Primer Semana

La noche ya había caído, nuestros héroes dormían en la casa de campaña, dos se mantenían despiertos para hacer guardia, cada tres horas se turnarían, los primeros en vigilar fueron Vegetta y Rubius, ahora era el turno de Fargan y Willy.

Ambos se encontraban frente a la casa de campaña solo siendo iluminados por la poca luz de la luna y de las luciérnagas que se encontraban revoloteando alrededor de ellos, decidieron no hacer fuego para evitar a los enemigos cercanos.

- ¿Crees que realmente funcione la fuente? – preguntó Fargan.

- Mas vale que lo haga, no sufriremos por nada – contestó Willy.

- Ah... Esperar aquí sin hacer nada es tan aburrido... Ahora mismo no me importaría que apareciesen alguno que otro zombi.

- Ni lo digas, parecen plaga, aparece uno después de otro, es como si se llamasen entre ellos.

- ¡Pero estoy tan aburrido! Quiero dormir...

- Ah, ¿Los siguientes son Lolito y Mangel?... Solo espero no empiecen a estar de melosos.

- No por favor o no podremos dormir... Amm... Willy

- ¿Qué?

- Se que te dije que esperaría p-pero... No olvídalo – susurró Fargan, su mirada era triste, anhelaba una respuesta clara, pero no debía apresurar las cosas.

Willy sabía a lo que se refería, pero aún no sabía la respuesta exacta, no quería darle esperanzas cuando ni él estaba seguro, necesitaba algo más para confirmarlo... No, no era que necesitara algo más, era él quien...

Willy abrió los ojos al sentir la presencia de Fargan muy cercas de él. Sus caras se habían acercado sin si quiera notarlo, podía observar bien esos ojos llenos de curiosidad que caracterizaban a Fargan.

- ¿Qué pasa? – preguntó Willy nervioso ante el acercamiento repentino.

Fargan se había acercado demasiado a su cara, estaban lo suficiente cerca como para poder sentir su respiración y casi rosar ambas narices, ¿A caso lo iba a besar? ¿No se atrevería verdad? Willy cerró sus ojos intuitivamente sin moverse ni un centímetro.

- Ah ¡Lo sabía!

La pequeña risa de Fargan hizo abrir sus ojos lentamente, entre sus dedos se encontraba una luciérnaga.

- Tenías a esta pequeñaja enredada en tu cabello – dijo Fargan sonriendo.

Fargan liberó a la luciérnaga, observándola volar con dificultad y como si intentara agradecerle se posó en la punta de su nariz sorprendiéndolo, pero riendo al causarle cosquillas. Alrededor de Fargan se reunieron las demás luciérnagas un poco más grandes, era una imagen realmente hermosa, la luna en el cielo, el río a un costado, árboles en el fondo, varias lucecitas revoloteando a su alrededor y Fargan riendo alegremente.

Willy no deseaba otra cosa que tener a su preciada cámara y plasmar ese momento, no le quedaba remedio que guardarlo en su memoria, nunca creyó decirlo libremente... Pero, Fargan se observaba realmente hermoso en ese momento.

- ¿Willy? ¿Estás bien? – llamó Fargan preocupado.

- ¿E-eh?

- Te has quedado mirándome por un buen rato ¿Tengo también una en mi cabello? – dijo Fargan comenzando a tocar su cabeza en busca de una.

Willy rápidamente se avergonzó sonrojándose hasta las orejas ¡No solo pensó que lo iba a besar! Que además no hizo nada para evitarlo y solo cerró los ojos, ¡Si no también se le quedó observando ante tan preciosa escena!... ¡Ah no! ¡Debía dejar de pensar en eso! ¡Él era el líder de la hermandad oscura!

- Willy, Willy – llamó Fargan.

- Q-que... ¡¿?!

Willy se sorprendió, Fargan chocaba su frente contra la suya mientras parecía pensativo.

- No pareces tener fiebre – dijo Fargan. - ¡Me alegra!

- ... D-deja... - dijo Willy en voz baja.

- ¿Eh? ¿Qué dijiste?

- ¡DEJA DE HACER ESO! – gritó Willy alzando una rama dispuesto a golpearlo.

- ¡AH! ¡¿Pero qué hice?! – gritó Fargan confundido y asustado.

