Capítulo uno
Jess estaba nervioso y sus manos sudorosas demostraban eso. Él sentía que no había estudiado lo suficiente para el examen de matemáticas. Y si no aprobaba con un maximo de ocho, tendría que ir a recuperatorio. A él no le importaba mucho pero lo que en verdad le ponía nervioso era la reacción de sus padres; sin teléfono por un mes si desaprobaba.
—Buenos días —saludó el señor Willies, su cara era arrugada, ya era bastante anciano, tenía bolsas negras de bajo de sus ojos oscuros.— Espero que hayan estudiado para el examen—mencionó.
Jess escuchó como el grupo del fondo dice al mismo tiempo un: "obviamente señor Willies, nosotros siempre estudiamos"
Jess soltó un leve resoplido porque ese grupo siempre decía eso y a la salida del examen siempre se escuchaba como decían que iban a desaprobar el semestre. Y lo hacían.
—Siempre dicen eso—se burló el anciano profesor.
Y sin darse cuenta Jess empezó a morderse las uñas, él había estudiado pero sentía que no había sido lo suficiente. Había cancelado todas sus salidas con sus amigos para estudiar.
—Bueno, empecemos—el señor Willies empezó a acercarse a cada pupitre de cada uno e iba dejando la prueba —. Recuerden que no pueden tener nada escondido, o les saco el examen y les mando un uno. No pueden cuchichear con su compañero de a lado, o les saco a los dos la prueba y les mando cero. ¿Entendieron? —Todos asintieron.
Jess sintió que sus nervios se alejaban al ver que las consignas iban los temas que él había estudiado.
—La prueba será de a dos—anunció el profesor, al instante en el rostro de todos los alumnos se formó una sonrisa—. Será entre ustedes y Dios—se burló y se sentó en su silla.
Muchos abuchearon pero los manda a callar con la amenaza de un uno al semestre.
Jess estaba tan concentrado en el examen que no había escuchado como sus compañeros de a lado les pedían las respuestas.
✰ ✰ ✰
—Que te parece si mañana hacemos un maratón de The 100, en mi casa. ¿Qué te parece? —le propuso Alena a Jess.
Alena era muy amiga de Jess, si le preguntabas a él como la describiría, al instante te respondería que es cuidadosa y tranquila. Alena era alta, era más alta que Jess, él solo contaba con una altura de uno sesenta. Su color de cabello era marrón pero hace un tiempo se había teñido las puntas de azul.
—Claro—aceptó Jess.
Los dos estaban sentados abajo de un árbol que estaba en la misma vereda de su preparatoria, estaban esperando a la madre de Alena. Quien llegaba tarde. Quedaban pocos alumnos, estaban un grupo de chicos que fumaban cerca de sus camionetas, y una chica sentada no tan lejos de ellos.
—A esos se le llaman bad boy—comentó Alena, mirando hacia el grupo de chicos.
Jess soltó una risita.
—Con uno de ellos puedes tener tu amor cliché —bromeó él.
—Puede ser, pero siempre le hacen daño a la protagonista y solo se acercan a ella por una apuesta o alguna otra idiotez—se lamentó y apartó la vista del grupo.
—Solo se vive una vez—opinó Jess dándole leves empujones a su amiga.
Ella se rió y volvió a mirar al grupo pero apartó la mirada lo más rápido posible.
—Alerta roja, alerta roja—le susurró a Jess, su vista estaba clavada al frente, solo miraba la calle.
Jess intentó arquear una ceja pero no pudo, siempre hacía un intento pero quedaba como si estuviera sorprendido. Así que solo le dedicó una mirada confusa a Alena.
—Iker acaba de guiñarme—murmuró nerviosa.
Jess solo pudo abrir la boca sorprendido—¿Estás hablando del Iker del que estoy pensando? ¿El mejor amigo de Wels?
—El único Iker que existe en esta preparatoria.
—Al fin vas a lograr tener tu amor cliché—celebró Jess pero la cara de Alena no demostraba algún signo de felicidad.
—¿Y si me guiño el ojo por qué se cree mucho? ¿Y si se quiere burlar de mi reacción? ¿Y si solo quiere jugar conmigo? —farfulló Alena, moviendo mucho las manos
—Oye, fue solo un guiño. Después veremos si te habla o no, relájate Alena. No armes especulaciones antes de tiempo—le respondió él.
