FINAL DE LA PARTE I (2)

FINAL DE LA PARTE I

(2/2) 

Capítulo 46: Estrellas en el cielo.

EROS DUNKEL

Burlado. Así me sentía junto con una sombra sobre mí corazón y los sentimientos que creí habían desaparecido. Ella hizo que recobrara mis recuerdos y esa fue mi destrucción. Me jodió, me dolía el maldito pecho por la mirada frívola y de decepción que me dio al darse cuenta de que yo le mentí. ¿Pero cómo decirle que ese no era yo por completo? No era la misma persona que la amaba, pero supongo que nada me quitaba lo hijo de puta, la traté tan mal que solo le hice daño, y ocultarle todo solo lo empeoró, porque solo sintió que me burlé de ella y la usé, lo peor es que fue verdad, sí la usé, fui un maldito y merecía su desprecio. Pero seguía doliendo su traición.

Mis sentimientos estaban más latentes que nunca, cuando en realidad ya debían de desaparecer con esto que Eva hizo, era una traidora, pero no podía y eso me enojaba aun más. Que ahora que había recordado que la amaba, no podía borrar mis sentimientos solo llenarme de ira y rabia.

—¡Cubre a la derecha! —me gritó Helio mientras descargaba su arma a un avión que sobrevolaba el lugar, este se le quebró el ala y entonces dando vueltas sin parar por el cielo cayó en una explosión en el bosque.

El fuego reinaba y yo estaba disparando a todos los hijos de puta que alguna vez trabajaron para mÍ en el reino, al mismo tiempo que no dejaba de pensar en lo que hizo Eva de dejarme desnudo en una habitación para que unos guardias me tuvieran que encontrar de esa forma humillante. Sus hermosos ojos verdes ya no me miraban con un leve brillo de esperanza sino que estaban vacíos y se repetían como eco en mí maldita cabeza, como si esto la hubiera quebrado. 

—¡Cúbrete! —le dije al doctor Patrick cuando vi que se le había descargado el arma y se quedó de pie como si esperara ser tiroteado. Lo tomé del brazo y lo empujé al piso para que se cubriera con uno de los muros de cemento.

Él estaba rezando, se veía pálido, lo entendía, la guerra no era para quien no estaba dispuesto a morir.

Lo dejé ahí a salvo y me levanté y descargué mí arma contra varios hijo de puta uniformados que se me cruzaron por el medio, el tiempo me hizo entender que ellos no tenían la culpa de defender a un rey egoísta, era su trabajo y su nivel de manipulación era excesiva, obligándolos a adorar un ideal que solo les traía miseria y les exigía estar agradecidos por apenas alcanzar para un mísero plato de comida.

El rey Román enseñó a su pueblo durante casi un siglo entero que vivir con comodidades, riquezas y con comida abundante era sinónimo de algo malo, de personas crueles, y que vivir como pobres era lo bueno, distrayéndolos con simples migajas, mientras él y los que lograban trabajar para el reino eran los únicos que vivían en riqueza y se daban incluso el atrevimiento de pisotear a los de menor clase social.

—¡Allá! ¡Está por despegar un helicóptero! —gritó Hélio.

—¡Yo me encargo! —dije tomando una de las ametralladoras y empecé a correr hacia allá entre los árboles, teniendo una buena vista despejada para disparar.

Me arrodillé y apoyé el arma en una pierna para estabilizarme, coloqué el dedo en el gatillo apuntando al piloto, estaba perfecto para volarle la cabeza, sin embargo, mis ojos se desviaron a los pasajeros que se asomaban por la ventana, su cabello negro se balanceaba en diferentes direcciones por el viento, su rostro estaba gélido y tenso.

Eva. Estaba ahí. No respiré, mi dedo congelado en el gatillo,

—¡EROS DISPARA! —gritó alguien pero no pude moverme cuando sus ojos verdes merodearon por todo el lugar hasta detenerse en mí.

«Nunca te haría daño» Mi cerebro daba la orden pero mi corazón lo detenía. No podía acabar con su vida. Debía de ser un maldito debilucho porque no podía vivir en un mundo donde la mujer que me rompió el corazón y me traicionó, ya no existiera.

Eva aún en la distancia reconocí que me sacó el dedo medio; burlándose, insultándome.

—¡EROS! —gritó Hélio y entonces me empujó derribandome a un lado en el suelo, tomé mi ametralladora y sin dudar disparó hacia el helicóptero, pero, ya era tarde, ya el helicóptero se había alejado perdiendo la oportunidad de asesinar a los traidores.