- ¡CALLAOS! – gritó Vegetta saliendo enfadado aventándoles un zapato a cada quien.

Un nuevo día comenzaba, después del regaño de Vegetta se quedaron en silencio hasta que fue el turno de Lolito y Mangel, Ahora todos se encontraban despiertos a excepción de Auron y Luzu quienes no se despertaban por más que los moviesen.

- Aun no sale ni el sol... - se quejó Rubius.

- Es perfecto para continuar – contestó Vegetta.

- Vamos, vamos a recoger esa casa – dijo Willy.

- Que pereza... - dijo Lolito bostezando.

- Que envidia les tengo a Luzu y a Auron, yo también quiero ser un niño – de quejó Rubius.

- Yo también, yo también – le continuó Mangel.

Una vez comenzado a retomar su viaje, todos hablaban y bromeaban, a mitad de camino Luzu y Auron habían despertado, los chocobos corrían lo más rápido, sin embargo, al ser un bosque se les dificultaba un poco, todos debían ir a la misma velocidad para no perderse.

- ¿Ya llegamos? – dijo Auron.

- No - contestó Vegetta quien tenía el mapa.

- ¿Y ahora? – volvió a decir Auron.

- Que no.

- ... ¿Y ahora?

- ¡Auron! ¡No me hagas querer golpearte en cuanto recuperes tu forma original!

- Cuanta agresividad... - susurró Auron.

- Ah, ah ¿Qué te parece contar lo primero que harán cuando nuestras maldiciones se rompan? – dijo Luzu sonriendo. – Yo quiero jugar con Manolo y darle mimos como antes.

- Y yo... - comenzó a decir Auron. – Besarte y tocar...

- ¡AURON! – regañó Luzu.

- ... ¿Qué? – dijo Vegetta.

- ¿Qué? – dijo Alexby.

- ¿Qué? – dijo Mangel.

- ¿Qué? – dijo Lolito

- ¿Qué? – dijo Staxx.

- ¿Qué? – dijo Auron.

- ¿Qué? – dijo Willy.

- ¿Nani? – dijo Rubius.

- Vaya dato perturbador – dijo Fargan.

- Ajam... ¿Q-qué haréis vosotros? Mangel, Willy – preguntó un nervioso Luzu.

- Primero... Purificarme – dijo Mangel lo más serio posible.

- ... ¿What? – dijo Luzu.

- Pero si no te he o me he auto explorado lo suficiente – dijo Lolito.

- Ah... Ahora entiendo... - dijo Luzu.

- Mmm... Yo echaré las cosas de Fargan fuera de mi casa – dijo Willy.

- ¡¿?! Pero – intentó decir Fargan.

- ¿El pueblo estará bien? – se preguntó Mangel.

- No sé el pueblo, pero... Los Dioses de Karmaland deben estar muy tristes que no les he ido a rezar – dijo Rubius.

- Ehh... Déjame dudarlo – contestó Willy.

Mientras tanto en el cielo del bello pueblo de Karmaland, cuatro Dioses observaban su querido pueblo desde el cielo, extrañamente o no, el pueblo se encontraba bastante tranquilo.

- Ah... Míralos, todos haciendo el bien.

- No hay explosiones, incendios ni secuestros.

- O robos.

- Sí, hace tiempo que no se veía esta tranquilidad, no tenemos a nadie a quién castigar.

- Sí, incluso hasta se extraña los pedidos de nuestro más fiel seguidor.

- ...

- ...

- ...

- ...

- ¡NA! – gritaron los Dioses al mismo tiempo riendo.

- ¡Quien quiere tequila!

- ¡Yo!

- ¡Yo!

- ¡Brindemos esta paz!

- ¡Viva Karmaland!

- ¡Viva!

- ¡Viva la tranquilidad!

- ¡Viva!

- ¡Viva los habitantes de Karmaland!

- ¡Viva!

- ¡Viva la bruja!

- ¡Viva!

- ¡Viva el Dios supremo que soy yo!

- ¡Viv...!

- ¡¿Quién dijo que eres tú?!

- ¡Yo soy la Diosa suprema!

- Mentira ¡Soy yo!

- ¡¿Unos vergazos celestiales o qué?!

- ¡Éntrenle!

Volviendo con los héroes de Karmaland...

