Capítulo 29

XIV. No llores más, papá, por fin estoy contigo (2ª parte)

POV. FELIX

Felix no estaba seguro de lo que estaba ocurriendo. Por un instante creyó que se trataba de un sueño y que en un par de minutos se despertaría para descubrir que su pequeña no estaba allí. La abrazó con cuidado, temiendo que su fuerza pudiese perjudicarla. Se veía tan frágil en esa silla que no podía evitar preocuparse por si le hacía daño. Por mucho que trató de detener las lágrimas que deslizaban por sus mejillas, se vio incapaz de contener sus sollozos. Estaba sosteniendo a su hija en brazos, su pequeña había vuelto a él. Quería saber todo lo que le había pasado durante el tiempo que estuvieron separados, quería saber cómo había acabado así, quería saber si la estaban tratando bien, quería... Él simplemente deseaba que le perdonase por haber dejado de buscar, por haber perdido la esperanza, por haberla olvidado durante tanto tiempo para evitar que el dolor empeorase, por no haber sido un buen padre para ella.

— Lo siento tanto, lo siento tanto —Repitió una y otra vez mientras dejaba que el aroma de su hija lo calmase—. Lo siento tanto, mi pequeña, mi niña.

— Shh, papá, todo está bien —Se separó un poco, lo suficiente para poder mirar su rostro. La brillante sonrisa que le dedicó fue suficiente para calmar su dolorido corazón y pudo encontrar un poco de la paz que tanto ansiaba—. Fue culpa de los monstruos. No estés triste papá, quiero verte sonreír.

— Eres una chica muy lista ¿Verdad? —Pasó una mano por el sedoso pelo de la niña, dedicándole una triste sonrisa. No era capaz de dejar las manos quietas, necesitaba el contacto, sentir que era real, que estaban juntos de nuevo—. Los monstruos no volverán a separarme de ti, cariño.

Un leve carraspeo le recordó que no estaban solos y al levantar la cabeza se encontró con la preocupada mirada de Hyunjin. Había estado tan concentrado en el olor de su hija que no había notado el aroma de los lirios que le perseguía en sueños. El hombre se acercó hacia ellos y su lobo instintivamente lo reconoció como una amenaza, alguien que podría alejarle de la niña en cuestión de segundos. Lanzando un gruñido tan violento que Changbin y Seungmin retrocedieron, apartó a la pequeña para colocarla tras él. Sus instintos volvían a despertar, deseando proteger a su cachorro de cualquier persona que quisiese alejarlo de él. No volvería a permitir que se la llevasen, no volvería a perderse años de su vida.

— No voy a llevármela —Dijo Hyunjin con suavidad, como si le leyese la mente. Levantó las manos en alto y retrocedió un paso—. Solo quiero saber que está ocurriendo y por qué mi hija te está llamando "papá". Es mi cachorro y todo lo que le concierne, me importa.

Felix reprimió el nuevo gruñido que amenazaba con escapar de su garganta y observó a Hyunjin con atención. Su lobo analizando de si se trataba de una verdadera amenaza o de si podía bajar la guardia con él. Una sonrisa triste apareció en su rostro cuando la comprensión le alcanzó. Tuvo la necesidad de alejar esa expresión de su mirada, devolverle la felicidad que sabía que podía sentir. Sin embargo, se contuvo. Por mucho que el destino, quisiese que estuviesen juntos, no podía aceptar la implicaciones que eso suponían. No podía permitirse una perdida, que se menospreciase el dolor que había sentido durante años por la muerte de Jae o que se demostrase que toda su vida había estado engañándose a sí mismo.

— ¿Me impedirás verla? —Le preguntó mientras se acercaba poco a poco y tomaba la mano de la niña cuando Felix se apartó lo suficiente. Le miraba a los ojos con el brillo de las lágrimas estropeando su bello rostro. Su lobo aullaba en su interior para que se acercase y las lamiese para consolarle—. La he criado como mi hija, he estado a su lado durante mucho tiempo y solo te pido que no me alejes de ella.

