Capítulo 8
IV. No quiero que te controles (2ª parte)
POV. SOOBIN
Los gritos, los golpes, las risas y la música lo despertaron de su agradable sueño. No recordaba de que había tratado, solo estaba seguro de que no quería que se acabase. Los rayos de sol entraban por las pequeñas ventanas, llenándolo todo con la luz de la mañana. Con un vistazo al reloj de pared que marcaba las ocho, supo que no eran horas para estar armando tanto escándalo. Se dejó caer contra el colchón con un bufido y se tapó la cabeza con la almohada deseando un poco de calma para seguir durmiendo; pero su estómago decidió unirse a la fiesta que había fuera y comenzar a rugir, pidiéndole algo de comer. Maldijo al universo por impedirle tener las horas de sueño que se merecía y salió de la cama con desgana, las sábanas olían tan bien que no quería alejarse. Yeonjun no estaba en ningún lado, ni en el baño ni fuera. Encontró una bandeja con su desayuno sobre la mesa y sonrió inconscientemente ante el detalle. Incluso le había dejado una nota para avisarle de que estaría trabajando fuera pero que volvería en cuanto pudiese para contarle cuándo y cómo se irían. Le pareció gracioso notar su preocupación por si decidía huir antes de que él volviese. Mentiría si dijese que no le gustaría hacerlo, pero sabía que no llegaría a salir del territorio de su manada sin que le encontrasen. Su mejor solución, era irse con él. Estaba pensando en lo bien que se sentía la libertad y saboreando una tostada que le supo a gloria, cuando la puerta de la caravana se abrió y un montón de niños de distintas edades se asomaron por la escalera entre risas, sin dejar de observarle. Se tensó en seguida, olían a humano, un montón de crías humanas que le señalaban con curiosidad y los ojos bien abierto. ¿Estaría soñando todavía?¿Estaría atrapado en una pesadilla? Retrocedió en su asiento hasta pegarse al respaldo, observándoles por si en algún momento se abalanzaban sobre él o empezaban a llorar.
— ¿Eres el novio de Junnie? —Preguntó una niña de aspecto angelical con el pelo recogido en dos trenzas y un peluche en brazos.
— No, no, no —La corrigió en seguida, alarmado. Que le pareciese el ser más atractivo de la tierra y que él otro hubiese sido tan amable como para sacarle de un destino horrible, no los convertía en pareja... ¿Verdad?—. Solo somos... —¿Qué eran? Ni si quiera podían ser amigos, lo único que sabía de él es que se llamaba Yeonjun, olía a incienso y tenía una caravana que acababa de ser invadida por criaturas diminutas—. dos hombres en un mismo sitio —Consiguió añadir al fin, preguntándose por qué le estaba dando explicaciones a unos niños.
— Nana dice que eres el lobo de Junnie —Añadió otro con una sonrisa que mostraba sus dientes ¿Sabían lo que era?¿No les asustaba?—. ¿Eres tan suave como él? —Si su salvador había mostrado su forma lobuna ante ellos, no podrían ser peligrosos ¿O sí?
— ¿Ya haz jugado en la cama con él? Mamá dice que zon juegoz de mayorez y vosotroz lo zoiz.
Soobin escupió todo el zumo que estaba bebiendo después de escucharle. El maldito crío había conseguido que sus mejillas se ruborizasen y las palabras no saliesen de su garganta. Su adorable ceceo y la inocencia con la que había hablado no impedían que él quisiese hundir la cara entre las manos para que el bochorno pasase rápido. ¿Por qué querían saber sobre él y Yeonjun?¿Quién eran ellos? Cuando escuchó a una chica mucho mayor que el resto contestarle al entrometido que él no tenía marca por lo que era imposible que hubiesen hecho cosas de adulto, sintió la necesidad de correr hacia el baño y encerrarse dentro. Por el amor de dios, ¿Dónde estaba ese idiota cuando más lo necesitaba?. Por fortuna, una joven que no podría ser mucho mayor que él, apareció por la puerta con un bebé en brazos y le dio un golpe suave en la cabeza de todos los mocosos entrometidos.
— Niños, no molestéis al invitado de Junnie, debe estar cansado —Les regañó, logrando que bajasen la mirada avergonzados y de sus labios escapase un "lo siento" arrepentido. Le dio el bebé a la más mayor del grupo que resultó ser su hermana para que lo cuidase mientras ella hablaba con él y los mandó a jugar fuera para que no le molestasen— Perdónales, son unos curiosos y no podían quedarse quietos sabiendo que su tío favorito había traído a alguien como él ¿Te importa si me siento contigo?