Debía de tener rabia conmigo mismo, pero, una parte de mí se sentía irritablemente aliviado de no haberla visto explotar frente a mis ojos. No sabía qué era peor, verla irse con el enemigo o descubrir que esa mujer traidora era mí debilidad.

Hélio me lanzó una mirada de enojo, sin embargo una lluvia de misiles saliendo desde la parte alta del palacio de Igor robó nuestra atención. Ahí estaba Igor, no llevaba camisa, con sus brazos disparaba sin piedad algo parecido a una ametralladora Browning calibre 50 a todo los aviones que veía sobrevolando, junto con él vi con asombro como sus secuaces salían con ametralladoras del mismo calibre; apoyándolos en la lluvia de tiros hasta que solo hubo fuego y cenizas cuando los militares de Belmia que quedaron vivos no tuvieron mas opción que retirarse.

Igor al principio del ataque había empezado a batallar con nosotros, dándonos municiones y luego había desaparecido de mí vista, pero era una buena estrategia improvisada, debilitar al enemigo para luego atacar y ganar.

Habíamos ganado esta batalla, pero todos sabíamos que había sido el principio; la declaración de una guerra entre Rusia y Belmia. El cielo gris lleno de humo, fuego y cenizas me confirmaba que mí enemigo se volvería más grande y doloroso sabiendo que Eva había elegido estar en nuestra contra.

___

Tras hacer el análisis de daños tuvimos una reunión, había que atacar, invadir y asesinar al rey Román, una invasión completa. Aurora, tenía vendas en el cuerpo, parecía tener una mirada llena de ira, y así estabamos todos, el rey Román nos arrebató la felicidad y la paz, pero pronto la recuperariamos y tenía que hacerme la idea de que Eva era ahora el enemigo y que si la volvía a tener de frente me tocaría asesinarla sin titubear. 

—¿Estás seguro de que no secuestraron a Eva? —preguntó el doctor Patrick sentándose frente a mí al finalizar la reunión, él tenía una cicatriz cruzando su frente recién hecha, sus ojos muy abiertos tras enterarse de que Eva nos traicionó y dio nuestra ubicación.

—Nos traicionó —solté con amargura—, siempre fue una traidora.

—¿Y tú estás bien? —preguntó Patrick, alcé la vista hacia él y tomé de mí agua sintiendola como whisky quemar mí garganta.

—¿Tu lo sabías? —cuestioné—, ¿sabias que era una espía?

—No, claro que no —dijo—, de hecho siempre me dio la impresión de ser incrédula y vulnerable... muy influenciable...

Al principio yo lo creí, pero, esa debilidad desapareció por completo de ella.

—Eva se transformó en algo que no reconozco —dije—, al parecer la sed de poder  fue suficiente para querer mandarnos a la mierda. 

—La trataste muy mal. Aun sin recordarla, solo te encargaste de romperla cuando ella daba la vida por ti.

Suspiré, eso solo me hacia sentir más miserable, no estaba para que me restregaran las cosas en la cara.

—Larisa cree que está embarazada —solté pasando una mano por mis ojos—, creo que Eva se enteró y eso la hizo enloquecer.

No cabía en mí cabeza que por el simple hecho de que yo tardara tanto en recordar que la amaba y en ese lapso enterarnos del embarazo de Larisa la hiciera querer asesinarnos a todos y odiarme a muerte. Creí que podía ser más madura que esto.

—Joder... —dijo Patrick cubriendo su boca pareciendo sorprendido— ¿Larisa espera un bebé tuyo?

Miré al otro extremo de la habitación donde ella; Larisa, comía algo de pan mientras hablaba con otros de los rebeldes.

—Al parecer —me limité a decir.

Patrick parecía que había visto a un fantasma, bajó la mirada y se cubrió los ojos con sus dedos mientras soltaba otra maldición entre dientes.

—No debería afectarte tanto —dije girando los ojos—, ya sé que es una mierda toda la situación.

—Tú no lo entiendes, joder —negó con la cabeza y volvió a mirarme—, por eso está actuando así. Eva estaba esperando un bebé, se lo arrebataron.

Fruncí el ceño.

—¿Qué? —mí garganta de repente se sintió reseca, algo dentro de mí estómago se revolvió y sentí ahogarme cuando Patrick continuó diciendo:

—Cuando la obligaron a casarse con el rey era porque ella estaba embarazada de ti.

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Hasta que por fin Eros sé enteró :0 este es el fin de la primera parte, como dije no habrá tercer libro, pero sí a partir de acá empiezan la parte final no serán muchos capítulos pero sí serán concluyentes, es como el libro 2 y 3 pero en uno solo. ¿Saben qué pasará ahora? A las mejores teorias les dedicó capítulos :3

Instagram: Ysarisareinamoo

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