NARRADOR WILLIAM HAMILTON

AÑO 2026.

Todos me dicen que tengo que dejarlo ir.

"Solo tienes que dejarlo ir"

Pero eso es rotundamente imposible.

¿Cómo podría ser capaz de dejar ir, su voz, su sonrisa, sus besos, y sus abrazos?

Está claro que no es una opción olvidarlo.

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Mirando las estrellas, esbozaba un dibujo de Alex mirando las estrellas conmigo.

Mira Alex, este dibujo es para ti amor.

Dije mentalmente.

Y acto seguido, lo colgué en mi pared.

Al día siguiente, asistí a la universidad y allí me encontré a Erick e Isaac. 

-Tienes que dejarlo ir -canturrearon ambos.

-¡Cállense la puta boca los dos! -dije alterado. -No lo voy a dejar ir. Jamás. Ahora larguense y déjenme en paz.

-Ya está muerto -dijo obviando Erick-. ¿Por qué te castigas así?

-Porque YO no soy como ustedes -remarqué-. Yo si tengo corazón, y si siento empatía por las personas.

-Eso no lo traerá de regreso -refuto Isaac.

-¡Cállense con una mierda! -espete malhumorado.

NARRADOR OMNISCIENTE

Y sin más, William salió de la universidad y comenzó a llover.

Sin embargo, había una estrella en el cielo.

Ahí estaba Alex.

Cuidando a William.

-Will, no escuches a esos imbéciles -le dijo Brad.

Ese "Will", lo anhelaba William escuchar de nuevo, de la voz de Alex, decir su nombre con ese apodo.

-¿Y qué se supone que haga? -respondió él-. Yo... Lo extraño, Brad.

-Lo sé -añadió suave Brad-. Yo también lo extraño. Pero... En otra vida, podrán estar juntos, de nuevo. Eso tenlo por seguro. 

¿En otra vida? Pensó William.

Porque si, en esta vida tal vez no podrán estar juntos.

Pero ten por seguro, que en otra cumplirán sus sueños. Y definitivamente jamás se separarán.

Pero por mientras, William seguirá mirando la magia de las estrellas.

William y Alex, eran almas gemelas, pero no estaban destinados a estar juntos.