Capítulo 3
En *La casa Jeneret Yurio era atendido por las sirvientas para ser presentado ante el faraón, había nueve mujeres en ese lugar que seguramente serían las concubinas con las que de ahora en adelante conviviría.
Mientras las mujeres pintaban sus ojos con tonos rosas y delineador negro, Yurio pensó, que ser parte de la colección del faraón, no estaba del todo mal, había sido preparado desde mucho antes para ese momento, su rostro era hermoso y su anterior dueño no dejaba que ningún otro mercader o esclavo lo dañara incluso cuando él se portara de forma rebelde, nunca tocaban su cuerpo, todo para entregarlo como una mercancía en perfectas condiciones.
Era virgen, de eso no había duda, su pureza también estaba intacta y tampoco le pareció mal perderla con el faraón, pues aceptaba que era guapo y no pasaba de los treinta.
Las demás mujeres que conformaban el harém del faraón lo miraban un poco celosas, una de ellas quien tenía el cabello de color rojo se acercó a él y comenzó a decir.
—Así que tú eres el gatito hermoso del que las demás hablan, ya veo entonces creo que eres enemigo de todas nosotras ya que al ser un hombre estoy segura que el gran rey-dios querrá acostarse contigo siempre.
—¿A caso no se ha acostado con alguna de ustedes? —preguntó Yurio algo incrédulo.
—Su divinidad insiste en que no quiere tener un montón de hijos como sus ancestros, así que solo se conforma con tener a Cleo, su madre era la gran esposa real, título, que ninguna de nosotras obtiene aún, y él dice que cuándo elija a la próxima gran esposa real entonces tendrá un hijo varón con ella, es por eso que no se ha acostado con ninguna de nosotras.
Otra de las concubinas, de cabello castaño y piel morena se acercó a él, jaló un poco su cabello y dijo.
—Por la diosa Isis, tú fuiste bendecido con una belleza tan intensa por la diosa Hathor, tienes una figura tan andrógina que puedo creer que en tu otra vida fuiste mujer, por cierto, soy Sara. —Exclamó la mujer sonriendo.
—Sara, deja de hablar con la competencia —La regaño la chica peli roja de nombre Mila.
—Oh vamos Mila ¿Cómo va a ser nuestro enemigo? No creo que un hombre se convierta en él esposo real del faraón, porque obvio necesita un hijo que lo preceda en el trono, además él pobre chico debe estar asustado, ven ahora que estás listo te presentaré a todas, antes de que te lleven con él faraón.
Y así Sara le presentó a las demás concubinas: Nefertari, Berenice, Nefertiti, Miya, Isinope, Nefera y Asenet, todas ellas mujeres de gran belleza.
—¿Cuál es tu nombre guapo? —le preguntó Nefertari.
—Y-yurio —respondió el rubio sonrojándose, al encontrarse rodeado por todas esas mujeres hermosas.
—Si su divinidad no me elige pronto para divertirse conmigo, entonces creo que lo haré contigo —dijo Isinope mientras intentaba seducirlo.
—Joven Yurio, es hora —le indico una de las sirvientas mientras le colocaba una tiara de oro en la cabeza.
Un poco tembloso Yurio llegó a los aposentos del faraón; y espero a que este llegará.
Mientras tanto la princesa Cleo era atendida por Yuuri, quien en esos momentos le daba de comer uvas en la boca mientras algunas mujeres cepillaban su cabello y la preparaban para la hora de irse a dormir.
—Oh querido Yuuri dime que me acompañaras esta noche en mi cama —le dijo la princesa con voz seductora.
—Él faraón ya me asigno una habitación en la Gran Casa, así que estaré bien —respondió Yuuri algo incomodo porque Cleo había indicado a sus sirvientas que los dejarán a solas con una seña de su mano y se estaba acercando demasiado a su rostro.
—Acaso ¿mi belleza y compañía no es de tu agrado? —Preguntó la princesa.
Yuuri negó con la cabeza y dijo
—Su belleza es tan deslumbrante que pienso que fue hecha por los dioses y su compañía tampoco me desagrada, yo solo la sirvo a usted como pidió, pero recuerde que también le sirvo al gran rey-dios.
Cleo se alejó de Yuuri, se acostó en la cama y suspirando dijo.
—Mas te vale que mañana en la mañana estés listo y me prepares adecuadamente para la reunión de los señores del Alto Egipto.
—Así será mi señora —respondió Yuuri antes de salir de los aposentos de la princesa.
Yurio había empezado a bailar sensualmente alrededor del faraón, justo como Sara y las demás chicas del harém le habían enseñado mientras este solo lo observaba con lujuria y no podía esperar más para tener aquella belleza debajo de él.
En un descuido, Viktor ya estaba detrás de él tomándolo de la cintura y obligándolo a que lo mirara a los ojos.
—Creo que serás mi nuevo favorito, esos ojos tuyos parecen los de una fiera salvaje y tu piel es tan suave y pura que ya no puedo esperar a marcarla como mía.
Yurio no se resistió cuándo el faraón lo beso y lo alzó para llevarlo a la cama, simplemente siguió aquel juego de seducción al que tendría que acostumbrarse, ahora era de Viktor, una pieza de su colección a la que ya consideraba la más bella de todas.
—Supongo que tu pureza está intacta o ¿me equivoco? —preguntó Viktor mientras marcaba con besos el cuerpo de Yurio y lamia sus pezones.
Él rubio asintió mientras sus gemidos eran callados por los intensos besos de Viktor.
—Entonces supongo que tendré que ser gentil contigo.
Y cuándo al fin su virginidad fue tomada Yurio se sentía en las nubes.
