Capítulo 17
VIII. Quiero que sea mi papá (2ª parte)
POV. CHANGBIN
¿Cuánto tiempo había pasado llorando la perdida de su mejor amigo, de aquel a quien consideraba su hermano? No sabía con certeza si había muerto, pero nadie había sido capaz de sobrevivir a los castigos de la manada. Aunque había pretendido que seguía vivo y que por fin había conseguido su ansiada libertad, sin noticias suyas y sin formas de buscarlo, en el fondo de su corazón, había aceptado su pérdida. Ahora lo tenía ante él, sonriéndole de oreja a oreja con ese aire de burla que tanto le caracterizaba, y abriendo los brazos para abrazarle con fuerza, como siempre lo había hecho, como si nunca se hubiesen separado, como si siguiesen siendo los mismos años. Beomgyu volvió a preguntar, pero no se molestó en explicarle lo que ocurría, estaba demasiado concentrado en Yeonjun, analizando cada cambio, comprobando lo que permanecía igual. Aunque su rostro había perdido la inmadurez de la juventud y ahora se pavoneaba como el adulto que era, seguía teniendo el mismo cuerpo que gritaba "bailarín", la misma sonrisa que presagiaba problemas y el mismo entusiasmo que tanto le incordiaba.
— Lamento interrumpir vuestro momento emotivo —Soltó un hombre alto que no había visto hasta el momento, demasiado perdido en la protección de su hijo y el reencuentro con su amigo—. Pero Yeonjun ¿No crees que deberías explicar que pasa? Al menos a tu compañero, si quieres seguir teniendo uno —Bufó, de mala gana.
Su amigo se separó al instante y observó al hombre con los ojos bien abiertos. Su sonrisa se amplió aún más, tanto que se preguntó como sus mejillas no se resentían por el esfuerzo, y se acercó hasta estar tan cerca del enano gruñón que sus pies rozaban. Un "¿Qué?" fue lo último que escuchó de él antes de que Yeonjun lo besase sin preocuparse que los demás estuviesen a su alrededor, atrayéndolo contra su cuerpo con tanta emoción que temblaba. El hombre se resistió durante un segundo antes de suspirar contra sus labios y corresponder al beso, apretándose aún más contra el cuerpo del que parecía ser su compañero. Cuando se separaron, respirando con dificultad, Felix y Beomgyu comenzaron a aplaudir como si hubiesen visto el mejor espectáculo de sus vidas. Seungmin lo observaba todo apartado, con una triste sonrisa en sus labios y supo que él era el culpable. Deseó poder tener la fuerza de Yeonjun, arrastrarse hasta su compañero y conseguir que en el rostro de su omega se dibujase la misma mirada satisfecha. Reprimió el impulso, dándole el espacio que se merecía y buscó el contacto de su hijo para tranquilizarse a si mismo. Habían acordado tomárselo con calma y dudaba que un poco sutil "quiero comerte la boca hasta que te quedes sin aliento" entrase dentro de esa idea. Por no hablar de que necesitaba tener una conversación con su hijo, explicarle lo que ocurría y ver si aceptaba a su compañero. No movería ni un dedo hasta que Sunoo lo permitiese.
— ¿P-por qué has hecho eso? —Preguntó el omega con sus mejillas enrojecidas por la vergüenza. Toda la rebeldía que había en él, se desvaneció con un simple beso. Era el efecto de los labios de Yeonjun, te hacían perder el sentido y te transportaba a un mundo nuevo, lejos de la realidad y los problemas.
— Has dicho que soy tu compañero —Explicó su amigo haciéndoles sonreír a todos por su contagiosa alegría—. Es la primera vez que lo reconoces y dios, soy el hombre más feliz de la tierra.
— Y-yo... —El omega abrió los ojos al darse cuenta de lo que había hecho y trató de explicarse. Sin embargo, el alfa fue más rápido y volvió a besarle con el mismo entusiasmo que la primera vez—. No hagas eso —Golpeó su hombro con suavidad y bajó la cabeza aún más avergonzado—. No puedo pensar cuando lo haces.
