Caminos peligrosos

Con Vegetta y Rubius... Solo se escuchaban rugidos y gritos, unos de insultos y otro de lamentos.

- ¡¿Pero podrías dejar de tocar todo lo que encuentras por un maldito segundo?! - gritó Vegetta.

- ¡Ya dije que lo siento! - gritó Rubius.

- ¡Eso dijiste hace tres monstros atrás!

- ¡Mentira! Las últimas tres fueron bestias, no monstros.

- ¡¿Eso importa?!

Atrás de ellos venía siguiéndoles un Minotauro con una gigantesca hacha metálica golpeando con ella a todos lados. Anteriormente habían logrado burlar a los monstruos y bestias que los seguían, pero en su último "descanso" Rubius tocó una clase de diadema de oro con un rubí en medio, resultó ser la diadema de oro que portaba el Minotauro en su cabeza despertándolo de su largo sueño.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Vegetta! ¡Por aquí! - gritó Rubius jalándole del brazo y tirándolo en una pequeña grieta entre la pared donde cabían los dos.

Ambos jadeaban de cansancio, el minotauro siguió corriendo hacia el frente, por fin lo habían perdido.

- ¡Pensé que moríamos ahí! – dijo Vegetta.

- ¿No eras tú junto a Willy los que más han viajado enfrentado peligros? – dijo Rubius.

- Sí, ¡Pero cuando nos enfrentábamos a jefes era usando la cabeza! ¡No ir a sacó cuando no se tiene las herramientas adecuadas! Ah... Como sea, ya hemos perdido bastante tiempo, debemos apresurarnos.

- Pero ¿Qué dices? ¡Hemos corrido todo este tiempo! No hemos perdido tanto tiempo.

- Sí claro, te recuerdo que pasamos por varias gritas como esta, nos fuimos desviando del camino todo este tiempo... Ah... Sigamos – dijo Vegetta caminando en línea recta.

- ... Vege, Vegetta, Vegettita, Samu, Samuel, De Luque, ¿Estás enfadado?

- Hmm...

- Bien, comprendo, he tocado cosas que no debía y lo siento.

- ...

- ¿Me perdonas? – dijo Rubius cambiando su voz a una más fina.

Vegetta soltó una pequeña sonrisa.

- Madre mía... No puedo enfadarme contigo ¿No? – dijo Vegetta volteando a verlo.

Entonces Rubius sonrió con sus ojos brillando de felicidad.

- Pero deja de tocar cosas o realmente me enfadaré

- Sí... - contestó Rubius a regáñantes.

- Si comprendes entonces sigamos, no te separes de mí – dijo Vegetta tomándolo de la mano.

Rubius se sonrojó levemente y caminaron juntos ¿Por qué había veces en qué ese hombre lo ponía así? No, no, tal vez se está confundiendo y solo es por que apreciaba mucho a Vegetta como amigo, sí, eso debía ser.

En otro lado, Lolito y Mangel habían caminado por ese largo camino de lava sin poder ver la salida. Estaban cansados y no paraban de sudar, no veían el fin de ese camino, hasta que... Por fin pudieron ver el final de ese túnel, al final de la lava se veía oscuridad.

Corrieron tomados de la mano y cuando por fin llegaron al final del túnel gritaron de felicidad alzando sus brazos en señal de felicidad.

- ¡Sí! ¡Oscuridad! ¡Nunca pensé en alegrarme en ver oscuridad! ¡Ay como te amo! – gritó Lolito besando el suelo.

- Lolito... No me vayas a besar hasta que lleguemos a casa y te desinfectes la boca – dijo Mangel.

- No es como si zombies, esqueletos, entre otros más pisaran por aquí – dijo Lolito.

- ...

- ... Bueno, tal vez sí.

Mangel soltó un suspiro y después sonrió, como amaba a ese tonto. Después volteó hacia atrás y sin poder evitarlo gritó.

- ¡¿Qué?! ¡¿Es en serio?! - gritó Mangel.

- ¿Que sucede mi niña? - dijo Lolito asustado por el grito que había dado..

Entonces Mangel apuntó con el dedo hacia la dirección de donde habían venido.

Lolito al voltear se quedó unos segundos en silencio y después empezó a gritar y golpear el piso y paredes, disparar flechas por todos lados y finalmente llorar.