—Sabes Yurio, quiero que bailes ante todos los señores del Alto Egipto en la reunión de mañana, tu baile es simplemente tan admirable y sensual que ninguna de mis otras mujeres lo igualan.
Yurio intento responder ante aquel halago, pero de su boca solo salió un gemido.
Y en aquel momento le daba gracias al dios Atón y a la diosa Hathor de haberle concedido una belleza comparable con la de una diosa.
Y de haberse convertido en parte del harém del faraón.
Pues como iban las cosas seguramente hasta la mismísima princesa Cleo tendría envidia de él.
A la mañana siguiente Yuuri entró a los aposentos de la princesa para empezar a prepararla para la reunión; y se sorprendió al verla despierta mientras miraba por la ventana.
—Princesa, sus damas están aquí para llevarla a su baño real, vestirla y maquillarla, ¿Sucede algo allá afuera?
Cleo negó con la cabeza y respondió.
—No es nada, es solo que...ya me di cuenta que por más que deseé algo no será mío.
—Princesa, eso no es cierto usted tiene todo lo que las demás mujeres de Egipto no tienen, riqueza, belleza, juventud y poder.
Cleo era vanidosa y amaba escuchar a su sirviente hablar de su belleza, pues justamente eso era lo que quería de él, quería que algún día Yuuri anhelara tanto esa belleza que intentara hacerla suya, pues consideraba a Yuuri como alguien de su tipo, pocas veces tenía la oportunidad de divertirse con un hombre y aquel día era uno de esos, pues Minami hijo de un mandatario del Alto Egipto llegaría aquella tarde y a ella le encantaba coquetearle, bailar para él e incluso ser besada por él, si no fuera porque el faraón tenía planeado su futuro ya sea convirtiéndola en la gran esposa real o para conformar un alianza con otro imperio Minami sería el dueño de su pureza.
Mientras la princesa era arreglada por sus damas, las podía escuchar cuchichear sobre Yurio y está indignada exclamó.
—¡Que puede tener ese hombre que no tenga yo!, no seré una de las concubinas del faraón, pero sé que yo soy la más bella de todo Egipto y si no piensan eso, haré que las echen de la Gran Casa.
Las mujeres apenadas por hacer enojar a Cleo se disculparon y arrepentidas dijeron.
—Ciertamente su divinidad, usted es la más bella de todo Egipto, perdone nuestra insolencia y no informe de nuestras faltas al rey-dios.
Por otro lado, Viktor había mandado a llamar a Yuuri y este acudió a su encuentro de inmediato.
—Aquí estoy oh gran rey-dios ¿Qué necesita de mí?
—Yuuri, puedes dejar de ser formal un momento y sentarte a mi lado, ahora eres mi confidente ocupas una categoría mayor a la de mi consejero real y...
—Su divinidad, lamentamos interrumpirlo, pero este hombre estaba intentando entrar al palacio —exclamó uno de los soldados quien traía a Phichit de una cuerda, la cual rodeaba sus manos y quien tenía además varios golpes en el rostro.
—Ya saben qué hacer con los intrusos, ¿Por qué osan interrumpirme? —dijo Viktor fastidiado.
—N-no, no pueden hacer lo que sea que...es decir, conozco a este hombre, él es un muy buen amigo mío, seguramente solo estaba preocupado por mi —dijo Yuuri intentado rescatar a Phichit.
—A-así es su divinidad, yo pensé que se habían llevado a mi amo injustamente, Yuuri es el hombre más respetable del oriente, por eso intentaba entrara al palacio, para salvarlo —exclamó Phichit.
—Vaya ya veo, si ese es el caso, entonces dime ¿Cuál es tu nombre y a que te dedicabas antes de servir a Yuuri?
—Mi nombre es Phichit, también vengo del lejano oriente y tengo conocimientos en construcción y matemáticas.
—Perfecto, entonces señores vistan adecuadamente al joven Phichit, él se encargará del diseño y construcción de la nueva estatua que pienso poner en la entrada de Egipto, pasarás de ser un simple servidor a maestro de constructores.
Phichit le dio las gracias al faraón y se retiró para ser preparado.
—Yuuri, nunca creí que tuvieras una alta categoría en el lejano oriente, eres tan rico como para que una belleza como Yurio fuera tuyo y para que un aspirante a maestro de constructores te acompañara, ahora me gustas más, cada día compruebo que eres digno de que te de toda mi confianza. —dijo Vktor mientras tomaba del mentón a Yuuri y se lamia los labios.
—Si no fuera porque tu potencial da para más te convertiría en parte de mi colección también, querido Yuuri, serás presentado como mi mano derecha ante los señores del Alto Egipto.
N. de la T. *Casa Jenetet: Era la institución encargada de la educación de los príncipes y princesas del antiguo egipto . Allí habitaban la madre del faraón, la gran esposa real , las esposas secundarias y los hijos e hijas de todas las reinas y concubinas; se hallaba junto al palacio, independiente del edificio real, y poseía una gran importancia.
La palabra Jeneret significa "casa de las bellezas", "casa cerrada" o "lugar cerrado", aunque Jener significa también "tocar música" o "llevar el ritmo".
N. de la A. En el anterior capitulo cometí un error grandisimo, que ya fue arreglado, pues se supone que Cleo es hija única y creo que por la jaqueca que tenia al escribirlo se me fue la onda y le puse que tenia hermanos 😖disculpen las molestias y también quería decirles que no se preocupen por él Victurio solo durará hasta el próximo capítulo, no pensaba ponerlo al principio pero en vista de que en la historia Yurio es parte del harén es obvio que eso ocurriría, por segunda vez disculpen las molestias y espero que no les desagrade tanto la lectura por este detalle.
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