XIII

Poco a poco, una chica rubia de unos 17 años despertaba. Frotando sus ojos, se percató que se encontraba en su habitación, lugar que no veía hace mucho tiempo.

¿P-pero qué...? -preguntó mientras miraba su habitación- ¿V-volví?

La chica se encontraba desconcertada. Se suponía que era imposible regresar.

¿A-acaso todo fue una pesadilla? -se preguntó nuevamente-

Aún confundida, se puso su uniforme escolar y salió de su habitación, encontrándose con sus padres. Sin quiera pensarlo, les dio un fuerte abrazo a ambos.

¿Qué sucede? -preguntó su madre al ver la expresión de su hija-

Nada... Solo tuve un mal sueño -contestó sin separarse del abrazo-

Bueno, no debiste comer mucho antes de dormir... -dijo su padre-

Una vez que se separaron del abrazo, desayunaron con normalidad... Mientras tanto, poco a poco, la chica aceptaba que todo lo que había vivido era un sueño.

Después del desayuno, se despidió de sus padres y salió de casa con dirección a la casa de al lado.

Buscando entre las macetas que estaban en la entrada de la casa, pudo encontrar la llave de repuesto para abrir la puerta principal.

Al entrar, no pudo escuchar ningún ruido.

Seguro sigue dormido -susurró la chica-

Adentrándose más, fijó su mirada en una antigua foto que estaba colgada en la pared. En aquella foto se encontraba una familia posando alegremente: un hombre pelinegro, un niño pelinegro y una mujer, quien tenía el cabello de un extraño tono plateado.

Recordando el pasado, a pesar que aquella mujer decía que ese color era natural, ella siempre creyó que se lo había pintado.

Aunque sacó el color de cabello de su padre, creo que le hubiera quedado lindo el cabello plateado -pensó la chica-

Dejando de lado la foto, se dirigió hasta la habitación donde se encontraba una persona muy especial para ella.

Sin siquiera tocar la puerta, entró a la habitación y abrió las cortinas. Caminó hasta la cama y destapó al chico que estaba dormido.

Despiértate... No querrás que lleguemos tarde -dijo la chica mientras lo movía-

Como respuesta, el chico volvió a taparse hasta la cara.

Creo que abandonaré todo y haré que tú me mantengas -dijo con una voz cansada-

¿Enserio?... Yo no pienso casarme con un vago -respondió sin darse cuenta de lo que había dicho-

Ante esas palabras, se formó un pequeño silencio, lo que ocasionó que la chica se sonrojara al entender lo que había dicho mientras que el chico se destapó y la miró fijamente.

¿Qué...? -preguntó el chico-

N-no dije nada -mintió la chica-

Pero... -trató de hablar-

¡Ya te dije que no he dicho nada! -refutó-

Entiendo... -respondió pesadamente-

Rápidamente, la chica se tranquilizó y cambió de tema.

Apúrate en alistarte... Iré a preparar el desayuno -dijo la chica-

¿No has desayunado? -preguntó el chico-

Desayuné algo ligero en casa, pero aún tengo hambre -respondió mientras se dirigía a la puerta-

Con eso dicho, salió de la habitación, dejando al chico confundido.

[...]

Cuando el chico terminó de alistarse, se dirigió a la cocina para desayunar.

Sabes, me puse a imaginar cómo te verías con el cabello plateado al igual que tu madre -dijo la chica mientras comía-

¿Enserio?, tal vez me vería raro... Recuerdo que decían que era imposible que alguien nazca con ese color de cabello... Pero ella siempre decía que era natural -respondió con nostalgia- Pero sí saqué su color de ojos plateados

Raros pero lindos -susurró la chica-

Mientras desayunaban, la chica le contó el extraño sueño que tuvo.

Vaya... Que sueño tan extraño -respondió el chico- Pero algo como eso nunca sucederá, después de todo te lo prometí

Poniéndose de pie, el chico se acercó hacia la chica.

Siempre hallaré la forma de encontrarte -dijo mientras se acercaba a la chica más y más- No importa que tan lejos estemos, siempre estaremos juntos.

Haciendo lo mismo que el chico, la chica se acercó a él, haciendo que sus labios se juntaran...

.
[...]
.

Una pequeña niña abría sus ojos lentamente. Las lágrimas no paraban de salir.

Así que fue solo un sueño... -se dijo a sí misma mientras se limpiaba las lágrimas a pesar que aún seguía llorando- Pero a pesar de todo, no he olvidado esa promesa... No importa que tan lejos estemos, siempre estaremos juntos... 

Poniéndose de pie, la pequeña niña se dirigió al baño a alistarse para ir a la escuela.

Te amo... Ryo-kun -susurró la niña-

.
[...]
.

Quiero irme a casa -susurró Izuku-

El peliverde se encontraba en su salón de jardín de niños. A esta hora, como era de costumbre, una de las actividades que tenían que hacer en la escuela, era cantar.

Han pasado un mes desde que Izuku tuvo ese incidente en la compañía de su padre.

Luego del incidente, Izuku escuchó que el tipo que lo había atacado, fue llevado a prisión o algo similar... A decir verdad, como no tenía ninguna importancia para él, no escuchó bien qué fue lo que le había pasado al sujeto.

Dejando eso de lado, Izuku tenía otro inconveniente... Y era acerca de su "quirk".

Ahora su familia sabía que su "quirk" le permitía crear otros "quirks", se le ordenó que no revelara nada y que siguiera diciendo que teletransportación es su único "quirk" para que no se exponga al peligro.

Por todo esto, su familia estaba mucho más al pendiente de él.

Vamos Izuku-chan, canta tú también -dijo una de las profesoras-

S-sí... -respondió el peliverde-

|En mi otra vida era pésimo cantando... Incluso evitaba los karaokes|

¿P-puedo ir al baño? -preguntó Izuku a su profesora-

Como respuesta, ella asintió mientras sonreía. El peliverde se alejó y se fue al baño e inmediatamente desapareció.

[...]

En una playa ubicada a las afueras de la ciudad, Izuku apareció en la orilla.

Esto es mil veces mejor que estar encerrado en ese lugar -dijo mientras sentía la brisa-

[Recuerda que no debes estar mucho tiempo en este lugar]

Lo sé... Puedo estar en este lugar por unos 10 minutos -respondió-

Cuando terminaron los 10 minutos, Izuku se teletransportó al baño de su escuela. Para cuando regresó a su salón, se percató que ya había terminado la hora del canto... Eso significaba que las clases había concluido...

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