Temp II / Cap VIII

Maratón 4/4

[STILES]

En este momento compadezco a Deaton, llevo apenas cuatro horas en esta veterinaria y ya siento ganas de beberme alguna de las pociones del Druida. Este lugar es realmente aburrido y los animales en las habitaciones contiguas no paraban de ladrar, maullar o chillar por mi presencia.

Uno de los dos hermanos, el chico de cabello negro, comenzó a moverse y a quejarse en la camilla. Le coloqué una mano en el brazo para que no cayera al suelo, la camilla no era precisamente muy ancha.

- Mierda - Escuché que murmuró el chico mientras comenzaba a moverse.

Abrió los ojos y se me quedó viendo, yo igualmente me quedé viéndole con una sonrisa. Lo que menos necesito en este momento es que piense que soy uno de esos idiotas queriéndole hacer mas daño.

- Tu eres el que me trajo - Murmuró acomodándose en la camilla - El perro gigante.

Tuve que reprimir la risa, me sonó gracioso que me llamara así. Además de que por su voz se notaba que aun estaba medio sedado.

- Si... - Le dije sonriendo divertido - Soy el perro gigante.

El chico miró detrás de mí y sus ojos se abrieron como platos al ver a su hermana en la camilla que se encontraba a mis espaldas. Nuevamente tuve que detenerlo para que no se pusiera de pie y se acabara lastimando mas de lo que ya está.

- Tranquilo, ella está bien - Lo tranquilicé - Mi amigo la curó y solo es cuestión de tiempo para que despierte.

- ¿Qué fue lo que nos hicieron? - Preguntó observando que su hermana aun tenía garras.

- Es algo complicado... - Dije intentando pensar las palabras correctas - Pero tiene una explicación, solo que creo que es mejor esperar a que tu hermana despierte para explicarles todo a ambos.

(...)

[NARRADOR]

Stiles se quedó hablando con el chico cuando a este finalmente se le pasó el efecto del sedante. Hablaron sobre muchas cosas, el joven alfa descubrió que esos dos chicos eran Mikaela y Nagisa Schökel, que ambos eran mellizos aunque no se parecieran en casi nada y que su hermana era la que había nacido primero. Stiles habló muy pocas cosas de él mismo, contó que vivía con su padre pero que como él estaba en el hospital se quedaba con su manada, también hablaron acerca del Lacrosse, deporte que al parecer el chico no conocía porque su hermana y él eran nuevos en el pueblo.

Pasaron otras tres horas antes de que la tal Mikaela abriera los ojos y lo primero que hiciera fuera revisarse el cuerpo entero para ver si no le habían hecho nada.

- ¿Por qué estamos en una veterinaria? - Preguntó desorientada.

- Larga historia - Respondieron su hermano y Stiles al mismo tiempo.

- ¿Y tú quién eres? - Preguntó ella mirando al ojimiel con sospecha.

- Soy Stiles, un placer conocerte - El joven alfa le tendió su mano.

- Para ser un secuestrador eres realmente educado.

- ¿Yo? ¿Un secuestrador? - Stiles rió - Admito que soy muchas cosas... pero secuestrador de menores no es una de ellas.

- Bueno, eso es un alivio - Los dos hermanos se encogieron de hombros - ¿Qué nos pasó exactamente?

El joven alfa comenzó a explicar todo lo poco que él sabía acerca de lo que pudo haberles pasado a los dos, aunque admitió que no estaba muy seguro de por qué ellos o por qué solo una criatura si esos científicos locos se enfocaban en crear híbridos entre dos o mas criaturas. Pero al parecer había llegado para rescatar a los dos chicos justo a tiempo antes de que los convirtieran en alguna especie de engendros de la naturaleza.

- Por favor, díganme que esto es una mala broma - Pidió la chica mientras se frotaba el puente de la nariz.

- No lo es - Dijo Stiles con voz firme - Sé lo loco que suena todo esto, a mí también me costó creerlo cuando mi mejor amigo se convirtió en un Hombre lobo, pero es la realidad de las cosas.

- Osea que... ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó el chico - No podemos andar por ahí como si nada, podrían matarnos con balas de plata o algo así.

- Yo me preocuparía mas por el acónito - Le recomendó Stiles - Esa planta de mierda es veneno para nosotros.

Ambos chicos asintieron con la cabeza y se levantaron de las camillas, habían estado sentados en gran parte de la conversación; pero ahora se habían quedado de pie para así poder recuperar la sensibilidad en sus piernas.

- Las garras se fueron - Dijo la chica mirándose las manos - ¿Cómo se controla eso?

- Es un poco mas complicado guardarlas que sacarlas, de hecho puede ocurrirte en cualquier momento que tus garras salgan. Es cuestión de aprender a controlarlo - Explicó el ojimiel - Pero créeme que haré lo que pueda para ayudarlos.

Ambos gemelos le sonrieron ampliamente, si algo era verdad es que Stiles era una de esas personas en la que con solo unas pocas palabras y una sonrisa las personas comenzaban a confiar ciegamente. Era una especie de don del chico, además de que casi no tenía filtro a la hora de hablar, le encantaba conversar con las personas.

(...)

Mientras tanto, del otro lado del pueblo y mas precisamente en el bosque, se encontraba una figura que corría por su vida como si no hubiese un mañana, era alguien ya conocido para ambas manadas que se disputaban el territorio, aunque no era alguien que pudiera llamarse amigo de Stiles. Detrás de esta persona venían persiguiéndole otras tres, los cuales iban vestidos igual y con unas máscaras extrañas y aterradoras.

- ¡Dejadme en paz! - Gritó el perseguido mientras intentaba perder a esas personas.

Pero sin importar a donde o qué tan rápido corriera, esos individuos de apariencia perturbadora le seguían muy de cerca; no permitiéndole ni un respiro de su carrera.