—Estoy exagerando mucho las cosas—dijo ella.
Jess le sonrió y pasó su brazo sobre los hombros de ella y la acercó a él.
—Algún día va a llegar tu amor cliché que te hará vivir en las nubes—bromeó el chico.
Alena le propinó un golpe en sus costillas.
—No te burles—le amenaza con el amago de darle otro golpe.
—No me vuelvo a burlar, lo juro—se apresuró de decir Jess.
Se empieza a escuchar como alguien toca la bocina, bastante impaciente.
—Brandon ha venido a buscarnos—bufó Alena.
Los dos se levantaron de su lugar, por desgracia de Alena tenían que pasar cerca del grupo bad boy. Cuando lograron pasar de largo en donde ellos estaban, escucharon que alguien gritó algo.
—¡Lindo cabello, chica azul! —gritó Iker, sonriendo de lado.
—Iker te ha gritado eso—le murmuró Jess a Alena, pensando que ella no había escuchado porque seguía caminando hacia el auto de Brandon.
—Ignóralo, actúa como si no escucharas—le murmuró como respuesta Alena y se subió en la parte de atrás del auto.
Jess soltó un risita y subió también en la parte de atrás, a lado de Alena.
—Se saludaba antes—dijo sarcásticamente Brandon.
Brandon era el hermano mayor de Alena, tenían cinco años de diferencia, su cabello era de castaño, daba la sensación de que era suave. Sus ojos eran grises como los de la madre de ellos. Jess no puede evitar ruborizarse al recordar cuando él estaba muy enamorado de Brandon, fue cuando Jess tenía quince años y Brandon veinte. Pero por suerte logró superar ese flechazo.
—Ajá si, concéntrate en manejar y también llegaste tarde así que no tienes nada que opinar—dijo Alena con obviedad.
—Mamá me avisó tarde—replicó él.
Alena no le contestó pero arqueó las cejas a su dirección. A ella le salía muy bien ese gesto, en momentos Jess le envidiaba eso.
✰ ✰ ✰
Lo primero que sus padres le preguntaron a Jess cuando llegó a su casa fue como le fue en el examen. Él le respondió a todo con: "hice todo" "me fue bien".
Sus padres se sintieron conformados con las respuestas y cada uno se fue a seguir haciendo sus cosas. Su padre cocinaba ese día la cena, y su madre estaba viendo un concurso de gente que preparaba pasteles.
Jess fue directo a su habitación. Era hijo único y sus días se basaban siempre en lo mismo, la única diferencia era que su padre cocinaba un día entero y al día siguiente su madre hacía lo mismo. Se turnaban con la cocina.
Se sentó en un montón de almohadas que estaban todas juntas cerca de la ventana, era como un pequeño lugar. Sacó su celular de su bolsillo de su pantalón y empezó a revisar sus redes sociales.
Al ver que no había nada interesante en twitter, entró en Spotify y se empezó a escuchar el ritmo de algún comienzo de alguna canción de Taylor Swift. A Jess le gustaba mucho esa cantante.
Revisó Instagram y empezó a bajar de las miles de publicaciones, aunque de la mayoría eran de cuentas de memes, vio algunas historias. Y siguió viendo las publicaciones y se reía cuando algo le daba gracia y se lo mandaba a Alena. Hasta que algo llamó su atención.
Un perfil de recomendación.
Siempre le solían aparecer perfiles de gente que no conocía pero ese conocía.
Era el perfil de Luke Wolfgen.
Decidió darle follow. ¿Qué tendría de malo? Pensó Jess.
Él conocía a Luke, todos conocían a Luke. Pero por la mala reputación que recibió en la preparatoria. Siempre ibas a escuchar en los pasillos como él había vuelto a ilusionar a otra chica, o como se había alejado de un día al otro de sus conquistas. Siempre cuando alguna chica salía con él le daban un único consejo: no confíes en Luke Wolfgen.
Jess admitía que era lindo, Luke no era muy alto, hasta se puede decir que era un poco más alto que Jess. Tenía un cabello lacio, que todos decían que era muy suave, era pelinegro. Siempre lo llevaba despeinado. Y todas las chicas decían que tenía un cuerpo para morirse. Jess pensaba que exageraban.
Su celular vibró. Jess se sorprendió de lo que acababa de recibir.
Luke Wolfgen le había devuelto el follow.
* * * *
Gracias por leer ♡
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