Capítulo 27

Cuando Saimon llegó al palacio, se escabulló por el mismo lugar por donde salió, pensó en subir a su habitación y empezar el paripé ahí, pero al final optó por ir directamente a la biblioteca a buscar a las dos chicas de su vida.

Al abrir las puertas de la biblioteca, se encontró con Anita dando clase a Serena en una de las mesas de la sala, ambas tranquilas y felices; también pudo notar a los dos guardias que vigilaban al hermano de su novia, los cuales estaban escondidos para que ellas no los notaran, principalmente su hija, y por supuesto, Jordan también estaba ahí, en uno de los tantos sillones del lugar, mirando a las chicas con una sonrisa, no hacía nada, no decía nada, solo escuchaba y pensaba en lo buena institutriz que era su hermana y lo linda que era la princesa.

-Buenos días - saludó el rey.

-Querrás decir buenas tardes, te has pasado toda la mañana y parte de la tarde durmiendo - dijo Anita divertida. Serena soltó una pequeña risa, Saimon no le tomó mucha importancia a sus palabras y le dió un beso en los labios.

-Ejem - carraspeó Jordan, a lo cual la pareja le miró - ¿podrías no besar a mi hermana delante de una niña pequeña y, sobre todo, delante mío?, gracias.

Serena no pudo contenerse y estalló en carcajadas, por otro lado el rey murmuró algo acerca de que era su castillo, su novia y su hija y podía hacer lo que le viniera en gana. Anita también se le unió a la risa al oír el murmullo de su pareja, mientras que Jordan sonreía con suficiencia por el resultado de sus palabras, al fin y al cabo, no podía ponérselo fácil a Saimon, alguien tendría que cumplir con el papel de familiar sobreprotector de la chica, y dado que él era su hermano y único familiar que se preocupaba por ella, era su deber hacerle las cosas imposibles al híbrido.

-Bueno, no era eso a lo que venía - dijo Saimon mirando mal al otro híbrido - ¿qué os parece si pasamos el resto del día en familia?

-Sí - dijo emocionada su hija.

-Claro - dijo Anita.

-Esto no me lo pierdo - dijo Jordan.

-Tú no - dijo el rey serio.

-¿Qué? - preguntó Jordan haciéndose el ofendido - ¿por qué?

-Porque he dicho pasar el día en familia, y tú no eres de la familia.

-En realidad, Jordan es mi hermano, por lo que técnicamente es de la familia - dijo la joven completamente calmada.

-Ja, ja, te aguantas, haber especificado más - se burló Jordan de Saimon, a lo cual Saimon estuvo a punto de darle un puñetazo.

-¿Y qué vamos a hacer? - preguntó Anita para intentar evitar que su hermano saliera herido a manos de su novio.

-Oh, oh, vayamos al jardín, picnic familiar - pidió Serena mientras saltaba y daba palmadas.

-Por mí bien - dijo la joven sonriente.

Ambos chicos también aceptaron la propuesta, aunque en el caso de Jordan no conocía el jardín, además de que nunca había hecho un picnic familiar, ni siquiera un picnic él solo, ese tipo de cosas en su familia no se hacían, y tenía curiosidad por saber cómo eran. Por su parte, Serena ya había ido corriendo a la cocina a por todo lo necesario para el picnic, le hacía mucha ilusión pasar tiempo con su padre, aunque se había vuelto algo más frecuente últimamente, todo gracias a Anita, y además tenía un nuevo tío con el que pasar el rato.

La niña volvió con los adultos al par de minutos, cesta en mano, por lo que los cuatro pudieron ir al jardín a disfrutar del picnic. El lugar seguía igual, como era normal, el ataque que hicieron al castillo no dañó el jardín, por lo que las chicas fueron rápidamente debajo del árbol en el cual tuvieron su primer picnic juntos, era justo que lo hicieran ahí para dar la bienvenida al nuevo miembro de la familia, le gustase o no a Saimon.

Mientras las chicas lo preparaban todo, Jordan miró a su alrededor, debía reconocer que era hermoso, lleno de vida, así se podría decir que estaba embobado con el paisaje ante él, nunca imaginó que hubiera un lugar tan magnífico. Saimon lo miraba de reojo, aunque muy atento, los movimientos del híbrido a su lado, aún no confiaba en él, era natural sospechar, su repentina aparición, su extraño arrepentimiento y querer cuidar a su hermana pequeña después de tantos años; algo no le cuadraba, y estaba dispuesto a saber si todo era real o una ilusión.