Como pudo sacó su móvil de su bolsillo y marcó un número lo mas rápido que sus garras se lo permitían, cosa que era difícil porque se deslizaban por la pantalla del celular y le impedían marcar bien. Pero finalmente lo logró.

- ¿Jackson? - La voz de la cazadora Argent le llegó desde el otro lado - ¿Tienes idea de la hora que...?

- ¡Me están persiguiendo! - Interrumpió a la chica - ¡Necesito tu ayuda, Allison!

- Escucha Jacks, cálmate ¿Dónde estás?

- En el bosque ¡No me puedo calmar! Un trío de locos con máscaras están intentando cazarme.

- Oh no... - Murmuró la chica aterrada - ¡Corre, Jackson! ¡Tienes que llegar a un lugar con mas personas!

- ¡Son las seis de la mañana, no hay nadie en las calles!

- ¡Ven a mi casa! - Le gritó la chica, eso había sido una orden.

Jackson cambió el rumbo de su carrera, justo a tiempo para esquivar una flecha que pasaba muy cerca de su rostro; uno de esos malditos locos llevaba una ballesta y cada tanto le tiraba flechas que apenas y lograba esquivar.

El problema era que, para llegar a la casa de los Argent, Jackson iba a tener que cruzar por el lago que dividía el bosque en dos. El cual era profundo y muchas veces se habían dado casos en los que la gente se quedaba atorada en el lodo y estuvieron a punto de morir ahogados.

Aun así el rubio se decidió a intentarlo, aunque se ahogara de seguro eso era mejor a que esos tipos locos le atraparan. Consideraba que ahogarse era una muerta un poco mas digna.

Finalmente llegó al lago y sin pensarlo dos veces se lanzó, la corriente comenzó a arrastrarlo mientras él daba vueltas debajo del agua, pero logró aferrarse a una raíz sumergida y se quedó allí.

Por suerte había tomado aire, por lo que tenía al menos unos cinco minutos antes de que le fuera mortalmente necesario salir a la superficie. Nunca había sido un muy buen nadador.

Abrió los ojos y miró hacia arriba, las tres siluetas distorsionadas observaban el lago en busca de él. Agradeció a todas las divinidades que el agua estuviera demasiado turbia como para que ellos le notaran allí, aunque aun así si se quedaban iban a verle cuando saliera para respirar.

- "Váyanse, váyanse, váyanse..." - Comenzó a repetir mentalmente mientras sentía como sus pulmones se cerraban ante la necesidad de aire.

Las siluetas comenzaron a alejarse hasta que ya no podía verlas, notó que a un lado del lago y medio hundido se encontraba un tronco. Se soltó de la raíz y nadó hacia él, sus pulmones se llenaron de aire cuando se aferro a aquel tronco y se impulsó para sacar la cabeza del agua. Clavó sus garras en la corteza y descansó la cabeza en esa superficie de madera que le estaba manteniendo a flote y en contra de la corriente.

- ¡Hey, chico! - Una voz le llegó desde su izquierda - Vaya zambullida que te has dado.

Levantó la vista y allí se encontraba un chico de cabello castaño claro y ojos verdes, el cual le miraba con una sonrisa y un cigarro encendido descansando entre sus labios. Jackson pudo oler que se trataba de un lobo, por lo cual frunció el ceño, no olía como Scott o como Derek, aunque el olor le era familiar.

El chico le tendió una mano para ayudarle a salir del agua, pero aun así continuaba sonriendo de forma burlona; por lo cual el chico rubio no se permitió confiarse del todo. Aun así aceptó la mano que el chico le tendía.

- ¿Qué haces por aquí, chico? No es seguro andar solo por el bosque.

- Pues yo te veo solo - Respondió Jackson a la defensiva.

- Pero yo tengo una manada - El mayor sonrió con sorna - Tú hueles a que llevas meses sin contactar con quien sea que te haya convertido.

- Vete a la mierda.

Jackson comenzó a caminar hacia la dirección opuesta por la que había venido, aunque se encontraba un poco perdido por el momento. Había pasado mucho tiempo desde que se fue de Beacon Hills y no recordaba muy bien el territorio.

- Creo que te vendría bien un poco de ayuda - El lobo ya se encontraba caminando junto a él - Soy Maicol, por cierto, de la manada Stilinski ¿Tú eres...?

- Jackson Whittenmore - Entonces el rubio recapacitó - ¿Dijiste... manada Stilinski?

- Así es - Maicol infló el pecho orgulloso - Soy el beta de mi buen alfa, Stiles Stilinski.

A Jackson por poco y se le cae la mandíbula al escuchar aquel nombre, no se lo podía creer, Stiles como un alfa. Eso era algo que ni en un millón de años consideraría posible.

- ¿Me puedes llevar con él? - Pidió lo mas cortez que pudo.

- Claro, pero yo que tú me cambio de ropa primero. Acompañame, te puedo prestar algo.

Con una seña de su mano, el beta mayor comenzó a guiarle por el bosque, sin que el rubio supiera a donde estaba siendo llevado. Pero cualquier lugar era mejor que un bosque oscuro y con locos enmascarados persiguiéndole.

NOTA DE LA AUTORA:

¡Jackson is back, bitches! Debo admitir que él siempre me ha parecido muy sensualon. Es algo así como lindo por fuera y una basura con patas por dentro, algo así como Theo.

Y bueno, hasta aquí llego la maratón de cuatro partes ¡Ámenme mis pequeños betas! Saben que han amado este maratón sorpresa. Aunque la verdad es que quiero terminar rápido la temporada y como ya tiene mas de veinte capítulos tardará muchísimo.

En fin, sin mas que decirles me retiro deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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