Colina de flores
- Estas flores.... De lejos no parecían tan altas... - susurró Mangel.
Al llegar a la colina de flores se sorprendieron de ver las flores de dos metros y medio de alto, sus pétalos también eran enormes, fácilmente se podrían perder una vez que se adentren.
- Oye oye oye... ¡Los pétalos que nos chocaron eran de flores normales! – se quejó Lolito.
- No... También hay de flores pequeñas – dijo Staxx quién observaba el suelo, se encontraban flores de tamaño normal, pero brillaban, las flores más grandes no emitían ningún brillo, pero aun así eran gigantes, ningunas de las flores eran normales.
- Incluso con el chocobo apenas y puedo ver – dijo Willy.
- Yo no veo ni una mierda – habló Alexby tratando de estirar su cuello.
- Alesby... Estás chiquito, es normal que no veas – contestó Fargan.
- Sí, será mejor que no te separes de nosotros o te perderás – dijo Willy.
- Y será mejor que te agarres bien del chocobo te podemos pisar si te caes – dijo Rubius.
- ¡¿Qué tenéis con mi estatura?! – gritó Alexby enfadado.
- Alexby, solo no les prestes atención – intentó calmar Staxx.
- Sí Alexby, hazle caso a tu cariño – dijo Lolito.
- Tú cállate Lolito, eres un mandilón con Mangel – se defendió Alexby.
- Uuuhhhh -dijeron Fargan, Rubius y Willy.
- Al menos mi Mangel no desapareció por años.
- OHHHHH – volvieron a decir Willy, Fargan, Rubius y uniéndoseles Auron.
- Tocaste la línea, date por muerto – Alexby se acercó a "Lolito" sacando su espada y la alzó.
- ¡AH! ¡¿Por qué a mí?! – gritó Mangel esquivando la espada.
- Mangel, te quiero, pero este cuerpo es de Lolito, no tuyo – dijo Alexby volviendo a alzar la espada.
- ¡Pero me duele a mí! – Mangel intentaba esquivar el filo de la espada moviéndose de un lado para otro.
- ¡Ehhhh! ¡Deja mi cuerpo y a mi niña! – gritó Lolito.
- ¡Oblígame! ¡Puerco! – gritó Alexby.
- ¡Rataaaaaa! – se abalanzó Lolito.
- ¡Eso Alesby! ¡Enséñale quien es el que manda! – gritó Fargan.
- ¡Cuidado Mangel! ¡Cuida el siempre sucio! – gritó Rubius.
- ¡Lolito tómale de la faldita! – gritó Willy.
Staxx solo se quedaba quieto, no sabía si meterse a apoyarlo o detenerlo, aunque probablemente no podría detenerlo, pero tampoco sabía si era buena idea alentarlo...
- Chicos... Tranquilícense por favor – Luzu miraba preocupado y nervioso, no sentía que ese fuese el lugar correcto para comenzar una pelea.
- Shhh mi niño, esto se está poniendo bueno – Auron por otro lado se entretenía con lo que veía.
Vegetta por otro lado solo suspiró, no permitiría más retrasos, pasó al lado de Rubius jalándole de la oreja obligándole que avanzase con el chocobo.
- ¡Ay! ¡Ay, ay, ay! ¡Vegetta! – entre las quejas de Rubius, a los demás no les quedó de otra que seguirlos, eso era un claro "O me seguís o ahí os quedáis".
Siguieron todo recto, no había un camino como tal, Vegetta y Staxx quienes eran los que dirigían, abrían camino con sus espadas, no sabían cuantas horas habrían caminado, pero los chocobos necesitaban descansar, solo había flores por todos lados y necesitaban agua para los chocobos si no tendrían que gastar la que es para ellos.
- ¿Quién tiene a su chocobo con vuelo? Que vaya y vea que tanto falta, ah y de paso recoger agua para ellos – comentó Vegetta.
- Imposible, está demasiado cansado como para volar – dijo Fargan.
- El mío por igual – dijo Willy.
- Confirmo – dijo Rubius.
- Pues nada... A usar nuestras reservas de agua – murmuró Vegetta.
- ¿Les parece avanzar un poco más y después descansar? – preguntó Staxx.
