I
[STILES]
Recuerdo muy poco de cómo termine aquí, en una habitación de hospital con cables conectados a mis brazos y un respirador. Junto a mí se encuentra mi querido amigo Scott junto con Allison, la cual no para de decirle que estaré bien, aunque no estoy del todo consciente puedo escucharla. Aun no entiendo como un simple entrenamiento se convirtió en esto, yo no planeaba que me atacaran, mucho menos que ese loco me mordiera, pero las cosas nunca salen como uno las espera y menos para mí.
Dejé de concentrarme en las voces de mis amigos y comencé a repasar lo ocurrido hace quién sabe cuanto tiempo. Estábamos todos en el patio de la recién reconstruida mansión Hale, incluso Peter y Cora estaban allí entrenando junto con el resto de la manada, Derek permanecía al margen de las conversaciones que teníamos mientras entrenábamos y se mantenía alejado del resto. Varias veces volteé a verlo y desvié rapidamente la mirada al notar que él me observaba; uno de los gemelos, no recuerdo cuál de los dos, intentaba impresionar a Lydia, pero ella se demostraba fría e ignoraba los intentos del chico por conquistarla. Reí y negué con la cabeza, pensar que yo también era así hace unos cuantos meses, pero había decidido que si ella no me buscaba yo no la perseguiría como un perro necesitado, aunque eso le había servido a Scott con Allison.
- Hey Stiles - Lydia vino corriendo hacia mí - Vamos a caminar.
Noté como me hacía señas con la mirada para que dijera que si, era obvio que el gemelo la estaba cansando y este no dejaba de insinuarsele. Asentí y ambos nos adentramos en el bosque, caminamos mientras hablábamos de cosas insignificantes para los de la manada pero de mucha importancia para nosotros, ya que eramos dos de los mas débiles y "Humanos" por decirlo de alguna forma. Nos estábamos alejando sin darnos cuenta, el Sol dejaba ver sus últimos rayos para darle paso a una hermosa luna que adornaba el cielo con su luz blanca y pura. Comencé a asustar a Lydia y ella me golpeó juguetona, comencé a perseguirla hasta que llegamos a un pequeño precipicio, este dividía el camino e íbamos a tardar siglos en rodearlo. Por lo que empuje un tronco caído hasta que este quedó atravesado entre las dos puntas.
- Las damas primero - Me hice a un lado y la Banshee comenzó a cruzar con la precaución que la caracterizaba.
Una vez que ella llegó hasta el otro lado, yo me subí al tronco y comencé a cruzar. Cada tanto fingía que iba a caerme solo para asustar a Lydia, ella se enojaba conmigo y la moleste tanto que se dio media vuelta y comenzó a alejarse.
- Vamos Lyds, no seas una... ¡WO! - Sentí como el tronco se movió hacia abajo y me sujeté con fuerza de este - Lydia, ayúdame.
- No caeré esta vez, Stiles - Me dijo sin voltear.
- Ya, enserio Lydia, no estoy jugando - Ella volteó sacudiendo su pelo y su seño fruncido se convirtió en una mueca de horror cuando vio como el tronco comenzaba a deslizarse.
Me quedé paralizado, no sabía que hacer en ese momento. Cuando el tronco estaba a punto de zafarse por completo de la tierra me lancé a aquel precipicio, rezando porque detrás de toda esa oscuridad hubiera solo suelo y no rocas o agua. El impacto fue doloroso, caí de espaldas y me retorcí por unos segundos. Abrí los ojos justo a tiempo para ver como el tronco estaba a punto de caer sobre mí, me moví a un lado justo a tiempo para que este no cayera sobre mí.
- ¡STILES! - Escuche el grito de Lydia desde arriba, no podía verla a causa de lo oscuro que estaba - Dios mio, Dios mio ¿¡Estás bien!?
- Si, Lyds... esa cosa por poco me aplasta - Me levante del suelo y sacudí la tierra de mi ropa.
Observe todo a mi alrededor, la única forma visible de salir de allí era trepando y eso a mí no se me daba nada bien. La Banshee me dijo que iría a por ayuda y la escuche alejarse, comencé a caminar por el precipicio hasta que encontré donde este terminaba, una enorme pared de roca me obstruía el paso. Un olor horrible llegó a mis fosas nasales, saqué mi teléfono y alumbre el lugar del que venía, caí de culo al suelo al ver el cadáver a medio comer de una chica, sus ojos estaban abiertos y miraba fijamente hacia algo detrás de mí, mantenía la expresión de horror aun después de muerta.
