Todo el lugar estaba oscuro, podía escucharse el sonido de las gotas de agua caer y a lo lejos se percibían las risas de las personas que estaban apostando en el casino del centro de Seúl, sus pasos se hicieron cada vez más lentos mientras comenzaba a silbar.

Su traje de color negro hacia que fuera casi inevitable verlo pero para la otra persona sería imposible no saber que había alguien más con el.

Los pasos se detuvieron al igual que los silbidos, mantenía una sonrisa en su rostro al ver a la persona frente a él y solamente espero a que hablara.

-¿Que es lo que busca señor Kim?

Dijo el más joven con su voz gruesa mientras jugaba con una de sus armas, aun se encontraba de espaldas pero podía reconocer aquel aroma de perfume costoso y de mal gusto que siempre había usado ese gran líder.

El otro solamente soltó una risa seca mientras colocaba un cigarro en sus labios y después lo encendía para así poder relajarse un poco.

- ¿Como supiste que era yo?

- Sería imposible no reconocerlo con ese asqueroso aroma.

-¿Siempre has sido tan grosero?

- Solo lo hago con las personas que amerita, pero ese no es el punto.

Dijo guardando su arma para después darse la vuelta y por fin ver aquel rostro moreno y quedarse mirando fijamente aquellos ojos rasgados que parecían los de un dragón.

- ¿Que trae por estos lugares al Líder de la Mafia Kim? No es normal que un hombre con usted este por estos lugares en donde no tiene comprada a la policía.

- Solo vine a hacerte una propuesta.

- Entonces que sea rápido, debo de llegar a tiempo para jugar mi turno.

Dijo sonriendo y mirando detrás de la otra persona viendo justamente el enorme edificio en donde estaba aquel casino, el otro tiro la colilla de su cigarro y se acercó un poco más al otro para poder hablar.

- Quiero que trabaje para mi.

-¿Y quien carajos dijo que yo quiero formar parte de su mafia?

- Te propondré un trato.

- No quiero nada.

-¿Esta seguro? Solo lo propondré esta vez.

Dijo el más alto sonriendo con sorna al ver al menor solamente fruncie el ceño ante la inconformidad que sentía a su propuesta.

- Señor Kim, yo trabajo solo y dudo que tenga algo que me interese. Además, jamás me metería en la boca del lobo porque yo se que una vez acepte me usará y después me matara.

- Le propongo esto, tendrá los casinos que quiera y el dinero que quiera, la policía jamás lo buscara y le daré protección mientras este conmigo.

- No gracias.

Dijo el menor para después pasar a lado suyo para salir de ese oscuro lugar, su turno casi empezaría y el que el líder solo lo estuviera haciendo perder su tiempo le molestaba.

- Hay algo más.

Dijo de pronto haciendo que el otro se detuviera para después darse la vuelta para verlo en espera de su otra propuesta, el líder sonrió mientras se acercaba nuevamente para después hablar.

- Si te unes a mi y estas a mi disposición no sólo te daré lo antes mencionado, te daré a Kim Seokjin.

El contrario abrió los ojos en sobremanera al recordar ese nombre, aquella persona que casi lo mataba y que por su culpa había estado en prisión.

Sonrió y sin pensarlo dos veces estrechó su mano con la del líder para después arrodillarse sintiendose humillado pero también afortunado pues había estado buscando a esa persona y por fin la había encontrado.

Y eso el líder lo sabía, porque sabía que entre todos ellos se odiaban a matar, h que mejor que tener diversión por unos días.

Comenzó a reir viendo al ahora otro miembro a sus pies, su plan estaba saliendo a la perfección, muy pronto tendría a los otros dos, se desaría de Kim Seokjin y el sería el hombre más poderoso no sólo de Corea si no de todo el mundo.

- Estaré a sus órdenes jefe Kim

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- Jungyuli3312💜