Capítulo 15

VII. ¿Qué te ha pasado, Bangchan? (2ª parte)


POV. BANGCHAN

Los rayos de sol acariciaban su rostro, obligándole a esconder la cabeza bajo la almohada para seguir durmiendo, escondido en un mundo donde podía soñar que todo seguía bien, que su vida no estaba acabada. El intenso dolor de cabeza y el malestar de su cuerpo le recordaron lo bajo que había caído, emborrachándose durante días hasta perder la consciencia y olvidarse de todo. La peor parte es que quería volver a beber, la sobriedad le estaba devolviendo a una realidad donde, el hombre que una vez fue, había desaparecido y solo quedaba una copia decadente que se hundía en el autodesprecio y la autocompasión. Apoyó las manos para incorporarse y sentarse, dándose cuenta de que no estaba en el sofá. La suavidad de las sábanas en su piel y el colchón bajo su cuerpo eran tan agradables que estuvo tentado de volver a dormirse. No recordaba como había llegado hasta allí, había estado demasiado borracho como para ser consciente de algo. Ni si quiera pensaba que fuese capaz de levantarse, darse una buena ducha y quedarse dormido en la cama con un pijama, que no reconocía, puesto. Toda su ropa continuaba en el maletero de su coche, esperando a que enderezase su vida de nuevo e intentase seguir adelante. Por un instante se planteó bajar e instalarse hasta que Changbin volviese y pudiese explicarle como había terminado su vida perfecta, pero no duró demasiado. En cuanto el dolor que le produjo el fracaso volvió, lo único que quería era regresar al salón y continuar bebiendo hasta perder la consciencia una vez más.

Moviéndose despacio, se sentó en el borde de la cama, sintiendo el frío suelo bajo sus pies. Tenía que levantarse y enfrentarse a la realidad. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que no tenía ningún motivo para continuar. Si se perdía bajo los efectos del alcohol, nadie se daría cuenta, no le importaría a ninguno de los que creyó sus amigos y su mujer preferiría estar con cualquier otro que volver con él. La única persona que querría ayudarle estaba lejos y tenía los suficientes problemas como para cargar con los suyos también. ¿Cómo iba a añadirle más preocupaciones a un hombre que estaba tratando de alejar a su hijo, que iba a perder la oportunidad de ser padre por creer que le arruinaría la vida al pobre niño?

— Estoy preocupado, Niki —La voz de Changbin sonó muy cerca, pero era imposible. ¿Estaba comenzando a volverse loco?—. Cuando me fui estaba bien y nunca antes había bebido tanto. Ni si quiera le gusta la cerveza.

— Habrá pasado algo mientras estabas fuera —Susurró otra voz que no era capaz de identificar, pero que vagamente recordaba haber escuchado antes—. Llamamos a Felix e hicimos todo lo que dijo para saber si era grave. Ya le escuchaste, solo necesita dormir la mona —¿Estaban hablando de él?¿De verdad estaba Changbin allí? Sentía que las respuestas estaban en sus recuerdos, pero el dolor de cabeza le impedía pensar con claridad—. Vamos a hacer la comida, la sopa le sentará bien cuando se despierte y podrás hablar con él. Le ayudaremos.

— Tienes razón. No sé como habría reaccionado sin ti, no soy bueno cuando no sé qué hacer. Cuando llegamos ayer y lo vi tan pálido, pensé que... —Se calló de golpe, sin poner en palabras el miedo que había sentido o lo que de verdad había creído.

Fue entonces cuando lo recordó. Había despertado cuando él y su amigo habían llegado, le habían susurrado suavemente palabras que había olvidado, lo habían bañado con cuidado y después le habían dejado en la cama. Vagamente, volvió a su mente sus caras de preocupación y sintió vergüenza. No quería hablar con nadie, se sentía avergonzado por haber caído tan bajo y solo quería esconderse del mundo. Le habían visto en el peor momento de su vida y no sería capaz de seguir si veía sus miradas de lástima. Con un suspiro, volvió a la cama, tapándose hasta la cabeza. La puerta de la habitación se abrió y él fingió dormir, rezando para no ser descubierto, aún no era capaz de enfrentarse a Changbin.