El profundo amor que vio en la mirada de Hyunjin estuvo a punto de derrumbar la fortaleza que había conseguido reunir para dejar de llorar. El alfa adoraba a su hija y haría cualquier cosa por ella. Le molestó que su pareja pensase que podía ser tan cruel como para impedirle ver a la niña que había criado, pero entonces recordó que había huido dos veces antes de que pudiesen conocerse de verdad. « Pero él no es tu pareja, estás en tu derecho a huir de él » pensó, volviéndose a engañar de nuevo. No podía escapar del destino, y aunque no lo comprendiese, el hecho de que la niña hubiese acabado con él, solo era una señal más de que sus caminos debían encontrarse. ¿Qué posibilidades había de que su cachorro perdido acabase siendo adoptado por su otra mitad del alma y que ambos apareciesen en su casa? Los sentimientos contradictorios en su interior estaban consiguiendo que sufriese un fuerte dolor de cabeza. Pensaba en él como si lo aceptase, pero huía de él cuando tenía oportunidad. Quería volver a refugiarse en los brazos de Jisung y no pensar, pero no quería alejarse de su pequeña.

— No voy a alejarte de ella, eres su padre — « Quizás incluso más que yo » pensó con amargura, resintiéndose consigo mismo. La culpa por haber enterrado sus recuerdos en lo más profundo de su mente, aparecían una vez más. ¿Qué tenía él para darle cuando Hyunjin había estado con ella durante más tiempo?. Él no pudo protegerla. No era fuerte cuando era más joven y seguía sin serlo ahora. ¿Qué iba a cambiar? Apartó los pensamientos negativos, no era momento para ser autodestructivo. Tenía que centrarse en la niña y en recuperar el tiempo perdido, empezando con una llamada a su jefe para contarle lo ocurrido y pedirle el día libre. Solía ser muy indulgente con su cirujano más importante cuando se trataba de problemas personales, porque sabía su necesidad de escapar de vez en cuando y no perjudicar a los pacientes.

— ¡Bien!¡Me gusta tener dos papis! —Exclamó la niña entre risas.

— Tendremos que hacer un buen trabajo criándola los dos juntos, seremos buenos padres —La sonrisa que le mostró hizo que el mundo desapareciese a su alrededor durante un instante y solo fuesen ellos dos. Sin embargo, por mucho que desease bajar la guardia con él, sabía que no podía sobrevivir si aceptaba su enlace.

Felix no podía borrar la sonrisa en su rostro mientras observaba a Jasmine jugar con Sunoo. En cuanto el pequeño había aparecido en la cocina y se habían conocido, se volvieron inseparables. Después de la noche tan dura que había pasado el cachorro, fue un alivio ver su alegría al encontrar una compañera de juegos. La más pequeña de los dos había conseguido atraer a los habitantes de la casa y Niki no había desaprovechado la oportunidad para cogerla en brazos. Tuvieron que prometerle a su padre que los dos la cuidarían y que le llamarían si tuviesen algún problema antes de que se marchase con los demás, dejándoles la casa a ellos solos. No sabía por qué exactamente estaba Hyunjin allí. Jisung le había explicado que su amigo necesitaba un lugar donde quedarse y Jeongin le había dado una habitación provisional hasta que toda la manada decidiese si es de fiar. Sin embargo, cuando trato de saber la razón de su huída, el omega simplemente se encogió de hombros.

— ¿Por qué el nuevo te mira como si fueses el centro del universo? —Preguntó Niki consiguiendo que se atragantase con su bebida. Acababan de conseguir que el cachorro recién nacido se quedase dormido en su carro y se habían sentado a desayunar mientras los niños jugaban—. ¿Estás bien?

— Estoy bien, no te preocupes —Contestó cuando dejó de toser—. ¿Por qué te alejas de Sunghoon? —Dos podían jugar al mismo juego. Si él recibía una pregunta que se negaba a contestar, Niki tenía que recibir otra.

