Capítulo 28
XIV. No llores más, papá, por fin estoy contigo (1ª parte)
POV. CHANGBIN
La taza de té había acabado enfriándose entre sus manos, intacta. La manta que había traído para resguardarse del frío había acabado deslizándose por sus hombros en algún momento, pero a penas era consciente del temblor de su cuerpo helado. Sus pensamientos se encontraban muy lejos de allí, en una manada que seguía atormentándole incluso después de marcharse. Su corazón lloraba por la pérdida de una gran amiga en manos de los mismos imbéciles que habían arruinado su vida. Si se hubiese quedado allí, si hubiese sabido lo que estaba ocurriendo, si simplemente hubiese podido hacer algo para ayudarles antes de que fuese demasiado tiempo, antes de que ella muriese, antes de que su hijo hubiese tenido que huir de allí completamente solo. No solo no había estado con ellos cuando más lo necesitaban si no que había querido devolver al cachorro al mismo lugar al que tanto temía. Había sido tan estúpido... Quería correr, quería regresar a esa maldita manada y acabar con todos sus miembros, quería vengarse de todos ellos por no haber evitado el sufrimiento de sus amigos ni de su pequeño niño. Podía sentir como la ira se propagaba por su cuerpo, amenazando todo su autocontrol. Apretó los puños con tanta fuerza que la taza se hizo añicos en sus manos al recordar como el asustadizo cachorro había suplicado para que no lo abandonasen después de escuchar su historia. No quería volver a ver esa mirada en sus ojos, no quería que volviese a llorar por sentirse diferente y aquellos que le habían convencido de ser un monstruo iban a pagar las consecuencias.
Sintió como volvían a colocarle la manta en los hombros y se volvió para gruñir al intruso, al límite del control. Su animal estaba tan cerca de la superficie que pensó que cambiaría en cualquier instante. Sin embargo, su lobo reconoció el olor a mar, sol y arena que tanto caracterizaba a su pareja y fue retirándose poco a poco, dejando que su lado humano recuperase el mando por completo.
— Shhhh... Está bien, todo está bien, todo irá bien —Susurró Seungmin mientras lo abrazaba por la espalda—. Nuestro cachorro está a salvo aquí, no dejaremos que nadie se acerque a él.
— Estaba tan asustado... Estuve a punto de llevarlo allí, yo... Dios, me siento tan estúpido —Habló, volviéndose consciente por fin del frío, de los trozos de porcelana sobre su regazo, del dolor del corte en su mano y de la cálida sensación de los brazos de Seungmin sobre él.
— No lo hiciste y eso es lo importante, Changbin. No puedes volver atrás en el tiempo y evitar que las cosas sucedan así, pero puedes hacer que el presente sea bueno para él. Seremos buenos padres, ya lo verás. ¿Y sabes por qué? Porque lo protegeremos y lo amaremos como necesita —Se retiró de su espalda para colocarse en cuclillas frente a él—. Ahora, déjame esas manos. Es hora de volver dentro y prepararle un buen desayuno a nuestro hijo... —Hizo una pausa al darse cuenta de lo último que había dicho y añadió lo que Changbin sabía que iba acabar pasando—. Sí, es hora de llamar a Mingyu para que se lo prepare él.
— Gracias, si no hubieses aparecido, ahora mismo estaría muy lejos de aquí y cuando estoy tan enfadado soy impredecible —Una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios y por primera vez desde que había oído como habían tratado de atrapar a su cachorro por ser poderoso, sintió que podía respirar. Había estado tan enfadado, asustado y preocupado que había perdido la noción espacio-temporal—. ¿Cómo está?
— Sigue durmiendo, pero está bien. Hicimos bien en quedarnos con él, aunque ninguno durmiese mucho —Explicó mientras revisaba el corte que se había hecho en la mano. No era demasiado profundo, así que no tardaría en sanar—. Conseguimos calmarlo suficiente como para que descansase y que Jeongin prometiese hacer de esta manada un refugio para ellos también ayudó a que se tranquilizase. Creo que tenemos que agradecerle lo que hizo ayer...
— Cuando se despierte, hablaremos con él. Es un buen líder, pero con esto solo ha hecho que lo admire más —Tiró de Seungmin para que se sentase en su regazo, necesitando su calor. Al principio se ganó un golpe en el hombro, pero al final acabó abrazándose a él, descansando la cabeza en su hombro para poder olerle mejor—. ¿Puede hacerte una pregunta? —El omega asintió contra él, sin moverse de su sitio o hablar. Después de que ninguno de los dos durmiese bien, estaba seguro de que Seungmin estaba agotado—. ¿Por qué estás aquí?
Sintió el momento exacto en el que comprendió la pregunta, porque su cuerpo se tensó por completo y una de sus manos se aferró con fuerza a su camiseta. Quiso decirle que no necesitaba que respondiese, que iba a respetar su silencio, que sentía haber propasado los límites, pero el motor de un coche que se acercaba hacia la mansión le impidió hablar. Dejó que el omega se levantase antes de hacerlo él y los dos observaron desde el porche la llegada del intruso. Olfateó el aire, pero la gasolina ocultaba cualquier rastro que pudiera darle una pista sobre quién o quienes se acercaban. Abrió la boca para pedirle a Seungmin que se refugiase en la casa hasta que supiese que es seguro, pero la cerró al instante al sentir que le apretaba con fuerza la mano y le lanzaba una mirada de advertencia que parecía decir: « Haz un numerito de alfa sobreprotector y la castración será el mínimo de tus problemas ». Suspiró, su lobo se removía incomodo en su interior por mantener a su pareja ante un posible problema y eso solo conseguía que en su pecho se instalase una incómoda sensación.