- ¿No será mejor continuar hasta el final? En este lugar hay solo flores – comentó Lolito.
- Lo dice por los chocobos genio – dijo Alexby en voz baja, pero con intenciones de que lo escuchase.
- Hey, niños, antes de que comiencen alguna tonta pelea sigan avanzando – ordenó Vegetta.
- Pero no estamos haciendo nada... - dijo Luzu.
- No lo decía por nosotros mi niño – contestó Auron.
Caminaron solo unos diez minutos más hasta que Vegetta dio la señal de que ahí descansarían unos minutos. Cortaron algunas flores alrededor y las fueron apilando lejos lo más que podían apoyándose entre sí, eran tan grandes que apenas y podían moverlas sin chocar entre sí.
Juntaron a los chocobos y les dieron de beber, esperarían unos diez minutos en que descansen para retomar el camino, no era buena idea quedarse ahí todo el día, no había muestras de otros seres vivos alrededor.
- Vosotros tres, no os mováis, no quiero perdeos de vista – dijo Vegetta apuntando a Auron, Luzu y Alexby.
- ¡¿Tú también Vegetta?! – gritó Alexby.
Los demás solo se aguantaron las ganas de reír y de burlarse como buenos amigos que disfrutan el sufrimiento de su amigo.
- Jódanse... - fue lo único que dijo Alexby mostrando su dedo de en medio.
- Alexby, siéntate con nosotros – dijo Luzu quien se encontraba junto a Auron sentados en el suelo dando golpecitos al suelo junto a él.
Alexby alzó los hombros y se fue con los más pequeños, no es como que hubiera mucho que hacer de todas formas, además le causaba demasiada ternura ver a Luzu de niño.
- ¿Huh? ¿Acaso es porque están pequeños? – susurró Lolito.
- ¿A qué te refieres? – preguntó Fargan.
- Pareciese que mi querida mano derecha y el emo tienen brillos alrededor – Lolito observaba como Luzu y Auron arrancaban algunas de las flores que se encontraban en sus pies y jugaban con ellas, los efectos de ser niños prexistían en ellos.
- Deben ser por las flores, ¿La perspectiva tal vez? – dijo Mangel no muy seguro. – De todas formas, este lugar por si solo es extraño no debe ser nada.
- Ohh ¡Tienes razón mi niña! – gritó Lolito.
- Eso espero... quiero salir de este infierno de una vez – mencionó Willy.
- Estoy con Willy, flores y brillo son malas señales – dijo Fargan.
- Ah, sí, ustedes ya tienen traumas – se burló Lolito, Willy lo miró mal y Fargan solo rio, no podía negar ese hecho.
Alexby se quedó junto a Luzu y Auron jugando con ellos a hacer algunas coronas de las flores más pequeñas por pedido de Luzu ¿Quién se negaría ante tan dulce mirada de niño bueno? Posteriormente se les unió Staxx quien se sentó al lado de Alexby. Mangel y Lolito como siempre, se la pasaban tonteando, pero sin llegar a caricias, Mangel se negaba rotundamente a coquetear con él mismo, veía su cara después de todo, aunque fuese Lolito. Fargan y Willy se reían entre sí, quien sabe de qué hablarían, pero si ambos reían no era nada bueno. Rubius y Vegetta por otro lado cuidaban de los chocobos mientras conversaban.
Solo quedaban tres minutos para continuar su camino, y otras semanas más de dolor y fastidio hasta llegar a su destino. Suaves soplidos de vientos comenzaban a aparecer, solo algunos pétalos volaban alrededor, no parecía ser nada más que un viento normal hasta que...
Un fuerte ruido resonó en el cielo, como si cientos de rayos cayesen al rededor seguido de un viento descontrolado, las flores cortadas volaron y otras fueron arrancadas por el viento, Alexby intuitivamente abrazó a Luzu y Auron o el viento se los llevaba, Staxx hizo lo mismo abrazando a Alexby, los demás abrazaron a quienes tenían cerca. Los chocobos salieron corriendo asustados y otros volaron lejos.
- ¡Los chocobos! – Vegetta se había soltado de Rubius intentando sostener por lo menos a uno, pero fue detenido por Rubius.
