Temp III / Cap II
[NARRADOR]
Muy lejos de Beacon Hills, o mas bien lejos de California, la manada Stilinski se había restablecido en un pequeño y alejado pueblo de Alaska. El invierno acababa de comenzar y la nieve decoraba los techos y el suelo con su característico color blanco, la nueva casa de la manada Stilinski permanecía con su tejado cubierto por aquella blanquecina sustancia; varias luces se veían dentro por las ventanas, puesto que ya estaba anocheciendo y la cena estaba siendo preparada. Algo simple, ese día iban a comer carne, puesto que hacía demasiado frío como para salir a hacer cualquier cosa. Incluso para los lobos era un clima helado.
- ¡Que alguien calle a ese niño! - Gritaba Brad ya harto de escuchar el llanto del bebé.
Alejandra sujetaba al bebé en brazos intentando calmarlo, pero era imposible; el niño solo dejaba de soltar sus ruidosos alaridos cuando estaba con Stiles. Cosa que en ese momento no era posible porque el alfa se encontraba ocupado y además no congeniaba del todo con aquel niño, aunque sus betas no habían sido informados de la verdad de por qué o cómo habían conseguido a aquel pequeño bebé.
(...)
Por su parte, Stiles se encontraba ocupado esperando junto a la puerta de una de las habitaciones que aun quedaban libres, esta nueva casa era mucho mas espaciosa que la anterior. Por lo cual aun quedaban un par de cuartos vacíos en la morada.
Un chico descansaba en la cama de aquella habitación. La mente de aquel chico era puro blanco, quería moverse, abrir los ojos y hablar; pero su cuerpo estaba totalmente adormecido y entumecido. Poco a poco pudo separar sus parpados, aunque la luz le provocó dolor, había demasiada luz.
- Al fin despiertas - Le dijo una voz conocida.
- ¿Sebastian? - La voz del chico salió rasposa y seca, por lo que no pudo evitar toser; Sebastian abrió la puerta y una joven de cabello rojizo entró para luego salir y regresar con un vaso de agua. El chico le agradeció con una sonrisa.
- Le diré al alfa que despertó - Dijo la joven para volver a salir de la habitación.
- "¿Alfa? ¿Avisarle a quién?" - Se preguntaba mentalmente el chico.
- ¿Podrías dejarnos un rato a solas? - Le preguntó Sebastian a un hombre alto y de cabello negro que el chico en la cama no había notado hasta entonces, este desconocido solo negó con seriedad y dirigió una mirada fría hacia el chico.
Stiles solo suspiró y dirigió su mirada hacia el chico en la cama, cierta cantidad de pudor se reflejaba en sus ojos.
- ¿Te acuerdas de algo? - El chico negó con la cabeza, por lo cual Sebastian comenzó a contarle qué pasó.
(...)
- No es necesario que me acompañes - Dijo Sebastian un poco apenado porque Stiles haya decidido ayudarlo con su amigo, quien le había llamado dejándolo bastante preocupado.
- Olí tu temor, me pareció lo mejor venir - El beta asintió y susurró un pequeño agradecimiento.
El chico de las gafas tocó el timbre de la casa de su amigo, pero no hubo respuesta, lo cual le preocupó al no oír nada dentro de la casa. Tocó insistentemente la puerta y esta se abrió sola; sin pensarlo mas entró a la casa gritando el nombre de su amigo, encontrándolo en la cama tirado con unas jeringas descansando junto a su brazo.
- ¿Maverick? Oye... Rick, despierta - Dijo dándole una leve cachetada en el rostro al mayor. Puso su oído en el pecho del mayor.
- Apenas se escucha - Comentó Stiles acercándose para luego abrirle los ojos y tomarle el pulso.
- ¿¡Qué mierda es esto!? - Exclamó asustado Sebastian tomando una de las jeringas y oliéndola para reconocer el químico.
- Su pulso está bajando - Dijo Stiles.
El ojimiel miró a su beta, este repetía una y otra vez que debían llamar a una ambulancia, pero ambos sabían que la ayuda no llegaría a tiempo. Su beta apestaba a miedo, dolor y preocupación. Por lo cual Stiles llegó a la conclusión de que no le quedaba mas alternativa que convertir a aquel chico, era la única forma de salvarle la vida.
(...)
- Lo que me preocupa... - Comenzó a decir el chico que se había presentado como Stiles, el alfa, mientras se acercaba y olía cerca de donde se encontraba Maverick, el chico solo alzó una ceja - No huele como un Hombre lobo.
- Pero está vivo - Le hizo notar Sebastian.
- Es un Hombre Jaguar - Dijo un chico mayor que sonreía de forma socarrona mientras sus ojos brillaban azules, el chico miró a Sebastian, el cual solo asintió con la cabeza mientras que observaba a Stiles, el cual permanecía impasible.
- Hay varias cosas que prefiero yo explicarle - Dijo el chico de las gafas mirando a Stiles, el cual asintió y se llevó a regañadientes a ambos chicos que habían estado en el cuarto mientras tanto.
Sebastian sabía muchas cosas, siempre le había gustado el tema de los seres sobrenaturales, y ahora que le tocaba vivirlo se había asegurado de averiguar lo más posible. Por lo cual se consideraba la persona idónea para explicarle a su amigo lo que estaba pasando.
(...)
[STILES]
Arrastré a Brad y a Sean fuera de la habitación y no dejé de arrastrarlos hasta que me aseguré de que estuvieran lo suficientemente lejos como para no tratar de fisgonear lo que hablaba Sebastian con el chico nuevo.
