Temp III / Cap XI
[NARRADOR]
— Tienes todo controlado ¿Eh? –Gruñó Sebastian entre dientes.
— ¡Eso duele! –Se quejó Brad.— Ten más cuidado.
— Te jodes si te duele, te dije que no hicieras nada estúpido –Le recriminó.
— No hice nada estúpido, salvé el pellejo de ese lobo –Murmuró mientras sentía como el alcohol era desparramado por la herida en su espalda.
Brad no podía ver el rostro de Sebastian, pero sabía muy bien que el chico estaba disfrutando torturarle de esa forma. Era obvio, como si fuera una venganza.
— ¿Por qué siempre soy yo quien debe curar tus heridas? –Se quejó el menor.— Es como cuando me quedé una semana vigilando tu inmaduro culo porque estabas al borde de un cuadro de hipotermia.
— Porque me amas –Declaró Brad.— Pero no lo admites porque eres un cabezota.
El mayor no necesitó mirarle para saber que el chico acababa de rodar los ojos. Ya que siempre que rodaba los ojos Sebastian bufaba, y eso acababa de hacer. Provocando que el lobo nacido riera.
— Ya vale con esas bromas estúpidas –Le recriminó.— De todas formas ¿Qué es eso de salvarle la vida a Derek?
Brad frunció el ceño, no le gustaba la forma en la que el nombre del otro salía de los labios de su pequeño. Su nombre debería ser el que fuese pronunciado por él.
— ¿No es obvio? –Al no recibir respuesta, Brad se explicó.— Si Derek atacaba a Nikolai, él iba a defenderse. Y el tipo no tiene pinta de ser muy suave. Además ¿No viste como el Wendigo miraba a Derek mientras se acercaba a los alfas?
— No, no lo vi –Admitió.— Estaba muy ocupado viendo lo que hacías tú como para concentrarme en alguien que casi no conozco.
El ceño fruncido que Brad antes había tenido se transformó en una sonrisa al saber que Sebastian había estado viéndole todo el tiempo. Aunque luego recordó que le habían dado una paliza, osea que el beta también había visto eso.
— La cosa es que ese chico, Alec, no tiene muy buen control. Se le nota a plena vista –Continuó hablando el mayor.— Lo último que nos faltaba era que Stiles matara a Alec.
— ¿De dónde sacas esa idea? –Sebastian sonaba sorprendido.— Stiles no lastimaría a nadie.
— Si lo haría si la persona quisiera lastimar a su compañero –Aclaró Brad.— Yo lo haría.
Sebastian no le prestó mucha atención a la última frase, su mente estaba muy ocupada pensando en lo que Stiles sería capaz de hacer y desinfectando las heridas de Brad. Las cuales al ser de alfa aún no cerraban. El siseo adolorido del mayor fue lo que le hizo regresar a la realidad.
— ¿Crees que son compañeros? –Preguntó con un hilo de voz.
— ¿No viste cómo reaccionó Derek cuando Nikolai golpeó a Stiles? –Ambos recordaron aquél momento, habían olido la ira del Hale.— Nadie reacciona así por una persona que no sea su compañero.
— Podría haber sido porque no confía en Nikolai, o porque creyó que Stiles podía estar muy herido –El de lentes intentaba encontrarle algo de lógica a aquello.— No tienen que ser compañeros.
— Si no te conociera bien, diría que tu negación se debe a que estás enamorado de Stiles –Dijo Brad, medio en broma medio en serio.— Y que te rompe el corazón imaginarlo con Derek.
— No digas idioteces –Sebastian nunca iba a admitir que le apretó una de las heridas a propósito.— Solo intento ser la voz de la razón aquí.
— Somos Hombres lobo, nada de lo que hacemos tiene que ser razonable o lógico –Brad bufó.— Además, es obvio que tengo razón. Ellos dos son compañeros.
— Y yo sigo sin entender cómo te das cuenta.
— Porque es obvio –El mayor se echó hacia adelante para poder voltearse a ver a Sebastian.— Se nota por cómo se miran, por cómo actúan. Incluso luego de tanto tiempo sin verse se siguen sintiendo...
— Correctos –Completó el de anteojos.— ¿Dices que se sienten atraídos a estar juntos? ¿Como imanes o algo así?
— Exacto –Asintió Brad.
El mayor volvió a darse la vuelta y Sebastian continuó limpiando las heridas con sumo cuidado. Cuando consideró que ya no era muy probable que Brad cogiera alguna clase de infección, las cubrió con bendajes y echó un último vistazo.
