Temp III / Cap XXII

[NARRADOR]

En cuanto cayó la noche, a Stiles ya le sudaban las manos. Habían esperado a que oscureciera para meterse en aquél lugar. El cual era un sanatorio mental que bien podría ser el escenario de una película de terror, porque de noche ese sitio daba mal rollo. Sobre todo si sabías que dentro ocurrían cosas horribles a criaturas sobrenaturales.

Y ellos eran criaturas sobrenaturales, lo cual le aterraba aún más, temiendo que a alguno de los que le acompañaban les ocurriera algo.

— Esto me da mal rollo –Murmuró mientras miraba a los demás, como queriendo comprobar que estaban bien.

— A mí también –Le dijo Derek palmeándole el hombro.— ¿Seguro que es este lugar?

— Prácticamente me crié aquí –Le dijo Kyle.— Creo que sabría reconocer un lugar.

— Más te vale que no sea una trampa –Le gruñó Brad apretándole el hombro.— Porque esta vez no hay nadie para interponerse si Nikolai se te tira encima.

El mencionado volteó a ver a Kyle y le gruñó con sus ojos brillando rojos. Por lo que el ex-cazador apenas convertido se movió de donde estaba y se colocó junto a Stiles mientras avanzaban hacia la parte de atrás del edificio.

— Stiles no se va a meter en medio si mi alfa te ataca –Le avisó Aspros sin mirarle.

— Lo sé –Repusó Kyle.— Pero me siento más seguro estando al lado suyo.

Detrás de ellos, Derek soltó un gruñido ante aquella frase y empujó a Kyle. Colocándose junto a Stiles y dedicándole una mirada asesina al ex-cazador. El cual tuvo que caminar frente a ellos porque, obviamente, era el que les estaba guiando.

Entraron por una de las salidas de emergencia, por lo que tuvieron que falsear la cerradura para poder ingresar. Hubieran podido tirar la puerta, pero eso hubiera revelado la posición exacta en la que se encontraban.

Al entrar, todos miraban el techo y los muros en busca de cualquier cosa extraña.

— Aquí no hay cámaras –Les aclaró Kyle caminando con tranquilidad.

Llegaron al pasillo del elevador y el ex-cazador se quedó viendo una mancha de sangre en la pared. La imagen de cuando aquél uniformado le disparó al joven lobo, Leo, retumbaba en su mente. Provocándole una culpa que le carcomía

— Ese es el ascensor –Dijo señalando dicho lugar.— Por ahí se baja.

Brad se acercó y tocó el botón para que el elevador fuera al piso que se encontraba más arriba de ellos, siendo este la segunda planta del edificio.

— No podemos bajar por el elevador –Dijo al ver que los demás le miraban entender.— Si nos estás esperando abajo estaríamos encerrados, sería una enorme tumba de metal.

Stiles asintió con la cabeza y, con ayuda de Kyle y Detek, abrieron las puertas y, como era de esperarse, el elevador no estaba allí, solo los gruesos cables de este moviéndose ligeramente de un lado al otro ante la vibración que el elevador había provocado.

— Tendremos que bajar –Murmuró Stiles, no queriendo asomarse por aquella parte del elevador.

— Él va primero.

Nikolai cogió a Kyle por el brazo y le arrastró hacia el hueco del elevador, casi haciéndole caer cuando le empujó hacia el hueco.

— Tranquilo, Nikolai –Pidió Stiles ayudando a Kyle a recuperar el equilibrio.— No ganamos nada si lo matas.

El alfa ruso miró al alfa menor y se echó hacia atrás bufando, momento que Kyle aprovechó para alcanzar uno de los cables y comenzar a bajar por este hasta llegar a la otra puerta. Cuando llegó al suelo, sacudió el cable con fuerza.

El siguiente en bajar fue Derek, luego Stiles, Nikolai, Aspros finalmente Brad.

— Tío, eso fue divertido –Dijo este último, recibiendo una mirada extrañada de su alfa.— ¿Qué? Alguien tiene que ser el optimista, y no veo a nadie intentando ver el vaso medio lleno.

Stiles apretó los labios y palmeó la espalda de su beta, como quien quiere animar a un niño pequeño.

