Capítulo 50
XXIV. Aléjate de él, aléjate de todos (1ª parte)
POV. CHANGBIN
« Te quiero »
¿Cómo había sido tan estúpido para decírselo en voz alta y luego huir como un cachorro asustado? Recordarlo le avergonzaba. Deseaba esconder la cabeza bajo tierra para no tener que enfrentarse al mundo. Había dejado escapar su secreto más importante y en vez de afrontar las consecuencias, había fingido que no pronunció las dos palabras que podrían cambiarlo todo. ¿Cómo podía asustarle tanto un « te quiero »?¿Cómo podía asustarle tanto mostrar sus sentimientos? « Lo que te da miedo es el rechazo, haber actuado demasiado rápido y que Seungmin no sienta lo mismo » habló una voz en su cabeza, la parte sensata de si mismo. Espera, un momento, ¿Cuándo había comenzado a escuchar voces en su cabeza más allá de su lobo?¿Se estaba volviendo loco?
— No estás loco —La risa de Yeonjun, estridente y escandalosa, le hizo saltar por el susto—. Llevas un rato pensando en voz alta, idiota —Golpeó su hombro con cariño, sin poder dejar de reír.
Le gruñó, molesto, sintiendo el lobo en la superficie. « No puedes matarle, te arrpentirás luego » se dijo así mismo para tranquilizarse y volver a la normalidad. Recibió otro nuevo golpe y un « idiota » más antes de que se sentase a su lado en el vestuario para profesores que tenía la academia. Cada día que pasaba desde aquel apareamiento tan convulso que tuvo con Soobin, le hacía verse más brillante, como si el simple hecho de tener a la otra mitad de su alma hubiese sido suficiente para regalarle una nueva luz a su mirada. Estaba feliz por él, pero no podía evitar sentir cierta envidia. También quería poder disfrutar del enlace completo, pero era demasiado pronto, era demasiado peligroso.
— Deja de darle tantas vueltas, idiota —Volvió a insultarle una vez más, ganándose un nuevo gruñido.
— Se te está pegando el mal carácter de Soobin —Le lanzó, enfadada por recibir sermones de su mejor amigo. Debería ser lo suficientemente adulto como para afrontar sus sentimientos solo, pero era demasiado cobarde y torpe. No era capaz de asimilarlos como el resto de personas y lo único que comprendía era la ira—. Ya mismo irás golpeando a la gente con guitarras.
— No tiene mal carác... Solo a veces y cuando no tiene su taza de café diaria. Bueno, sus tres tazas de café diarias. Es comprensible —Se encogió de hombros antes de recostarse contra el respaldo del banco—. Pero no estamos hablando de mi omega, sino del tuyo y tus problemas para expresarte como un ser viv...¡AH! Eso duele —Se froto el brazo donde le había pellizcado, lanzándole una mirada asesina—. No es mi culpa que parezcas un ciborg mal programado.
— No soy un ciborg, solo... —Suspiró, apoyando la cabeza entre sus manos. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? No quería arruinarlo, no quería ir a buscarle y que Seungmin se diese cuenta de que no era suficiente, que no era un buen alfa. ¡Por el amor de dios, iba a abandonar a su hijo! Qué clase de hombre haría eso. ¿Y todas las personas a las que había dañado por su ira? Aún era demasiado pronto, tenía que ser mejor, tenía que ser el alfa que se merecían.