-Ey - les llamó Anita, a lo cual ambos hombres dejaron de estar perdidos en sus pensamientos - ¿vais a venir o os vais a quedar ahí parados todo el día?

Serena se rió ante la pregunta de la joven, mientras que los hombres reaccionaban y se sentaban con ellas en la manta dispuesta en el suelo. Jordan miró todo con curiosidad y cuidado, como nunca había hecho un picnic, no sabía qué era lo habitual ni lo que tenía que hacer, por lo que miró atentamente al resto. Saimon se había sentado junto a Anita y hablaban animadamente de nada en particular, mientras que Serena lo estaba mirando fijamente.

-¿Ocurre algo? - le preguntó Jordan.

-Eres raro - le dijo ella sin dejar de mirarlo, a lo cual el híbrido no pudo evitar hacer una mueca.

-Ya, bueno, es que nunca he hecho un picnic - confesó.

-¿Nunca? - preguntó sorprendida la princesa, a lo cual él negó.

-Nunca.

-¡Eso hay que arreglarlo! - exclamó Serena sobresaltado a los tres - yo te enseñaré.

-¿Enseñarle el qué? - preguntó Anita confundida por el actuar de la pequeña, y no era la única.

-Enseñarle a hacer y disfrutar de un picnic - dijo la niña con alegría.

-¿Qué? - preguntó Saimon más confundido, a lo cual se ganó un codazo de parte de su novia.

-Te recuerdo que en esa casa hay mil restricciones, no solo en alimentos y juegos, sino en todos los aspectos, allí nunca se hacen picnics - le susurró, aunque era obvio que todos escucharon, eran híbridos, tenían mejor audición.

-Oh, lo siento - dijo el rey intentando no hacer una mueca por el dolor en su estómago, tenía que enseñar a Anita a controlar su fuerza a la hora de golpear.

-No pasa nada - dijo Jordan intentando darle una sonrisa.

-Bien, lo más básico de un picnic es que no puede faltar una manta para sentarse en el suelo, y una cesta con alimentos - empezó explicando Serena, a lo cual el híbrido asintió - el objetivo de un picnic es disfrutar de la compañía y el paisaje, de ahí que generalmente se haga en espacios abiertos o lugares florales como este jardín.

-Aunque lo más importante es con quién haces el picnic, si la compañía es buena, el paisaje es secundario en el mejor de los casos - añadió Anita.

-Sí - afirmó la princesa - la idea de un picnic es dos o más personas comiendo y hablando, la comida debe ser algo ya hecho o que no necesite ser cocinado, tal como sándwiches o dulces, además de bebidas, no recomendables bebidas alcohólicas.

La pequeña siguió hablando por un rato sobre lo que consideraba más importante en un picnic, de vez en cuando Anita hacía una anotación, e incluso en una ocasión la hizo Saimon, era una escena bastante cómica para todo aquel que lo viera u oyera, pero Jordan lo agradecía, así era más consciente de las cosas, aunque a veces parecían exagerar con sus explicaciones.

En un momento concreto, dejaron de hablar y empezaron a comer, algunos sándwiches, y posteriormente unos dulces, todo estaba bien hasta que Serena cogió un dulce de hojaldre con tres bolitas rojas encima. Tanto Anita como Jordan reaccionaron y apartaron el dulce de la niña, ambos lo habían reconocido. Tanto Saimon como su hija se quedaron confundidos por la reacción de los hermanos, pero al ver sus caras, el rey sabía que había algo serio.

-¿Qué pasa? - preguntó el híbrido.

-Sere, ¿de dónde has sacado este dulce? - preguntó la joven ignorando la pregunta que le habían hecho.

-De la cocina, había una caja llena de ellos, ¿por? - ambos hermanos se miraron Anita para recibir confirmación, a lo cual Jordan asintió con seriedad.

-¿Qué pasa? - volvió a preguntar Saimon preocupado.

-Es el dulce que come nuestro padre, es decir, Daniel Lonburt - dijo Jordan haciendo una mueca, a veces se confundía y lo seguía llamando padre.

-¿Y?, ni que ese dulce fuera único, pudieron haberlo comprado en la misma tienda - dijo Saimon relajándose un poco, por un momento lo habían asustado.

-Imposible, ninguna tienda lo vende, es una antigua receta de la familia, solo las cocineras de la casa conocen la receta, y no todas, solo un par, las más leales a la familia - dijo Jordan, haciendo que Saimon se volviera a poner rígido.

-¿Estáis seguros de que es el mismo dulce? - ambos asintieron serios - eso significa...

-Que hay una traidora en la cocina - terminó Anita.

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