Asintió, llevándose el vaso a la boca para disimular la incomodidad que estaba sintiendo. Pensar en como habían reaccionado los pequeños humanos al verle y en las preguntas que le habían hecho, le hacía sentir avergonzado. Todos parecían adorar al idiota que le había llevado a lo que sospechaba que era su "casa" y su presencia solo traía curiosidad a sus conocidos. Los gritos y golpes seguían resonando en el exterior, no quedaba nada de la calma de la noche anterior y la visita de esos niños solo había conseguido confirmar sus sospechas: no estaban solos. La chica sonrió al verle, parecía leer cada una de sus dudas e inquietudes ¿Tan fáciles eran de interpretar sus pensamientos?
— Yeonjun es un miembro de la gran familia que es nuestro circo —Explicó, dejándole boquiabierto. ¿Estaba en el recinto del circo? Con eso comprendía porque vivía en una caravana y la presencia de tantos niños tan diferentes entre sí—. Hoy es el último día que estaremos aquí y están dejándolo todo preparado para irnos cuanto antes. Ayer desmontaron todo el interior, así que solo tendrán que quitar las carpas y guardarlas en el camión —Ahí estaba la respuesta a la segunda de sus preguntas sin pronunciar, el motivo por el que había tanto jaleo fuera—. He sido muy maleducada, perdón. Ni si quiera me he presentado, soy Kazuha, la hermana de Junnie —Su expresión de sorpresa debió delatarle, porque se apresuró a aclararle la verdad—. Cuando llegó con nosotros, papá lo acogió y prácticamente nos hemos criado juntos. Aunque no tengamos lazos de sangre, lo quiero como si los hubiese.
— Soobin... —Respondió a su presentación sin saber que más decir sobre él. Ya no tenía manada, no sabía por qué continuaba con el idiota que le había prestado su cama y tampoco quería contarle a una desconocida como había llegado allí—. ¿Por qué acabó con vosotros? Sois...—Calló, pensando que no sería muy educado decirles que un lobo no debería estar con humanos y menos cuando era tan amable con él.
— ¿Humanos? —Terminó por él, enseñándole una hermosa sonrisa que le demostró que no le había importado—. Lo echaron de su manada y estaba tan herido que solo fue capaz de arrastrarse hasta nuestro campamento. Cuando vinieron preguntando por él y vimos sus intenciones, lo protegimos. Desde entonces es parte de esta familia —Kazuha robó una tostada del plato y se la llevó a los labios para aliviar la tensión que se había formado en el ambiente. Comprendía que no era un tema fácil para ella, al igual que tampoco lo sería para él ¿Qué le habría pasado para acabar expulsado?¿Cómo llevaría lo de estar lejos de los de su especie? Los lobos podían ser solitarios, pero se debilitaban sin la compañía de otros y su temperamento se volvía mucho más inestable—. Te contaría algo más, pero es su intimidad y es mejor que te cuente lo que quiera que sepas, lo siento. Nosotros nos convertimos en su manada y creció tan fuerte como si estuviese con los de tu especie —Respondió como si le leyese la mente y solo pudo abrir la boca con asombro—. No te leo la mente, eres fácil de interpretar, Binnie ¿Puedo llamarte así? Me caes bien
— Llámame como quieras, no importa—Se sentía cómodo hablando con ella y el hecho de que le hubiese librado de los niños, eran puntos a su favor—. ¿No os da miedo?
— No —No hubo duda en su voz, estaba completamente segura de su respuesta—. Ese idiota con suerte no le haría daño ni a una mosca, créeme —Miró a Soobin de arriba a abajo con una sonrisa pícara que no llegó a comprender. Quería preguntarle que quería decir con aquello, pero una vez más, fue más rápida y le respondió sin que llegara a formular su duda—. Fue a salvar a un pobre chico que iba a ser emparejado a la fuerza y resultó ser su pareja destina que además, es realmente atractiva —Le guiñó un ojo con descaro y el rubor volvió a cubrir sus mejillas. ¿Acababa de insinuar que era la pareja de Yeonjun? Reconocía que le gustaba su olor y que su voz le hacía temblar, pero eso no significaba que había encontrado a su compañero destinado ¿Verdad? En su pueblo no hablaban del destino, para ellos era un tema tabú. Si la tuviese delante, no sabría como reconocerla. Aunque era imposible que fuese él, se negaba a que aquel idiota fuese lo que la luna quería para él. Al ver el desconcierto en su mirada, Kazuha comenzó a reír—. Será mejor que lo hables con él, porque yo no entiendo nada de compañeros ni emparejamientos. Aunque si de verdad eres tú el suyo, te compadez...