- Mmm... Pienso que deben estar descansando de ti y tus constantes deseos – dijo Auron.

- Ya no pido tanto... - susurró Rubius.

- Espera ¿Qué? ¿Sigues pidiéndole cosas a los Dioses? – dijo Vegetta con enfado.

- ... S... N-no... ¿Tal vez?... ¿Poquito? – contestó Rubius apartando la mirada.

- Increíble... - dijo Vegetta.

- Más importante, aquí se termina el bosque – la voz de Willy llamó la atención.

No muy lejos de ellos se podía observar una luz abundante tras unos árboles indicando el fin del bosque que los conectaba con Karmaland.

- ¿Pradera? – dijo Mangel.

- También puede indicar el mar – dijo Luzu.

- Mmm... No, según el mapa es... - intentó decir Vegetta, pero todos corrieron con sus chocobos dejándolo solo a él y a Rubius atrás junto a Luzu y Auron. - ¡¿Pero queréis escucharme?!

- Calvo, yo también quiero ver – se quejó Auron.

- ... Primero Samuel – contestó Rubius.

- ... Cobarde – se burló Auron.

Al atravesar los árboles solamente pudieron observar rocas... Montañas de rocas y nada más. No había vida en ese lugar.

- Genial, salimos de un bosque para caminar bajo el sol y cuidarnos de no caer a una grieta o al vació – dijo Alexby.

- Mejor, los enemigos son menores a comparación al bosque – dijo Lolito.

- Pero sin comida, agua, ni donde sacar leña – dijo Mangel.

- Si no queréis pasar la noche aquí, avanzad – dijo Vegetta quien venía llegando.

Sin más remedio, prosiguieron el camino, gracias a los chocobos no tenían dificultad al caminar por ese lugar rocoso y montañoso, habían avanzado bastante, pero no lo suficiente. La noche comenzaba a caer y aún seguían a mitad de ese lugar, no les quedaba de otra más que pasar la noche ahí.

Encontraron una pequeña cueva sin salida y ahí decidieron descansar, armaron su casa como doble protección y sus cosas comenzaron a dejar.

- Ah, supongo que tendremos que utilizar nuestra reserva de comida esta vez, no había ni un solo animal en el camino – comentó Lolito.

- No precisamente, aún tenemos algunas frutas que recogimos en el bosque, esto nos servirán – dijo Staxx.

- ¡Noooo! ¡Todo menos solo fruta! – gritó Fargan. - ... Pero me gusta la verdura ¿No tienes un pepino por ahí guardado? Si es grande mejor – dijo de forma coqueta.

- Ehhh... No... - contestó Staxx.

- ¡EHHH! ¡A mi hombre no se le toca! – gritó Alexby comenzando a golpearlo con una piedra.

- ¡Era broma! ¡Era broma! ¡Alesby! – gritó Fargan en un intento de protegerse.

- Te lo mereces – dijo Willy.

- ... ¡Que era broma! – chilló Fargan.

- Recemos hermanos, por esta metida de pata de Fargan – dijo Rubius rezando. – Amén por ti Fargan, que los Dioses te acompañen.

- Amén – dijo Auron.

- Amén – dijo Lolito.

- Amén – dijo Mangel.

- Sois tontitos... - dijo Vegetta suspirando.

Unos minutos más tarde, después de comer algo y comenzar a prepararse para dormir y a quienes les tocaría guardia primero, Alexby comenzó a caminar fuera de la cueva.

- ¿Vas a salir Alexby? ¿Quieres que te acompañe? – preguntó Staxx.

- No, no hace falta, solo voy al baño – contestó Alexby.

- Pero Alesby, ya está oscureciendo – dijo Fargan.

- Sí, van a aparecer fantasmas y te atacarán – dijo Auron.

- Oh, te puedes asustar, vamos todos juntos – dijo Rubius.

- Estás tan chiquito que... - dijo Lolito.

- ¡No soy un niño! ¡Voy a estar perfectamente por mi cuenta! ¡Jódanse! – gritó Alexby comenzando a alejarse mientras mostraba su dedo de en medio.

- ¡Ah! ¡Alexby! – llamó Staxx, pero fue inútil, Alexby había comenzado a correr para que no lo siguieran.

- Ah... Lo hicisteis a propósito – dijo Luzu.