- ¡VEGETTA! ¡¿Eres bobo?! ¡Déjalos! – gritó Rubius abrazando fuertemente a Vegetta.
- ¡Mi niña, no me sueltes! – gritó Mangel.
- ¡No te sueltes mi niña! – gritó Lolito.
- ¡Estoy chiquito! ¡No nos sueltes Alex! – gritó Auron quien se aferraba de Alexby y Luzu.
- ¡También estoy chiquito! – gritó Alexby.
- ¡Noooo! ¡Los tres estamos chiquitos! ¡No nos sueltes Frank! – gritó Luzu. Staxx por otra parte solo intentaba por los Dioses en que se callasen, solo lo ponían más nervioso.
- ¡CALLENSE DE UNA VEZ! ¡Ni que fuese un tornado! – gritó Willy.
- ¡WILLY! ¡Tornado a lo lejos! – gritó Fargan apuntando a unos metros lejos de ellos.
- Bueno... Entonces sigan gritando.
- ¡AHHHHH!
Yerba alta comenzó a crecer separando a todos, las flores más grandes crecieron otros tres metros más y se entrelazaron entre sí creando muros alrededor con solo ciertos caminos que seguir, el tornado había desaparecido y el viento volvió a ser normal. Cuando notaron lo que había sucedido se les erizó la piel.
- Esto es... - susurró Staxx.
- ¡UN JODIDO LAMBERINTOOOOOO! – gritó Alexby con enfado.
- Genial, ya decía yo que todo estaba muy tranquilo en este campo de flores extrañas – dijo Auron.
- B-bueno... ¿Solo es cuestión de encontrar la salida no? – dijo Luzu. - ¡Animo! ¡Reunámonos con los demás! Nada más puede salir mal.
- ¡MINOTAUROOOOOO! – gritaron Fargan y Willy a lo lejos escuchando sus gritos como eco, al parecer ya habían avanzado y se encontraron con una no agradable visita en su parte.
- Ostia, esos sí que tienen mala suerte – rio Auron.
- ¡ABEJAS GIGANTESSSSS! – gritaron Lolito y Mangel haciendo eco.
- Y ellos también... - dijo Staxx.
- ¡CALLAOS DE UNA PUTA VEZ! – gritó Alexby.
- ¡AHHHHHHHHH! – se escuchó un grito extremadamente fino.
- Ese grito definitivamente es de Vegetta... - dijo Luzu.
- ¡AHHHHHHHH! ¡MI PELO NOOOOO!
- Y ese de Rubius... En fin, que mala suerte, salgamos de aquí de una jodida vez – dijo Alexby.
- ¿Decías mi niño? – rio Auron.
- Ahhh... Solo sigamos – murmuró Luzu.
En el aire solo se podían escuchar los gritos de sus compañeros entre ecos, por ahora parecía que en el lado de Staxx y Alexby no tenían ningún problema en el camino y solo cuando chocaban con las paredes volvían a tomar otro camino.
Tanto Fargan y Willy quienes maldecían a las flores mientras huían del minotauro, no había mucha diferencia con Lolito y Mangel quienes huían de las abejas.
Vegetta y Rubius por otro lado, habían escapado con éxito de una criatura que nunca habían visto en su vida y ahora Vegetta intentaba romper las paredes hechas por las flores sin éxito.
- Es inútil, la espada no logra cortarlas – dijo Vegetta suspirando comenzando a guardar su espada.
- Ni un solo rasguño eh... - mencionó Rubius.
- ¡Apreciaría si me hubieses ayudado!
- Na, eres fuerte, si no pudiste tú, menos yo – Rubius observaba como Vegetta se quedaba cayado pensativo, a juzgar por su cara, algo le preocupaba. - ¿Qué pasa?
- Mas que, por abejas gigantes, el Minotauro o esa cosa que nos seguía... Estoy preocupado por el tornado, no alcancé a ver si desapareció o solo se alejó a otro lado.
- Mmm ¿Crees que sea un problema?
- Sí, puede llegar a ser más peligroso que cualquier otra cosa.
