Capítulo 5: continuación dos.
¿No crees que tenía lógica que hubiera aparecido a la orilla del Lago Nahuel Huapi? Morada del Nahuelito, primo de Nessie, el Monstruo del Lago Ness. Bariloche, el sitio donde estaba documentado el caso más extraordinario de avistamiento de Ovnis.[1] Neuquén, la tierra del misterio...
—El tío de Rana era un ecologista convencido —dijo Christian, trayéndome de regreso a la realidad—. Llegó desde Madrid y aplicó todas sus ideas en sus tierras.
—Como nosotros —dijo Pire—. Somos gente de la tierra[2]. Sin tierra no hay cultura mapuche y sin cultura mapuche no somos nada.
—El tío Raúl igual. No estaba de acuerdo en cómo se hacían las cosas en Río Grande do Sul —continuó él—. No creía que, con tanta gente viviendo en la miseria, la forma de explotación idónea fuera la de enormes latifundios. Quería demostrarles que, con propiedades medianas, como la suya, era posible obtener ganancias. Utilizando los medios racionalmente, sin dañar el medio ambiente. Ni criar ganado para producir carne.
—Y lo logró —aporté yo—. Porque no sólo obtuvo ganancias sino que le pagaba los mejores salarios a los trabajadores.
—Como se pagaban en Europa —manifestó Christian—. Trabajaban para vivir, no vivían para trabajar, como los demás...
Recordé a mi madre, ilusionada con los proyectos de Raúl, su mellizo. Ella era y es una idealista. Pero con los pies bien puestos sobre el terreno, aunque te parezca una contradicción. Sueña pero a la vez concreta sus sueños. En aquellos días caminaba con pasos firmes, sin vacilar, sin temor al porvenir. Otra, en su lugar, se hubiera comportado con aprensión. Pero mamá desafiaba audazmente al Destino. La miraba riendo con el tío y deseaba que su sonrisa permaneciera instalada por largo tiempo, que nada la borrase. Mi ilusión más grande es saber que me parezco a mi madre por fuera y por dentro. ¿Sabes? Siempre me lo dicen.
—Esa forma de ver la vida hizo que muchos estancieros se convirtieran en sus enemigos —continuó Christian—. Lo veían como una amenaza. No se sabía quién daba las órdenes. Las autoridades le estaban encima. Requerían documentación un día sí y al otro también. Y se la quedaban...
—Hasta que una tarde —dije— tres agentes de uniforme interrumpieron la merienda para llevárselo detenido.
—Lo acusaban de introducir ilegalmente ganado desde el país vecino —prosiguió, al ver que me interrumpía—. Beatriz, la madre de Rana, fue a hablar con la policía, con el consulado, con Gonzalo, por teléfono, en ese entonces su jefe del bufete...
—Pero nada. No había forma de que lo soltaran —manifesté—. Porque la documentación había desaparecido. La habían hecho desaparecer, mejor dicho. No estaban los registros de las entradas y salidas de animales y productos. Durante esos días mi tía se hizo cargo de todo y continuó con la actividad. Mi tío seguía detenido.
—¿Y vos, nena? ¿Fue ahí que viajaste la primera vez? —me interrogó Pire.
—Más o menos. Cuando el tío estaba preso sentí que no aguantaba más en la casa —le contesté, las lágrimas me caían por las mejillas—. Necesitaba huir de tanta tristeza.
Christian me ciñó más fuerte y me dio un pico en los labios. Como recordándome que estaba conmigo. También en el dolor.
—Corrí hacia el río. Estaba muy cerca —seguí—. No había nadie allí. Subí al puente. Era pequeño. Muy pequeño y de madera... Me acodé sobre la barandilla. Mirando el agua. La miraba muy fijo. Y recuerdo que pensaba en cómo me gustaría desaparecer de allí e ir a otro sitio. Un sitio donde no hubiera pasado nada...
—Continuá —me pidió la machi: estuve un minuto en silencio.
—En el momento de pensarlo, sentí como si me estuviera desmaterializando... Es más: al ver mi reflejo en el agua ya no parecía corpórea. Podía ver los árboles a través de mí... Me asusté... Inmediatamente volví a ver mi reflejo... Igual que siempre... Más tarde, me dije que la preocupación por lo que le estaba pasando al tío Raúl, era lo que me hacía ver visiones...
—Pero no era perimontún...No eran visiones... Lo que te pasó era más raro, nena —dijo Pire.
—Sí —coincidí.
[1] 31 de Julio de 1995, 20:15 horas: El piloto de Aerolíneas Argentinas Jorge Polanco reporta el avistamiento de un objeto volador, parecido a un plato del revés y con luces, a la Torre de Control. Son testigos Rubén Cipuzak, piloto del ejército (su avión estaba por encima del anterior), el personal de operaciones del aeropuerto (se cortó la luz allí), numerosos vecinos de la zona.
[2] Mapu: tierra, che: gente.
NOTA.
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