🌠 07 🌠
LO QUE ERES
Solo faltaban dos días más, para entregar la obra literaria.
No había prisa para Sonia. Pero para Alex y William si.
-Y entonces, Clauff se enamora perdidamente de su vecino, pero no es posible ese romance, ¡por qué Adrien, está enamorado de su hermana! ¡Qué tragedia! -finalizó Alex como todo un amante del drama.
-No. -sentenció William. -Algo falta...
-¿Qué podría faltar? -se preguntó Alex en voz alta. -¡Ah sí, una boda!
-No, por supuesto que no. -exclamó William-. Ya es mucho drama.
-¿Y entonces qué sugieres, don inteligente?
-Para empezar, no soy bueno con el romance gay -confesó William. -Y segundo, no me gusta el drama. Pero... Necesitamos algo que atrapé al público. Algo que los atraiga, a todos los que lean nuestra novela. Y creo... Que podríamos agregarle que la hermana, deja de ser un obstáculo en el romance con su hermano, Clauff.
-Sí, ¿pero cómo? Ah, ya sé. ¡Alexandra se va del país y todos felices!
-No.
-Me rindo... -Alex se dejo caer desganado en la mesa cafecina.
-¿Sería mucho drama, que aparezca un ex novio suyo y al final acaben juntos? -preguntó William.
Y ante eso, los ojos de Alex brillaron.
-¡Lo tenemos! ¡Eso es lo que faltaba!
-Eres como un niño pequeño -le dijo William abiertamente.
-¿Y eso es malo? -preguntó Alex.
-No. Es bueno. Eso te hace único.
-Supongo... Que gracias.
William sonrió.
Por primera vez, sonrió.
-Tienes una bonita sonrisa -dejo salir Alex.
Y ante esas palabras, William se percató de su gesto, y volvió a su anterior postura de tipo frío y bastante serio.
-Continuemos con el trabajo -sentenció William.
.
.
.
Pasados unos treinta minutos exactamente, ambos salieron de la biblioteca, y entonces, quedaron en verse mañana en casa de Alex para finalizar la tarea. Debido a que mañana no había clases. Y por lo tanto, la biblioteca estará cerrada.
Alex caminó con sus amigos y cuando llegaron a la parada de autobuses se despidieron. Posteriormente Alex, se subió a un bus, que lo dejaba cerca de la calle donde vivía. La trescientos tres, avenida San Marcos.
Y cuando iba de camino a casa, se topo con su vecina.
-H-Hola Alex -lo saludo tímida.
-Hola Carla -respondió el saludo con una sonrisa. -¿Cómo estás?
-Bien... -contestó Carla, acercándose a Alex-. Te... Tengo una sorpresa.
-¿Cuál sorpresa? -preguntó sorprendido Alex.
-Ayer fue San Valentín... Pero no pude entregarte esto...
Carla, le dió una caja de chocolates junto a una carta.
Alex la abrió y la leyó:
.
No sé cómo empezar esto...
Pero desde que te conocí, me gustaste.
Me enamore de tí.
Espero te gusten los chocolates. Te amo.
Cuando Alex terminó de leer la carta, miró sorprendido a Carla. Y ella desvío la mirada avergonzada.
-Esta muy bonita la carta, muchas gracias -dijo Alex con una sonrisa-. Pero... Ya me gusta alguien... Lo siento mucho Carla...
Carla se atrevió a mirar a los ojos a Alex y sus ojos se humedecieron.
-¡Lo siento! -expresó ella triste. -¡En verdad lo siento!
Y después, se echó a correr.
-¡Espera! -dijo Alex apenado.
Intento alcanzarla, pero ella se subió al ascensor rápidamente.
Y ante eso, la perdió de vista.
***
Alex finalmente entró a su casa, y guardo la carta en un cajón de su cuarto. Pues, Carla era una buena amiga para él, se conocían desde hace meses, y no podía simplemente tirar la carta. Para él valía mucho.
Miró los chocolates, y el apetito se le fue al recordar a Carla con los ojos húmedos.
Alex se sentía demasiado mal.
No quiso lastimarla.
Así que, se metió a WhatsApp y busco entre sus contactos a Carla y le escribió:
Perdón por lo que pasó.
Aunque no lo parezca, para mí tu eres una gran amiga.
Te quiero...
Espero puedas perdonarme.
Y con esos mensajes ya enviados, Alex dejo su Samsung en su cama.
Bajó las escaleras, y se encontró a su mamá haciendo de comer.