- Vamos Veg, te preocupas demasiado – Rubius tomó de la mano a Vegetta comenzando a caminar recto. - ¡Solo debemos llegar a la salida!
- ¿Alguna idea? Enfrente hay tres caminos distintos – Vegetta apuntó, tres caminos iguales eran visibles.
- ... ¡Dioses! ¡Guiadme el camino!
- Tus queridos Dioses no te escucharán, ahora mismo deben estar festejando tu ausencia en Karmaland – Vegetta se soltó del agarre de Rubius y tomó el camino de la derecha.
- Pero... ¡Mi amor! ¡No te pongas celoso! ¡Tu eres mi Dios sobre los Dioses!
- ¡¿Quién está celoso por esos Dioses que solo toman tequila?!
- GASP ¡¿Cómo sabes que en sus ofrendas les doy tequila y canto mariachi?!
Vegetta rodó los ojos y soltó un suspiro. Cada héroe sufría distintamente, unos teniendo más suerte que otros en ese laberinto, ¿Esto sigue siendo parte del plan? ¿No? ¿Sí? Bueno, Puedes seguir divirtiéndote con nuestros queridos héroes de Karmaland ¿Quiénes serán los afortunados esta vez?
Después de algunos minutos o tal vez una hora ¿Quién sabe?, Vegetta y Rubius llegaron a un camino donde era bastante ancho y en el medio se podía observar un gran árbol de flores naranjas, el árbol era lo suficientemente grande como para sobrepasar al muro que se había hecho con las flores.
- ¡VEG! ¡Mira eso!
- No estoy ciego Doblas – Vegetta miraba maravillado el árbol, era demasiado hermoso para ser verdad. – Subiré.
- Subir ahí no te hará más alto que yo.
- ¿Eres tonto? Es para poder observar el camino del laberinto.
- ¡Buena idea! ¡Yo subo!
Rubius parecía mas emocionado por el simple hecho de querer trepar el árbol que por observar la posible salida. Vegetta solo lo dejó ser sonriendo levemente.
- Como un niño – murmuró Vegetta.
No le constó mucho en llegar a unas de las ramas más altas del árbol, la vista era simplemente hermosa, parecía un jardín de flores, derecha, izquierda, enfrente y atrás, todo era solo flores.
- ¡De Luque! ¡Sube! ¡Todo es bellísimo desde aquí! – gritó Rubius maravillado.
- No, solo termina de ver y baja – Vegetta se moría de ganas de subir y observar la vista junto a él, pero prefería quedarse abajo y no retrasarse, si subía probablemente terminarían charlando sobre las bellezas de ese lugar.
- Que aburrido... - murmuró Rubius y comenzó a enfocar su vista en los caminos.
Si bien, los pétalos gigantes de las flores tapaban algunos caminos, aun así, podía observar cuales eran caminos sin salidas y cuáles no, pero debía observar con cuidado.
Un pequeño soplido de viento comenzó a mover sus cabellos, intentaba observar su ubicación actual y los caminos que le seguían y así con los caminos que les seguía, no tardó mucho hasta observar lo que sería la salida de ese laberinto.
- ¡Lo veo! ¡No falta mucho para la salida!
El viento comenzó soplar más fuerte, Vegetta comenzó a sentirse nervioso, tenía un mal presentimiento, ese viento era igual al de hace una hora.
- Doblas, baja ahora – Vegetta miraba preocupado hacía arriba, ahora sentía que el árbol era el doble de grande que desde el inicio.
- Ah, espera un momento, estoy memorizando el laberinto.
Las nubes comenzaban a tornarse grises, los pétalos de las flores mas pequeñas ahora comenzaban a volar alrededor, así como los pétalos de las flores más grandes comenzaban a desprenderse y volar.
- ¡RUBÉN!
A un costado del gran árbol se acercaba un tornado con rapidez, al estar cerca el viento era más potente, la rama donde se encontraba Rubius comenzaba a quebrarse con el movimiento. Un movimiento en falso y caía en esa gran altura o era arrastrado al tornado. Vegetta no lo pensó ni dos veces cuando comenzó a subir el árbol clavando su espada en el tronco para no ser llevado por el viento.
