XIII
[NARRADOR]
- ¿Qué van a pedir? - Les preguntó la camarera.
- Yo quiero un café - Dijo Ana sin apartar la vista de la vista pueblerina que le brindaba la ventana.
- ¿Y el caballero?
- Lo mismo que ella - Peter le sonrió a la camarera.
Ana observó de reojo como Peter miraba a la chica que acababa de pedir sus ordenes marcharse. Frunció el seño, ese tipo intentaba conquistarla y en su primera salida juntos, por no decir cita, se pone a mirar a otras mujeres. Era definitivamente un idiota.
- Huelo celos - Dijo el lobo volviendo a mirar a su acompañante.
- Deben ser de algún hombre hacia ti - Le respondió Ana - Cualquiera querría estar conmigo.
- Linda y arrogante... - Peter sonrió - Una combinación perfecta para formar la hermosa personalidad de la hermosa mujer que tengo frente a mí.
Ana le dedicó una mirada asesina, pero esta se vio interrumpida cuando la pequeña campana encima de la puerta sonó, dejando pasar a dos chicos que venían discutiendo. Una chica de cabello anaranjado y un chico de cabello negro, ambos se sentaron en la mesa detrás de la pareja de lobos.
- Eres una tonta - Dijo el chico haciendo pucheros - Estaba a punto de...
- ¿Ensuciarte con ese idiota? - La chica levantó una ceja - No mientras yo viva, hermano... No permitiré que nadie como esa escoria toque a mi hermanito - La chica infló el pecho con orgullo y dramatismo - Es lo que toda buena hermana mayor haría.
- Tenemos la misma edad - Le recordó el pelinegro.
- Pero yo soy mayor.
- Solo por siete minutos.
Ambos chicos rieron y Ana sonrió de medio lado, aquella chica le recordaba a Soraya. Al pensar en eso recordó que no había visto a su hija salir del hospital, por lo que sacó su teléfono mientras la camarera les traía sus pedidos y le envió un mensaje.
***
Ana: Sora, estás bien?
Soraya: Hola mami de mentiritas, soy Angie. Estamos bien, acabamos de ver a esos hombres raros salir. Donde estás?
Ana: No me lo van a creer, estoy en un café con Peter Hale.
Soraya: Jajajajaja, no te lo creo. Necesitas ayuda?
Ana: Si, estoy en dulces tentaciones. Vengan.
Soraya: Al rescate de mami de mentiritas.
***
Ana sonrió al leer eso, ya le había dicho a toda la manada que solo le dijeran mamá, pero Angie siempre la llamaba mami de mentiritas. Ella suponía que la niña no de hacía a la idea de tener una madre.
- ¿Algo interesante? - Preguntó Peter.
- Nada, solo quería asegurarme de que las chicas estuvier... ¿¡Por qué te lo estoy contando!? - Se auto-frenó Ana.
El mayor soltó una carcajada y varias personas los miraron raro, en ese momento Ana deseó que se la tragara la tierra. Gracias a Dios las chicas y Stiles solo tardaron unos minutos en llegar.
- ¡Mami de mentiritas! - Angelin se lanzó a abrazar a Ana.
- Hola mamá - Sora la saludó de forma mas neutra, pero aun así demostrándole cariño.
El joven alfa estaba fuera del lugar observando de reojo hacia adentro, un chico de cabello negro sentado detrás de Ana lo miraba de forma persistente, aunque la mirada del chico viajaba de las quemaduras en su brazo hacia sus ojos de forma rápida. Sus instintos de alfa no le permitieron desviar la mirada hasta que el chico bajó la suya, sonrió de medio lado, vaya niño curioso.
Soraya y Ana salieron del café hablando muy animadamente, la mayor decidió llevar a su hija al centro comercial ya que había pasado mucho tiempo desde su ultima salida de chicas.
- Angie ¿Vienes? - Le preguntó la mayor.
- Nah, tengo cosas que hacer.
Las dos betas solo asintieron y se fueron, Angelin se quedó allí con Stiles y Peter. El cual se quedó observando como se marchaba Ana.
- Así que... ¿Te gusta? - Preguntó Angie.
El lobo mayor se atragantó con su propia saliva ¿Tan obvio era? No había dado señales de querer conquistar a la mujer frente a esa chica, en realidad frente a nadie.
- ¿Como es que...?