- ¿Qué tenemos aquí? - Una voz llegó a mis oídos.
Un hombre saltó frente a mí desde aquella pared de roca, me levante del suelo y me aleje unos pasos que él rápidamente adelantó. Sus ojos brillaban de un color rojo intenso y sus dientes sobresalían peligrosamente mientras me sonreía de forma sádica, era un hombre lobo, un alfa para ser mas precisos.
- Me ha llegado la cena a domicilio - Dijo con tono burlón - La carne de ella ya se está pudriendo, pero tú... - Vi como sus fosas nasales se inflaron y olió mi aroma - Huele frescamente delicioso.
Intente correr, pero obviamente mi velocidad no se compara a la de un hombre lobo y me alcanzó, empujándome contra la fría roca del precipicio. Sentí como mi espalda tronó y caí nuevamente al suelo, comencé a arrastrarme lejos de él, pero cometí el error mas grande de mi vida, le dí la espalda a un hombre lobo. Lo siguiente pasó demasiado rápido, sus dientes se clavaron en mi hombro y sentí como la sangre comenzaba a abandonar mi cuerpo, solté un grito de dolor mientras comenzaba a moverme intentando liberarme de su agarre, pero me era imposible. En ese momento recordé que algo que Allison me había dado como protección, mientras el lobo me mordía intentando matarme deslicé mi mano hacia mi pantalón, dentro se este tenía una daga con acónito, la cual en cuanto sentí me aferré al mango y rapidamente se la calve en el cuello al alfa desconocido, este retrocedió y se sujetó el cuello, la daga había quedado clavada allí. Se la arrancó y pude ver como sus venas a partir de la herida comenzaban a volverse negras y una expresión de terror se dibujaba en su rostro.
- Tú... ¡MALDITO MOCOSO! - Se acercó y me golpeó, lanzándome contra una roca.
Luego de eso me quedé tirado allí, podía ver como aquel hombre lobo rugía y gritaba, comenzando a retorcerse hasta que finalmente cayó al suelo y por lo que pude ver murió. Luego de eso todo se volvió negro y no pude escuchar ni ver nada mas.
Comencé a abrir mis ojos, intentando adaptarme a la cegadora luz blanca de la habitación de hospital en la que estaba. Sentí varias voces a mi alrededor, una de ellas era la de Scott diciendo que era una lastima que ese lobo hubiera muerto porque quería matarlo con sus propias manos, Allison intentaba calmarlo, aunque no tenía mucho éxito.
- Que tierno, te preocupas por mí - Dije con una voz ronca.
Todas las miradas se voltearon hacia mí y me limite a sonreír con los ojos entre cerrados. Sentí como Scott me abrazaba fuertemente y su peso extra en la camilla cuando se subió junto conmigo, profundizando mas el abrazo.
- Ya se que me amas Scott, pero tu novia está aquí - Le dije palmeando su espalda.
- Cállate Stiles - Me dijo alejándose para verme la cara.
Lydia lo movió y ahora era ella la que me abrazaba mientras lloraba en mi hombro. Noté la mirada del gemelo interesado en el ella clavada en mí, un olor amargo me invadió, olía realmente familiar, pero no supe identificar qué era, solo que ese chico lo desprendía a montones. La pelirroja se alejó y todos se tomaron su turno para abrazarme, incluso Cora, la cual no demostraba señales de ser muy cariñosa. Aunque obviamente ni Derek ni los gemelos se acercaron a abrazarme, demasiado chulos como para demostrar afecto, supongo.
- Es bueno verte vivo, chico - Peter me palmeó la espalda mientras sonreía.
Últimamente el mayor de los Hale se había vuelto mucho mas confiable, aunque seguía siendo un viejo verde que bromeaba con cosas privadas y tenía ciertos ataques psicópatas que nos hacían tenerlo vigilado. Melissa entró en el cuarto y le pidió a todos que se fueran, ella ya estaba enterada de loa asuntos sobrenaturales y apoyaba a Scott en todo lo que necesitaba.
- ¿Cómo estás Stiles? - Me preguntó sonriente - Dos semanas sin despertar no son cosa de broma.
- ¿¡Dos semanas!? - Pregunte incrédulo.
