🌠 12 🌠
NOSOTROS
No había pasado desapercibido para nadie, el ojo morado, que tenía William.
Todos lo miraban con curiosidad pero nadie se acercaba a preguntarle que le pasó.
-Espero que te mejores pronto -le dijo Alex.
-Espero lo mismo.
Alex sonrió calidamente.
Dicen, que solo hace falta una sonrisa para enamorarte de alguien.
Y aunque William todavía no se enamoraba, iba cayendo sin darse cuenta.
.
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Cuando llegó la salida, Alex se fue con William, porque quedaron en el acuerdo de salir juntos.
Pero ese hecho, no pasó desapercibido para sus amigos.
-¿Vas ir otra vez con William? -inquirió Erick-. Joder, ya hasta parecen novios.
-Qué asco -espetó Isaac.
Alex miró a sus amigos triste, y solo se limito a decirles, que necesitaba estar con él.
-¡Adiós! -se despidió Alex de sus amigos.
***
Ya en el estacionamiento, William y Alex caminaron hacia el auto plateado de William, y cuando llegaron, entraron.
-Te quería preguntar una cosa -dijo Alex. Era una pregunta definitiva-. ¿Qué opinas del romance?
-Opino que nunca más me volveré a enamorar.
-¿Por qué? -curiseo Alex. Pero no debió hacerlo.
-Porque solo amare a una sola persona por el resto de mi vida.
Auch. El corazón de Alex se rompió lentamente.
-¿A... Una sola persona? -dijo atónito Alex.
-Sí. En este mundo solamente se puede amar de verdad a una sola persona.
El corazón de Alex, no podría estar más roto.
Sintió que nunca podría enamorar a William.
Pero no todo estaba perdido.
-Oh, entiendo... ¿Y esa chica asiste a nuestra escuela?
-No, se mudo a California.
-Oh... Debió ser duro -debatio Alex.
-Y si que lo fue. Pero, yo le hice la promesa de que ella, será la única chica que amare de por vida.
Quizás, sea irresponsable decir algo así siendo tan joven y con una vida por delante. Pero William, no era como los demás. Él si cumplía lo que decía.
Sin embargo, un corazón roto puede volver a amar por segunda vez.
Y eso le pasó a William.
***
Llegaron a una zona de videojuegos, y empezaron a jugar. Alex pulverizaba a William, quien era tan malo como un niño de cinco años.
-Hagamoslo más interesante -habló Alex-. El que pierda, tiene que jugar a verdad o reto. Y el que gane, es quien hace las preguntas o los retos.
William no estaba para esas cosas, pero sólo sería por un rato.
-Está bien.
Alex escogió a un nuevo personaje. Y empezó la partida.
Y como siempre, ganó Alex.
-¿Verdad o reto? -preguntó Alex, bastante emocionado.
-Verdad.
-¿Qué opinas sobre mi?
-Que eres un tipo muy majo.
Alex sonrió mirando al suelo.
-Sigamos -agregó Alex.
Alex, eventualmente, volvió a ganar.
-¡¿Qué mierda?! -preguntó William-. Joder, maldito juego.
-Es demasiado fácil, no sé porque pierdes -inquirió Alex. -Bueno, ¿verdad o reto?
-Da igual. Reto.
-Te reto a cantar tu canción favorita, que nadie sabe en el mundo que es tu favorita.
-No puedo creer que voy a hacer esto.
William miró a Alex y después empezó a cantar.
-Same lips red, same eyes blue -empezó a cantar William, y aunque no supiera cantar, su voz era adictiva y sobre todo melódica-. Same white shirt, couple more tattoos...
Alex de inmediato supo de que canción se trataba. Pensó, "oh por Dios". Pues Alex es Larry Shipper.
-But it's not you and it's not me -continuó William-. Tastes so sweet, looks so real... Sounds like something that i used to feel, but i can't touch what i see...
Y cuando terminó William de cantar, se encontró a Alex mirándolo con los ojos brillosos. Y aún más enamorado que nunca.
-¡Cantas precioso! -dejó salir.
-Supongo que... Gracias -dijo William.
-No sabía que te gustaba Harry Styles. -objetó Alex.
-Sí. Hay muchas cosas que no sabes de mi.
-¿Cómo cuáles? -inquirió Alex.
-Como, que también soy team Larry.
Alex lo miró aún más enamorado.
¿Qué más podía pedir Alex? Su crush, no le sería indiferente. Pero tampoco lo tenía ganado. Era un si y un no a la vez.
Posteriormente continuaron jugando, pero Alex seguía ganando. Él se sentía bastante mal, por ganar siempre.
-Debería ser un delito ganarte -bromeo Alex.
-Ja. No importa, ya te ganaré.
Y como si fuese obra del destino, William ganó por primera vez.
Y entonces... Hizo la pregunta:
-Verdad o reto.
-Verdad. -eligió Alex.
-¿Qué piensas de la comunidad lgbt?
-Pues... Opino que todos merecen ser amados y felices -confesó-. Porque el amor es el sentimiento más bonito que existe.
