En el país de la harina,

¡faltó la harina!.

La precocida,

la de maíz,

la que llenaba de "arepas"

la mesa del desayuno

y la mesa de la cena.

En el país de la harina,

¡faltó la harina!;

pero como hoy sobra

nadie se acuerda.

Nadie se acuerda

que no se hallaba en la bodega;

ahora debías comprarla,

por número de cédula;

un paquete o dos,

según hubiera.

Madrugaba la gente,

a donde el rumor corría;

hacer colas de horas y de días

por la bendita harina.

Delincuente quien pagara su paca

aunque comprada legal,

se corría el riesgo,

de que te la quitaran en la alcabala.

Pero en el país de la harina

como hoy sobra,

nadie se acuerda;

como si nunca faltó.

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Para este año (2021)  cuando escribo este poema, harina hay de sobra, es más salieron marcas que ni conocíamos, ya que somos fieles a dos grandes marcas, por no decir a una.

Sin embargo, uno de mis motores para escribir nuevamente, fue "no perder tan fácilmente la memoria", las vivencias, las particularidades y sin duda, esta anécdota, es una de ellas.

Gracias por leer,

Gracias por llegar hasta aquí

Siempre guardo abrazos a granel para uds.