Rubius se sostenía de la rama observando como poco a poco comenzaba a desprenderse y a su lado izquierdo se acercaba peligrosamente un tornado envuelto en pétalos de flores naranjas junto a la mezcla de viento y tierra, no sabía que hacer exactamente en esa situación.
- ¡Doblas! ¡No te muevas! – el grito de Vegetta hizo ver hacia abajo, Vegetta parecía tenerla difícil intentando escalar el árbol con su espada, pero estaba desesperado por llegar ahí, podía verlo en su mirada.
Al llegar hasta donde Rubius, Vegetta clavó la espada en el tronco más firme y mientras se sostenía de el con una mano, la otra la extendía.
- ¡Doblas! ¡Toma mi mano!
Rubius intentó tomarla, pero estaba muy lejos y el tornado cada vez más se encontraba cerca de ellos. Entre el desespero, Vegetta no lo pensó y se aventó tomando de la mano a Rubius aventándolo al lado del tronco tomando su lugar. Vegetta brincó hacia el tronco justo antes de que la rama se rompiese por completo, Rubius reaccionó a tiempo y en cuanto Vegetta brincó tomó su mano.
La rama había caído y sido devorada por el tornado, ahora estaba a solo unos centímetros de ellos, Rubius sostenía la espada mientras con la otra mano sostenía a Vegetta, sin embargo, ambas manos comenzaban a resbalar.
El cuerpo de Vegetta comenzaba a elevarse justo para ser devorada por el tornado haciendo más difícil su lucha en que no se resbalasen sus manos.
- ¡VEGETTA NO ME SUELTES!
- ¡LOS DOS TERMINAREMOS ARRASTRADOS EN ESTO!
- ¡NO ME IMPORTA!
- ¡DOBLAS!
- ¡POR LO QUE MAS QUIERAS DE LUQUE! ¡NO ME SUELTES!
El tornado tomaba más fuerza, el agarre era cada vez más difícil de tenerlo firme, el cuerpo de Vegetta flotaba y Rubius no podía seguir sosteniéndose de la espada, su mano estaba a punto de soltarlo.
Los dos terminarían siendo arrastrados, si ambos terminaban arrastrados quien sabe dónde el viento terminaría dejándolos, probablemente terminarían en distintos lugares, Vegetta no quería arriesgarse, prefería que fuese una persona desaparecida en vez de dos, él era una persona fuerte y Rubius también, pero sabía que si ambos terminaban separados mediante el tornado solo se enfocarían en buscarse mutuamente, no quería eso, prefería ser solo él quien buscase a los demás.
- Doblas, te prometo que os alcanzaré – Vegetta habló con tono tranquilo mientras le sonreía.
- ¿Q-qué? ¡ESPERA!
- No te preocupes por mí, ve con los demás, pronto estaré contigo, lo prometo.
- ¡SAMUEL!
Vegetta había soltado su mano y desapareció entre el remolino de pétalos sin dejar rastro.
- No... No, NO, NO ¡SAMUEL! – el grito de Rubius hizo eco alrededor del gran árbol.
Rubius se bajó y corrió lo más rápido que pudo hacia la dirección del viento donde el tornado se había ido, pero había perdido todo rastro de algún pétalo que se habían llevado a Vegetta.
- ¡RUBIUS! ¡¿Qué pasa?! – Alexby gritaba preocupado junto a Luzu en brazos, su cara era de total preocupación, había escuchado el grito de Rubius gritando el nombre de Vegetta.
Staxx también se encontraba a su lado cargando a Auron, ambos miraban desconcentrados a Rubius, parecía que había escapado de las garras de algún demonio con la suciedad que cargaba.
Ambos habían escuchado los gritos de Rubius apresurándose hasta donde habían escuchado su voz y por suerte lo encontraron, pero no en las mejores condiciones.
- ¡VEGETTA! ¡VEGETTA! – repetía Rubius agitado.
- ¿Pasó algo con triple siete? – Auron miraba preocupado a su amigo, nunca lo había visto tan acelerado.
- ¡Pero habla bien de una vez! ¡No nos enteramos de nada! – gritó Alexby nervioso.
- ¡E-EL TORNADO SE LO LLEVÓ!
