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EPÍLOGO
AÑO 2023.
CIUDAD DE MÉXICO
NARRADOR WILLIAM HAMILTON
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Las cosas, comenzaban a marchar mejor que antes.
Mi preciado Alex, y yo ya habíamos cumplido nuestro primer mes de novios juntos.
Todo era felicidad y alegría.
No había nada que pudiera irrumpir nuestra felicidad.
-Will, me encantan las estrellas -dijo Alex-. Espero ser tu estrella.
-Ya lo eres Alex -respondió William-. Siempre serás mi estrella.
Alex sonrió.
Acto seguido, William llevo a Alex a su casa, y ahí saludo a la pequeña Sofía.
-Hola Cullins -dijo ella muy sonriente.
-Hola pequeña -respondió Alex igual de sonriente-. Te tengo un regalo.
Posteriormente Alex le dió su regalo, y Sofía lo abrió muy feliz.
-¡Wow! -exclamó Sofí-. ¡Siempre quise tener un hamster! Se llamará, chefsito.
Alex y yo nos reímos.
***
Llegó la noche y para ese momento, ya se había ido Alex.
Posteriormente me fui a dormir, y desperté a la madrugada, por una llamada.
¿Quién demonios llama a esta hora?
Confundido, me desperté y atendí la llamada.
-Seas quien seas, ¿ya viste la hora que es? -dije no muy feliz.
-Lo lamento Will... Te llamo, para decirte que acaba de fallecer Alex...
Con esas palabras se me derrumbó mi mundo.
El mundo que había construido junto a Alex.
Pues él... Ya no estaba más...
-¿Qué? -dije incrédulo-. No, eso no es cierto. Él sigue aquí. Siempre estará conmigo, ¡él me lo prometió!
-Lo lamento mucho, William... -se escucharon las lágrimas incesantes de la madre de Alex.
Sentí que mi mundo se derrumbaba.
La única persona que podía hacerme sentir mejor...
Ya no estaba...
Comencé a llorar y a gritar hasta que mi garganta doliese. No me importaba nada, todo lo que me importaba, ya me lo habían arrebatado... ¿Por qué la vida es tan injusta? ¡¿Por qué me quitaron lo que más amaba?! ¿Por qué? Que alguien me lo diga...
Al día siguiente, no tenía ganas de hacer absolutamente nada. A excepción de estar una última vez, con él. Con el amor de mi vida.
-Lamento mucho su perdida -le escuché decir a una persona, a mi suegra...
Segundos después, me acerque con ella, y la saludé con un abrazo doloroso. Nuestras lágrimas no cesaban.
-¿Por qué, Dios mío? -dije yo destruido. -¿Por qué Alex? ¿Por qué él...?
Tantas metas que queríamos cumplir... Y ahora solo tendré que hacerlas yo mismo, por él. Por mi Alex.
-Estamos aquí reunidos -empezó a hablar un señor que nos dió el pésame-. Para despedir a un gran muchacho...
Deje de prestar atención a las palabras del señor, para mirar la tumba de mi Alex.
Él era claustrofobico.
Nunca jamás le hubiera gustado estar encerrado, por lo que me duele verlo así.
Se me parte el corazón.
Y entonces, comencé a recordar todos nuestros momentos juntos.
Desde cuándo nos conocimos, hasta cuándo ví su primer sonrisa. ¡No quiero un mundo sin él!
No lo quiero...
¿De qué me sirve un mundo en el que no este Alex conmigo...?
Comencé a llorar aún más, y después cuando me acerque a la tumba dónde estaba Alex, me deje caer al suelo y abrace el ataúd, donde yacia mi amado. No sé, de dónde saque las fuerzas, para mirarlo por última vez.
Y tampoco, se donde saque la valentía para sonreír. Pues Alex tenía una sonrisa grabada en su rostro.
Gracias por mostrarme las estrellas, mi amado.
Siempre te tendré en mi corazón. Te lo prometo.
Di un beso al ataúd y me despedí de Alex. De mi Alex.
NARRADOR OMNISCIENTE
Dicen que no se sabe, que hay después de la muerte.
Si hay vida, o solo un túnel blanco.
Pero sobre todo, te puedo asegurar, que ese día cuando Alex falleció, él sonrió sin darse cuenta, porque tuvo un sueño por toda la eternidad, donde vivía feliz con William hasta ser viejitos. Por eso sonreía Alex.
Él nunca supo que se murió.
Solo tuvo un sueño para toda la eternidad.
Pero no terminaban ahí las cosas.
Pues Alex le dejo una carta a su amado.
Y él, la leyó mientras estaba en el patio:
Hola bobo.
¿Cómo estás? Espero que bien.
Yo estoy bien a pesar de todo.
Las quimioterapias son un fastidio.
Pero sé que pronto me curare y viviremos felices, amor mío.
Yo lo sé.
También te escribí esta carta, para decirte, por si llego a irme, que seas feliz. Muy feliz.
Vuélvete a enamorar.
No te preocupes por mi. Mientras no me olvides, yo estará feliz de haberte conocido.
Espero que te haya gustado la magia de las estrellas, amor.
William empapo la carta con lágrimas, y entonces sonrió con debilidad y miró las estrellas.
El cielo estaba radiante y lleno de estrellas.
Entre todas esas estrellas, se encontraba Alex.
Iba a iluminar el camino de William. Aunque ya no este con él más.
No llores amor.
Yo siempre estaré contigo.
Atte: Alex.
-Gracias por mostrarme la magia de las estrellas -susurro roto William. -Nunca te olvidare.
Nunca se olvidarán ninguno de los dos.
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NOTAS DE LA AUTORA
Si llegaste hasta aquí, te mando un fuerte abrazo desde México. 🫂💗
Gracias por tomarse el tiempo de leer mi historia. Los quiero mucho. <3
Y recuerden, que este no es el final.
Pues Alex siempre estará con su amado por la eternidad.
Gracias por leer. 💖✨
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