Al escuchar lo deplorable que se encontraba mi voz, Melissa me acercó un vaso de agua fría, el cual me bebí en menos de cinco segundos. Se sintió genial beber agua después de tanto tiempo. Mire un calendario pegado en la pared, demonios, ya era 3 de Noviembre, yo había ido a entrenar el 21 de Octubre. Solté un largo suspiro y me removí el cabello, de verdad había pasado mucho tiempo sin despertar, se sentía extraño haber estado 14 largos días desconectado del mundo.
Me hicieron unos análisis y luego mi padre vino para llevarme a casa, se pasó todo el resto del día vigilando que yo estuviera bien y no hiciera ningún esfuerzo innecesario. Esa noche fue muy extraña, mis ojos ardían y no pude dormir bien, la cabeza me daba vueltas y me dolía como si alguien estuviera dándome martillazos en ella. Comencé a escuchar voces.
- ¿Estás seguro de que así funcionara? - La voz de una mujer - No pienso empujar el auto.
- Tranquila, se lo que hago - Esta vez habló un hombre.
- Si, como no.
Me asomé por la ventana y mire hacia las casas vecinas, dos casas mas adelantes de la de mis vecinos, en el patio de esta, estaban un hombre junto con una mujer arreglando el motor se un auto. No entendí como había logrado escucharlos, estaban realmente alejados, menos entendía como era que los veía tan claramente si era de noche y estaban alejados, además de que yo nunca había tenido buena vista. Entonces recordé al alfa y la mordida, corrí al baño y me mire en el espejo, no tenía nada. Era exactamente como si nada hubiera pasado, pero yo recordaba el dolor y la sensación de los dientes de aquel hombre desgarrando mi músculo.
A la mañana siguiente me levante temprano, desayune con mi padre y me fui directo al hospital. Allí me encontré con Melissa, a la cual había llamado por teléfono para pedirle que me esperara porque necesitaba hacerle unas preguntas, ella me recibió en la sala de descanso de las enfermeras.
- ¿Qué ocurre Stiles? - Me preguntó con su clásica preocupación materna.
- Necesito saber... ¿Cómo estaba cuando llegué? - La vi morderse el labio indecisa - Me están pasando cosas raras, escucho cosas y huelo cosas.
- ¿Como qué?
- Como la jeringa que está guardada en tu bolsillo, es un calmante - Melissa movió su mano y tomó la jeringa - O la goma de mascar de menta que tienes pegada al zapato.
- Pero si yo no... - Levantó ambos pies y vio sorprendida como en el izquierdo tenía un chicle fuertemente aferrado - Me temía que esto pasara...
Ella me indicó que me sentara y se colocó frente a mí, mientras sacaba su teléfono y abría la galería de imágenes.
- Cuando te trajeron tenías mucha sangre en el hombro, la espalda y la cabeza, por lo que no podíamos saber donde estaba la herida. Yo fui quien tuvo que limpiar toda la sangre y en cuanto lo hice vi algo que por poco le hace desmayar.
-¿Qué tenía?
- Una mordida, una muy grande y profunda, estaba a punto de comenzar a cocerla cuando esta comenzó a cerrarse sola. Le tome varias fotos - Me mostró las imágenes de como la herida se cerraba hasta que parecía nunca haber estado ahí - No le he dicho a Scott por miedo, Stiles... ¿Te das cuenta de lo que puede pasar?
- Ese tipo era un alfa y yo lo mate... ¿Ahora soy un alfa? - Melissa se cubrió la boca con las manos y luego me abrazó, yo no me lo podía creer - Dios... ¿Qué le digo a mi padre?
- Llamare a Scott - La frené agarrándola por el brazo.
-¡NO! Espera, yo le diré, solo... Dame un poco de tiempo - Melissa pareció dudar - Por favor... - La mire suplicante y ella bufó.
- Está bien, pero si ellos lo descubren por su cuenta yo no sabía nada - Asentí y me levante a abrazarla, ella me palmeó la espalda - Ahora vete a casa, que ya haz estado dos semanas aquí encerrado y debes volver al mundo real.
Obedecí lo que ella dijo y salí del hospital, caminando hasta mi Jeep y volviendo a casa. El resto de la tarde fue bastante tranquilo, me lo pase hablando por Skype con Malia hasta que comenzó a oscurecer y ella se desconectó, faltaban solo dos días para la luna llena y ella quería estar preparada para cuando esta llegara. Yo debería de prepararme también, pensar en un ancla o algo así, busque entre mis cosas y encontré una vieja caja de zapatos en la cual guardaba cosas importantes para mí, la abrí y saque una pulsera que mi madre me había regalado, junto con su perfume favorito. Le eché el perfume a la pulsera y aspire aquella fragancia que tanto recordaba, era un aroma similar a la miel mezclada con flores, mi madre lo usaba tanto que se había vuelto su esencia natural. Ese perfume era algo que siempre recordaría y guardaría con cariño.