- Bueno, Alexby estará bien – dijo Willy.

- Sí, estará bien con que no se aleje demasiado – dijo Mangel.

Unos treinta minutos después, Alexby caminaba de regreso feliz, como si su mayor logro fuese cumplido.

- Muy bien, ahora cruzando esta grieta están los chicos enfrente– dijo Alexby feliz.

Una vez que cruzó la grita pudo ver con totalidad el sol que estaba por ocultarse y frente a él se encontraba una hermosa pradera con vacas y caballos merodeando.

- ... ¡Mamá! ¡Ya me perdí! – chilló Alexby.

Por otro lado, en otro lugar con los demás chicos. Se encontraban intentando prender unas antorchas.

- Mis instintos maternos me están diciendo algo... - dijo Luzu dejando de formar figuritas con piedras.

- ¿De qué rayos hablas? Si hace un segundo estabas tarareando una canción mientras jugabas con las piedras– comentó Lolito.

- Um... Bueno... ¿No creen que Alexby ya tardó? – dijo Luzu.

- Ah, ahora que lo dices... ¿Ya debería estar de regreso no? – comentó Mangel.

- Ya está oscuro, me preocupa ¿Hasta donde fue? – dijo Vegetta pensativo.

- Lo sabía... ¡Debí acompañarlo! ¡Aunque me diera un golpe en los huevos! ¡Debí acompañarlo! – comenzó a decir Staxx.

- Hey, hey tranquilo, alesby es el mejor comisario de Karmaland, no debe tener ningún problema – dijo Fargan.

- Único comisario querrás decir – comentó Auron.

- Esperemos un poco, de estar estreñido – dijo Willy a lo cual los demás asintieron.

La noche ya había caído más profunda y aún no había señales de Alexby, todos comenzaron a preocuparse.

- Tranquilos, aparte de estar estreñido... Debió darle diarrea – dijo Lolito sin convencerse a sí mismo.

- Lo siento chicos, pero voy a buscarlo – dijo Staxx.

- Yo también... - dijo Luzu mientras se tallaba los ojos por el sueño.

- Ni de locos, de aquí no te vas – dijo Vegetta.

- No nos trates como niños – dijo Auron quien en ese momento bostezaba.

- Claro... - contestó Vegetta.

- Vamos niños, a la cama – rio Rubius empujándolos hacia dentro de la casa de campaña.

- Que no somos niños... Calvo... - dijo Auron comenzando a dormirse.

- Odio... Este cuerpo... - dijo Luzu cayendo dormido junto a Auron.

- Entonces ¿Quién más va? – dijo Willy.

- Si nos dividimos lo encontraremos más rápido pero también es probable que nos perdamos, está muy oscuro, no hay luna llena – dijo Vegetta.

- Willy y Fargan no pueden separarse así que irán juntos, Willy tiene un chocobo que vuela ¿No? Si se pierden pueden volver fácilmente – dijo Staxx.

- Comprendo, entonces nosotros nos adelant...

- ¡AAAHHHH!

Una voz "varonil" se escuchó detrás de algunas montañas haciendo eco, esa voz fue inmediatamente reconocida por los demás y Staxx fue el primero en salir corriendo, los demás le siguieron el paso quedando solo Mangel a cargo de los menores, fue el único que no corrió a tiempo.

Siguiendo el sonido del grito, se acercaban cada vez más, esto lo sabían al escuchar los gritos cada vez más fuertes.

- ¡ALEX! – gritó Staxx buscándolo desesperadamente.

- ¡AYUDA! – gritó Alexby.

- ¡Aguanta! ¡Ahora voy a...! ¿Salvarte?

Staxx paró en seco, los demás quienes lo alcanzaron se asomaron por detrás. Alexby corría por su vida siendo seguido por una manada de cabras mientras sostenía a una cabrita en sus brazos.

- ¡Alexby! ¡Suelta esa cabra! – gritó Vegetta al comprender lo que sucedió.

Alexby había tomado a la pequeña cabra y los demás se enfurecieron, ahora lo perseguían para obtener a la bebé de regreso.

- ¡Si la suelto se hace daño! ¡Y si paro para soltarla me alcanzan! – gritó Alexby.

- ¡Alesby! – gritó Fargan. - ¡Se ve tu tanga con esa faldita al aire!