— No sigas por ahí —Ordenó Yeonjun, poniéndose serio de golpe. Las bromas quedaban fuera de lugar en aquel momento y Changbin lo sabía, había llegado la hora de que apareciese su lado más formal, el que daba consejos y te sermoneaba si ibas por el mal camino. Aún recordaba aquella vez cuando sin querer golpeó a una omega con una pelota mientras jugaban y tuvo que pasar por una hora de charla donde su amigo le explicó que no debía sentirse como el hombre más horrible del mundo por un accidente—. Te has convertido en un gran alfa, Changbin —Levantó un dedo cuando abrió la boca para contradecirle—. No me interrumpas. No importa todos los errores que hayas cometido, son solo eso. Aprendes de ellos y tratas de no repetirlos, pero nunca, te quedas anclado y te torturas por lo que has hecho. Trataste de abandonar a tu hijo, pero lo hiciste con tu mejor intención, pensando que no ibas a darle lo que necesitaba. Alejaste a Seungmin, pero lo hiciste por miedo, pensando que un día vería que no eres el hombre que quería como compañero. Sin embargo, te quedaste para Sunoo, lo dejaste todo atrás y te arrodillaste frente a Jeongin para darle la vida que se merece. Has recompensado a Seungmin, le has explicado la situación y has hecho todo lo que está en tu mano por ser bueno para él —Apoyó una mano en su hombro, apretándolo para darle fortaleza—. Tienes miedo y eso es normal. Todos lo tenemos. Pero quieres a Seungmin y lo quieres en tu familia. No seas idiota y ve a por todas, porque quien no arriesga, no gana.
— ¿Qué pasa si me rechaza? No puedo cambiar, todavía le tengo miedo. Cuando estuve apunto de hacerlo de nuevo, la situación se vino abajo y ahora he vuelto a encerrar a mi lobo ¿Cómo va a querer a un alfa defectuoso? —Levantó la vista para observarle bien, sintiendo de nuevo el cariño que tanto se tenían. Entre ellos había una unión irrompible que se forjó desde que jugaron juntos por primera vez. No importaba la separación o que hubiese creído que estaba muerto, su amistad era tan profunda como el primer día.
— No lo hará, estoy seguro. Te quiere tanto como tu a él y no porque la luna lo haya dispuesto así, lo hace por quién eres, por quién le has enseñado que eres. Pero no lo sabrás hasta que no hables con él. Así que mueve el culo, cámbiate con lo que te he traído y ve a por tu omega, te está esperando —Se levantó con una sonrisa, satisfecho como siempre que le hacía entrar en razón y le señaló su camisa favorita. Antes de salir del vestuario para continuar con su última clase, se giró—. Changbin, arreglaremos lo de tu lobo. Este viernes será nuestra primera fiesta de luna llena y conseguiré quitarte ese miedo, aunque Soobin tenga que golpearte para hacerlo.
Lo último que oyó antes de que la puerta se cerrase fue su risa. No tenía remedio, pero lo adoraba. Había llegado el momento de afrontar a su compañero y ver si su apareamiento podía ser completado de una vez por todas. Yeonjun tenía razón. Quien no arriesga, no gana y el quería ser el vencedor más feliz de la tierra.
De pie frente a la escalera, contempló al ser más hermoso que había visto nunca. Seungmin había aprovechado su atractivo natural para combinarlo con una sencilla camisa y la sonrisa más radiante que le había mostrado hasta ahora. Se le secó la boca por la impresión, sintiendo que la distancia entre los dos se hacía interminable mientras lo veía bajar. Tragó saliva, retorciendo las manos con nerviosismo. Sus labios se curvaron en una sonrisa y no necesitaba un espejo para saber que sus ojos habían adquirido el brillo especial que siempre tenían cuando su omega le deslumbraba.
— Estás precioso —Murmuró en un pequeño susurro, pensando en voz alta una vez más. Su corazón latía con fuerza mientras le tendía una mano que no tardó en aceptar. « Seungmin es todo lo que necesitamos » susurró su lobo, moviendo la cola con felicidad—. ¿A dónde me llevas, wo de long? —No sabía en que momento había comenzado a llamarle así, pero se sentía correcto, se sentía familiar.
— Al paraíso.
La mirada que le dirigió, llena de deseo y promesas, le hizo vibrar de antipación. « Oh, joder, va a ser el viaje más largo de mi vida » pensó, sabiendo que después de aquellas dos palabras que habían hecho que su mundo temblase, tendría que viajar abrazado a su espalda mientras el omega le conducía por la ciudad con su moto. « Vamos, amigo, mantente relajado todo lo que puedas » ordenó a su erección en crecimiento, antes de que fuese demasiado tarde como para controlarla y todo fuese más doloroso « Sé bueno ».
