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Después de esa salida a la instalación de astronomía, Alex y William, tuvieron más citas.

No como pareja, porque todavía no formalizaban nada. Pero el amor que sentían, el uno por el otro, era más claro que el agua.

-Te amo como nunca creí volver a amar -confesó William-. Sin darme cuenta, fui cayendo en ti. Alex, amo todo de ti.

Alex sonrió y acaricio el cabello de su amado.

-Te voy a confesar algo... -dijo Alex-. Yo desde hace tiempo, ya estaba enamorado de ti. Pero... Me daba miedo decírtelo. Siempre fuiste como mi crush inalcanzable. Y tenía mucho miedo de que me rechazaras...

-Lo intuía -comentó William, acariciando el cabello de su amado-. Sin embargo, caía más en la idea de que éramos solamente amigos. Alex, ¿cuánto tiempo llevas enamorado de mi?

-Yo te he amado, toda una vida, y en millones más también.

William sonrió enamorado. Y beso a su Alex.

-Te adoro -dejo salir William.

-Yo también, te adoro, Will.

La única verdad era que ellos dos se amaban sin ataduras.

Se amaban de forma libre.

Hasta el tiempo que les quedó...

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.

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Lunes.

Es el día más laburioso de toda la semana.

Y no podrían negarlo, Alex y William.

Estaban en computación, haciendo un trabajo. El cual era por parejas. Así que Alex y William, hicieron el trabajo juntos.

Presentaron el trabajo, y después de salir del salón de computación, Erick e Isaac dieron zancadas hasta llegar con ellos.

-Ya fue bueno, ¿no? -habló Erick-. ¿Por qué se ven tanto tiempo a solas ustedes dos?

-Si, ya digan por qué solamente están juntos los dos todos los días -inquirió Isaac.

William tenso su mandíbula y dijo:

-Porque somos amigos. ¿O acaso los amigos no pueden salir?

Erick frunció el entrecejo y dijo:

-Está bien, pero Alex nos tiene a nosotros, y ya casi tiene novia -dijo receloso Erick, como si hubiera sentido que William le estaba quitando a su mejor amigo. Pero en realidad era por algo más.

-Ah, ¿okey? -dijo William.

-Agradezco que vinieran -habló Alex-. ¿Pero cómo es eso de que ya casi tengo novia?

-Te lo dije el otro día, ¿qué no te acuerdas? -estalló Erick. 

-¡Oh! -dijo Alex, intentando acordarse, pero no pudo recordarlo-. Lo siento... No tengo ni la más retoma idea...

-Ya qué -dijo Erick. -Hoy sales con nosotros.

-A solas -repuso Isaac cuando vio que William quería hablar.

-Okey -dijo sin más William.

¿Por qué tenían esa actitud?

Era de lo más entrañable para aquel chico de cabello castaño y ojos verdes.

***

-Lamento no poder irme contigo -se lamentó Alex-. Pero te lo recompensaré, este fin de semana. -agregó y le dió un corto beso en sus labios. 

-En ese caso, que te roben todo lo que quieran -dijo bromista William.

-Qué bobo eres. -soltó Alex con una sonrisa.

Y posteriormente Alex se despidió de su amado y fue con sus tres mejores amigos del alma.

-¡Hola! -los saludó Alex, cuando llegó con ellos.

-Llegas tarde -dijo Brad con una sonrisa de amor.

-¡En serio perdónenme! -dijo Alex. -Me vine corriendo lo más rápido que pude...

-¿Y estás bien? -le preguntó Isaac mirándolo con ojos curiosos. Sabían que a Alex le hacía daño correr y esforzarse por mucho o poco tiempo.

-Sí hombre, ya vámonos -respondió Alex restándole importancia al asunto.

Y una vez dicho eso, se fueron caminando los cuatro a un bar.

-¿Vinimos a un bar? -preguntó conmocionado Alex. Era la primera vez que asistía a un sitio como este.

-¡Si men! -dijo divertido Erick-. Aquí está tu lige, Alexito.

"Alexito" con ese apodo pensó de inmediato en William.

-Oh, ya veo -dijo Alex dubitativo-. ¿Y quién es?

-Mi prima -respondió Erick con una lobuna sonrisa. 