- La conversación que tuvieron en el estacionamiento - Le respondió Stiles con una sonrisa - Tiene razón, hombre. Ya pareces galán de telenovela mejicana.
- No te golpeo solo porque me llamaste galán - Le advirtió Peter cruzándose de brazos.
- Pues yo soy partidaria de que todos mis amigos encuentren el amor. Además quiero un papi de mentiritas ¿Que dices, Stiles?
- Yo ya tengo padre - Respondió el chico distraído.
- Sobre eso no, sobre que él salga con Ana.
- Oh... me da lo mismo - Stiles frunció el seño - Pero si la lastimas me temo que vas a sufrir ¿Entendido?
Peter asintió repetidas veces al ver la mirada psicópata que le dedicaba el joven alfa, solo un psicópata comprende a otro psicópata. Ese era el dicho.
(...)
Mientras tanto, en un lugar muy alejado de aquella amenaza, se encontraba la manada Hale-McCall entrenando como salvajes. Todos estaban allí dando lo mejor de sí mismos a excepción de Erika, la cual no parecía muy interesada en entrenar para el propósito de Scott ¿Cual era este propósito? Volverse mas fuerte y derrocar a Stiles, asesinarlo si era necesario.
Cuando dejaron de prestarle atención la rubia comenzó a caminar hacia la motocicleta que acababan de regalarle para su cumpleaños. Sus familiares se habían aliado para juntar el dinero sin que ella se enterara, y vaya la sorpresa que se llevó.
- Erika - Volteó al escuchar la voz de Boyd - ¿A donde vas?
- Regresaré a Beacon Hills, no me agrada esto.
- Voy contigo...
- ¡No! - La chica se relajó - No... necesito que alguien sea mi coartada aquí, diles que me llamó mi madre y debo regresar.
- No voy a mentirles a nuestros alfas.
- Por favor, no te vuelvo a pedir nada... - La chica puso una mirada suplicante.
- Ush... Está bien, pero si te descubren yo no se nada.
- Gracias - La loba se acercó y besó a su novio - ¿Sabes que te amo?
- A veces lo dudo - Respondió entre dientes el beta.
- Nunca lo hagas - Volvió a besarle - Deséame suerte.
Sin mediar mas palabra la rubia se subió a su flamante y nuevo vehículo con destino a Beacon Hills sin paradas intermedias, quizás solo para cargar combustible y nada mas.
No fueron mas de cuatro horas de viaje, pero la rubia ya estaba adentrándose en el pueblo con dirección a la casa de la manada Stilinski. Al llegar golpeó la puerta y fue recibida por el guarda espaldas de Stiles, mejor conocido como Sean.
- ¿Qué quieres, loba? - Preguntó con el seño fruncido.
- Primero que nada: Tengo nombre - Dijo la rubia - Es Erika. Y segundo: Vengo a hablar con ustedes.
- Pues no lamento decirte que nadie aquí quiere hablar contigo.
- ¡Sean! - La voz de Roy se escuchó desde adentro - Deja de ser tan cascarrabias.
El de cabellos color miel apareció frente a la puerta, empujando al mayor para que se quitara de en medio, y le sonrió a Erika.
- Lamento su comportamiento, aun no sabe de buenos modales. Pasa, por favor. Bienvenida.
El chico se hizo a un lado para dejarle el camino libre a la rubia, esta se sorprendió al ver el interior de la casa. No había tenido mucho tiempo de verlo cuando se fueron ya que al ser una urgencia medica lo que menos le preocupó fue observar donde se encontraba.
- ¿Qué te trae por aquí? - Preguntó Roy de forma mucho mas amable que la de Sean.
- Vengo a hablar con Stiles, necesito advertirle de algo.
Ambos betas fruncieron el seño, el primero en hacer algo fue Sean, el cual sacó su teléfono y llamó a Stiles para que regresara a la casa.
El alfa Stilinski no tardó ni veinte minutos en llegar, y eso que fue desde el centro hasta las afueras del pueblo corriendo, pero aun así llegó en menos de lo que canta un gallo. Apenas atravesó la puerta lo primero que hizo fue mandar a Angelin con Roy al hospital para cuidar al nuevo beta y luego se llevó a Sean, Erika e incluso a Peter al sótano de la casa. Ese era el lugar que usaba para las reuniones privadas que requirieran completa privacidad, ya que el lugar era a prueba de ruidos.