- Primero tranquilízate, Vegetta es fuerte, no le pasará nada malo, todos lo buscaremos, pero primero debemos encontrar la salida, nada bueno saldrá si nos adentramos más en este laberinto sin conocer la salida – dijo Staxx.
- Staxx tiene razón Rabis, por más que yo también esté preocupado por Vegettita, debemos primero salir de aquí – dijo Luzu.
- Yo... Se como salir de aquí – murmuró Rubius apretando sus puños.
- ¿Eh? ¿Cómo es que? – intentó decir Alexby, pero Rubius había comenzado a correr. - ¡Eh! ¡Oye!
Staxx y Alexby comenzaron a correr tras él. Tras unos minutos corriendo finalmente pudieron visualizar la salida. Todos los chocobos se encontraban ahí recostados y también se encontraban Willy, Fargan, Lolito y Mangel.
- Pero... ¡¿Cómo?! – gritó Alexby.
- Para bien o para mal, ser perseguidos nos llevó al camino correcto – mencionó Fargan alzando su pulgar hacia arriba.
- Lo llaman el sentido de supervivencia... O suerte – mencionó Lolito en un suspiro.
- ¿Dónde está Vegetta? – preguntó Willy al no verlo con ellos.
Rubius entonces se dio la media vuelta de camino al laberinto nuevamente, pero fue detenido por Staxx.
- Entiendo tu frustramiento y desespero, pero te dije que iríamos todos a buscarle -dijo Staxx.
- ¿Le sucedió algo? – preguntó Mangel preocupado.
- Al parecer... Un tornado se lo llevó, iremos a buscarle – dijo Staxx. - ¿Alguno de vosotros visteis un tornado?
- No, solo sentí un viento, pero en ningún momento volteé a ver hacia el laberinto – mencionó Lolito.
- Yo solo... Vi un poco del tornado, pero no vi exactamente a donde se fue – dijo Fargan.
- Ya veo... Entonces solo queda buscar por todos los caminos del laberinto – dijo Staxx.
- En ese caso, nosotros también vamos, recuerdo el camino que tomamos – dijo Willy a lo cual Fargan asintió.
- Bien, entonces yo tomaré el camino por donde vinimos nosotros – dijo Staxx. – Ahora somos más ¿Lo ves? – le sonrió a Rubius dándole ánimos.
Rubius asintió y antes de volver a avanzar sintió como Mangel le tocaba el hombro y le sonreía dulcemente.
- Yo también os acompaño – dijo Mangel recibiendo la débil sonrisa de Rubius.
- ¡Eh! ¡Yo también voy! – dijo Lolito.
-No, Vegetta puede aparecer aquí, será mejor que busques alrededor de esta zona por si acaso y Alexby, tú quédate aquí en la entrada junto a los niños y chocobos, vigila si vez a Vegetta – ordenó Mangel.
- Sí señor... - dijo Alexby sorprendido por la repentina seriedad de Mangel.
- Lo que tú digas mi niña – dijo Lolito y entonces los demás se fueron. - ... ¿Sabías que Mangel me pone mucho cuando toma ese carácter?
- ¡Lolito! – regaño Alexby.
- Vaya... No me sorprende la verdad – comentó Luzu.
- Lo perturbador es que tiene tu cara ahora mismo Lolito... Espera mi niño ¿Qué dijiste? – dijo Auron.
Pasaron casi dos horas hasta que las siluetas de los héroes que se habían vuelto a adentrar en el laberinto salieron.
- ¿Lo encontraron? – preguntó Lolito aún sabiendo la obvia respuesta.
Willy negó con la cabeza baja.
- Tal vez ese tornado lo lanzó fuera del laberinto, ya buscamos por todas partes – mencionó Willy.
- ¿Qué hay de vosotros? – preguntó Mangel.
- Ni una sola mosca ha pasado por aquí – mencionó Alexby.
- Busqué por este nuevo bosque, pero nada – dijo Lolito.
Mangel miró preocupado a su mejor amigo, quien miraba al suelo.
- Rubius... - susurró Mangel.
- Es mi culpa Mangel, si tan solo le hubiera hecho caso...
- No digas eso, él de seguro está bien.