-¡¿Qué cojones?! -espetó incrédulo Alex.

Brad se removió en su lugar, sin poder evitar sentirse mal por el chico que amaba.

Alex jamás iba a ser feliz con esa decisión apresurada por sus amigos.

-¿Y ya le preguntaste a Alex si eso es lo que él quiere? -inquirió Brad desde su lugar.

-Ay, por favor Brad -respondió Erick-. ¿A quién diablos no le gustan las mujeres? Está claro, que Alex va a estar muy feliz cuando se la presente.

-¿Y cómo demonios sabes que eso es lo que Alex quiere? -No dió su brazo a torcer Brad.

-Porque soy su amigo -respondió Erick.

Brad rodeo los ojos y gesticuló: -Haz lo que quieras. Pero no jodas a Alex.

-Ya hombre. Parece que estuvieras con la menstruación -dijo Isaac.

Erick se rió de aquel comentario, y poco después se le sumó Isaac.

-Como eres de ocurrente -dijo Erick-. Bueno, pidamos cerveza.

-¿Cerveza? -blanqueo los ojos Alex-. Lo lamento chicos, pero no me gusta la cerveza.

-Di eso después de probarla -le dijo Erick, dándole un vaso con cerveza.

Alex miró el vaso y nego mentalmente.

No es que fuera un chico aburrido, es solo que tenía ciertas limitaciones.

-No puedo -gesticulo Alex. -Es que...

-¡Pero nada! -masculló Erick-. ¡Venga, bebe! ¿O eres una nenita?

-Te estás pasando, Erick -indicó Brad.

-¡Maldito aguafiestas! -chillo Erick. -Alex puede decidir por el mismo, ¿o no Alex?

-Si, pero es que a mí no me gusta la cerveza -respondió Alex inseguro.

-¡¿Lo ves Brad?! -dijo Erick-. Por tu puta culpa Alex no se quiere divertir.

-Se puede divertir de más formas -inquirió Brad.

-Aburrido -masculló Isaac-. No sabes cuánto tiempo te queda de vida, tú solo diviértete.

Y ante esas palabras, Alex se decidió. Cogió el vaso con tristeza y se bebió todo el licor.

-¡Bien! -celebraron Erick e Isaac.

Alex a pesar de que le supo asquerosa la cerveza, y le quemo la garganta, sonrió para sus amigos y mintió.

-¡Estuvo buena! -dijo queriendo no decepcionar a sus amigos.

Brad le dió una mirada en desaprobación.

.

.

.

Finalmente, se pasó la tarde y llegó la noche.

Eran las ocho en punto. Y sabía que su madre estaría furiosa para cuando Alex volviera.

Pero era lo último que pasaba por la cabeza de Alex.

-Esta es mi prima, se llama Heather -dijo Erick presentando a su prima. La cual era una muchacha demasiado bonita, media uno setenta y tenía el cabello teñido de morado. Ella sonrió coquetamente y le dió la mano a Alex. -Heather, él es Alex, uno de mis mejores amigos.

Heather quedó fascinada con Alex. Su belleza adorable, era lo que más resaltaba de él. Y lo mejor de todo, es que no era como los demás chicos. Alex Collins, era diferente.

-Mucho gusto Alex -dijo Heather con una sonrisa picarona.

-M-Mucho gusto, Heather -respondió Alex.

A Heather le fascino esa timidez, de Alex.

Y de un segundo a otro, ya se había completamente enamorado de él.

-¿Bailamos? -le preguntó Heather.

Alex sonrió un poco incómodo, y accedió.

-Les dije que se enamorarían -espetó Erick a sus demás amigos-. ¡Tan solo mirenlos! ¡Son perfectos el uno para el otro!

-¿Y cuándo me consigues una así a mi? -dijo Isaac.

-Pronto, mano.

Brad solo atinó a rodear los ojos.

Él era el único que no hablaba. Estaba enojado con Alex, pero no de mala manera. Sino de una manera de preocupación. Brad conocía muy bien a su mejor amigo, y estaba lo suficientemente seguro, como para saber que solo estaba fingiendo.

Pues Alex siempre ha sido gay.

-Lo lamento, no sé bailar -dijo Alex.