— Bangchan —Llamó su amigo, acercándose a la cama y sentándose en el borde, sin rozarle—. Vamos, Bangchan, sé que estás despierto. Si no quieres hablar, está bien, no te presionaré. Sabes que puedes contarme lo que sea y estaré ahí cuando estes listo, pero tienes que comer. Vas a levantarte y probar la sopa, no habrá más alcohol y volver a la cama no es una solución. No sé lo que ha pasado, pero no te voy a dejar así. Te llevaré a casa ¿De acuerdo?

— No —Susurró Bangchan. El último lugar al que quería ir era al lugar que una vez llamó hogar y que pronto dejaría de pertenecerle. No iba a volver con la bruja que había terminado de arruinar su vida, con la mujer a la que le había dedicado muchos años de su vida—. Ya no vivo allí, no tengo lugar al que volver... —Maldijo internamente cuando su voz se quebró al hablar. Había sido una suerte librarse de su mujer, debería sentirse bien. ¿Por qué tenía tantas ganas de llorar?

— Está bien, te vendrás conmigo entonces —Palmeó su hombro sobre las sábanas y aunque no podía verle, sabía que estaba dedicándole una sonrisa triste—. En ese caso, será mejor que te muevas rápido. Es hora de comer, empacar mis cosas y ponerse rumbo a la carretera. Le prometí a Sunoo que volvería pronto y todavía tenemos que parar por una librería para llevarle algún libro nuevo. Deberías ver lo listo que es, no había conocido a nadie que leyese tanto y menos tan pequeño.

Sonrió débilmente ante la mención del niño. La voz de Changbin se llenaba de orgullo al hablar de su hijo y eso era buena señal. Al parecer había entrado en razón y había desechado la idea de llevarlo con sus abuelos. Era lo mejor para los dos, el niño necesitaba un padre y a su amigo le hacía falta alguien que le demostrase que tenía una oportunidad de ser mejor.

— ¿Has decidido mantenerlo a tu lado? —Preguntó, para confirmar lo que pensaba. No quería hacerse ilusiones para luego encontrarse que solo había sido temporal y Sunoo volvería tarde o temprano con sus abuelos.

— Sí, necesita a su padre y después de que casi se ahogase...—Debió ver la sorpresa y la preocupación en sus ojos, porque se apresuró a explicarlo—. Está bien, Niki lo salvó a tiempo y Felix se aseguró de que no había ocurrido nada grave. Te contaré la historia mientras comemos —Suspiró, perdido en los recuerdos de lo que había vivido. No quería ni imaginarse lo que hubiese sentido si su hijo hubiese estado a punto de ahogarse—. Vamos, te presentaré a Niki. Es uno de los chicos con los que me voy a mudar.

Haciendo uso de todo la fuerza que consiguió, se incorporó despacio y salió de la cama para seguir a Changbin hasta la barra de la cocina. Observó como las latas habían desaparecido y no había ni rastro de su antiguo uniforme ¿Lo habrían tirado o lo habrían puesto a lavar? Si lo pensaba bien, no le importaba. Por él, podían hasta quemarlo. No iba a volver a usarlo y dudaba que si conseguía trabajo en otra comisaría, fuese a usar el mismo. En el suelo, desparramadas por todas partes, había cajas medio llenas con las pocas pertenencias que Changbin quería mantener y llevarse con él. Las estanterías estaban vacías, al igual que los cajones de los muebles del salón y por lo que podía ver en el interior, ya habían vaciado el cuarto de baño y parte de la cocina. Habían hecho casi todo el trabajo y si no fuese por él, ya estarían cargándolo todo en el coche. Por primera vez desde que Changbin había entrado en su cuarto y le había dicho que lo llevaría con él, se preguntó si sería adecuado. Lo último que quería era estorbarle en su nueva vida.