Aspros y Nikolai abrieron las puertas del elevador con mucho esfuerzo, puesto que desde la parte de adentro era más difícil que desde fuera.

Al abrir, se encontraron con una escena digna de una película de terror.

Las paredes estaban manchadad con sangre y varios cuerpos se apilaban en el suelo cubiertos de heridas que probablemente eran las causas de la muerte.

— ¿Qué diablos pasó aquí? –Preguntó Stiles cubriéndose la nariz con dos dedos.

Varias moscas revoloteaban alrededor de los cadáveres, lo cual indicaba que llevaban al menos 12 horas allí.

Intentando no mirar los cadáveres, comenzaron a caminar con cautela, tampoco deseando pisar a algún muerto. Avanzaron en silencio y con la latente sensación de que aquello iba a acabar muy mal.

Llegaron a los pasillos de celdas y observaron horrorizados como en las celdas se admiraba el mismo escenario. Solo que en lugar de uniformados, personas encadenadas estaban muertas en aquellas celdas, pero estos tenían heridas de bala.

Siguieron avanzando, abriendo y cerrando puertas pero solo encontrando más cadáveres, hasta llegar a una enorme puerta de metal con forma redondeada.

— Esta es la sala de demostraciones –Explicó Kyle.— Nunca entré allí, no me gustaba ver a las criaturas matándose, pero dos veces a la semana metían a criaturas con las que habían experimentado.

Esta vez fue Stiles quien dio un paso hacia adelante y abrió la puerta lentamente. Asomando la cabeza temiendo encontrarse algo o a alguien del otro lado.

Aquella habitación era muy grande y con forma circular. A Stiles le recordó al coliseo porque tenía gradas a los lados y una puerta cada varios metros. En total eran cuatro puertas, la que estaba de forma adyacente a la cual habían entrado se abrió lentamente, dejando ver al alfa ciego.

Derek se puso frente a los demás al ver a Deucalion. Pero Stiles, queriendo protegerle de igual forma, se colocó a su lado, pasando un brazo frente a él para evitar que se lanzara contra el otro.

— Debo admitir que creí que se tardarían menos en encontrar este lugar –Dijo Deucalion mientras se quitaba los lentes negros que tenía puestos.— Por lo que Theo me había dicho, eras más espabilado, Stiles.

Al ser nombrado, el chico Quimera apareció por la misma puerta por la que había entrado.

— ¿Qué ocurrió aquí? –Preguntó Kyle.— ¿Por qué están todos muertos?

— Debido a que no pudieron recuperar a los prófugos, tuvo que eliminarse la evidencia de lo que hacíamos aquí –Le explicó el alfa ciego.— Los guardias y científicos mataron a las criaturas, mientras que yo los maté a ellos. Al parecer, no se habían enterado de que ellos también debían ser eliminados junto con la evidencia.

— Eres un monstruo –Gruñó Derek mientras intentaba acercarse a Deucalion, siendo detenido por Stiles.— Un maldito asesino.

— Derek, Derek, Derek –Dijo Deucalion en un tono despectivo mientras negaba con la cabeza.— Alguien con tu experiencia debería saber lo que es un verdadero monstrio. Es más, todos ustedes deberían saber.

Un gruñido que vino desde el techo les hizo levantar la vista, viendo allí a un enorme Wendigo con cabello largo y enmarañado que se encontraba colgado como si fuera una araña.

— Me dio pena deshacerme de este especimen sin antes ver de lo que es capáz –Dijo Deucalion con una fingida pena.— Así que mejor que nos de uns pequeña demostración. Ven acá monstruo.

El Wendigo dio un salto y cayó en medio de aquél pequeño coliseo, mirando a los lobos con sus enormes e inexpresivos ojos blancos.

— Van a tener que elegir si pelear con él o dejar que os mate –Les dijo Theo con burla mientras se iba hacia la puerta.

— Por favor, disfruten de la demostración –Agregó Deucalion siguiendo al chico Quimera.— Y permitan que este ciego les enseñe a ver lo que es un verdadero monstruo.

NOTA DD LA AUTORA:

Se fue todo a la mierda de nuevo. Oh my God ¿Qué van a hacer ahora? ¿Van a pelear contra Alec? Tendrán que esperar para saber.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos.  Adiós mi linda manada.

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