Capítulo 42: Eva está muerta

Capítulo 42: Eva está muerta

AURORA DUNKEL

Eva entró a la habitación, su mirada estaba fija en mí, aun me sentía un poco débil y temblorosa tras estar al borde del suicido. La decisión impulsiva me hizo darme cuenta de dos cosas, la primera era que esta era mi nueva realidad, este era mi hogar y la segunda era que había estado tan ocupada odiando a Igor que nunca me di cuenta de que en realidad luchaba contra el sentimiento de sentir algo por él.

Tal vez hacía tanto que me prohibí sentir cosas reales, mucho menos hacía alguien que consideraba un animal que me tomó a la fuerza, pero extrañamente ahora sentía mis sentimientos con más intensidad, sentía que si nos hubiéramos conocido en otro contexto, que Igor hubiera sido príncipe tal vez, lo habría amado desde el primer momento. Porque él dentro de todo su caos me amaba, y tuve que estar al borde de la muerte y tener las muñecas enyesadas para darme cuenta de que yo también lo amaba.

Eva se sentó a un costado de la cama, no dejaba de verme sin decir nada, y no sabría decir como después de ser tan cercanas y contarnos tantas cosas importantes, ahora pareciamos dos extrañas que no sabían iniciar una conversación, pero, fue en ese momento en que me di cuenta de que habíamos cambiado tanto en la distancia, que ya nada volvería a ser igual. Aun no perdonaba lo que me dijo la última vez que nos vimos, su traición, meterse con mi padre, en medio de un matrimonio, con alguien que le doblaba la edad, aún me enojaba de sobremanera.

—Te ves muy golpeada —empecé a decir para romper el raro muro que habíamos creado en cuestión de segundos.

Ella tenía raspones y cicatrices alrededor de su cuerpo y los costados de su rostro muy notables, además de que su mirada era distinta, no parecía esa chica chispeante e ingenua, esta parecía un roble  con mirada dura que apenas se movía o hacia alguna expresión humana. Como un zombie, muerta en vida.

—Lo estoy. —respondió y tras un breve silencio murmuró:— Entonces, ¿Estas con el Korol?

Su tono de voz era muy borde, como de alguien que está enojado, ligeramente irónico. No sabía si quería bromear conmigo o solo se burlaba, sentía que esta mujer no era Eva.

—Me quería suicidar en cada oportunidad que tuve —empecé a explicarle sintiéndome un poco juzgada—, pero me di cuenta de que Igor me ama a su manera y probablemente yo también lo haga de alguna manera que yo no puedo comprender. Es una historia muy larga.

Ella apenas pestañeó cuando respondió:

—Ya veo.

Sus respuestas eran cortantes, con una ligera entonación irónica. Fruncí el ceño, esperé tal vez que ella hablara primero, que me explicara lo que ocurrió con ella y me dijera por qué se metió con mi padre, incluso esperaba que se disculpara, porque ella habría intentado solucionar las cosas, la antigua Eva estaría en este momento reprendiendome por haber tenido el atrevimiento de hacerme daño a mí misma y luego me hubiera contado entre lágrimas todo lo ocurrido antes de llegar aquí; antes de volver a encontrarse conmigo finalizando en un ruego por mi perdón.

Esta Eva... no estaba haciendo nada de eso, parecía rígida y tensa.

—Si es por mi padre —empecé a decir ligeramente resentida— aun me duele que te metieras con él,  joder ¿pero que clase de amiga eres?

Por primera vez vi a Eva pestañear.

—¿Qué clase de amiga soy? —repitió.

Me dio ligero escalisfrios lo quieta que estaba. 

—¿Qué ocurre? —pregunté.

Ella relamió sus labios y murmuró con amargura:

—La princesita nunca entenderá lo que es que te lo arrebaten todo y te dejen sin alma.

Ella soltó una risa amarga entre dientes y entonces vi como sus ojos se cristalizaron mientras rápidamente las lágrimas desbordaron por sus mejillas sin nada de esfuerzo, pero aún así no se desmoronó, se quedó ahí, tensa, como si... estuviera tan rota que ya ni siquiera reaccionaba con coherencia.

—¿De qué hablas? —repliqué ofendida— ¡Me han quitado mi hogar! Mi padre y yo hemos sido desterrados y me he visto obligada a estar aquí, además de que estamos en medio de una guerra que está por empeorar... mi familia está destruida, no tienes idea de lo mucho que me duele no tener la misma tranquilidad que tenía hacia tan sólo meses cuando mi única preocupación era que me iba a casar.

Pensar en el idiota de mi ex prometido; Carmelo Lissandro, que por lo último que llegó a mis odios por periódicos que encontré mientras andaba fugitiva por la ciudad, era que había huido con su familia cuando inició la guerra civil y el intento de golpe de estado. Esperaba nunca más volverme a  encontrar a ese enfermo.