-Qué cursi.
-Seh.
William comenzaba a sonreír más con Alex sin darse cuenta.
Era sinónimo de enamoramiento.
***
Pero no todo era de color de rosas.
Hoy le tocaba asistir a Alex, al grupo central de salud.
Odiaba tener que ir.
Pero estaba obligado a asistir.
Y ese mismo día, William llevo a su prima Ximena. Y por ende, se encontraron los dos.
-Hola Will -lo saludo Alex.
-Hola.
-¿Cómo estás?
-Supongo que bien. Ya estoy mejor de mi ojo, ¿y tú?
-Estoy... Muy bien.
-Bien.
Posteriormente se despidió Alex de William y entró a la habitación.
Alex reconoció a Ximena y la saludo.
Y posteriormente, empezó la oración hacia Dios.
-Amado Dios -empezó a decir la supervisora del grupo-. Te damos hoy las gracias, por un día más de vida a estos adolescentes. Guíalos, llenalos de amor y dales esperanza.
Y luego, cada uno contaba su día.
Y de esa manera, transcurrieron los minutos, y posteriormente llegó la salida.
Alex salió caminando con Ximena a la par.
Hablaban de sus quimioterapias y tratamiento.
Más adelante observaron a William, cruzarse de brazos.
-Hey -dijo Alex.
-Hey.
Ximena estaba guardando su celular en su bolsillo, mientras escuchaba atentamente a Alex.
-¿Te gustaría comer algo?
-¿Cómo qué? -inquirió William.
-Lo que gustes.
-Suena tentador... Pero tengo que llevar a Ximena.
-Oh... -la sonrisa se le esfumó del rostro a Alex.
Pero Ximena dándose cuenta rápidamente de los sentimientos de Alex hacia su primo, decidió, intervenir.
-Puede venir con nosotros.
-¿Puedo? dijo Alex.
-Bueno. -contestó William.
***
Alex se sentó en los asientos de atrás. Mientras Ximena iba en el copiloto.
Ya adentro del carro, conversaron de la historia de su vida con el cáncer.
Alex, quien tenía diesciete años, y estaba apunto de cumplir dieciocho en el próximo mes. Le diagnosticaron leucemia aguda, a los dieciséis años. Y desde entonces, a su madre se le vino el mundo abajo con esa mala noticia. Su único y querido hijo, presentaba esa enfermedad. Pero Alex no perdía los ánimos. Él seguía sonriendo, aún cuando la vida no le daba motivos para sonreír.
-Y esa es mi historia -finalizó Alex.
Pero a Alex no le gustaba contar su historia. Muchos se ponían tristes por eso mismo. Por escuchar su historia. Y sentía, que las cosas no volverían a ser iguales. Que ya no lo tratarian igual. Pero... William, no hizo eso. Lo supo comprender.
-Suena bastante duro... Pero lo supiste sobrellevar. Te admiro por eso -fueron esas palabras de William que hicieron sonreír felizmente a Alex.
-G-Gracias -dijo apenado Alex.
Ximena notaba como se ponía nervioso Alex con su primo. Solo un tonto no se daría cuenta de sus sentimientos por el pelinegro.
-Bueno, aquí es donde me bajo -habló Ximena. -¡Cuídense!
-¡Nos vemos mañana, Ximena! -gritó Alex.
-¡Nos vemos! -dijo por último Ximena.
Y posteriormente, entró a su casa pintada de azul.
-¿A dónde quieres ir a comer? -le preguntó William a Alex.
-Mmm... ¿Te gusta el sushi?
-Es mi segunda comida favorita después de la comida japonesa -inquirió William, para completa sorpresa de Alex-. Por supuesto que me gusta.
-Perfecto, entonces vayamos a comer sushi.
***
Pero el clima les tenía preparada otra sorpresa.
Pues comenzó a llover muy fuerte, cuando salieron del auto plateado.
-Sabes, me encanta la lluvia -susurro Alex. -Y también... Me gustan los bailes bajo la lluvia.
Aquellas palabras, eran una clara invitación hacia William, para que invitará a su compañero a bailar.
-Entonces no perdamos el tiempo y bailemos -enfatizó William.
En ese mismo instante, William le extendió su mano a Alex. Quién, este último, la tomo anonado. No se esperaba esas palabras de su amigo-compañero.
-No pensé que te gustará bailar -confesó Alex.
-Bueno, siempre hay una primera vez para todo, ¿no?
Alex sonrió y asintió.
-Así es.
Comenzaron a bailar sin que el exterior se interpusiera. Eran solo ellos dos.
William colocó su mano en la cintura de Alex, y Alex en los hombros de William.
Más gay, imposible.
-Bailas terrible -bromeo Alex.
-Y tú eres como dos pies izquierdos. Ya me pisaste dos veces.
-¡¿En serio?! -preguntó sorprendido Alex.
-Claro que no bobo. -William se rió.
-Jajaja -se rió también Alex.
Solo eran ellos dos. Solo eran dos chicos aprendiendo a amar y a amarse.
Nadie, podía detener su amor.
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