— Ya está, si yo fuera tú aprovecharía el tiempo que tardes en curarte para dormir –Aconsejó el menor.— Esa paliza debió dolerte.
Brad soltó un gruñido de molestia y se echó boca abajo en su cama. Hundiendo el rostro en la almohada y deseando que se lo tragase la tierra. Vaya humillación había pasado.
Escuchó a Sebastian mover la silla en la que antes había estado sentado y ponerse de pie. En un principio, supuso que iba a irse directamente. Pero su teoría quedó contradecida cuando sintió un escalofrío recorrer su columna, al mismo tiempo que los labios del menor depositaban un beso en su nuca.
— Recupérate pronto –Escuchó decir al de las gafas.— Los entrenamientos son aburridos si no estás.
Luego, la puerta se abrió y volvió a cerrarse. Dejando al lobo nacido solo.
Brad se llevó una mano a la nuca y tocó la zona en la que Sebastian le había besado. Sonrió como el gato de Alicia y resistió las ganas de aullar de la alegría. Puede que no hubiera sido un beso en la boca. Pero se había conformado con que le besara la nuca. Al menos se conformaba por el momento.
(...)
Mientras tanto, en el baño de la habitación de Stiles, Derek se estaba duchando. Su vista clavada en la sangre que se encontraba en sus dedos y que a medida que el agua caía sobre él comenzaba a caer por entre sus dedos. Hasta que, nuevamente, sus manos estaban limpias.
Derek salió del baño hacia el cuarto dispuesto a vestirse con la ropa limpia que Stiles dijo que le iba a dejar. Pero al abrir, no se encontró al ojimiel, sino a otra persona.
— Bonito cuerpo –Le dijo Alec con una ceja alzada.— Una obra de arte licántropa.
Derek se cubrió con las manos cuando la mirada del Wendigo bajó de su pecho hasta una zona más baja. Cohibido al ver como el otro clavaba la vista en su virilidad.
— ¿Nunca te han dicho que deberías ser stripper? –Le preguntó el Wendigo.— Yo pagaría por verte.
— No, no me lo han dicho –Derek hablaba serio.— Y no me interesa que me lo digas tú.
— ¿Quién más te lo va a decir? Stiles está muy ocupado arreglando los problemas que tú causaste con tu pequeño descontrol –Alec había pasado de sonar divertido a sonar serio.— ¿No eres un poco mayor para descontrolarte? Se supone que los lobos nacidos, a tu edad, se controlan perfectamente.
El pelinegro miró al suelo, algo avergonzado y sintiéndose culpable por no haber sabido controlarse.
— Igual, volviendo al tema –Alec volvía a sonar sugerente.— Si yo fuera Stiles, no te dejaría levantarte de la cama. Pero si no te quiere son cosas suyas.
— Sal de aquí –Le dijo molesto.
— Uy, que gruñón –El ruso sonrió de oreja a oreja y se encaminó a la puerta.— Si fuera Stiles no me estarías echando.
Y sin más, el Wendigo se fue carcajeándose.
— Pero no eres Stiles –Murmuró Derek antes de acercarsr a la cama y coger la ropa que allí se encontraba.
Cuando se estaba terminando de vestir, la puerta se abrió y por ella entró alguien más. Pero nuevamente no era Stiles.
— Vaya número que organizaste, sobrino –Le dijo Peter, aunque más que con burla se lo decía algo preocupado.— ¿Estás bien?
— Si –Asintió Derek.— ¿Y Stiles?
— Algo golpeado, pero bien.
Los ojos de Derek se abrieron mucho al escuchar lo que le había dicho su tío. El cual notó el cambio emocional de su sobrino.
— Tranquilo, no fuiste tú –Se apresuró a aclararle, e instantáneamente Derek estaba más tranquilo.— Ese otro alfa, Nikolai, es realmente fuerte.
— ¿Stiles está bien? –Nuevamente, Derek sonaba preocupado.
— El ruso le dejó un par de golpes, nada grave –Peter le restaba importancia.— De hecho, si quieres ir a verle está en el bosque. Sacando algunas viejas trampas de cazadores.
Como si con decir eso Peter hubiera presionado alguna clase de botón, Derek salió disparado fuera del cuarto. El mayor bufó divertido, le causaba gracia lo que Stiles podía provocar en Derek.
— ¡Alguien que me ayude a cocinar! –Escuchó gritar a Ana.
Ante el grito de la mujer, Peter también salió corriendo del cuarto. Cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria y yendo a socorrer a Ana.
NOTA DE LA AUTORA:
Jajajaja Peter se ríe de Derek y él también besa el piso por donde camina la persona que quiere. Son los dos unos poyerudos :v
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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