-¿Problemas con el amor? -preguntó su madre.
-¿Cómo lo supiste?
-Intuición.
-Ya veo...
Alex miró desganado hacia el suelo y su madre se percató de aquello.
-¿Y bien, qué pasó? -preguntó Elizabeth.
-Pues... Carla se me declaro... Pero la rechace porque a mi... Me gusta alguien más.
-¿Carla se te declaro? -preguntó con sorpresa, la señora Elizabeth.
-Sí, y me siento muy mal por lo que sucedió... Carla es una buena amiga... Pero yo...
-Lo sé, eres gay.
-Sí... -dijo finalmente resignado Alex.
-En el amor no se manda -dijo la madre de Alex-. Lo mejor que puedes hacer, es seguir siendo sincero con ella.
-No quiero lastimarla...
-No lo harás, pequeño bribón.
Alex sonrió y posteriormente, terminó de cocinar la señora Elizabeth.
-Se ve delicioso -dijo Alex observando su plato.
-Y bien... -posteriormente su madre se sentó enfrente de Alex-. ¿Quién es ese muchacho que te trae enamorado?
-Pues verás...
A su madre no podía mentirle.
Así que le contó todo sobre William, porque se enamoró de él y cuánto tiempo lleva con esos sentimientos.
-Suena a que es muy amable, William. -objetó su madre.
-Sí, es bastante amable, aunque siento que William se reprime mucho... No sé porque, pero algo me lo dice.
-Ojo de loco no se equivoca -dijo ella.
Y posteriormente, hablaron toda la tarde del crush de Alex y al día siguiente, despertó adormecido Alex.
.
.
.
Alex llegó al aula a las seis y media de la mañana, y se sentó en su pupitre. Minutos después, entraron varios compañeros y los amigos de Alex. Y finalmente, entró William.
Alex lo miró en silencio y William lo miró también.
-Buenos días -dijo la profesora de educación física. -Salgan todos afuera.
Todos salieron del aula como quisieron, y posteriormente la profesora de educación física, les dijo que formarán equipos para jugar basquetbol.
Y una vez que los equipos, ya estaban preparados, Alex y William quedaron en el mismo equipo.
-Hubiera preferido Voleibol. -comentó Alex.
-¿Te gusta el Voleibol? -le preguntó William.
-Sí, es mi deporte favorito desde que tengo nueve años.
-Ya veo.
Y finalmente, empezó el partido. Alex veía embobado a su compañero correr con el uniforme de la preparatoria, y entonces, su amigo Brad lo llamó.
-¡Hey, hey!
-¿Qué pasó? -regreso a la tierra Alex.
-¿Qué carajos estás haciendo? -le reprochó Brad. -Tienes que jugar, o la profesora te va a reprobar.
-Ah, si.
Alex, empezó a jugar como se debía, y después cogió el balón anaranjado. En su mente, hacia un pase con William y metía en la canasta, dándoles así un punto.
Pero en su defecto, no estaba William a su lado.
Tristemente, esto no es una película de romance. O al menos eso pensó Alex.
-¡Pásamela! -grito un compañero suyo.
Alex le pasó el balón y el partido continuo.
Cuando todo termino, Alex saco su botella de agua.
Y todos al ver a Alex con agua, se acercaron a el como zombies. Y le pidieron agua. Pero por otro lado Alex se las arreglo para salir de esa situación.
William fue a un lavadero, dónde habían grifos con agua y ante eso, pensó Alex que está podía ser su oportunidad para hablar con él.
Así que corrió lo más rápido que su estado le permitió y William lo miró.
-Hey -lo saludo. -Ví que estabas cansado, y pensé que estarías sediento. ¿Quieres agua?
-¿Ya le tomaste?
-Aún no.
-Bueno, dámela.
Y William pese a que le dijo Alex que no había tomado, él aún así, no tomó directamente.
-Gracias -dijo William. -Y por cierto, ¿a qué horas nos vemos en tu casa?
-Sobre eso... Estaba pensando que podrías venir conmigo saliendo de clases, y nos fuéramos juntos.
Pero para William eso representaba un problema. Sus padres no estarían para cuidar de Sofía. Su hermana pequeña.
-No creo que pueda... -contestó William-. Siempre recojo a mi hermana después de clases y...
-¡No hay problema! -lo interrumpió Alex-. Podemos ir por ella.
William, se lo pensó y después terminó por aceptar.
-Nos vemos después de clases. -fue lo que dijo William antes de irse.
Alex no podría estar más feliz y entusiasmado.
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