Lo que Mangel había visto era que el camino de lava y el de agua del principio terminaban en el mismo lugar, en el lugar que estaban ahora. Sufrieron el calor de la lava por nada.

- Yo también estoy molesto, pero no ganaremos nada maldiciendo. Los demás ya deben ir avanzados - dijo Mangel.

- ¡Tienes razón mi niña! – dijo Lolito reincorporándose. - ¡Pues nada! ¡A seguir el camino!... ¿Pero qué camino? ¡Aquí no hay nada!

En el lugar donde estaban solo había un extenso muro de la cueva rodeándolos y solo los dos caminos de retorno.

- Debe de haber una puerta secreta o algo así, también podemos picar, pero eso nos podría llevar a la nada - dijo Mangel. - Pero estoy cansado, todo ese camino de lava me dejó exhausto- dijo recargándose en el muro.

- ¡Ni me lo recuerdes!... ¡Oh! Tengo agua, ¿Quieres un poco? ¿Mangel? ¿Mi niña? ¿Mangel mi niña? – dijo Lolito quien ya había sacado el agua.

No hubo respuesta, Lolito miró por todos lados y no había ningún rastro de Mangel.

- ¡Ay que me secuestraron a mi niña! - gritó Lolito. - ¡Mangel! ¡Mangelllll! ¡Te prometo ya no ser un celoso posesivo así que no me dejes! ¡Mangellll!

- ¡Lolitoooo!

- ¡Mi niña! ¡¿Dónde estás mi niña?!

- ¡Detrás del muro!

- ¡Lo reviento! ¡Qué lo reviento eh!

- ¡No, no! ¡De donde proviene mi voz toca el muro!

Lolito haciéndole caso a Mangel roca por varias zonas del muro hasta que un pedazo se sumerge y Lolito aparece del otro lado teniendo enfrente a Mangel.

- ¡Mi niña! – gritó Lolito abrazando a Mangel.

- ¡Mira! El camino sigue por aquí – dijo Mangel apuntando hacia el camino de total oscuridad.

- ¡A qué esperamos! ¡Vamos a por la bruja! – gritó Lolito alzando su espada.

- ¡A por la bruja! ¡Sí! – gritó Mangel imitándolo.

Y corrieron adentrándose a la densa oscuridad.

Con Willy y Fargan, las cosas no parecían ir muy bien.

- ¡Aaaahhhh! - gritó Willy mientras corría por su vida.

- ¡Ayúdame! -gritó Fargan quien luchaba blandiendo su espada.

- ¡No! ¡No! ¡Qué asco!

- ¡Son solo arañas pequeñas! ¡Y yo debería ser quien corra! ¡No tú!

- ¡Pero son muchas!

- ¡Ni si quiera son venenosas! ¡¿Este es tu alcalde?! Ah no, me equivoque ¡¿Este es tu líder de la Hermandad oscura?!

Willy entonces paró y tomó aire, se giró, sacó su arco y flechas, desde una distancia prudente comenzó a lanzarlas. Una por una fue muriendo hasta que quedaron pocas y finalmente ninguna.

Tanto Fargan como Willy lloraban internamente, odiaban las arañas. Ambos se dejaron caer al suelo suspirando de cansancio.

- Gracias compañero, por dejarme casi morir allí solo – dijo Fargan.

- Hombre, para eso estoy – dijo Willy.

- ...

-...

- Sí bueno, será mejor seguir o aparecerán más – dijo Fargan levantándose. – Pero no he olvidado esta traición, que te quede claro.

- Pero ¿Qué traición? Si te ayudé.

- Sí, ¡Después de ochocientas mil veces en que te repetí en que me ayudaras!

- Pero Fargan, no fue mi culpa.

- ¡¿Qué no fue tú culpa?!

- ¡No me lo creo! ¡No me lo estoy creyendo! ¡Corre Fargan, corre! – gritó Willy comenzando a correr.

- Pero ¿Qué? – dijo Fargan volteando hacia atrás. Una araña gigante se comenzaba a asomar. - ¡Y me vuelves a abandonar tío! ¡Te odio y te maldigo!

Fargan también comenzó a correr por su vida, la araña comenzó a seguirlos. Definitivamente tenían la peor suerte, como deseaban encontrarse a la bruja y ser maldecidos por ella antes que seguir luchando con arañas.

Mientras tanto con Alexby, seguía corriendo por su vida junto al murciélago.