- Son tres chocobos que pueden volar ¿No? Que se tomen esos y así se busca de forma más rápida mientras los otros nos quedamos aquí – mencionó Luzu.
- Hagamos lo que dice Luzu – dijo Alexby. – Yo puedo tomar uno, tengo excelente vista.
- Iré ahora mismo... - Rubius ya se había montado al chocobo sin esperar a los demás.
- Espera puerco, por lo menos espera a repartir las ubicaciones – dijo Auron.
- ¡NO OS APURAIS! ¡VEGETTA PUEDE ESTAR HERIDO! – Rubius gritaba furioso y dolido, necesitaba asegurarse que estaba bien.
- Tranquilízate, solo ganas en que perdamos tiempo actuando así – Willy miraba seriamente a Rubius, un gran silencio se había formado, tanto Willy como Rubius se encontraban enfadados.
- ¿Por qué esas caras largas chavales?
Todos voltearon a ver, detrás de unos árboles salía Vegetta cubierto de tierra y pétalos de flores naranjas en sus hombros y cabeza.
Rubius se bajó rápidamente del chocobo y corrió hacia su amado abrazándolo fuertemente dejando escapar lagrimas de felicidad.
- ¡VEGETTA! Me tenías preocupado – se escuchó como Rubius dejó salir un suspiro de alivio, pero al no recibir respuesta se alejó un poco observándolo confundido y preocupado. - ¿Vegetta?
Vegetta no dijo nada, solo se quedó observando a Rubius de arriba abajo ante las atentas miradas de sus amigos, pensaron que soltaría una típica frase como "¡¿Quién crees que soy?! ¡Por supuesto que estaría bien!" o "¡Quita Doblas!", pero no, solo se quedó callado.
- ¿Todo bien? – preguntó Willy, Vegetta volteó a verle y solo asintió como respuesta.
- Ammm bueno... ¿Ahora si ya estamos todos? ¡Por fin macho! – gritó Alexby. – Para la próxima no nos asustes así Vegetta.
- Muy bien, andando – dijo Lolito y entonces todos comenzaron a tomar a sus respectivos chocobos comenzando a prepararse para subirse a ellos.
- A todo esto ¿Cómo encontrasteis a los chocobos? – preguntó Alexby.
- Ya estaban aquí – contestó Fargan.
- Que cabrones, nos abandonan, pero nos esperaron fuera de la colina – dijo Auron.
- Vegettita – sonrió Luzu alzando sus manos para que lo cargase y llevase en su chocobo como era lo usual, pero Vegetta pasó de largo confundiéndolo, ni siquiera lo volteó a ver.
Rubius sintió como alguien lo abrazaba por la espalda, un poco confundido volteó a ver, sus ojos se toparon con la mirada sonriente de Vegetta para después sin previo aviso este lo besase ante la mirada incrédula de los demás presentes.
- ¡¿V-VEGETTA?! – Rubius se había sonrojado y apenado al tener las miradas de todos posadas en ellos.
- ¿Qué pasa? No... ¿No quieres que me acerque? – Vegetta tenía la mirada triste clavándose como un cuchillo a Rubius.
- N-nunca dije que no... - murmuró Rubius apenado.
- ¡Ya veo! – gritó Vegetta aventándose para abrazarlo nuevamente con una cara de felicidad total, los demás jurarían verle orejas y una cola que se movía de felicidad, sin mencionar que estaban choqueados.
- ¡LO SABIA! ¡LAS FLORES ESTÁN MALDITAS! – gritaron Fargan y Willy mientras se abrazaban como auto reflejo.
- ¡PURIFIQUENLO! ¡PURIFIQUENLO! – gritó Lolito.
- No, no son las flores, son las hadas que habitan en estas flores ¿Qué creen que eran todos esos brillos? – contestó Staxx.
- ¿Son hadas? Pensé que era un brillo por parte de las flores... - murmuró Mangel.
- Sí, algunas flores brillan por el polvo de hadas. No les gustan mucho las personas muy orgullosas, y aunque Vegetta es un buen tipo... Su orgullo se nota a kilómetros, las hadas no pudieron simplemente dejarlo estar... Aunque también pudieron ser manipuladas, pero lo dudo mucho... - mencionó Staxx.
