En una carroza, llevaban a ambos prisioneros, uno en una carroza diferente, ambos estaban amarrados y amordazados, sabían que pronto llegarían al reino, aunque ninguno tenía idea de que pasaría al llegar. El consejero, miraba de vez en cuando atrás donde se encontraban ambos prisioneros, salir en silencio con ellos sin que el rey de corazones se de cuenta no fue nada sencillo, en especial porque el menor empezó a gritar para alertar a los de aquel reino, no por nada decidieron amordazar sus bocas para evitar algún otro grito.

Rene se puso a pensar, sobre todo lo que estaba sucediendo, tal vez las cosas se estaban descontrolado y algún día no podría ni tener control sobre nada, aconsejo al rey a lo último aunque no tenía ni idea de que haría;  pensó que es mejor dejar pasar todo por ahora.

Los caballos empezaron a entrar al reino, pero había algo extraño, tanto Alex como Julio, notaron a la gran cantidad de personas paradas a ambos lados, mirando y juzgando a ambos, sus miradas de desaprobación se notaba, parecían espadas, y no se notaban nada contentas.

Delante de ellos estaba el rey el cual estaba parado en una plataforma, el cual todos podían ver con claridad, al lado de él estaba una de los peores objetos que podían tener en esos momentos, una guillotina.

Julio sintió pánico, sentía que la muerte de ambos se aproximaba, y como estaba a unos cuantos pasos delante de él, al otro lado estaba Alexander estaba nervioso, y peor aún se puso, cuando lo tomaron desprevenido, bajando y arrastrando delante de aquel gran objeto, trato y se resistió lo mejor posible para evitar que pongan su cabeza ahí.

Julio miraba lo que pasaba, con todos los intentos envano de tratar de poder desamararse de la cuerda, o mínimo poder sacarse aquella mordaza de la boca, y poder gritar, decir algo.

Su cabeza se encontraba ahí, no podía moverse, ya no podía hacer nada, solo esperar la posible muerte, mientras buscaba con la mirada a su persona amada, mirando como el otro trataba de poder hacer algo, mientras el menor derramaba las lágrimas, no quería que algo así ocurra en esos momentos, no ahora, cuando estaba enamorado, y tuvo su primer amor.

El rey se paró delante, y con un rostro de completa confianza, empezó a decir, - Ciudadanos del reino de picas, este soldado que alguna vez fue de confianza, nos traicionó, y no sólo eso sino que también hirió de gravedad tres de mis mas grandes guerreros, y aparte en el día de la boda, se llevó y fugó con la reina, sabiendo él, que eso, es traición al reino, y hoy como castigo, le cortaremos la cabeza, para que así entiendan, que no deben traicionar a nuestro grandioso reino. - dicho todo eso, el rey camino, donde quedaba la cuerda, que sostenía a la enorme cuchilla, para luego soltar la cuerda, haciendo que esta cayera a una gran velocidad por el peso del objeto.

Se pudo ver como la cabeza, rodó por el suelo, mientras toda la multitud, aplaudía lo que el rey hacia, la sangre se esparcía por toda la plataforma y al final las gotas caían al suelo, manchando la ropa de las personas más cercanas. Aunque no todos estaban felices, Julio acaba de ver morir, la persona que amo de forma sentimental, todo en su interior se derrumbó, solo sentía la necesidad de morir, no podía estar de esa manera, el amor de su vida, todos los planes que tenían, todo se había ido por la borda.

Lo último que pudo sentir, fue que alguien le hizo oler algo, y después sintió que todo se hizo oscuro.

No se sabe cuanto tiempo paso, pero cuando despertó, se sintió cansado, sentía su cuerpo entumecido, hasta que recordó todo lo que paso, y deseaba que sólo hubiera sido un mal sueño, pero todo se le volvió a derrumbar, cuando en sus muñecas observó la marca de una soga que había sido utilizada en él, - No, esto no puede estar pasando, no a mi. - Sus lágrimas volvieron a caer, y el dolor de su corazón se volvió de nuevo a sentir.

Escucho la puerta abrirse, y miró al rey, con dos guardias al lado, en el interior del joker sintió la necesidad de matarlo, ponerle fin a su vida, ya lo odiaba con toda su alma. Solo esperaba algún día poder asesinarlo, algún día.