—Claro—dijo Eva—, la que sufre eres tú.

Pestañé un par de veces. Me di cuenta de que tal vez estaba siendo egoísta, esperando una disculpa de su parte sin saber lo que en realidad ella había pasado.

—¿Qué ocurrió? —pregunté—, lo último que supe de ti era que te habían intentado casar con mi bisabuelo, pero, lograste escapar.

Noticias que recorrían las calles, pensé realmente que cuando ella huyó ya se encontraba a salvo.

Eva tomó una profunda respiración y bajó la mirada para decir:

—Me he dado cuenta, de que nadie merece mi lealtad, ni mis sentimientos, ni mi amor.

Pasó el reverso de su mano por sus mejillas retirando lentamente sus lágrimas y volvió a mirarme, aún tenía esa mirada vacía, escalosfriante y llena de algo más profundo, algo que no podía descifrar cuando continuó diciendo:

—Cuando amas a alguien solo le das el poder para que te destruya. Nunca se debería de amar tanto a alguien, no si esa persona no te ama más de lo que tú puedes amarlo.

Podía sentir dolor en cada una de sus palabras, las decía con tanta convicción que sentí un nudo en la garganta.

—¿Qué ocurre contigo? —pregunté— ¿qué te pasó?

—¿Conmigo? —repitió — Di mi vida, estuvieron a punto de matarme en muchas ocasiones, mientra tú —su rostro empezó a enrojecer—, estabas ocupada siendo una puta y cortándote las venas. ¿Y aún tienes la osadía de tener lastima de ti misma por estar llena de privilegios? ¡Por favor!

Abrí ligeramente la boca, notaba como parecía quieta, como una estatua, pero todo lo que salía de su boca era puro resentimiento e insultos.

—No puedes juzgarme —murmuré—, no sabes el infierno que he pasado...

Sus ojos bajaron al collar que colgaba de mi cuello, ese que Igor me dio para enfatizar que quería que fuera su Koroleva.

—Ah —soltó sin una pizca de humor sino con cortante sarcasmo—, ya lo creo.

Apreté la quijada sin comprender por qué actuaba así, y sin comprender por qué no se abría conmigo, no podía entender ni saber lo que le pasaba, sentía que ahora eramos dos extrañas y que ella me odiaba. Pero supongo que si yo no hubiera tenido la idea de traerla para vacacionar en Belmia, ella estaría a salvo, tal vez por eso me culpaba. 

—Hubiera dado lo que fuera para cambiar de lugar contigo —dije y extendí mi mano para tocar la suya sobre la cama— y estar al lado de mi padre.

Ella pareció perder la cordura y me dio un manotazo levantándose de la cama diciendo:

—Y yo hubiera dado lo que fuera para nunca haberte conocido.

Me levanté de la cama con algo de dificultad, aun me sentía algo mareada por la sangre perdida.

—¿Qué te ocurrió? —insistí en preguntar—, ¿por qué actúas así?

Eva me miró con desprecio destilando de cada poro de su piel.

—Me han jodido la existencia —dijo en un hilo de voz y una mano cubrió de manera descuidada su vientre por medio segundo—, toda tu maldita familia.

«¿Estaba embarazada? »

La veía y sentía que ella era solo la careta de mi mejor amiga, pero por dentro de ella todo estaba distinto, destruido y confuso.

—Eva —dije dando un paso hacia ella—, esta no eres tú.

Ella bufó y susurró:

—Eva está muerta.

Dio un paso hacia mí, temblé, su quijada estaba apretada, parecía ser la reencarnación de satanás cuando continuó diciendo:

—Cuídate.

Se iba a dar la vuelta pero le sostuve el brazo, ella se quedó quieta en su lugar, no me miró.

—¿Estás amenazandome? —pregunté.

Se volteó hacia mí, y su mirada frívola fue tan penetrante que la solté creyendo que iba a golpearme, ella no me respondió, simplemente se volvió a voltear como un robot sin sentimientos y salió de la habitación cerrando la puerta dejándome con un muy terrible presentimiento.





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Holaaa chicas, espero les haya gustado este capítulo, aquí vemos como Aurora confirma que se enamoró del Korol (¿Sindrome de Estocolmo? Xd) y se nota como Eva ha cambiado por completo, este es el punto de la historia que quería llegar por eso me disculpan que fue uno solo, eh pero el siguiente estará muy bueno, ahora Eva en los siguientes caps se volverá bastante cruel y metódica. Adelanto: Ahora ella jugará con Eros y con TODOS en la guerra que está por desatarse. AMO!!!!

Actualizaciones cada fin de semana (sábados).

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Las amo con mi hígado.

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