— ¿Estás hablándole a mini Changbin de verdad? —Seungmin lanzó una fuerte carcajada antes de tenderle un casco y subirse a la moto con su característica actitud. « ¿Otra vez había pensado en voz alta? Soy idiota » se recriminó, sin saber que le estaba pasando ese día con mantener sus pensamientos para si mismo—. No te preocupes, cariño, será un viaje rápido y podré ocuparme de todo —Le guiñó un ojo mientras esperaba paciente a que se subiese tras él.
El viaje fue más largo de lo que le había anunciado, pero no le importó. Pasado el bochorno inicial por haber sido descubierto hablando consigo mismo, disfrutó del camino. Cerró los ojos y se permitió sentir el aire fresco sobre su rostro, la sensación de velocidad dándole un poco de esa libertad que había perdido al negar su naturaleza. Rio a carcajadas, contagiando a Seungmin mientras aceleraba rumbo a su destino. No le importaba el lugar o cuánto tardarían en llegar, quería detener el tiempo y permanecer en aquella moto, riendo, dejándose llevar, cediéndole el control a alguien más. Sentir el cuerpo del omega entre sus brazos, tensándose con cada carcajada, y poder disfrutar de su olor a sal, mar y arena, fue una de las mejores sensaciones que había tenido nunca.
Se detuvieron frente a un pequeño hotel rural, un edificio construido con troncos de madera y rodeado de pequeñas casetas que debían ser las habitaciones de los huéspedes. Se encontraba perdido en el bosque, rodeado por naturaleza, y creado para aquellos que sienten la necesidad de escapar del ruido de la ciudad, de sus trabajos, de sus vidas. Tenía un gran encanto, que mejoró con la presencia de Seungmin junto a él, tomándole de la mano y llevándole hasta la recepción.
— Buenas noches, tenía una reserva para esta noche a nombre de Kim Seungmin
A penas le prestó atención a su conversación con la recepcionista, demasiado maravillado con el lugar. Todos los muebles parecían hechos a mano y la decoración consistía en grandes macetas repletas de plantas de interior. Tuvo que obligarse a cerrar la boca mientras el omega, entre risa, le llevaba al exterior hasta una pequeña cabaña alejada de las demás, lo suficiente para tener privacidad. « Wow, esto está poniéndose serio » pensó, su corazón latiendo con rapidez « Venga, Changbin, tú puedes, es lo que estás deseando, vamos ». Cuando abrió la puerta y entraron, supo que no habría marcha atrás, que esa noche saldría completa y absolutamente apareado. Tuvo que contenerse mientras pedían la cena y disfrutaban de su comida observando el bosque desde la ventana, la noche se había vuelto demasiado fría para estar en el exterior. Fue una completa tortura mientras escuchaba a Seungmin hacer pequeños ruidos por la comida. « Lo está haciendo a propósito, está jugando contigo, no caigas, no seas un alfa estúp... » comenzó ha decirse así mismo cuando el olor se intensificó, siendo rodeado por sus feromonas y perdiendo el pcoo control que le quedaba. Se levantó de la silla, se agachó junto a él y lo besó con fuerza, sin importarle que el tenedor que sostenía se cayese al suelo con un tintineo. Saboreó el vino en sus labios, explorando con su lengua cada rincón que aún no conocía y consiguiendo en respuesta un pequeño jadeo. Seungmin le mordió el labio sin fuerza, colocando los brazos en su cuello y respondiendo con el mismo deseo que él.
Lo levantó con un poco de esfuerzo, haciendo que sus piernas se envolvieran en su cintura y lo condujo, despegando sus labios para recuperar el aliento, hasta la cama que componía el centro de la cabaña. Seungmin cayó en la cama, rebotando y riendo cuando se abalanzó sobre él, apoyando cada mano a un lado de su cabeza.
— Alfa, impaciente. ¿No sabes que lo bueno se hace esp... —Susurró, siendo interrumpido cuando sus labios volvieron a unirse.
Sus oídos se deleitaron con cada pequeño gemido y cuando al separarse, Seungmin trató de acercarlo de nuevo, fue a él a quien se le escapó la risa.
— ¿Quién es el impaciente ahora?
— No es mi culpa que sepas besar, idiota.