- ¡Ah! ¡Ya déjame! ¡Estoy solito, pero no quiero nada contigo! - dijo Alexby a quien sea quien fuera la mujer que se estaba riendo.

Al correr otro poco más paró al ya no escuchar las risas, miró por todos lados, pero nada, solo eran él y el murciélago que había abrazado para que no se cayera.

- ¿Los Dioses escucharon mis plegarías? – se preguntó Alexby, pero después negó.

Siguió caminado con temor de encontrarse con otra cosa, los demás iban en parejas, uno podía atacar y el otro defender haciendo un maravilloso trabajo en equipo, pero ¡Él no! ¡Estaba solito! ¡Si se le aparecía algo grande era hombre muerto! Además, tenía algo que le incomodaba algo desde el inicio... En todo su camino por mas oscuro que estuviese la cueva no se había generado ni un solo zombies, esqueletos o creepers.

Unos gritos lo sacaron de sus pensamientos, los gritos se escucharon cercas de él y corrió hacía donde provenían, reconocía esas veces y parecían necesitar su ayuda. Solo esperaba que no fuera algo tan grande.

Al llegar vio a esas personas, Auron y Luzu estaban heridos siendo acorralados por una sombra, parecía formar una silueta, pero no alcanzaba a distinguir. Auron protegía con el escudo a Luzu quien estaba atrás de él con un brazo y pierna sangrando, Auron no se veía muy bien tampoco, tenía varios cortes y moretones en sus brazos y cara.

- ¡Luzu! ¡Auron! -gritó Alexby al verlos.

- ¡Cuidado Alex! ¡Es la bruja! - gritó Luzu.

Alexby no iba a perder el tiempo, dejó el murciélago a un lado y antes de correr hacia ellos se detuvo. Una gran grieta los dividía, no podía ver el fondo de esta.

- ¡Lo que faltaba! - se quejó Alexby. - ¡Chicos! ¡Aguanten un poco más!

Alexby sacó un pico y corrió hasta el final tocando pared comenzando a picar para poder cruzar del otro lado.

- ¡Dios! ¡¿Dónde están los demás cuando se necesitan?! - se dijo Alexby.

Al picar un poco más se topó con un hueco repleto de zombies, esqueletos y creepers.

- ¡¿Dónde están los demás?! - gritó Alexby sacando su espada adentrándose a matarlos.

Auron seguía defendiendo, el escudo no parecía poder aguantar más, distintos ataques seguían surgiendo, la bruja no estaba para nada contenta.

- Todos... Ustedes... Morirán – dijo la bruja mientras lanzaba hechizos, su ataque parecían ser cuchillas envueltas en algún tipo de magia.

Luzu intentaba reincorporarse volviendo a usar el arco y las pocas flechas que le quedaban, aun con su brazo herido intentaba sujetar firmemente el arco para disparar.

- Luzu, escapa mientras puedes, no creo aguantar otro poco más.

- ¡¿Pero qué dices?! ¡No te puedo dejar aquí!

- Alexby llegará en cualquier momento, tú estás más herido que yo, encuentra a Vegetta y a los demás. ¡Vamos! ¡Corre!

- Auron... Sigo enfadado contigo y ojalá explote tú inexpugnable casa, pero no te odio. Con las fuerzas que me quedan estaré contigo.

- Luzu...

Al mismo tiempo con Vegetta y Rubius.

- Ya me cansé y no hay ni una bruja ¿Y si volvemos? - dijo Rubius.

- No seas tonto, esta cueva es gigantesca, puede estar en cualquier lado, incluso puede que alguien ya la haya encontrado.

- Sí, sí... ¡Oh! ¡Vegetta! ¡Veo luz!

Dicho esto, corrió hacia la luz a toda velocidad.

- ¡¿Podrías estar quiero por un minuto?! - gritó enfadado Vegetta corriendo tras él.

Al llegar se encontraron con Willy y Fargan llenos de telarañas por todo el cuerpo, Willy y Fargan parecían estar fuera de sí, totalmente pálido.

- ¡Willy! ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué te sucedió?! - gritó Vegetta empujando a Rubius y corriendo hacía Willy inspeccionándolo de pies a cabeza, algo que a Rubius no le gustó.

- Vegetta... - dijo Willy. - ¡Fue asqueroso!

