Capítulo 17
Miré rápidamente a Zeth, quien volvió a su forma humana y quedó tirado en el suelo. Aún sostenía la cabeza de Ale así que no pude irme cuando vi como Sarah se le acercaba. Gruñí por lo bajo pero sentí a Ale sujetar mi mano.
-Ve, estaré bien, ya estoy sanando.
-Pero...
-Tess, ve.
Me sonríe ampliamente, dudé pero las chicas se acercan y me aseguran que lo atenderán. Me levanté y corrí hasta Zeth.
-Zeth... Estarás bien, ¿okay? Te pondrás bien.
Me arrodillé a su lado y acaricié su rostro con una mano mientras tomaba la suya con la mía libre. Él suspira cansado pero voltea la cabeza y hace su esfuerzo para abrir los ojos y mirarme. Sus heridas no sanaban... ¿por qué?
-Hazte a un lado -Sarah me empuja para tomar mi lugar.
Estaba por gritarle, hasta que vi cuando sacó una garra y le abrió la muñeca con un corte ligero, Zeth gruñe y aprieta los dientes.
-¡¿Qué haces... ?! -Sarah me ignora y muerde la reciente herida de Zeth.
No comprendía nada, quería golpearla y me levanté para hacerlo. Ella entonces escupe a un lado, era sangre pero con un poco de un líquido negro.
-No te metas -gruñe ella.
Vuelve a hacer lo mismo como cinco veces más, y finalmente la sangre sale limpia. La herida en la muñeca de Zeth se cierra y luego sus demás heridas. Miré sorprendida aquello y más cuando él quedó más consciente y tuvo las fuerzas para sentarse.
-¿Zeth... ? -Sarah apoya su mano en su hombro y lo ayuda.
Sonreí ampliamente y con el alivio traspasando mi cuerpo. Zeth mira a Sarah y sonríe antes de suspirar.
-Estoy bien, gracias...
Ella asiente y lo abraza con fuerza. Fue en ese momento que me di cuenta: ella pudo ayudarlo, mientras yo solo me quedaba preocupada. ¿Realmente no sirvo para nada? Diosa... estoy sintiéndome peor que nunca.
Me enderecé mientras me alejaba un par de pasos, los demás son quienes se acercan y ayudan a Zeth mientras lo felicitan por sobrevivir. Me aguanté mi mueca mientras veía como Sarah lo ayudaba a levantarse.
-Chicos...
Todos miramos a Jime, luego a lo que ella estaba admirando. Era verdad, lo habíamos conseguido... frente a nosotros estaba la ciudad de las brujas y hechiceros. Miré de reojo a Zeth quien también volteó a verme y me sonrió. Antes de poder dedicarle una leve sonrisa, todos se pusieron en marcha. Entramos con cautela mirando a todos lados, pero yo me alteré.
-¡Cuidado! -empujé a los más cercanos cuando una bola de fuego crea un cráter justo donde estábamos hace un segundo. Brujas y hechiceros aparecen rápidamente, listos para atacar.
-Licántropos, ¿qué hacen aquí, tan lejos de sus manadas? ¿Cómo lograron llegar? -pregunta una bruja.
Levantamos las manos a modo de paz, Ale da unos cuantos pasos al frente bajo la atenta mirada de los guardias.
-No queremos problemas... solo hablar con su reina.
-¿De parte de quién? -pregunta otro.
-Soy el Alpha de la manada Warrior Wolves...
Ellos se miran pero aún así no nos dejan cruzar.
-Una manada muy fuerte, sí. Pero no podemos permitir que pasen.
-Entonces... ¿Qué dicen sobre el Alpha de Alphas? -Zeth da un paso al frente llevándose nuestras miradas con él.
Los guardias, al igual que nosotros, se miran sorprendidos, uno de los guardias desaparece mientras que los demás se quedan vigilando. Entonces vuelve a aparecer, mira de reojo a los otros quienes bajan sus defensas.
-Síganme...
La bruja se da vuelta y empieza a caminar, todos yacen lo mismo menos yo, ya que estaba plantada en mi lugar por la sorpresa. Ale no se veía dr igual forma, ¿lo sabía? Miré a ambos pero ellos no me devolvieron la mirada. Reaccioné solo cuando Ceci me dio una palmada en el hombro y me sonrió para animarme a caminar. Eso hice.
Cruzamos por la ciudad siendo el centro de atención, la novedad, nadie se esperaba que hubieran licántropos aquí seguro. No les prestamos atención, solo nos concentramos en llegar al castillo de la reina, se podía ver desde aquí. No caminamos mucho ya que al parecer los guardias usaron su magia y nos hicieron llegar rápidamente a este.
Suspiré un poco cuando estuvimos frente al castillo, las puertas se abrieron por sí solas y nos dieron el paso. Entramos, todo era silencioso, podíamos escuchar hasta el caminar de nuestros propios pies. Y luego llegamos al salón del trono.
-Mi reina, el Alpha supremo está aquí.
Ella no estaba sentada en el trono, sino que estaba de espaldas a nosotros, hablando con alguien más que nos mira, entonces ella se da vuelta y mira directamente a una sola persona.