- E-espera... ¡Pero si Auron no solo es orgulloso, también es arrogante! – gritó Rubius aun teniendo encima a Vegetta.
- ¡EH!... Es verdad... - respondió Auron.
- Porque estas hadas aman a los niños, por eso Luzu y Auron siempre están rodeados de Luz... - dijo Staxx.
- ¡Ah! ¡Es por eso que siempre termino encontrando cosas! – contestó Luzu apuntando a la pila de basura que Alexby había dejado en el suelo. Originalmente se las había dado Luzu y Auron para que las guardase en su mochila, pero a "escondidas" las tiró, sin embargo, Luzu se dio cuenta.
- Upss... - dijo Alexby ante su delato.
- Sí, son obsequios.
- En cualquier caso... ¿Es magia? ¿Así se quedará por siempre? Es un poco perturbador verlo así – dijo Willy.
- Sí, es magia de las hadas de este lugar, nada grave – dijo Staxx. – Hubiera actuando como normalmente pero precisamente vio a Rubius, estará de empalagoso con él porque esos son sus "verdaderos deseos".
- Ya ni nosotros somos así... - mencionó Mangel.
¡GRACIAS DIOSES! ¡OS LO AGRADEZCO! ¡OS DARÉ UNA PILA DE TEQUILA PARA VOSOTROS! Eran los pensamientos de Rubius mientras lágrimas de felicidad recorrían por sus ojos y Vegetta simplemente lo abrazaba.
- Oh, pero el efecto desaparecerá en cuanto nos alejemos lo suficiente de aquí – dijo Staxx, sin embargo, Rubius no lo escuchaba. - ¿Rubius?
- Déjalo, se ha perdido en felicidad – habló Auron.
- Haber, ya vámonos – dijo Lolito ya fastidiado.
Vegetta se negaba rotundamente en separarse de Rubius e ir en otro chocobo que no fuese el de Rubius y viajasen juntos, con el fin de no retrasarse aceptaron sus berrinches y Auron viajó con Lolito y el pequeño Luzu con Willy, para fastidio de ambos ya que no podrían hablar al no estar cercas, el chocobo de Vegetta era jalado por una cuerda por Staxx.
En cuanto estuvieron a cincuenta metros lejos de la colina de flores, decidieron tomar una parada y comer, con todo el ajetreo del laberinto no habían comido nada y ya estaba oscureciendo.
A los pocos minutos de sentarse a comer, Vegetta recobró el sentido, miró a su lado, estaba apresando el brazo de Rubius y su cuerpo se recargaba en él. Miró a su alrededor viendo a los demás comer tranquilamente y a Rubius quien tenía una sonrisa boba en su rostro. Todo su rostro se tornó rojo.
Un fuerte golpe se escuchó alertando a los demás, Rubius había salido volando estampándose contra un árbol.
- ¡¿Pero qué?! – Alexby se calló al observar quien fue el causante, un avergonzado Vegetta fue quien lo había golpeado. – Hombre, Vegetta, por fin recobras el sentido.
- Una lástima, quería seguir viendo esa faceta tuya – rio Fargan.
- Sí, no dejabas a tu amorcito ni por un segundo -rio Lolito.
- Quien diría que fueses tan territorial e incluso más empalagoso que Mangel y Lolito – dijo Aron con tono de burla.
- No los escuches Vegettita, eras muy tierno – dijo Luzu.
- Como un niño pequeño ¿Eh? – se burló Willy.
- ¡CALLAOS! – gritó Vegetta avergonzado, quería que la tierra se lo tragara, recordó todo que había hecho.
¡¿POR QUÉ DIOSES?! ¡¿POR QUÉ?! Se lamentaba Rubius reincorporándose del gran golpe que se había dado quejándose del dolor.
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4710 palabras!!! Perdonen la tardanza pero aquí está la continuación <3 ¿Los asusté?, un poco de drama no venia mal (?
¡En fin! ¡Muchas gracias por leer! ¡Y feliz navidad! aquí ya son la 1:07 AM del 24, les agradezco sus votos y comentarios o(〃^▽^〃)o
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