El coche se detuvo frente a ellos, muy despacio. Los segundos parecían convertirse en horas mientras esperaban descubrir si se trataba de peligro o no. Los dos se tensaron cuando la puerta del conductor se abrió y un joven vestido de uniforme salió, inclinando la cabeza en señal de respeto para que supiesen que no tenía malas intenciones. Gritaba alfa con cada uno de sus movimientos, pero nada él podía ser catalogado como amenaza. Olía a lírios, naranja, galletas y talco para bebé, aunque no podía decir cuantos de aquellos aromas le correspondían. Cuando se acercaron a él, pudieron ver a una niña y un bebé en la parte de atrás. Fue en ese instante en el que Changbin vio la mancha en su uniforme, junto al talco que adornaba su pelo.
— Hola, siento haber llegado tan pronto, pero empiezo a trabajar en un par de horas y necesitaba instalar a las niñas —Movía el pie con nerviosismo y su mirada iba constantemente hacia el asiento trasero—. Perdonad mis modales, soy Hwang Hyunjin, amigo de Jisung. Jeongin me dijo que podía quedarme por... —No terminó de hablar antes de que el bebé comenzase a llorar. Dio media vuelta y abrió la puerta de atrás, tratando de apaciguarlo con su voz—. Ya está, cariño, Papá está aquí —Lo saco del coche, meciéndolo en sus brazos, y se acercó hasta ellos de nuevo. Su olor, humano y lobo entremezclándose, confirmó que estaban ante la misma persona que había anunciado Jeongin—. ¿Te importaría cogerla mientras saco a Jasmine del coche? —Le preguntó a Seungmin que se apresuró a tomarla en brazos—. Si os balanceáis un poco, no tardará en dormirse de nuevo.
Changbin iba a preguntar por qué tenía que ir a sacar a la niña si era lo suficientemente mayor para salir sola del coche, pero se calló al ver como sacaba una silla de ruedas del maletero. Seungmin y él observaron con asombro cómo sacaba a un pequeño cachorro y lo colocaba en la silla. Olía a lobo y ninguno de los dos entendía como no había podido recuperarse. Casi ninguno de los suyos podía enfermar o acabar con heridas crónicas, pero la pobre niña era la excepción a esa regla. Saliendo de su aturdimiento, se arrodilló frente a la pequeña cuando llegaron hasta ellos y le dedicó una gran sonrisa mientras le tendía la mano.
— Soy Changbin, encantado ¿Cómo debo llamarte, pequeña guerrera?
— Soy Jasmine —Dijo la niña aceptando la mano antes de volver la cabeza hacia su padre y sonreírle—. Me gusta, papi, me ha llamado guerrera ¿Podemos quedarnos con él?
Los adultos estallaron en carcajadas, aliviando la tensión que había surgido ante la inesperada llegada de quién creían un intruso. Tras una rápida presentación de todos y contarle a la pequeña loba que Sunoo estaría encantado de tener una amiga, entraron a la casa. El frío se había intensificado conforme llegaban al final de Octubre y no era bueno para las niñas estar fuera. Changbin se ofreció a hacer chocolate caliente y café, mientras esperaban a que el chef de la casa despertase. Era lo poco que podía hacer sin quemar la casa o provocar una indigestión. Condujo a los invitados hasta la cocina y se arrepintió al instante en el que entraron. Todo ocurrió tan rápido que fue incapaz de comprender lo que realmente ocurría. Felix se giró olfateando el aire con los ojos cerrados y al segundo siguiente, el vaso que sostenía en sus manos caí a sus pies, haciéndose añicos. Hyunjin observaba al omega con los ojos llenos de preocupación, como si quisiese acercarse pero no supiese que hacer. El ambiente se llenó de tensión mientras su amigo lloraba ante la impotente mirada de los adultos. El silencio solo era interrumpido por sus sollozos hasta que la niña acercó la silla hasta él, le tendió un pañuelo de tela con sus iniciales bordadas y habló, sorprendiéndoles a todos.
— No llores más, papá, por fin estoy contigo.
NOTA DE LA AUTORA: Hyunjin es un buen samaritano que rescató a Jasmine e incapaz de dejarla atrás, la adoptó. Ahora Felix no solo ha encontrado a su hija perdida, sino que su pareja está unida a la vida de la niña quiera o no. Ahora bien, ¿Qué hará Felix?¿Intentará acercarse a él ahora que saben que los dos son padres de la niña o seguirá en sus trece, alejándolo por completo?
Si alguien no lo ha entendido bien o no me explicado (si es esta opción, avisadme de que lo estoy haciendo mal con las explicaciones para que pueda corregirlo):
— Hyunjin tiene dos hijas: Jasmine, adoptada y que ha resultado ser la hija perdida de Felix y el bebé, que es hija suya y de su mujer.
— Felix y Jasmine se reconocen mutuamente por su olor. Aunque ella desapareciese muy pequeña, estuvo el tiempo suficiente para poder saber cual es su olor. Al igual que para las parejas es inconfundible, para padres e hijos también.
— Sunoo le ha contado a sus padres que es especial y que lo querían en su antigua manada. No sale como se lo cuenta, porque ya sabéis lo que iba a contar aquí y sería redundante.
— Como Changbin tiene problemas de ira y ha descubierto todo, quiere venganza. Así que por no hacer mal a nadie, salió al porche de la casa para tranquilizarse.
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