Temp III / Cap XVII

[NARRADOR]

Mientras Alejandra y Alec eran víctimas del encierro y alguna que otra tortura física, uno de los cazadores soportaba una de las peores cosas que podían pasarle a alguien de su clase.

Se trataba del cazador al que Stiles le había clavado las garras. La herida había sido tan profunda que, como era de esperarse, le había convertido. Y ahora lo ocultaba, puesto que si alguien se enteraba de su nueva condición, iban a matarle sin importar sus años de fiel servicio y ayuda.

— Kyle –Le llamó su tío.— Deja de volar en tus pensamientos y ve a traer a la chica de la jaula 15.

— ¿A cuál de todas?

— A la más nueva.

Kyle asintió y fue hacia la jaula, donde la chica le miró con una expresión indescifrable.

— Levántate –Le ordenó con voz firme, y ella lo hizo.— Voy a llevarte a que te interrogen.

La sacó de la jaula y, procurando que ella no intentara nada, comenzó a guiarla hacia la sala de interrogatorios.

— ¿Cuándo vas a decirle a alguien? –Preguntó la chica sin mirarle.

— No sé de qué me hablas.

— Mentiroso –Le reclamó Alejandra.— ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que se enteren de que eres un Hombre lo...?

La acorraló contra una de las paredes y le apuntó al cuello con su pistola.

— Vuelve a hablar y te vuelo las cuerdas vocales –La amenazó.

La chica solo sonrió de medio lado.

— Como sospeché, tienes miedo –Dijo riendo.— ¿Qué van a hacerte su les dices?

— Con un poco de suerte, van a matarme –Le dijo.— Con ese ciego al mando, lo más probable es que me torturen y experimenten conmigo.

— Que hospitalaria es tu gente –Ironizó la castaña.— Me encanta lo bien que tratan a los suyos. He visto tiburones que le tienen más piedad a su almuerzo.

— Cierra la boca y camina.

Kyle dejó de apuntarle con el arma y la empujó para que siguiera caminando. Aunque no caminaron ni dos metros antes de que la chica volviera a hablar.

— Sabes... Si tan solo me ayudaras a escapar, mi alfa te aceptaría.

— No necesito ayuda de un grupo de chuchos.

— ¿Cuándo es la próxima luna llena? –Preguntó con fingida ingenuidad.— Muero por ver cuando los de mi celda y yo no seamos los únicos a los que le salgan colmillos.

— Silencio –Le gruñó.

Llegaron a la puerta de la sala de interrogatorios, Kyle abrió y empujó a la beta hacia el interior.

— Y más te vale no decir nada.

— Oblígame.

Frunciendo el ceño, el cazador cerró la puerta con cerrojo. De forma en la que solo quienes la interrogasen podrían abrir.

Entonces, vio cómo entre cuatro arrastraban a un Wendigo hacia la sala de experimentos.

— Ese está muy flaco –Murmuró para sí mismo, pero alguien más le escuchó.

— No lo mires demasiado, chico –Le dijo el hombre ciego, haciéndole saltar en su lugar.— No vaya a ser que sientas piedad.

— No lo haré, señor.

— ¿Algo que quieras informarme? Has estado actuando extraño.

— No, señor –Negó rápidamente.— Todo normal.

— Llámame Deucalion, y de verdad espero que no estés mintiendo –El hombre se le acercó mucho.— Porque si comienzas a mentir significa que tendrás los mismos derechos que esa cosa –Señaló a Alec.— O quizás... Menos derechos que un Hombre lobo.

Luego de decir aquello, Deucalion se fue hacia la sala de torturas. Siguiendo a los que arrastraban al Wendigo. Pero a Kyle le quedó claro que ese hombre sabía lo que le pasaba.

(...)

Alec ya había perdido la noción del tiempo en aquella celda. Ni la puerta ni la escotilla de esta se habían vuelto a abrir, ni siquiera para alimentarle o darle algo de beber ¿Cómo se había mantenido vivo? Comiéndose las ratas que caían desde el techo, en donde había un agujero de menos de diez centímetros por el que algunos de esos animales caían y morían al chocar contra el suelo de metal. Aunque en la semana que llevaba allí solo se habían caído tres.

Cuando el séptimo día estaba por acabar, las puertas se abrieron y la luz le dejó casi ciego. Hace ya tiempo que había dejado a su Wendigo tomar gran parte del control para poder ver en la oscuridad y gastar menos energías forzando la vista.

— Pónganle el chip –Ordenó una gruesa voz masculina.

— "¿Un chip?" –Pensó mientras intentaba ver bien, a pesar de la luz.

Cuatro personas le cogieron y a base de arrastrarle, patearle y golpearle le sacaron de la celda.

El italogermano volteó la cabeza al escuchar a alguien decir algo acerca de su condición, encontrándose a varias personas, chicos y chicas, que le miraban desde una jaula.

— Ese está muy flaco –Escuchó decir a alguien antes de que le metieran dentro de un cuarto que no le daba muy buena espina.

Detrás de él, un hombre ciego entró. Cogiéndole por el cabello y clavando algo en su nuca. Algo que le hizo gruñir.

— Muy bien, que comience el experimento –Dijo el ciego mientras le soltaba y se alejaba de él.

Alec miró hacia su derecha y pudo ver un enorme panel de vídrio polarizado, desde el otro lado podía escuchar varias voces, lo cual indicaba que le estaban observando, como si fuera una rata de laboratorio.

De repente, sintió como un choque eléctrico viajaba por toda su columna y, por primera vez en su vida, sintió dolor. Un dolor horrible, punzante y tortuoso, que le hizo tirarse al suelo y comenzar a gritar hasta que sintió como si sus cuerdas vocales fuesen a explotar.

— ¡BASTA! –Gritó a todo pulmón, mientras sentía como si sus huesos se rompieran.— ¡Detengan esto!

Su voz salió más como un rugido gutural que como una voz normal.

Deucalion le levantó la cabeza y observó sonriente como los ojos del chico se tornaban de un color blanco lechoso.

— Me alegra anunciarles, caballeros... –Comenzó a decir el hombre ciego mientras le soltaba para que el otro se siguiera retorciendo de dolor en el suelo.— ...Que el protecto Monstra a comenzado a dar resultados.

Cuando el Wendigo volvió a abrir los ojos ya no era él mismo, y en lugar de palabras, lo que salió de sus labios fue un alarido monstruoso que hizo temblar las paredes y a todo aquél que con un oído desarrollado había escuchado lo ocurrido allí dentro.

NOTA DE LA AUTORA:

Esta es la parte en la que comienzan a insultarme por cortarla. Sorry babus, pero tengo que prepararme para un módulo de la ONU ¿¡Pueden creer que me tocó Turquía!? Yo no sabía que existía ese país hasta que empezaron a dar Fatmagül, y ahora me tengo que estudiar todo de este país. Vale verga la vida.

Les dejo la fotito del buen Kyle.

Decir que le re doy es poco, le hago todo menos la tarea.

Gracias a Chica_Lobo por este sexy beta.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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