-¡Eso no importa! ¡Divirtamonos!

Alex asintió con pensar.

A quien imaginaba a su lado, era a un gruñón pelinegro llamado William.

Cuanto lo extrañaba.

Posteriormente, el DJ cambio la música a una de romance.

Y Heather se emociono.

-¡Es mi canción! -exclamó la chica.

Alex, le tendió la mano con una sonrisa. Y ella la cogió sin dudarlo.

-Alex, eres muy caballeroso -dijo Heather totalmente fascinada, para Heather, Alex era como un príncipe de los cuentos infantiles. Todo lo que buscaba en un chico, lo había encontrado en él. -Y realmente me gustas. Sé que nos conocemos poco, ¿pero podríamos seguirnos viendo?

Alex, no quería lastimar a la prima de su amigo, pero... Tampoco podía mentirle. Si aceptaba, la pobre chica se ilusionaría aún más. Pero en cambio, si rechaza verla más seguido, su amigo podría enojarse... Y eso le aterraba a Alex.

Sin embargo, decidió ser honesto.

-Heather en verdad me agradas -habló el chico de cabello castaño-. Pero no puedo corresponderte... Porque ya me gusta alguien más. Lo siento mucho.

Heather sintió que se le destruía el corazón con esas palabras.

-¿Por qué? ¿Es mejor que yo? -se cuestionó Heather.

-No se trata de eso -dijo Alex intentando aliviar el ambiente-. Es solo que... No puedo imaginar una vida sin esa persona...

Heather sonrió con desilusión y se separó de Alex abruptamente.

-Creo que no debí haber venido... -susurro antes de irse del bar.

Alex entristecido, vió a lo lejos como se iba Heather.

-¿Qué pasó? -le preguntó Erick a Alex.

-Lo siento bro -respondió Alex-. Sé que tú eras el más interesado en esto... Pero lo lamento, no pude corresponderle... Porque amo a alguien más...

Erick le dió una mirada negativa a su amigo.

-Te dije que la conocieras, para que dejaras de verte tanto con el antipático de William -dijo enojado Erick-. ¿Y ahora me sales con esa pendejada?

-Hey, bájale a tu humor -intervino Brad-. Alex ya había dicho que le gustaba alguien más.

-¡Pues si! ¡Pero eso no quita que se vea mucho con el antipático de William! -repuso Erick.

-No lo llames así -habló Alex-. Es mi amigo.

Un amigo con el que se besa en la boca, guiño, guiño.

-William es una mala influencia para Alex -habló Isaac, quien se había mantenido callado hasta ahora-. Nada más miren como lo tiene. Todo embobado.

-No le faltes el jodido respeto, Isaac -dijo exasperado Brad.

-No importa -sentenció Alex-. Erick, tu prima es una buena chica, y es por eso mismo, que no se merecería que yo la siga viendo a pesar de mis sentimientos... Sería como engañarla... Y no quiero eso, bro. Agradezco tus buenas intenciones, pero... Yo ya amo a alguien más.

-Pufff -dejo salir Erick enojado. -Tú te lo pierdes.

***

El regreso a casa, fue un camino de mucho pesar. Como ya eran las doce de la noche, la madre de Alex, estaba con el Jesús en la boca.

Tenía más de veinte llamas perdidas de su mamá, y por parte de William, dieciocho.

El camino a su casa, fue algo peligroso.

Pues se encontró con vándalos y maliantes.

Y creyó que lo asaltarían, pero finalmente no ocurrió.

-Hola... -dijo Alex cuando su madre le abrió la puerta. -Perdón... Salí con mis amigos y se me olvidó avisarte.

-¡Alex Collins! ¡No me vuelvas a hacer esto! -sentenció la señora Elizabeth. -¡Estaba muerta del  miedo! ¡Creí que algo malo te había pasado en el bar!

-¿Cómo supiste que estaba en un bar?

-Hoy vino William. -contó la madre de Alex-. Y me lo contó todo. Parece que tus amigos no están contentos con que te veas con William.

-Sí... -ladeo la cabeza. -Pero no entiendo porque odian a Will, si él es buena persona.

-No le busques razones al odio injustificado.

-Tienes razón...

Alex no sabía lo que estaba por avecinarse...

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