Al decir esto Willy abrazó a Vegetta y comenzó a "llorar". Siendo observados por Fargan y un claramente celoso Rubius.

- Pero... ¿Qué pasó? - preguntó Vegetta.

- Lo que se ve, no se pregunta Vegetta - dijo Fargan quitándose las telarañas.

- Oh... Por Dios Willy, ya supera tu miedo - dijo Vegetta,

- No es miedo, ¡Es asco! - se defendió Willy.

- ¡Yo sí les tengo miedo! ¡Pero este desgraciado me abandonó! – gritó Fargan.

- Fargan, te ayudé a matarlas.

- Ajam - dijo Rubius llamando la atención. - Tenemos una bruja que encontrar.

- Tienes razón - dijo Vegetta apartando a Willy. - Nosotros vinimos por este lado - dijo apuntado detrás de él. - ¿Vosotros de dónde venís?

- De aquí – dijo Willy apuntando atrás de él.

- Solo queda un camino, el destino nos dice que ahí encontraremos a la terrífica bruja ¿Qué nos esperará en el camino? ¿Más arañas gigantes y sus secuaces? Tal vez ¿Un lugar sin retorno? No se sabrá hasta que prosigamos – dijo Fargan.

- Lo dices como si esto fuera la narración de un libro – dijo Rubius.

- Así queda más dramático – contestó Fargan.

- Déjense de tonterías, a este paso la bruja se irá de nuevo al pueblo – dijo Vegetta caminando hacia el único camino que quedaba sin explorar.

- Ya escucharon a la reina, sigamos – dijo Willy.

- ¿Soy tú reina? – dijo Vegetta.

- Mi reina sí, por que siempre hay que hacerle caso a su majestad o se enfadará – bromeó Willy.

- ¿Pero serás tontito? – dijo Vegetta riendo.

Rubius y Fargan siguieron a ese par un paso detrás. No estaban para nada felices, el primero estaba molesto de ver bromear a Willy y a Vegetta tan amistosamente y no sabía por qué, el segundo estaba molesto con Willy por hace unos minutos atrás lo ignoraba cuando le reclamaba por su abandono y que ahora estaba como si nada bromeando con Vegetta.

Ambos bufaron molestos y las personas frente a ellos ni se imputaban, <<Voy a quemarle esa bonita casa de árbol>> fueron los pensamientos de Rubius y de Fargan.

Al caminar otro paso más se encontraron a Lolito y a Mangel. Vegetta, Willy, Rubius y Fargan se habían quedado estáticos al verlos.

- ... ¿Y esas joyas? – preguntó Vegetta.

- ¿Qué joyas? – contestó Lolito.

- Vamos a ver, ¿Crees que soy ciego? – dijo Vegetta. – Las joyas que tienes...

- ¡¿De dónde demonios sacaron todo eso?! – gritó Rubius apuntándolos.

Lolito y Mangel venían cargando algunas joyas, así como oro y diamante en sus manos y otras las portaban en sus cabezas y brazos.

- Por el camino de allá – dijo Mangel apuntando a un lado de él.

Rubius estaba por correr hacía allí, pero Vegetta lo detuvo sosteniéndolo del cuello de la sudadera mirándolo mal.

- Qué suerte tienen ustedes... Encuentran oro y diamantes mientras nosotros éramos atacados por arañas... - se quejó Willy.

- Y abandonados por sus compañeros – dijo Fargan.

Entonces Willy lo miró y antes de decir algo se escuchó a lo lejos un grito.

- ¡Ese fue Alexby! – dijo Vegetta corriendo a toda velocidad.

- ¡Espérame Vegetta! – dijo Rubius siguiéndolo.

Entonces Fargan comenzó a correr y atrás de él Willy suspiró y también comenzó a correr.

- ¡Corre Lolo! ¡Nos dejan atrás! – dijo Mangel comenzando a correr.

- ¡Ahí voy mi niña! – dijo Lolito siguiéndolo.

Alexby por fin había terminado con todos los enemigos y comenzó nuevamente a picar rápidamente.

- ¡Ayuuuudaaaaa! – gritó Alexby nuevamente. - ¡Ayuuuudaaaaa! ¡Resistan! ¡Ya casi llego! ¡Por Dios! ¡¿Alguien vendrá?!

- ¡Alexby!

- ¡Vegetta! ¡Ayuda! ¡Luzu, Auron! – gritó Alexby desesperado.

