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SIN TIEMPO
Las cosas no marchaban bien para nadie.
Brad tenía el problema, de no poder decirle a su amor platónico, sus sentimientos.
La señora Elizabeth, tenía el problema de su hijo enfermo, y además de haberse quedado sin dinero y por ende no podía pagar más la renta de la casa.
Y por otro lado, William se enfrentaba cada vez más a ver a su amado, sufrir de dolores insoportables.
Pero Alex era sinónimo de fuerza.
No iba a rendirse jamás.
-Quiero darte un regalo, Alex -le dijo William-. Ven conmigo.
-Okey -respondió el otro.
Fueron a la casa de William, y ahí, William saco un instrumento musical.
Sacó una guitarra acústica.
Y William empezó a cantar un momento después.
-Me dicen que soy bastante joven para entender el amor...
Alex miraba a su novio con brillo en los ojos.
Eso es a lo que llaman estar enamorado, ¿cierto?
-Y que no sé lo que es amar verdaderamente... Y yo les digo -hizo una pausa para mirarme-. Que solo quiero ver el atardecer contigo. Quiero estar contigo, no quiero estar sin ti, quiero besarte y sentir tu calor. Quiero estar contigo, y que veamos las estrellas juntos... Que sigamos conociendo, la magia de las estrellas.
Y posteriormente terminó de cantar.
Miro a Alex apenado, esperando por una respuesta que nunca llegó. Pues lo beso.
-Es... Realmente hermoso como cantas y tocas la guitarra, Will -dijo Alex con una gran sonrisa de oreja a oreja.
-Solo por ti, Alex.
Esa noche vieron las estrellas juntos.
A través de su ventana.
Pero sobre todas las cosas, no había nadie en la casa de la tía de William, todavía ella no llegaba.
Así que, las cosas fueron subiendo más de nivel con los besos inocentes.
Hasta derivar, a estar piel contra piel, sin ropa encima.
-¿Te sientes seguro de hacer esto? -le preguntó William, mientras tocaba el rostro de Alex.
-Estoy muy seguro, todas mis primeras veces quiero que sean contigo.
William sonrió con amor y lo volvió a besar.
Posteriormente, William beso el cuello de Alex y cuando terminó, decidió bajar a las aerolas de sus pezones rosados los cuales, beso. Y después, bajo a su entrepierna. La cual, acaricio de arriba a abajo, sacándole gemidos arrebatadores a Alex.
-¡Mhg...! -gimio Alex.
-¿Estás bien? ¿No te estoy dañando?
-No, no, todo está bien -aseguro Alex. -Solo... continuemos...
-De acuerdo.
.
.
.
Continuaron con lo que estaban haciendo, y una vez que Alex estuvo preparado, William entro en él. Alex gimió, al sentir a su amado, moverse con lentitud en él.
Mientras que William, besaba sus mejillas y después, todo su cuerpo.
Y posteriormente, continuaron durante toda la noche, la cual era solo para ellos dos.
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