— Es... —El omega dejó su taza en la mesita del salón y se recostó en el sofá con un suspiro—. Complicado. Estoy asustado ¿Qué pasa si se da cuenta de que no soy suficiente? Soy torpe, tengo la cabeza hecha un lío, el omega más alto que puedes encontrarte y lo único que sé hacer es cocinar... A veces pienso que si no me comporto de cierta manera, vosotros también me echaréis —Apoyó el brazo en sus ojos, reclinándose aún más en el sofá. Su voz sonando cada vez más baja, como si no quisiese que lo oyese.

— Ni se te ocurra pensar eso, Nishimura Riki —Felix dejó su taza también, se colocó de rodillas en el sofá y le obligó a quitar el brazo para que pudiese mirarle bien. A pesar del poco tiempo que llevaban conviviendo, le había cogido cariño al omega y no le gustaba verle abatido. Quería ir hasta su manada de nacimiento y encargarse personalmente de todos los que le hicieron creer que era inferior por ser omega—. Eres parte de nuestra familia, no vamos a rechazarte por ser tu mismo. Somos una panda de cotillas que no tiene remedio, podemos quemar la cocina si te descuidas, estamos más locos que cuerdos y tenemos cierta adicción al trabajo que es irremediable. Hay más posibilidades de que quieras huir a que te echemos de aquí — Bromeó, tratando de aliviar un poco su presión. Aunque no iba mal desencaminado con la descripción de su manada—. Sunghoon te mira como si no existiese nadie más en el mundo, Niki, y créeme cuando te digo que sería capaz de cortarse un brazo antes de hacerte daño. Lo he conocido durante mucho tiempo y eres el hombre perfecto para él.

— Gracias, Felix —Le abrazó con fuerza, demostrando con sus acciones lo mucho que había necesitado que le dijesen que era parte de su familia.

— Cuando vuelvas a sentirte así, no esperes a que alguien te pregunte, háblalo —Le aconsejó. Conforme hablaba con él, supo que tenía que tomar ejemplo de sus propias palabras. Cuanto más se guardaba las cosas para si mismo, peor le hacían sentir a la larga y más preocupaba a sus amigos. Tomó la decisión de sincerarse con Niki al igual que él había hecho con él—. Hyunjin me mira como si fuese el centro de su universo porque dice que soy su pareja —Seguía sin querer aceptar abiertamente el hecho, por mucho que su lobo se lo estuviese aullando—. Lo conocí en el cementerio. Su mujer había muerto y yo estaba llevándole flores a Jae, mi compañero. Huí de él dos veces. Estoy asustado de que sea verdad y lo que viví con Jae fuese mentira. Tengo miedo de que aceptarle sea una traición para Jae. Siento pánico al pensar en aparearme con él y perderlo después. Mi hija se fue, mi compañero también. No creo que pueda recuperarme de nuevo.

— Oh, Felix, ven aquí... —Susurró Niki mientras lo abrazaba con más fuerza y acariciaba su espalda con una mano, reconfortándole—. Está bien, cariño, está bien —Lo apartó un poco para limpiar las pocas lágrimas que habían escapado—. No importa si Jae no era tu verdadero compañero, Felix. Tu lo amaste con toda tu alma y eso es lo más importante. Lo que viviste con él fue real y quien opine lo contrario, es imbécil —Le dedicó una pequeña sonrisa, tratando de animarle—. Si Jae es digno de tu amor, él querría que fueses feliz aunque tuvieses que dejarle atrás. En cuanto a tu miedo a la pérdida, no puedo prometerte que no pasará, pero tienes que ver si merece la pena alejar a Hyunjin o es mejor aprovechar cada segundo que tengas con él.