— Hey —Le llamó la atención un hombre alto y atractivo con una gran sonrisa. « ¿Sería un modelo? » se preguntó mientras aceptaba la mano que le tendía « ¿Las personas corrientes podían llegar a ser tan perfectas?»—. Soy Niki, un placer. No sabía como te gustaba la sopa y la he hecho de pollo. Puedo preparar cualquier cosa si no te gusta, solo tienes que decirlo.

— Bangchan —Respondió a su saludo, sintiendo como le inspeccionaba con la mirada de arriba y abajo con una expresión curiosa. Se alejó, incómodo, ante su escrutinio. No le paso la mirada que le dirigió a Changbin, interrogante, esperando respuesta a algo que no debía entender. ¿Tan mal aspecto tenía?—. La sopa estará bien, gracias —Dijo antes de sentarse a la mesa y empezar a comer.

A penas tenía apetito, pero su amigo lo vigilaba, prestando atención a su comportamiento y no quería discutir con él después de que se ofreciese a llevarle a su nuevo hogar. Estaría acabado, pero al menos mantenía su buena educación. No habló mucho más, se dedicó a llenar la cuchara y llevársela a la boca como un autómata, moviéndose por inercia, porque tenía que hacerlo y su cuerpo lo necesitaba. Tampoco se le escuchó mientras ayudaba con la mudanza, sentado en el suelo y poniendo el nombre de lo que había en las cajas para encontrarlas fácilmente y saber que hacer con ellas. El silencio se prolongó mientras dejaban lo que no necesitaría en los centro de donación, entregaban las llaves del apartamento del casero y se subía al coche para comenzar el viaje. Incapaz de conducir, había tenido que dejar el suyo atrás. No sabía el destino, pero no le importaba, solo quería llegar y dormir. Observó el paisaje apoyado en la puerta del copiloto, demasiado cansado y sobrio como para prestar atención de lo que hablaban. Vagamente escuchó como le describían el lago, la gente que allí vivía y como habían acabado conociéndose. Con el sonido de sus voces fue quedándose dormido.

— ¿Estás seguro de que no es uno de nosotros? —La voz de Niki se escuchaba lejana en su duerme vela, incapaz de saber si se trataba de un sueño o de la realidad—. Cada vez que lo veo, me dan ganas de enseñarle el cuello. Mi lobo grita alfa, pero no huele a uno.

— Estoy seguro. No he visto ningún cambio en él desde que lo conozco, es imposible que lo sea —Contestó Changbin, bajando la voz—. No es un lobo, lo sabría —¿De qué estaban hablando?¿Qué tenían que ver los lobos con ellos?¿Quién no huele a un alga?¿Qué es un alfa? Era el sueño más desconcertante que nunca había tenido. Quería hablar, pero no podía pronunciar nada o de abrir los ojos y acabar con la oscuridad que le nublaba.

— ¿No has notada nada extraño? Te digo que es extraño —Insistió Niki, incapaz de dejar atrás el tema.

— Ahora que lo dices... —Changbin hizo una pausa, sumiéndose en un silencio profundo, pensando en lo que iba a hablar—. Poco antes de irme, sentí el impulso de proclamarle como mi verdadero alfa. No sé qué pasó, supuse que mis instintos estaban defectuosos, pero que tu también lo sintieses... No entiendo que pasa.

— ¿Y si...?

No terminó de escuchar la conversación, volvió a quedarse profundamente dormido. Esa vez, soñó con el lobo más grande y hermoso que nunca antes había visto antes. Su pelaje negro resplandecía a la luz de la luna y aullaba con tal tristeza que le estremeció. Sentía su dolor como propio y la soledad que podía ver en sus ojos se volvió más profunda cuando se miraron cara a cara. Quería acercarse al pobre animal, consolarle y acabar con todo su sufrimiento; pero algo se lo impedía, una barrera invisible se interponía entre ellos y cada vez que trataba de alcanzarlo sentía su cuerpo debilitarse hasta que finalmente todo acabó y la oscuridad lo inundó todo.

« Serás el lobo más fuerte y grande que ha conocido nuestra especie y yo estaré orgulloso de ser tu hermano pequeño »

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top