- ¿Por qué tenemos que dejarlo con ese chico? No confío en él - Refunfuñaba Brad mientras le obligaba a sentarse en el sofá de la sala.
- Porque es su amigo, y nadie te obliga a confiar, pero si Sebastian dice que es de confianza nadie va a lastimar al chico.
El lobo me refunfuñó para luego comenzar a ponerle atención a los alaridos del mocoso, el cual aun lloraba.
- ¡Cógelo tú! - Alejandra por poco y me lo arroja - ¡Ya no lo soporto, necesito ir a recostarme por un rato! Llámenme cuando la comida esté lista.
Sin dejarme decir nada, mi beta se fue dando pasos que retumbaban contra el suelo de madera. Suspiré y miré a mis dos betas allí presentes, Sean desvió la mirada y se hizo el que le ponía atención a otra cosa mientras que Brad se encogió de hombros.
- A mí ni me mires - Me dijo Brad - No soy apto para cuidar niños.
- Ni mascotas - Dijo Mikaela caminando hacia la sala seguida de su hermano.
- Ni cualquier tipo de criatura que requiera ser alimentada - Se burló Percy.
Brad les gruñó a ambos y yo rodé los ojos, comenzando a caminar hacia la cocina. Quizás podría hacer un intercambio con Ana, ella podría coger al bebé y yo podría hacer algo allí ¡Joder! que hasta soy capaz de cocinar con tal de no tener que quedarme con el engendro.
- Ana - La llamé, ella estaba lavando los platos - ¿Necesitas ayuda?
- Oh... no, la carne ya está en el horno - Me cago en mi mala suerte - Veo que estás cuidando al bebé, aun no me has dicho su nombre.
- Engendro - Dije yo frunciendo el ceño.
- Eso no es un nombre, Stiles - Sentí como me regañaba indirectamente - Además de que no deberías llamarlo así, le puede afectar.
- ¡Tiene once meses! Solo sabe comer, cagar y llorar.
Hablando de las únicas tres cosas que este enano sabe hacer, el olor que comenzó a emanar me indicó que la segunda cosa que nombré había ocurrido ¡Maldito niño! Lo hizo a propósito.
- Ve a cambiarlo - Me ordenó Ana.
Y eso tuve que hacer ¿Por qué? Porque sabía que nadie mas iba a ayudarme, porque el enano olía mal y porque se siente extraño sujetarlo con su pañal lleno de lo que provoca ese asqueroso olor. Corrí hacia mi habitación y dejé al niño sobre una sábana en la cama, nunca creí tener que cambiar un pañal siendo tan joven. Dios mio, esto no es justo, en otra vida debo haber sido peor que Hittler como para que me hagan pasar por esto.
- ¿Qué mierda comes para apestar así? - Le pregunté al aire, pues era obvio que el niño de once meses no me iba a responder - Si no defecaras tanto no serían tan flaquito.
Piqué su estómago con un dedo y el mocoso comenzó a hacer esos sonidos chistosos que hacía siempre, era como una verborrea en otro idioma. Aunque según me decían los demás solo conmigo hacía esos ruidos extraños, con los demás lo único que hacía era llorar. Eso me parecía chistoso, todos amaban al niño y él lloraba con todos; pero conmigo que lo odio se la pasa de buen humor y haciendo esos sonidos raros.
- Supongo que debo ponerte un nombre - Dije mientras le colocaba el pañal limpio.
Ahora era el momento en el que yo no sabía que hacer, puesto que ni siquiera mascotas había tenido como para saber que nombre ponerle. Se me ocurrieron varios que fueron descartados por sonar estúpidos, por lo cual cogí mi computadora portátil y me metí en google. En este momento me siento como uno de esos padres primerizos que no sabe nada acerca de nombres, y como uno de ellos escribí lo primero que se me ocurrió.
"Los nombres mas populares del 2016"
- Muy bien enano... - Nuevamente le hablaba al niño acostado junto a mí - Voy a decirte los nombres y si alguno te gusta balbuceas ¿Okey? Un "bua" si estás de acuerdo.
- Bau - Supongo que eso también funciona.
Comencé a repetir los nombres de aquella lista, uno detrás del otro, pero el niño solo me miraba en completo silencio.
- David... - Mas silencio - Ian... - Ninguna respuesta - Daniel... Miguel, no ese no, por favor quédate en silencio... - No hubo respuesta - ¿Demian?
- ¡Buabrrfa!
Finalmente obtuve una respuesta, bueno, es un nombre extraño y no me gusta del todo ¡Pero ni que este niño fuera mío! Si él se quiere llamar así por mí que se llame así.
- Muy bien, Demian - El niño continuaba observándome - Quédate quieto y callado, me voy a duchar.
Dejé dos almohadas a su alrededor en la cama para que no rodara como idiota y acabara en el suelo, Ana me mataría si se enteraba de que el mocoso se había lastimado. Pero bueno, luego de esto puedo llamar a Scott, desde que oí su mensaje esta mañana no he sabido nada de la manada.
NOTA DE LA AUTORA:
Wii... nuevo beta, y no es un lobo, les presento al buen Maverick (el chico sensualon de la foto) mas adelante explicaré mas de él gracias a AnotherSigh por el personaje. Además el baby ya tiene nombre, Demian es un nombre que a mí siempre me ha gustado, espero que también les guste.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top