Vegetta fue el primero en llegar, no vio a Alexby, pero si a Luzu y a Auron. Al ver en la situación en la que se encontraban y el hecho de no poder llegar hasta allí, sacó sus flechas y comenzó a atacar. Si no veía a Alexby era por que estaba llegando a ellos, solo esperaba ganar algo de tiempo y que la bruja lo atacara a él en vez de a sus amigos.

- ¡Eh tú! ¡Bruja! ¡Mira hacia aquí! – gritó Vegetta disparando varias flechas seguidas cuidando de no darle a sus amigos.

Pero las flechas eran rebotadas con algún tipo de escudo que se había puesto la bruja y esta comenzó a reír.

- Que asquerosa... - se quejó Vegetta sin rendirse en seguir disparando.

- ¡¿Qué sucede?! – gritó Rubius quien venía llegando.

- ¡Rubius! ¡Toma y dispárale a esa asquerosa! – dijo Vegetta entregándole su arco y corrió hacia el hueco en la pared que suponía, lo había hecho Alexby para llegar al otro lado.

- ¡Pero yo!... – Rubius se tragó sus palabras y comenzó a disparar como podía, no era un profesional como Vegetta, pero algo podría hacer.

Alexby por fin había llegado al otro extremo, aún estaba un poco lejos, pero al menos ya no tenía que picar. La bruja se dio cuenta de esto y lo miró asustando a Alexby.

- ¡Alexby! ¡Corre y llévate a Luzu! – gritó Auron.

- ¡Ya te dije que no te dejaré maldita zorra! – gritó Luzu.

- ¡Callaos! ¡Que los salvaré a los dos! – gritó Alexby.

La bruja sonrió y habló. – Ustedes... Deben ser... Matarlos no será divertido... No funcionará.

La bruja lazó su ultima cuchilla provocando que el escudo de Auron se terminara de romper y después lanzó un hechizo alrededor de Auron y Luzu.

- ¡No! ¡Luzu! ¡Auron! – gritó Alexby intentando alcanzarlos. Pero era inútil, no llegaba.

Una flecha atravesó a la bruja y esta desapareció.

- Pero que... - dijo Rubius y al voltear se encontró con Willy enfadado, él había lanzado esa flecha.

- Tsk... Escapó – dijo Willy.

- Auron... Luzu... - dijo Fargan.

- No... ¡Luzu! ¡Auron! – gritó Vegetta quien por fin había llegado al otro lado.

- Vegetta... Luzu y Auron... ¡Han desaparecido! ¡Es mi culpa por no llegar a tiempo! – dijo Alexby llorando, a sus pies se encontraban la ropa, armadura y mochilas de Luzu y Auron.

- No es tu culpa Alex... Yo también... - dijo Vegetta apretando sus puños.

Los demás presentes solo agacharon la cabeza sintiéndose culpables, si no estuvieran jugando y peleando hubieran llegado a tiempo... Pero el hubiera no existe.

Vegetta miró nuevamente donde deberían estar sus amigos, al ver algo moverse empujó rápidamente a Alexby a un lado y quitó la ropa del suelo.

- A-A ¡Alexby! ¡Chicos! ¡No han desaparecido!¡Están aquí! – gritó Vegetta llamando la atención de todos.

Los demás al ver hacia donde estaba Vegetta se quedaron con la boca abierta.

- ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Dónde está la bruja?! ¡Que la reviento! – gritó Lolito llegando junto a Mangel. Pero al ver a todos callados y con la mirada petrificada, enfocó su mirada hacia donde ellos veían. - ... ¿Y esos bebés? ¿Tuvieron hijos y no nos dijeron?

- ¿Son tuyos Vegetto? – preguntó Mangel al ver los dos bebés en brazos de Vegetta.

- ¡Por supuesto que no! - dijo Vegetta. - ... Son Luzu y Auron.

- Oh, ya veo, con que Luzu y Auron... ¡¿Ehhhh?! – gritó Lolito sorprendido.

- ... Ahora entiendo vuestras reacciones – dijo Mangel.

En los brazos de Vegetta descansaban Luzu y Auron de tan solo unos meses de nacidos, ambos dormían plácidamente mientras los demás se encontraban en un gran debate mental.

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A que no se lo esperaban xd

Espero que les haya gustado y agradezco todo voto y comentario 💕

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