— ¿Qué pasa si no es mi pareja? Estoy muy confundido, Nik... —No llegó a terminar de hablar antes de que los niños llegaran hasta ellos. Jasmine se mordía el labio como si quisiese decir algo, pero no se atreviese hablar—. ¿Qué pasa, cielo? Puedes decirme cualquier cosa, no importa qué.

— Papi... —Cerró la boca de golpe y miró a Sunoo que asintió. Felix vio como el cachorro le susurraba algo a su hija, logrando que sonriese de nuevo.

— ¿Puedo saber por qué estás tan segura?

— Porque es como yo —Habló el pequeño, mirando al suelo como si se avergonzase por haber interrumpido la conversación.

Los dos adultos miraron atónitos a ambos cachorros. Jeongin les había hablado de lo que ocurría con el niño y como había pensado buscar al resto de los lobos mencionados en la leyenda. Felix dejó de creer en lo que decían los ancianos de las manadas, tachándolos de cuentos para los cachorros. Saber que no solo el hijo de Changbin tenía esas habilidades, sino que su propia hija lo hacía, era un completo shock. ¿Por eso huía Hyunjin?¿Por eso habían tenido que dejar su casa para pedir asilo a Jeongin?

— Veo las almas de las personas y sus colores —Confesó la pequeña, acercando la silla lo suficiente para que Felix la levantase hasta su regazo. La cercanía parecía reconfortarla tanto como a él—. También veo la conexión que une las almas. El alma de mamá no estaba unida a la de papá, pero la tuya sí. Igual que muchos de esta casa. Todos tenéis un color bueno y el hilo que os une es muy brillante, aunque no está conectado del todo —Escondió el rostro en el pecho de Felix—. ¿Vas a dejar de quererme porque soy rara?

— Claro que no, preciosa. Eres un regalo y quien diga lo contrario tendrá que vérselas con un lobo muy enfadado.

— Con muchos —Corrigió Sunoo mientras se sentaba en el sofá al lado de Niki—. El tío Jeongin dice que es hora de poner centinelas y que tendrán que pasar por encima de él antes de que nos pase nada —De repente abrió los ojos al acordarse de algo y los miró a todos—. Tenemos que avisar al tío y a los demás de que somos dos.

— Y lo haremos en cuanto vuelvan. Ahora es el momento de venir conmigo a hacer un gran estropicio mientras el tío Niki hace un verdadero pastel de bienvenida.

Tras unas cuentas quejas de su parte y las risas de los más pequeños, los cuatro se movilizaron hacia la cocina. Al principio se lo tomaron en serio, siguiendo los pasos que les iba indicando el omega. Los niños sentados en taburetes se reían cada vez que se manchaban con cualquier ingrediente, hasta que Felix les lanzó un poco de harina y acabaron luchando con lo que encontraban a su alcance. Acabaron sin tarta, con la cocina hecha un desastre y con harina, huevo y chocolate en todas partes del cuerpo.

Felix tenía la sensación de que iba a ser uno de los pocos minutos de tranquilidad que tendrían a partir de entonces. Sus instintos le decían que se acercaba una tormenta de la que quizás no saldrían ilesos. Las señales estaban por todas partes, desde el crecimiento de la manada hasta la necesidad de montar guardia para mantener a todos a salvo. Pasase lo que pasase, tuvieran razón sus instintos o no, no volvería a permitir que le ocurriese nada a su hija. La había perdido una vez, no dejaría que pasase otra vez. Defendería a su familia con todo lo que tenía, costase lo que costase.

NOTA DE LA AUTORA: Por ahora ya tenemos dos lobos con poderes, justo los dos niños.

— Sunoo puede manipular la memoria y leer la mente.

— Jasmine ve las auras, las almas. Es capaz de decir por el color que tienen si son buenos o malos, aunque no lo comprende aún del todo porque es pequeña. También los enlaces de la gente con su alma gemela, es algo así como las cintas de My I. Cuando se completa el enlace, las cintas se anudan juntas.

El MV que menciona la autora: https://youtu.be/8ZA8PW48QTk

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