Yeonjun rozó sus labios con suavidad una última vez y se separó para colocarse al lado de Changbin. La mano sobre su hombro le reconfortó, demostrándole que todo era real. Su mejor amigo, su hermano, estaba vivo y a su lado una vez más. Había encontrado a su compañero, tenía el hijo que todo padre desearía y había acabado en una manada que le había acogido sin preguntas, sin preocuparse por no ser lo demasiado bueno para ser un alfa o prejuicios. Acarició el pelo de Sunoo distraídamente mientras se preparaba para dar las explicaciones que todos esperaban, ansiosos y curiosos. Con un rápido vistazo, comprobó que Bangchan seguía dormido, ajeno a todo lo que ocurría y dándoles vía libre para hablar con naturalidad, sin esconderse.
— ¿Qué queréis saber primero? —Preguntó, consciente de que habían ocurrido muchas cosas en poco tiempo.
— ¿Por qué no empezamos por el humano en nuestro sofá? —Preguntó Beomgyu, señalando con el dedo al ex-agente.
Empezó hablándoles de como lo había conocido y cuanto había hecho por él desde entonces. Luego pasó a la parte en la que Niki y él lo encontraron en su antiguo piso, borracho y maltrecho, incapaz de moverse por si mismo y con una depresión que le preocupaba. Les explicó que se había quedado sin casa y que ninguno de los dos quería dejarlo solo mientras buscaba dónde vivir, no se fiaban de lo que podía hacer en ese estado. Necesitaba ayuda y no vio mejor forma de conseguirla que trayéndolo hasta la mansión en el lago Yang. Zanjado el tema, Yeonjun les habló de como su manada lo habían expulsado por intentar proteger su hermana del alfa de su manada, dejándole al borde de la muerte y completamente solo. De no haber sido por los miembros del circo que lo encontraron, no habría sido capaz de escapar antes de que empezase el nuevo día y la partida de caza hubiese terminado lo que empezaron con él. Changbin y él contaron anécdotas de su infancia, sus escapadas para bailar y como eran tachados por no ser "alfas de verdad". Cuando Sunghoon preguntó como había encontrado a Soobin, su buen amigo les contó que había escuchado los rumores de un apareamiento forzado de un omega con el alfa de su manada y que él tuvo la necesidad de salvarle. Él no pudo hacer nada por su hermana, pero lo haría por ese omega que resultó ser su compañero. Por su parte, Niki le dijo a Changbin que Sunghoon era su pareja, la misma que lo rescató de su manada por ser expulsado al descubrirse que él no era un alfa y que había desaparecido para cuando despertó.
— ¿Te han cuidado bien Sunoo? —Preguntó Changbin cuando la conversación terminó, preocupado por lo que su hijo hubiese podido pasar en su ausencia—. Te he echado mucho de menos, cachorro.
— Me llevaron a bailar con ellos, Felix me llevó de compras, Beomgyu me dio todo el helado que quise y Seungmin me leyó cuentos por la noche. Son geniales —Le dijo con entusiasmo, estirando los brazos para que le levantara en alto y poder darle un beso en la mejilla—. Yo también te eché de menos, papá —Saltó de sus brazos para correr a los de Seungmin que le sonrió con dulzura, rozando la nariz del cachorro con la suya en un gesto tan tierno que el corazón de Changbin palpitó con fuerza. ¿Podrían ser una familia?¿Querría su omega criar a Sunoo con él?— Papá, ¿Puede ser Seungmin mi otro papá? Quiero que sea mi papá —Dijo con timidez antes de esconderse de las miradas sorprendidas en el cuello de Seungmin.
Las conversaciones cesaron y el silencio se volvió incomodo. Alfas y omegas observaban de Changbin a Seungmin esperando una reacción. La repentina pregunta del cachorro había sorprendido a todos, dejándoles sin palabras. El timbre de la puerta sonó y todos suspiraron aliviados por encontrar una vía de escape. Salieron de golpe, dejándoles solos. ¿Qué iba a decir?¿Cómo iba a salir de esta situación? Sunoo no era el único que quería que lo fuera, él también deseaba ser una familia, mantener a su lado a las dos personas que el destino le había regalado: su hijo y su compañero. ¿Qué pasaría si Seungmin decía que no quería?¿Y si metía la pata hasta el punto de que el enlace se rompía por completo? No podía permitir dañarlos. El aire de la habitación se volvía cada vez más pesado y le costaba respirar, la presión en su pecho crecía y la ansiedad aumentaba con cada segundo de silencio que pasaba.
