10. Juicio
Sus ojos seguían clavados en ese amarillento papel mientras se paseaba de aquí para allá encerrado en esas cuatro paredes para tomar valor y desplegarlo.
Temía lo que las letras podían contarle, estaba seguro de que a esas alturas Ran y Kaito se habían comprometido y lo esperaban ansiosos para presumirles de su unión en una escandalosa boda.
Sacudió la cabeza de un lado a otro cuando se imaginó la noche de bodas y a esa futura descendencia de mejillas rosadas en los brazos de ambos.
No quería verse azotado por la melancolía, cualquier señal que le recordara a casa podía mover los cimientos que había logrado construir en todo ese tiempo alejado de su familia y que lo hacían sentir como todo un hombre, confundiendo así el cariño del resto con el castigo.
Aún creía ser indigno de cualquier tipo de compasión.
Tomó aire una vez más para armarse de valor y convencerse de que no podía temer a semejante superficialidad, las palabras muchas veces podían doler y clavarse en el pecho como finas dagas hasta arrancar todo rastro de calidez emocional, pero eran estas mismas las que ayudaban a razonar de la manera más adecuada según la situación. Si era lo que pensaba, tenía que sentirse feliz por su hermano.
Con carta en mano comenzó a leer:
"Estimado joven Kudō:
Ruego que pueda usted leer mis palabras hasta el final omitiendo cualquier tipo de equivocación que le dificulte a entender, porque, aunque no lo crea, es primera vez que escribo una carta.
Reconozco mi mal actuar en el pasado y lamento mucho todo el desorden que cause en su vida. No existe otro culpable más que yo entre la discordia de usted, su padre y su hermano. Podría hablarle del lazo especial que sentí con usted la primera vez que lo vi, pero considero que lo que tengo que contar es mucho más importante.
Me gustaría poder amortiguar las noticias que tengo de su familia, aunque no sé si el tiempo lo haya hecho sentirse ajeno a ellos. Así que comenzaré diciendo que, dentro de todo, sus padres y sus hermanos se encuentran bien de salud, al menos por ahora.
Lo que realmente me preocupa es cómo ha cambiado el actuar de todos en estos largos meses sin su presencia.
Su padre se ha vuelto un hombre más distraído, frecuenta cada día más el bar y desconozco si siempre ha tenido gusto por la bebida, pero como hija de un hombre alcohólico puedo reconocer cuando existe una dependencia importante a esta misma. Hay veces en las que los veo llegar e irse juntos a altas horas de la noche apenas siendo capaz de sostenerse en pie. Su madre, por otro lado, se pierde todo el día en los barrios bajos con extrema discreción, deambula por los callejones hasta llegar a los suburbios y cuando le preguntan dónde estuvo inventa una disculpa.
Aoko se ha visto obligada a hacerse cargo de sus hermanos por petición de su padre, la pobre muchacha casi no puede con ellos; Ayumi tiene serios problemas de disciplina en la escuela, sus calificaciones van cada vez peor y su mal comportamiento en casa provoca discusiones constantes entre los cuatro. Kaito ha comenzado a atormentarla provocando que la niña se aísle aún más y las peleas que tienen con Aoko ya no son por cosas superficiales. Viven a grito limpio llegando incluso a lanzarse objetos sin importarles si están en presencia de alguien más.
Me preocupan también las juntas y las escapadas nocturnas de su hermano, el joven Hattori lo ha visto salir de noche en dirección al bosque, el lago y el cementerio enfocado en buscar algo alumbrándose solo con la luz del candil. He intentado conversar con él para que me cuente de sus andanzas, pero se excusa diciendo que se trata de alguien más para tranquilizarme. Lo que me convence mucho más de que anda en malos pasos.
Sé que sus ojos deben estar buscando alguna mínima buena noticia entre toda esta desdicha y lamento que no sea así. Me he concentrado en escribirle con el mayor de los anhelos para solicitar su ayuda.
Vuelva, por favor. Solo usted puede consolarme a mí y a su familia de este tormento, nadie más posee su gran sentido de la justicia siendo capaz de solucionar este problema y llegar hasta el fondo de la veracidad de los hechos.
Estoy segura de que incluso su padre lo recibirá con los brazos abiertos. Confío también en que a estas alturas haya podido comprender quien es realmente usted. Confieso que yo también dudaba en un principio, pero me tomé el atrevimiento de hacer mis averiguaciones y ya no tengo duda del linaje que corre por sus venas.
Por favor no tema, le prometo que a su regreso lo ampararé en todo lo que necesite para poder conectarse con sus orígenes, pero por ahora vuelvo a recalcar que ruego por su ayuda, no sé cuánto tiempo más soportaré ver a su familia en ese estado ni cuanto tiempo aguantarán con las presencias que los atormentan día y noche en esa casa.
Lo primero que notó Shinichi fue que Ran efectivamente nunca había escrito una carta, ya que esta no estaba firmada.
Lo segundo en lo que recayó fue que en ningún momento mencionó algún compromiso con su hermano.
Y tercero, las angustiantes palabras de la joven.
No se imaginaba a sus padres con esas actitudes tan desatentas y mundanas.
Mucho menos a su hermana haciéndose cargo de Kaito y Ayumi ya que su comportamiento no era muy diferente al de ellos dos. Comenzaba a dudar de la visita de su hermano hace meses atrás, seguramente era él quién andaba metido en problemas y no su melliza como aseguró. También le impactaba profundamente saber que su hermanita estuviese pasando por esa transformación, ella que siempre les sacaba una sonrisa a todos con su dulzura e inocencia.
Se esforzó en alimentar el impulso de empacar sus cosas e ir a socorrerlos para apaciguar el miedo y el caos que se había instaurado en su hogar. Las palabras de Ran no eran tan equivocadas, al no tener noticias de su familia en todo ese tiempo la comunicación que alguna vez pudo tener con ellos había tomado una nueva forma, había aceptado de a poco que no estaría unidos a ellos toda la vida.
Ellos no se habían molestado en tener o dar noticias y todo en lo que alguna vez había creído parecía tan lejano. Aceptando, de primero, que ni siquiera compartía sangre con su padre.
Arrugó la carta con disgusto y lanzó la bola de papel a la cama. Con una mano en el mentón repitió la danza en su habitación hasta ordenar bien sus pensamientos.
Retomó su rutina de manera normal y cuando cayó la noche y pudo reposar su cabeza en la almohada decidió darle espacio a sus inciertas reflexiones.
Y la curiosidad ganó terreno considerable. Ese comportamiento natural en él que engendraba el deseo de saber y observar todo era como un débil, pero entendible susurro que le acariciaba la espalda repitiéndole una y otra vez que no podía huir de su destino.
Irónicamente se estuvo preparando todos esos meses para una situación que tarde o temprano llegaría.
Había llegado el tiempo de volver a sus tierras.
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Buenassss ¿como están?
No me creo que cumplí con actualizar hoy como dije :0
Creo que influyó en que fuera un capítulo corto, pero necesitaba hacerlo así para no saturar tanto de información.
Estoy con reposo así que tengo dos semanas libres para poder concentrarme aquí, así que intentaré avanzar para poder actualizar seguido.
Abrazos y tomen awa
;DD
💛💚💖💙💜
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