- Dime Erika ¿Por qué viniste?
- Necesitaba advertirte, Stiles. Al principio estaba tan enojada como todos porque nos abandonaras, pero Scott está yendo demasiado lejos, lo que quiere hacer es inhumano. Incluso para nosotros.
- ¿De qué hablas?
- Scott quiere la guerra, quiere deshacerse de ti sin importar lo que le cueste hacerlo. Está dispuesto a matarte.
- ¿¡Matarme a MÍ!? - Preguntó Stiles sin creerlo.
- A ti y a todos los que se le interpongan.
- No podemos pelear contra ellos - Dijo Sean con rabia - Su manada tiene quince miembros.
- Catorce - Lo corrigió la rubia - Si quieren pelear, me pondré de vuestro lado.
- Me temo que te equivocas, querida. Son trece - Agregó Peter - Yo también estoy de tu lado, chico.
- ¿Por mí o por Ana? - Stiles alzó una ceja.
- Prefiero quedarme con el beneficio de la duda, tú ten en mente que estoy de tu lado. Además, ellos siempre me han llamado omega.
- Aun así... Son trece de ellos contra nueve de nosotros y eso si contamos al recién llegado.
Stiles comenzó a pensar en un plan para proteger su vida y la de todos y cada uno de sus betas, incluso Erika y Peter, no importaba que acabaran de unirse y que la lealtad de este último fuera tema del cual dudar, iba a protegerlos. Se había enterado por Chris que la manada de Scott no regresaría hasta dentro de dos meses y que se encontraban entrenando a varios kilómetros de donde ellos se encontraban. Tenían el tiempo de su lado y pronto también el número de integrantes.
- Dices que solo tienen ventaja porque nos superan en número ¿Verdad? - Sean asintió - Pues en mi opinión, chicos. Es momento de salir a reclutar nuevos betas.
Una sonrisa perversa se dibujó en los labios del joven alfa, si guerra quería la otra manada, guerra era lo que les iba a dar. No importaba cuanto le costara, iba a asegurarse de que si solo una manada podía quedar viva en aquel territorio esa manada sería la suya.
Stiles comenzó a dar ordenes apenas tenía su plan fríamente calculado, cuando finalmente se encontró solo se encaminó al hospital para ver a su padre. Necesitaba una charla padre e hijo, aunque este no le hablara a causa del coma que había sido provocado por el idiota de alfa verdadero que había en el pueblo. Recordar quien era el culpable de que su padre estuviera tirado en una camilla sin moverse con todos esos cables conectados a su cuerpo le provocó una rabia que de bien ser olida por otros lobos saldrían corriendo despavoridos para no convertirse en el saco de boxeo del alfa.
- Hola papá - Dijo obligándose a calmarse y cogiendo la mano de su padre.
Al sentir la mano de su padre tan tiesa y fría sintió ganas de llorar y abrazarlo mientras este le acariciaba la cabeza diciendo que todo estaría bien, como cuando era un niño. Pero ese era el problema, Stiles ya no era un niño, ahora era un alfa y debía hacerse cargo de su manada con uñas y dientes.
- Vengo a hablar contigo - Comenzó a explicarse el chico - Estoy a punto de hacer algo, no se si estarás despierto para verlo. Pero no es nada agradable, siempre has querido a Scott como a un hijo y se que sientes algo por Melissa... pero debo hacer algo que quizás haga que Scott se vaya de aquí o deje de vivir y por eso Melissa me odiará, por lo que no creo que quiera estar con el padre del asesino de su hijo - El chico suspiró - Pero ahora te libero de cualquier carga, nada de lo que haga será tu culpa. Solo mía...
Luego de decir eso Stiles soltó la mano de su padre y besó la frente de este, para luego irse de camino a recorrer la ciudad listo para la siguiente fase de su plan: Conseguir nuevos betas.
Final de la primera temporada
NOTA DE LA AUTORA:
Woooo.... *0* Stiles el malote Stilinski a regresado, la cosa se está poniendo realmente fea. Levanten la mano quienes amen a Stiles y odien al idiota de Scott \(._.)/.
En fin, sin mas que decirles me despido, les mando muchos besos y abrazos para que los usen como quieran 7w7 y nos vemos en la temporada dos, pronto les doy la fecha. Adiós mi linda y amada manada.
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