Temp III / Cap X

[STILES]

Agradecí a todos los dioses existentes que en ese momento mi móvil sonara. Bajé la vista a mis piernas mientras lo sacaba de mi bolsillo y revisaba. Había comenzado a sonar It's my life de Bon Jovi, lo que me indicaba que era una de las alarmas. Desbloqueé la pantalla y leí lo que había escrito hace una semana en la alarma.

"Entrenamiento con la manada".

— Mierda –Siseé.— Me surgió un compromiso. Tengo que irme.

— Voy contigo –Nikolai se puso de pie.

— Nosotros también.

Ya estaba por salir corriendo cuando me detuve en seco a causa de lo que dijo Derek. Miré a Nikolai en busca de ayuda, pero él se quedó en silencio y me miró con una expresión de arreglatelas solo.

— Está bien, pueden venir.

— No te estaba pidiendo permiso –Derek se verdad sonaba molesto.— Ahora, vámonos de una vez.

(...)

[NARRADOR]

Se encaminaron hacia la puerta y lo último que vio Stiles antes de salir fue como los ojos de la chica de la caja brillaron blancos. Obviamente estaba molesta por el revuelo que habían armado.

— Lo siento –Murmuró el alfa más joven antes de salir, sabiendo que la chica le escucharía.

Solo entonces, Stiles vio el Camaro estacionado frente al local. Dios, cómo había extrañado ver ese vehículo. Era simplemente el mejor auto que había visto en su vida.

— ¿Vienen con nosotros en el auto? –Le preguntó Scott, recibiendo una mirada reprobatoria por parte de Derek.

— Nah, Nikolai y yo vamos corriendo –Rechazó la oferta Stiles.— ¿Una carrera, viejo? El que pierde entrena con Alec.

— Entonces preparate para ser apalizado por un Wendigo.

Ambos se pusieron en posición para salir corriendo.

— En sus marcas... –Dijo Scott, divertido.— Listos...

— ¡Fuera!

Luego de gritar, Stiles fue el primero en salir corriendo hacia el bosque que se levantaba del otro lado de la calle.

Luego de murmurar un enano tramposo Nikolai le siguió. Comenzando a correr a cuatro patas apenas y tocó el suelo del bosque. Lo último que vieron Scott y Derek, fue como la figura humana de Nikolai se convertía en una enorme bola de pelos rubia. Probablemente su forma de lobo, pero para cuando el ruso se transformó del todo, ya estaba demasiado lejos como para que vieran bien su silueta.

Ambos lobos de la manada Hale-McCall se subieron al Camaro y Derek condujo. Siguiendo la dirección que anteriormente le había enviado Peter. El cual probablemente ya estaba en la casa.

— Así que... Ese otro alfa... –Comenzó a hablar Scott.

— ¿Qué tiene?

— Nada, no tiene nada –Se apresuró a responder el se rasgos latinos.— Solo parece ser muy cercano a Stiles. Aunque se conozcan desde hace poco.

El ojiverde gruñó, apretando si agarre contra el volante de tal forma que sus nudillos se pusieron blancos en lo que tardó en volver a relajar su agarre.

— No confío en él.

— No confías en nadie –Le recordó Scott.— En eso te pareces demasiado a Stiles.

Derek rodó los ojos antes de acelerar de tal forma en la que provocó que Scott se asustara.

— Si perforas mi hermoso tapizado con tus sucias garras te arrancó la cabeza.

— ¿La garganta no? –Bromeó Scott.— ¿O esa amenaza es solo para Stiles?

Derek le miró con una expresión de cállate o te asesino, y no es broma. Lo cual hizo que Scott riera y que el mayor bufara. Desde que le había visto vagando y quejándose por el bosque cuando Stiles apenas había desaparecido, el hispano ya no le tenía tanto miedo a Derek. No desde que había descubierto que el corazón del mayor era muy fácil de herir si era alguien que realmente le importaba.

(...)

Cuando llegaron a la casa de la manada Stilinski, se quedaron sorprendidos por lo grande que era. Realmente era un buen lugar para tener a una manada.

— Pedazo de casa –Dijo Scott, sorprendido.

— Sean no iba a dejarnos vivir en nada menos que esto.

Ambos se voltearon al escuchar la voz femenina pero juvenil detrás de ellos. Encontrándose allí a Angie, la cual llevaba un bebé en brazos.

— Es bueno verlos, Derek y... –La chica puso una expresión pensativa.— ¿Scott, verdad? –El de rasgos latinos asintió.— La manada está en un claro cerca de aquí, yo vine porque Stiles me pidió que los guiara.

— Podíamos ir solos –Le dijo Derek.

— Créeme, hay muchas trampas por aquí. Esta solía ser una zona de caza y aún no podemos desactivarlas todas, es como un campo minado.

Los dos loboa mayores se miraron para luego asentir con la cabeza y comenzar a caminar detrás de la beta. La cual les guió por el que ella decía era un camino seguro hasta que llegaron al claro donde se encontraban dos manadas: la de Stiles y la de Nikolai.

