Una risa maliciosa femenina se escuchaba a lo lejos, se iba acercando con rapidez hasta que llego a los ojos de los presentes con una gran sonrisa.
- ¡Yami! - dijo Splinter al verla - ¡Maldita bruja!
- ¡Tanto tiempo sin vernos, Splinter! - dijo Yami desde su escoba en el aire - ¡No has cambiado mucho!
- ¡Cállate! - dijo Splinter molesto - ¡Tu me quitaste a mi esposa!
- ¡¿Hablas de Tang Shen?! - dijo Yami para luego reír - ¡Me acuerdo de ella, sus hijos son encantadores y mas uno! - dijo Yami para ver a Leonardo.
- ¡Leo, ¿hay algo que no me hayas dicho?! - pregunto Raphael molesto.
- ¡Es el ultimo secreto, lo prometo! - dijo Leonardo para ver a su padre - ¡Yo conocí a Yami el día en que me perdí en el bosque, ella me enseño todo lo que se!
- ¡Corromperlo no fue difícil, ni con tus nietos! - dijo Yami para ver a Leonardo - ¡¿Cierto, Leo?!
- ¡Cierto, mami! - dijo Leonardo con una sonrisa inocente.
- ¡¿MAMI?! - dijeron todos los presentes.
Yami soltó su pelo (lo tenia atado con una colita) y comenzó a mover su cabello de un lado al otro mientras que cambiaba de rubio a castaño.
- ¡¿Madre?! - dijo Raphael sorprendido.
- ¡Tesoro, cuanto tiempo! - dijo Tang Shen mirándolos desde el cielo - Lamento haberme ido, en algún momento descubrirían que soy una bruja, de todos modos no envejezco.
- Te ves hermosa, mama - dijo Leonardo elogiándola.
- Ay, basta - dijo Tang Shen con tono de diva - Pequeño, aun hay algo que debemos resolver.
Continuara...