— Me gustaría serlo, cielo —Le susurró a su cachorro ampliando su sonrisa y abrazándolo con más fuerza. Su voz temblaba y sus ojos brillaban por las lágrimas contenidas—. Pero eso depende de tu padre, es él quien debe decir si puedo estar en tu vida de esa forma o no.
— Seungmin... —Cerró los ojos un segundo para conseguir la fuerza que necesitaba. « Mío » gruñía su lobo « Mi pareja. Nuestra pareja »—. Si el quiere y tu quieres, puede ser tu otro padre, enano.
— Pero... ¿Y si nuestro enlace no funciona?¿Y si esta oportunidad no nos lleva a ninguna parte y no hay ningún reclamo? —Preguntó su omega con miedo, susurrando tan bajo que no sabía si estaba hablando consigo mismo o con él—. Ya me he encariñado con él, quiero que sea mi hijo y cuando el vinculo exista... No podrá sobrevivir a un enlace fallido y un hijo perdido.
— No tendrás que hacerlo, si no... —Suspiró, no quería decir las palabras. Le dolía la simple posibilidad de que su recién descubierto emparejamiento fracasara. Aún no había podido tenerlo en sus brazos como merecía y el simple hecho de pensar en perderlo, se sentía como un cuchillo clavándose en su corazón—. funciona. Seguirá siendo tu hijo. Estemos o no juntos, si él te ve como su padre y tu como su hijo, seguirá así. No me interpondré en esto, biología o no, genética o no, el lazo estará ahí.
Se acercó a Seungmin, acercándolo a él colocando sus brazos en la cintura y atrapando a Sunoo en medio. Besó la coronilla de su pequeño cachorro, su dulce y querido hijo, sintiéndose orgulloso de él, viendo un futuro a su lado más allá de lo que el había pensado en un principio. Incluso sin llevar acabo la ceremonia de apareamiento, sin su marca adornando el cuello de su compañero, ya sentía una profunda conexión y la sensación de que estaban comenzando una familia juntos solo hizo que su corazón se llenase de afecto. Rozó los labios de su omega con dulzura, sintiendo por primera vez que la ira no le dominaba y que su lobo no aparecería en cualquier momento.
— Me duele todo — Murmuró una voz a sus espaldas, sobresaltándoles. Changbin se separó en seguida y Seungmin dejó al cachorro en el suelo mientras miraban al policía que se incorporaba en el sofá—. Oh... Buenas noches —Saludó al darse cuenta que no estaba solo. Su mirada iba de Seungmin a la habitación y vuelta a empezar, tratando de descubrir dónde estaba y qué relación tenía el chico con Changbin.
— Has dormido mucho, Hola —Rió Sunoo antes de empezar a correr hacia Bangchan. Changbin trató de impedirlo, su amigo estaba inestable y dolorido, no quería que el cachorro lo molestara.
— Está bien, Changbin. Ven aquí, pequeño, ven con tu tío —Con una sonrisa, la primera desde que lo había encontrado perdido en la bebida, abrazó a su hijo con cariño—. ¿Te ha cuidado bien este inútil?
— Sí, papá ha sido muy bueno y mientras estaba fuera papi Seungmin me enseñó bailar.
El ex-policía miró a Changbin enarcando una ceja y articulando con sus labios: « Quiero una explicación detallada ». Seungmin se tensó a su lado, observando a Bangchan con sorpresa y sus labios apretados por contener sus emociones. ¿Qué estaba pasando?¿Qué le ocurría a su omega? Tomo una de sus manos y acariciándola con el pulgar, le preguntó en silencio que le pasaba. La respuesta llegó en un susurro: « ¿Por qué quiero descubrir mi cuello si no es un lobo, Changbin?¿Qué pasa?». No tenía una solución para su pregunta. Niki, él y ahora Seungmin... ¿Por qué todos reaccionaban como si se tratase de uno de ellos, un alfa poderoso y que parecía ser el líder natural de su manada, aquel que el destino había creado para dirigirles?
NOTA DE LA AUTORA: Cuando Changbin dice: "Era el efecto de los labios de Yeonjun", está insinuando que él lo ha comprobado de primera mano. Hay que tener en cuenta que han pasado por mucho juntos, sus primeros cambios, su pubertad, su primeros pasos hacia su sexualidad... Como dije, tenéis que estar atentos porque habrá indirectas e insinuaciones de otras otps que no son canon o sí lo son pero que no aparecen aquí.
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