- Eso no es importante ahora – dijo Willy enfadado golpeándole la cabeza.

- ¡Corre como el viento! ¡O te alcanzan! – gritó Lolito entre risas.

- ¡Tu puedes Alexby! – rio Rubius.

- ¡Ayúdenme hijos de p! – gritó Alexby.

- ¡Eh! ¡Esa boca! – regañó Vegetta.

Después de una hora, Mangel comenzaba a desesperarse, sus amigos no llegaban temiendo lo peor, pero no podía despegarse de ahí, debía cuidar y proteger a Luzu y Auron quienes ya dormían profundamente después de una larga batalla con Luzu quien entre sueños comenzó a golpearlo llamándolo "Lolito asquerosos" y si hablaba solo empeoraba la situación debido a que su voz era la de Lolito. Después se había unido Auron a llorarle a Luzu, hasta que finalmente ambos se calmaron y ahora dormían abrazados.

Mangel finalmente pudo observar las siluetas de sus amigos acercarse. Llegaban con raspaduras, cortes, sucios y con el cabello totalmente despeinado. Parecía que habían ido a la guerra.

- ¡¿Qué os pasó?! – dijo Mangel preocupado ante sus heridas.

Los demás solo se quedaron en silencio sin saber que decir, sería vergonzoso decir que fue por culpa de unas cabras furiosas.

- Zombis/ esqueletos/ brujas/ magos – dijeron Fargan, Willy, Rubius y Lolito al mismo tiempo haciendo que volteen al mismo tiempo a verse entre sí.

- ... ¿Fuisteis emboscados? – dijo Mangel confundido.

- Fue por culpa de estos tontitos y su falta de trabajo en equipo – suspiró Vegetta con enfado.

- No vuelvo a tocar un lindo bebé pensando que se perdió... - susurró Alexby.

- Ah... Tus intenciones no fueron malas – sonrió Staxx.

Esa noche fue el turno de Alexby y de Staxx en hacer guardia primero, principalmente porque Vegetta decidió castigar a Alexby por meterlos en ese lío.

Árboles, ríos, rocas y pastizales, habían visto eso durante una semana sin ningún tipo de problema, enemigos comunes habían aparecido en su trayecto, pero nada que no pudieran enfrentar con facilidad.

Era el fin de su primera semana, muy tranquilo y normal para su gusto, en cualquier momento las cosas se podrían complicar, ya había pasado bastante tiempo siguiendo ese peligroso mapa, ahora llevaban dos días caminando en un enorme pastizal.

Finalmente, al final de cruzar el pastizal, una enorme colina de flores naranjas era visualizado por nuestros héroes. Varios pétalos rozaban sus caras con un suave soplido del viento, era casi como si les quisiesen susurrar algo.

Mangel tomó uno de los pétalos, observándolo bien, su color era demasiado brillante como para una flor normal, con la luz del sol no se podía apreciar bien, pero con su debida atención, realmente eran distintas a las flores normales.

- Son hermosa... - susurró Mangel. – Si mal no recuerdo... Las flores de este color significan la alegría, belleza, felicidad y la armonía.

- ¡Oh! ¡Entonces todo estará bien! ¿No? – dijo Luzu. – Es un buen presagio.

- No... Estas flores, en este caso lo que nos quieren decir es... Precaución y cuidado – dijo Staxx quien observaba los pétalos en el aire.

- Eh... ¿Estás bromeando verdad? – dijo Lolito con duda.

- He viajado lo suficiente como para saber eso... Además, según el mapa... Debemos atravesar esa colina de flores – contestó Staxx.

- ¿Se puede rodear?

- Atravesar.

Los demás solo tragaron duro, especialmente Willy y Fargan quienes ya tuvieron mala experiencia con flores.

¿Qué les espera al cruzar esa colina de hermosas flores? Otra maldición no, o al menos eso esperan, cualquier cosa estaba bien incluso el dragón del END, pero otra maldición no.

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¿Cómo están? ¡Espero que bien! Y que también les haya gustado <3

Espero no haya tenido algún error, de todas formas agradezco si me lo notifican.

Como siempre, agradezco todos sus comentarios y sus votos, espero lo sigan disfrutando. ♡´・ᴗ・'♡

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