-Zeth, es un placer volver a verte.
Miré sorprendida y confundida a aquella chica que no aparentaba más de nuestra edad. Sonreía y miraba a Zeth con tanta confianza, miré a mi Mate esperando saber su reacción pero me sorprende cuando ella aparece en frente de él tan cerca y lo abraza. Escuché otro bufido a mi lado, Sarah estaba de brazos cruzados y rodando los ojos. Me mira y se burla un poco.
-Hagas lo que hagas, no puedes apartarlos, se aprecian mucho... ¿No sabes que algunos ex terminan en buenas condiciones? -murmura casi en un susurro imperceptible que solo yo pude escuchar.
Aquello me hizo sentir un pinchazo en el pecho, ¿su ex? No sabía nada de eso, ¿además es la reina de las brujas y hechiceros? Sé que no conozco bien a Zeth... pero cada cosa me sorprende más.
-El placer es mío, Sarami -responde Zeth sonriendo y separándose un poco de ella.
-Entonces ¿A qué se debe esta visita tan inesperada? -pregunta ella dando unos pasos atrás.
Nos mira a todos y se queda en mí, su mirada fija, como si me analizara de pies a cabeza. ¿Sabrá que soy la Mate de Zeth?
-Me gustaría contarte en un lugar más privado... -pide Zeth.
Sarami asiente y nos da el paso, fuimos a lo que parecía ser su despacho, ella se apoya contra un escritorio y se cruza de brazos mientras nos mira.
-Si ahora les parece bien... Quisiera saber el motivo de su visita -dice Sarami.
-Bueno, el caso es que el consejo y otras manadas... quiere acabar con las nuestras y todas las que tengas algun tipo de contacto con los cazadores -explica Zeth.
-Entiendo y no necesitan decir más, ya sé a donde quieres llegar... Quieren nuestra ayuda para la guerra que tendrán ¿No es así? -Zeth queda un poco quieto hasta que lentamente asiente con la cabeza-... Me temo que no podré ayudarlos.
¿Qué?
-¿Por qué? Si se puede saber... -me atreví a pregunté.
-No quiero involucrar a mi pueblo con asuntos ajenos, no quiero ponerlos en riesgo de esa forma.
Tal vez, esto para algunos suene egoísta y de personas cobardes o sin empatía, pero viéndolo por el lado de un líder, tiene sentido y es muy comprensible, solo que realmente necesitamos ayuda.
-Es comprensible, pero... -ella me interrumpe.
-Lo siento... no importa lo que digan, mi respuesta es la misma...
Miré a Zeth, pero nuevamente me sorprendió. Se veía molesto, aunque tratase de calmarse. Estaba segura que pensaba lo mismo que yo, resopla profundo y suelta la presión ejercida en sus puños al apretarlos de modo que sus nudillos quedaron blancos.
-Está bien... Lo entiendo, Sarami.. -él se aleja hasta la puerta-Pero te diré que... yo haría lo que fuera por una amiga muy cercana, aunque al parecer tú no...
Él sale del despacho y yo me apresuré a llamarlo e ir con él saliendo de igual forma del despacho.
-Zeth... -me ignora-. Zeth espera -vuelvo a hablarle pero me ignora hasta que estamos fuera del castillo, me harté y lo agarré del brazo -¡Zeth!
-¡¿Qué?!
-¿Por qué te alteras tanto? ¿Tanto te importa que no nos ayude?
-Yo la apoyé en todo e incluso luché por ella, se supone es mi amiga...
-Una amiga... ¿eh? ¿Zeth, no estás tratando de evitar decir otra cosa... verdad?
Aparta la mirada, pero agarré su cabeza con ambas manos y lo hice girar a verme de nuevo. Él resopla.
-Tess...
-Dime Zeth, ¿ella es solo tu amiga? ¿O es, o fueron, algo más?
Le insistí e igual con la mirada, quiso no responder pero no pudo y suspiró derrotado.
-Fue mi primera novia...
Lo dijo... y se siente más doloroso cuando es él quien lo dice. Aparté mis manos mientras él me miraba con nerviosismo y preocupación por mi reacción.
-Lo sabía... era cierto.
-Tess, yo... -intentó tomarme entre sus brazos pero me alejé un paso.
En ese milisegundo en que pasó aquello pude ver el dolor en su mirada, y pensé en que actuar de este modo solo hará más difícil para todos, el estar en paz. No quería volver a ser una piedra en el camino de Zeth, así que suspiré, sonreí y tomé la palabra.
-Entiendo, por esa razón esperabas que ella se una a la causa, no te preocupes, está bien...
Resoplé.
-Zeth, no te conozco de nada, claro que me sorprende todo lo que aprendo de ti, pero... soy consciente de que tuviste tu vida antes de conocerme así que no puedo reclamarte nada. No estoy enojada, no te preocupes por lo que yo pueda sentir, ahora lo importante es volver a casa.
Terminé mi discurso ahí porque sentía que si seguía, mi voz se rompería. No lo conozco... es verdad, no sé porqué creí que él se guardaría para mí como yo lo hice para él. Somos diferentes, y eso lo sé ahora.
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