Lo observó durante unos segundos, maravillándose de su pelo revuelto y sus labios hinchados por culpa de los besos. Era una imagen que no quería olvidar nunca. Acarició su mejilla con delicadeza, sonriendo satisfecho cuando cerró los ojos, refugiándose en su contacto. Últimamente tenía la necesidad constante de detener el tiempo, de guardar cada instante a su lado, de recordar cada momento para la posterioridad.
— Eres increíblemente hermoso ¿Te lo he dicho alguna vez?
— Hoy parece ser tú día, lo estás diciendo constantemente —Rio, enviando una agradable sensación en su interior.
Volvieron a besarse, con mucha más delicadeza esta vez, deteniéndose el tiempo suficiente para permitir que sus manos recorriesen sus cuerpos. La delicadeza no duró mucho tiempo, fueron intensificando sus movimientos hasta que Seungmin se separó, respirando con dificultad y empujándose contra él, retándole a terminar lo que había empezado. Se deshicieron de la ropa con tanta rapidez que no se detuvieron en comprobar si algo se había rasgado. Con una sonrisa maliciosa, Changbin bajó, dejando pequeños besos por todo su cuerpo, hasta alcanzar su premio. Se relamió, provocando un escalofrío en Seungmin que esperaba impaciente por atención.
— Voy a cuidar muy bien de ti... —Susurró sobre él, sus labios muy cerca, provocándole. Quería hacerle suplicar, quería que se lo pidiese.
— Deja de ser tan cliché, tonto —Le amonestó, sus ojos brillando por el deseo—. Haz tu trabajo, alfa y no provoques.
Sin dejar de mirarlo, descendió por completo, deslizando su lengua por su miembro, consiguiendo que Seungmin se quedara sin aliento. Fue con lentitud, pequeños roces que le hacían estremecer, jugando con él tanto como su propio deseo le permitía. Podía sentir su olor, mucho más intenso, rodeándole, bañándole. No dejaría que abandonase la habitación hasta que hubiese explorado cada rincón de su cuerpo, hasta que sus olores se mezclasen, hasta que su marca reluciese en su hombro. Mientras le hacía retorcerse y soltar sonidos que eran música para sus oídos, terminó con su tortura. Dándole el mayor placer que hubiese sentido en su vida. Su boca completamente abierta, haciendo que viajase a un nuevo mundo, que su nombre estuviese constantemente en sus labios. Jugaba con su lengua, con sus labios, con todo lo que tenía a su disposición.
— Changbin... Por favor... Por favor... Alfa —No sabía lo que estaba diciendo, balbuceaba, llenándole de orgullo. Había sido capaz de dejarlo sin palabras.
— Shhh... Todavía no —Dijo, separándose y contemplándolo. « Joder » pensó « es tan hermoso. No me lo merezco »—. Aún no hemos terminado.
Lo preparó con lentitud, asegurándose de que no alcanzase su climax en ningún momento, relentizando el placer. Cuando por fin consiguió lo que tanto había deseado, fundiendo sus cuerpos, uniéndose tanto como era posible para un omega y un alfa, sintió que había alcanzado el cielo, que estaba ante las puertas del paraíso. Seungmin apretó las sábanas con fuerza, incapaz de controlarse, empujando contra él, instándolo a ir más rápido. No había otro lugar donde quisieran estar, no había otra persona con la que quisiesen estar. Solo eran ellos dos, no necesitaban nada más. Justo cuando su cuerpo comenzó a anunciarle el fin, incapaz de resistirse, se inclino hacía el cuello expuesto de Seungmin, desenfundando sus colmillos y mordiendo la carne con fuerza. Con un grito, su omega llegó a su climax al mismo tiempo que él, dejándolos jadeantes.
— Te amo —Susurró sobre sus manos, observándole recuperar la respiración con los ojos adormilados. « Te amo, wo de long, mi omega » susurró a través de su enlace mental, saboreando la sensación de unión de sus almas.
— Te amo, Changbin, ya era hora de que me lo dijeses estando despierto —Sonrió, la sonrisa más hermosa y resplandeciente, demostrándole lo feliz que era— Te amo, mi alfa.
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