Lo primero que vieron fue a Stiles siendo lanzado hacia unos árboles por un chico de cabello largo y sonrisa socarrona. Al sentir el olor de este, Derek gruñó. Entendiendo ahora por qué el alfa ruso había nombrado a un Wendigo.

— Bien hecho, Alec –Dijo Nikolai mientras el mencionado volteaba y le sonreía.

El ojimiel se puso de pie y, avergonzado por la derrota, miró hacia donde se encontraban Scott y Derek mientras se sobaba el brazo con el que había aterrizado.

— ¡Vamos alfa, no te rindas! –Le gritó Sebastian.

— ¡Muestrales quien manda! –Secundaron Nagisa y Maicol.

— Yo no entiendo nada –Admitió Maverick.

— ¡Buabrr ba!

— ¡Lo que sea que haya dicho el bebé! –Gritó Brad, haciendo reír a todos.

Stiles se enderezó y miró hacia donde se encontraba Nikolai, quien ya se estaba preparando para enfrentarle. Eso era lo que acordado para los entrenamientos, primero peleaban con un miembro de la manada contraria y luego peleaban entre ellos. Como Nikolai había peleado contra Ana y Stiles contra Alec, ahora iban a pelear entre ellos.

Cuando ambos alfas se entrelazaron a golpes, todos se echaron hacia adelante. Queriendo ver bien que era lo que ocurría y algo asustados por la idea de que alguno de sus alfas saliera herido de gravedad.

Todos se pusieron tensos cuando el aroma a sangre comenzó a emanar de ambos alfas. Pero fue Derek quien reaccionó mal, al divisar una herida muy cerca del corazón del ojimiel.

El pelinegro comenzó a dirigirse hacia dónde ambos alfas se encontraban, pero fue interceptado por Brad. El cual se colocó frente a él con los brazos cruzados y una sonrisa burlona.

— ¿Se te perdió algo? –Preguntó con sorna.

Derek le gruñó, haciendo que sus ojos brillaran azules. Brad hizo lo mismo, aunque no se le veía molesto, sino que más bien estaba divirtiéndose al provocar al mayor.

Cuando Derek volvió a gruñir, esta vez más guturalmente, los demás desviaron la vista de la pelea de los alfas y les miraron a ellos, alejándose bastante como para no verse involucrados en la pelea. A excepción de Sebastian, que se colocó junto a Brad e intentó hacerle entrar en razón.

— No hagas nada estúpido –Le advirtió el menor.

— Tranquilo, pequeño –Le respondió el otro, caminando dos pasos hacia Derek.— Sé lo que hago.

Al haberse tomado la aproximación del beta como una invitación a atacarle, Derek se le lanzó prácticamente a la yugular. Ambos rodaron por el suelo mientras se clavaban las garras e intentaban morder al otro. Usando el peso de su cuerpo, Brad logró quedar encima, colocando sus manos alrededor del cuello de Derek en un intento fallido de dejarle sin aire y que de esa forma el mayor volviera en sí. Porque era obvio que por su forma de pelear estaba descontrolado.

Lo que el beta no tuvo en cuenta fue que Scott fuera a lanzarse sobre él y a clavarle las garras en la espalda para moverlo de encima del otro. Lanzándole lejos mientras le rugía.

Cuando Brad fue a levantarse para recuperar su dignidad perdida, sintió como todos sus músculos le resentían la pelea. Además de que sentía como si la herida del alfa le quemara por dentro y por fuera, como si acabaran de echarle ácido o algo.

Derek se puso de pie, quitó a Scott del camino y fue a lanzarse encima de Brad de nuevo. Pero fue Stiles quien tacleó al Hale para que no volviera a atacar a su beta.

— ¡Derek! –Le gritó el menor mientras el otro le clavaba las garras en el hombro.

En ese momento, el pelinegro parpadeó varias veces, lo hizo hasta que sus ojos volvieron a su color verde normal. Reflejando una desorientación que no era para nada natural en él.

Al ver que sus garras aún se encontraban en el interior de la piel del joven alfa, Derek se vio horrorizado y se apresuró a retraer las garras. Momento en el que Stiles jadeó por el dolor, pero segundos después la herida ya se había cerrado. No había sido muy profunda.

— Stiles... –Peter y Ana se acercaron, preocupados.

— Sigan entrenando –Sentenció el ojimiel.— Seb, Maverick, ayúdenme llevando a Derek. Yo llevaré a Brad.

Los dos betas mencionados asintieron y esperaron a que su alfa saliera de encima de Derek para cogerle por los brazos y ayudarle a levantarse. Mientras que Stiles ayudaba a Brad y se iban camino a la casa. Los demás, como les había sido dicho, se quedaron entrenando.

NOTA DE LA AUTORA:

Se puso fea la cosa, Derek se puso todo loco y Brad fue usado de saco de boxear. Pobresito el babu.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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