Capítulo 24

-¿Y tú historia con Sarami? -me atreví a preguntar algo dudosa.

-¿Estás... segura? -asentí-. ¿Qué quieres saber sobre eso?

-Pues... no lo sé... ¿Cómo se conocieron? ¿Y cómo llegaron a ser novios, quizás? -mencioné encogiéndome de hombros, él suspira y mira su taza.

-Cuando yo era niño... me encantaba explorar y jugar con mis poderes de dragón. Nunca fui consciente que podría llegar a estar en peligro, en realidad. Aunque esa vez... me dispararon en un ala, por supuesto que caí.

»Yo no sabía que hacer, apenas era un niño de seis años. Aún no me habían enseñado a defenderme. Sarami me ayudó, ella sí sabía usar su magia y me salvó, me curó el ala y le juré pagar esa deuda que tenía con ella... Pasaron los años y yo... fui enamorándome de ella... 《

Sentí un pinchazo en el pecho, ya que, aunque no quisiera, me dolía un poco. No dejé que lo notara y se interrumpiera a sí mismo, disimulé todo sentimiento y dejé que continuara contando su historia.

-Al parecer ella sentía lo mismo que yo, porque cuando la... besé un día... pues ella no me apartó ni me arrojó un hechizo. Entonces, le pedí ser mi novia y aceptó, estuvimos como novios por seis años, hasta que me terminó.

No dijimos nada por un buen tiempo, yo estaba analizando lo recién aprendido y repitiéndome mentalmente que eso es pasado, que no debería de afectarme. Pero... ¿realmente es pasado?

-Ahora que la viviste a ver... ¿Aún sientes algo por ella? -pregunté, inconscientemente apreté mis manos entre estas.

-Me había enamorado profundamente de ella y me dolió cuando me terminó. No voy a mentir, me preocupé de que esos sentimientos volvieran a arder en mi interior, por ella.

Mordí mi lengua y bajé la mirada a mis manos. Escuché cuando corrió su silla, y se acercó a mí; me sujetó delicadamente por la barbilla e hizo que lo viera a los ojos.

-Pero esos sentimientos arden, lo hacen con tanta fuerza que parecieran querer derretirme por completo... -aparté la mirada pero me hizo regresarla-... Lo hacen por ti, Tessa. No por Sarami, no por Sarah. Sino por ti.

Agarra mi mano y la lleva hasta su pecho, sobre su corazón el cual palpita con fuerza y muy acelerado.

-Tú provocas esto en mí. Mi corazón solo late por ti, y siempre será así, créeme.

No pude soportarlo, apenas termina de hablar yo me elevé un poco para alcanzar sus labios y unirlos con los míos. Se inclina más sobre mí, apoyando sus manos en la mesa y en el respaldo de la silla. Mientras que las mías se enredan en su cabello sin querer soltarlo.

-Gracias...

Pegué mi frente a su hombro mientras lo abrazaba, él me levantó y me sentó en la mesa para estar más cómodos mientras me abrazaba de igual forma. Podía sentir su corazón sincronizándose con el mío al igual que nuestras respiraciones. Besó mi cuello y acarició mi cabello.

-No neceisitas agradecer.

-Da igual.

Lo sentí sonreír sobre mi piel antes de separarse ligeramente, solo para mirar mi rostro. Acaricia mi mejilla con gentileza, pero yo creí conveniente hablar de otro tema, ahora.

-Zeth...

-¿Mhm?

-¿Me enseñarías a pelear?

Se me queda mirando, al comienzo algo sorprendido pero entonces sonríe y asiente.

-Claro que sí. ¿Cuándo quieres empezar? -le sonreí ampliamente y él detiene sus caricias en mi mejilla -¿Ahora? -parecía sorprendido de nuevo. Asentí-... Está bien.

Casi chillaba de la emoción. Me bajé de un salto de la mesa, lo agarré de la mano y salí corriendo de la casa para ir a la zona de entrenamiento. Hoy estaba vacío.
Zeth se ríe cuando nos detuvimos pero se acerca al lugar donde estaban los sacos de boxeo, lo seguí de cerca.

-Bien, lo primero, golpea este saco con todas tus fuerzas -se coloca detrás de este y lo sujeta.

Yo lo hago, pero por la fuerza que hace Zeth al sujetarlo, no se mueve ni un poco.

-Más fuerte, como... si fuera alguien que odies -menciona.

No hizo falta ni rebuscar, la simple imagen de Sarah besando a Zeth en mi mente me hizo sentir que mis ojos brillaron en amarillo y apretaba los puños hasta que las venas se marcaban. Zeth lo nota, se lanza al suelo justo a tiempo cuando di el golpe y el saco de boxeo se rompe a la vez que sale disparado contra la otra pared, que no estaba cerca. Zeth, desde el suelo, mira el saco y luego a mí.

-¿En qué pensaste?

-En Sasha, besándote.

Asiente como tomando nota mental y se levanta de un salto.

-No lo tenía pensando, pero ahora confirmo que jamás te sería infiel.

Me reí ligeramente mientras él sonríe, suspira y me llama con la cabeza hasta ir a la parte con suelo acolchado.

-Okey... No necesitas mejorar la fuerza, ya la tienes -me guiña un ojo-, solo hacen falta técnicas.

Asentí. Me fue diciendo y enseñando lo que tenía que hacer, yo lo hacía a la par y me iba corrigiendo lo que necesitaba, aunque no necesitó hacerlo mucho ya que nos dimos cuenta que aprendía rápido. Aunque también nos dimos cuenta de que necesitaba más resistencia, ya sentía mis músculos cansarse y cada vez mis golpes eran más débiles. Zeth, al notarlo, se acerca a mí.

-Creo que es todo por hoy...

Exagere tirándome al suelo de boca para abajo y gimiendo de dolor y cansancio. Zeth se mofa de mí cuando se acerca y me carga en brazos sin problemas. Me sentí cómoda y muy relajada, tanto que hasta me acomodé entre sus brazos sin darme cuenta y me quedé dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top