Pensé en qué podría hacer, lo mejor sería ir al bosque. Ya que si pierdo el control es mas probable que la manada me encuentre antes de que yo ataque a alguien, con mi ancla ya preparada comencé a correr hacia el bosque. Me sentía invencible, mis pies apenas tocaban el suelo y sentía como si flotara, todo a mi alrededor pasaba en un flash casi invisible, pero yo lograba esquivar rocas y arboles sin ningún problema, Scott tenía razón, ser un lobo era la cosa mas genial que había experimentado nunca.
Sin darme cuenta crucé corriendo la carretera y pase junto al letrero del pueblo.
"Bienvenidos a Beacon Hills"
Leí lo que ponía aquel viejo cartel sin dejar de correr, cosa que me sorprendió aun mas que antes. Scott nunca me había dicho que podía leer a gran velocidad, aunque bueno... Él no era una persona muy fanática de la lectura que digamos. Continué corriendo y cada vez estaba mas lejos de la ciudad, en aquel lugar ya no había ningún olor conocido, era un territorio neutral. Nuevamente aparecí en una carretera, frente a mí había una gran cantidad de edificios y luces que me cegaban un poco. Había llegado al pueblo vecino, seis horas de viaje reducidas en minutos. Estaba a punto de enloquecer por lo asombroso que había sido eso, pero unos sollozos detuvieron mis festejos. Escuchaba los lamentos de una chica, olfateé el aire intentando encontrarla y solo pude sentir el horrible y conocido olor metálico de la sangre.
Comencé a correr en la dirección de la que provenía aquel olor. La escena con la que me encontré fue realmente horrible, una chica de cabellos marrones y largos estaba apoyada contra un árbol sujetándose el estómago. Su mano estaba manchada por una gran cantidad de sangre, comencé a acercarme y ella al verme gritó asustada y rompió en llanto, me acerque aun mas rápido y le cubrí la boca, ella comenzó a moverse intentando que la soltara. Podía sentir todo el dolor que le causaba aquella herida.
- Sh... - Susurre calmadamente - Voy a ayudarte - Ella me miro extrañada - ¿Quieres seguir con vida? - La chica comenzó a asentir - ¿Cómo te llamas?
- A-angelin - Dijo ella con miedo.
- Muy bien, Angelin... Necesito que cierres los ojos y cuentes hasta diez, no te preocupes, te dolare un poco.
La de cabello castaño dudó por unos dos minutos, pero luego asintió e hizo lo que le pedí. Comenzó a contar en voz alta y yo le lleve su brazo a los labios, mire las venas en su muñeca, rezando por no perder el control al saborear la sangre. Me concentre en absorber gran parte de su dolor y lentamente comencé a deslizar mis dientes hasta clavarlos en su piel, ella se removió un poco, pero yo continué con lo que hacía hasta que sentí que ya no podía mantener el control. Me aleje rapidamente y escupí la sangre que me había quedado en la boca, luego me puse la pulsera en la nariz y comencé a aspirar el perfume de mi madre.
Cuando finalmente me sentí capaz de tener todo el control me acerqué a Angelin y la observe. Ella estaba inconsciente, pero su respiración y sus latidos eran normales, note como la herida en su vientre comenzaba poco a poco a sanar. La levante en brazos y comencé a buscar algún lugar en el que pudiéramos pasar la noche, para mi suerte algo internada en el bosque había una pequeña cabaña, se podía ver que estaba abandonada y algo maltratada, pero siempre era mejor que quedarnos en la intemperie. Abrí la puerta de una patada y me adentre en aquella rustica casa, en una esquina había una pequeña cama de metal con un colchón sobre ella. Deje a Angelin allí y me quedé sentado junto a ella el resto de la noche, espero que sobreviva a la mordida, si no lo hace me arrepentiré por el resto de mi vida por lo que hice.
NOTA DE LA AUTORA:
Wiii, primer capítulo!! Aquí les presento a la hermosa Angelin, la primera beta de Stiles. Gracias a MyAngel1864 por aportar a esta gran beta.
Sin mas que decirles me despido, espero que les haya gustado y que tengan un buen resto del día. Besos y abrazos para todos, adiós mi hermosa manada.
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