No llegó a terminar la broma porque una mano golpeó su cabeza lo suficientemente fuerte para ser molesto y que tuviese que callarle. Estaban tan concentrados en su conversación que no se habían dado cuenta de que Yeonjun había llegado y lo había escuchado todo hasta que vio oportuno intervenir para que no se burlase de él. Observó como se peleaban, parecía una riña de hermanos en la que él se quejaba de lo poco que le quería y ella se metía con él por ser un idiota que no paraba de seguirla a todas partes porque se aburría. Sonrió inconscientemente ante el cariño que se respiraba en el ambiente y se olvidó por completo de lo que había estado atormentándole minutos antes. La posibilidad de que fuese su pareja ya no le importaba, era divertido verlos interactuar juntos. Intercambiaron un par de golpes e insultos antes de que finalmente decidiese marcharse. El alfa arrastró a Kazuha hasta la puerta de la caravana y esta se zafó de su agarre para volver hasta Soobin y darle un beso en la mejilla que provocó que su salvador gruñese, la levantara en brazos y la llevase hasta la puerta; pero eso no impidió que la chica le guiñase un ojo y le dijese que cuidara bien de su hermano. ¿A qué venía eso?¿Por qué una simple humana sabía más que él sobre su propia especie?
— Siento que te haya molestado, le advertí que te dejase descansar; pero siempre me ignora —Resopló, sentándose a su lado y logrando que el pobre omega volviese a atragantarse con el zumo. ¿Nadie le dejaría terminar su desayuno en paz?— ¿Estás bien? —Dijo preocupado mientras le daba golpes en su espalda.
— Estaría mejor si me dejases mi espacio, idiota —Le contestó cuando su tos se calmó—. Y ella no me ha molestado, es simpática. ¿De verdad trabajas en el circo? —Recibió una respuesta afirmativa, aunque no consiguió que se alejase de él ni un milímetro. ¿Qué había hecho para acabar allí?¿Sería verdad que la luna castigaba a los que se portaban mal? Si eso era así, no entendía que podía haber hecho para enfadarla y que le llevase a conocer a un gran dolor de cabeza—. Hay otro asiento delante ¿Por qué no te pones allí?
—Porque entonces no sería divertido —Su sonrisa se amplió por completo, maravillándole. Nunca antes, en el tiempo que llevaba viviendo, había visto algo tan bonito—. He estado hablando con Nana — « Ahí está otra vez ese nombre » pensó Soobin mientras le escuchaba hablar, curioso por descubrir quien era esa mujer que tanto sabía sobre ellos—. y cree que no es seguro que nos vayamos solos, te estarán buscando. Julio dice que van al pueblo al que pertenece el lago Yang y que podemos acompañarlos hasta allí. No le importa acoger a alguien más si eres tú —¿Pasar unos días con los miembros de un circo? Sonaba tan descabellado como la idea de irse de allí. Si se quedaba, no sabía lo que podía pasar. Ya era demasiado incómodo estar al lado del alfa sin saber que podría ser su potencial pareja, ahora que le habían hecho sospechar, todo empeoraba. Quería ser libre, no podía atarse a otra persona. « ¿Aunque huela tan bien, sea la personificación de un dios griego y tenga la sonrisa más bonita que has visto en la vida? » le cuestionó su conciencia mientras su lobo le gritaba que se abalanzase sobre sus labios. ¿Qué le estaba pasando?¿Se estaba volviendo loco?—. Si no quieres, arranco el coche ahora mismo y nos vamos. No quiero presionarte.
Y con esas tres palabras, Soobin cayó ante la parte de él que no quería alejarse. Conviviría con los miembros de aquel circo hasta llegar al lago Yang y allí, podría olvidarse por completo de Yeonjun, para disfrutar de su libertad al lado de Sunghoon.
— Quedémonos, será más seg... —No pudo terminar de hablar antes de que sus brazos lo rodearan y su cabeza quedase apoyada en su hombro. ¿Por qué no lo alejaba?¿Por qué estaba respondiendo a su abrazo? No entendía nada.
— Tienes que conocer a Nana, le encantarás —Murmuró contra su cuello. Podía sentir su respiración contra él y se estremeció, tragando saliva para tranquilizarse—. Hueles a vainilla, me gusta.
Su lobo se revolvió feliz en su interior, le gustaba que estuviese tan cerca y a él también, no podía negar lo que era obvio. No entendía que estaba pasando y aunque la respuesta estaba delante de sus ojos, se negaba a aceptarla. Solo había conocido a un buen alfa en su vida, el mismo al que le había exigido que se marchase en busca de su pareja y al que estaba persiguiendo. Tarde o temprano todos mostraban su verdadera naturaleza y él no sería la excepción, no se fiaba de él aunque sus instintos le gritasen que todo estaría bien a su lado. « Aguanta, solo será hasta que llegues allí » se dijo Soobin mientras reprimía las ganas de acariciarle el pelo « Solo serán un par de días, no pasará nada ».
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