar ahí.
-¿Por?
-Porque... no importa-dijo Luz convencida de que el chico no le creería lo de los fantasmas-. No vas a entrar a la mansión y punto.
-Bueno, entonces no vas a necesitar esto.
Gus trató de guardar su portafolios, pero Luz fue más rápida y se lo quitó sin esfuerzo antes de golpearlo en la cara y salir huyendo.
-¡Hey, devuélveme eso, ladrona!
Luz no le hizo caso y siguió corriendo hasta llegar al auto para salir huyendo de ahí rápidamente, con el portafolios en las manos.
-Bien, oficialmente me podrían acusar de robo con violencia-dijo-. Así que más vale que esto funcione, porque no pienso arriesgarme a ir a la cárcel por nada.
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Mansión Clawthorne, 14:02 p.m.
-En esta casa han sucedido cosas terribles, lo puedo sentir-decía una chica de lentes y cabello azul llamada Willow Park mientras caminaba por los pasillos de la embrujada mansión-. Hechos de violencia y locura que se han suscitado entre estos muros. La historia de esta mansión se ha escrito con sangre.
-Nada mal-murmuró Hunter.
-No sé, no le creo-dijo Amity-. Todos saben más o menos lo que ha ocurrido en esta mansión desde hace años. Tal vez sólo está...
-Y también siento la desesperación de estos espíritus por atraer más víctimas a esta casa-dijo Willow-. Sí, están tan desesperados que no están dispuestos a dejar que nadie que ponga un pie aquí adentro se vaya.
-Oye, de hecho es buena-dijo Amity-. Tal vez sí nos pueda ayudar.
-Por supuesto que puedo-dijo Willow sobresaltando a ambos chicos-. No crean que no sé que piensan que soy una charlatana. Estoy más que acostumbrada, créanme, pero les aseguro, que soy 100 por ciento real, no fake.
-Perdón, sé que debería ser un poco menos escéptica-dijo Amity-. Pero la verdad es que antes de todo esto ni siquiera yo creía en fantasmas.
-Está bien, es normal que la gente no quiera creer en lo que no entiende por miedo-dijo Willow-. Pero poco a poco te acostumbrarás, Manoplas, créeme.
Amity abrió los ojos desmesuradamente.
-¡¿Cómo sabes eso?!-preguntó sorprendida.
-Como te dije, te acostumbrarás-dijo Willow sonriendo.
-Espera, ¿ya sabías que si entrabas a la casa los espíritus no te dejarían en paz y te obligarían a regresar una y otra vez?-preguntó Hunter-. ¿Entonces por qué entraste?
-Porque ustedes necesitaban de mi ayuda-dijo Willow-. He crecido en una familia de médiums cuyos orígenes se remontan a siglos al pasado. Yo soy la última de mi familia con el don, y mi abuela me enseñó a usar mis dones para ayudar a todo el que lo necesite, no importa qué.
Amity sonrió.
-Gracias, Willow.
-No hace falta que me agradezcas, es mi trabajo-dijo Willow-. Ahora, siento que alguien más está atado a esta casa, y no me refiero a los fantasmas sino a una persona viva además de nosotros... ¿dónde está Luz?
Antes de que le respondieran, Luz entró corriendo a la casa, sudando y jadeando, con el portafolios bajo el brazo.
-Luz, que bueno que llegas-dijo Hunter y señaló a Willow con la cabeza-. Quiero presentarte a Willow Park, nuestra médium.
-Mucho gusto.
Ambas chicas se estrecharon la mano y, al hacerlo, Luz pudo notar que el rostro de Willow se volvía de pena y lástima al verla, lo cual la desconcertó.
-¿Qué?
-Nada-dijo Willow, aunque no sonó muy convincente-. Hay que comenzar.
Sacaron todo lo que había en el portafolios y Luz les explicó lo que Gus le había contado.
-Parece que después de Clawthorne, todos los propietarios han desaparecido o muerto en circunstancias bizarras y retorcidas-dijo Luz.
-Es cierto-dijo Hunter señalando un artículo de periódico-. Aquí dice que dos hermanos se dispararon en un duelo en el patio.
-Y aquí habla de una mujer que no sólo mató, mutiló a sus cinco esposos antes de rebanarse el cuello en la habitación principal-dijo Amity.
-Les dije que aquí había dolor-dijo Willow-. Con cada muerte que sucede, le sigue otra más violenta que la anterior.
-Y hay otra cosa-dijo Luz-. Aquí tengo registros psiquiátricos de cada una de las víctimas, y todos padecían algún trastorno mental: psicopatía, esquizofrenia, trastorno de identidad disociativo, pero sobre todo...
-Depresión-dijo Hunter-. Como si la casa atrajera y luego se aprovechara de las debilidades de sus inquilinos para obligarlos a cometer estos crímenes atroces.
-¿Pero por qué?-preguntó Amity-. ¿Por qué los fantasmas querrían lastimar a los vivos?
-No los fantasmas, sino algo más-dijo Willow-. Desde que entré, pude sentir la presencia de algo más en esta casa, algo que en definitiva no debe estar aquí ni en ningún otro lugar. Algo siniestro, oscuro.
-¿Qué era?-preguntó Luz.
-No lo sé, pero en definitiva es quien controla a los espectros para que hagan de las suyas con los vivos-dijo Willow-. Si quieren sus vidas de vuelta, primero debemos descubrir qué es este mal y detenerlo cuanto antes.
-Hey, miren esto-dijo Hunter con un trozo de pergamino en la mano-. Parece que Lilith Clawthorne le escribió una carta a una tal Madame Leota, una médium.
-¿Madame Leota? Por Dios, esa mujer es una leyenda entre las médium-dijo Willow mirando la carta-. Una de las más poderosas médium que jamás haya existido. Fue convocada en todo el mundo por personas de mucho poder para que las ayudara a contactar con seres queridos. Reyes, empresarios, y hasta por un papa.
-¿Para qué querría Lilith Clawthorne a una médium en su casa?-preguntó Amity.
-Gus dijo que la hermana de Lilith, Edalyn, se ahogó en un naufragio antes de que pudieran llegar a Estados Unidos-dijo Luz-. Tal vez Lilith llamó a Leota para que la ayudara a contactar a su hermana fallecida.
-Lilith, ella debe ser la clave de todo esto-dijo Willow-. Para detener esta pesadilla, primero debemos descubrir qué ocurrió con Leota y Lilith.
-¿Pero cómo?-preguntó Hunter.
-Aquí dice que Lilith convocó a Leota en su salón de espiritismo-dijo Luz.
-Pero no hay un salón de espiritis... Un momento.
Amity se acercó más a los planos y vio algo fuera de lugar.
-Aquí dice que hay un cuarto al final de este pasillo-dijo Amity señalando un punto en el plano-. Pero he pasado muchas veces por ahí y no hay nada.
-No a simple vista-dijo Hunter-. Supongo que Clawthorne no quería que todos la tacharan de loca y construyó una sala secreta para que ella y Leota pudieran tener sus rituales fantasmagóricos donde nadie las viera.
-Adorable-dijo Amity.
-Vayamos a revisar ese pasillo, ahora-propuso Luz.
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