Capítulo 44
VALERIE
Me quedé helada, había pasado una maravillosa velada con Josh, habíamos acordado salir formalmente, me había besado y ahora... esto. Sus ojos verdes estaban fijos en los míos, mi corazón se aceleró y no supe reaccionar. Sin embargo, ahora ya no hacía falta que reaccionase yo, Josh rompió el hielo:
-Hola a todos, no sabías que tenías compañía Gemma -Saludó el chico, Harry le dirigió una mirada corta y sus ojos se volvieron a posar en los míos.
-Yo tampoco lo sabía, la verdad -Murmuró Gemma-. ¡Es mi hermano! Nunca te lo he presentado, Josh, porque está siempre de viaje de negocios... Además, tampoco ha surgido la ocasión...
Harry volvió a mirar al chico y le sonrió.
-Encantado de conocerte, soy Josh -Le tendió la mano, y el supuestamente "muerto" se la estrechó. No dije nada, no sentí nada, no comprendía aquella situación.
-Él es Harold -Dijo Gemma, consciente de que Josh sabía que salí con un chico llamado Harry y así podía evitar alguna posible confusión.
-Mejor llámame Harry -Corrigió él, su cabello estaba un poco más corto y recogido en su nostálgico tupé. Su voz sonaba igual, el timbre seguía siendo el mismo. Me parecían siglos la última vez que le escuché, me traía muchísimos recuerdos. No sabía muy bien qué hacer... No sabía como debía reaccionar. No entendía la situación. No entendía su repentina resurrección.
-¿Os quedaréis aquí? -Preguntó Gemma, supe que se dirigía a mí. Pero me pregunté si Harry se quedaría también. Fue una pregunta interna inevitable.
-No lo sé, creo que me marcharé -Josh me miró y me sonrió. Comprendí que quería que fuésemos despacio, le había propuesto quedarse en casa, pero parecía que no sería así. Y en ese instante lo agradecí-. Nos vemos pronto, Valerie. Lo he pasado muy bien contigo, te llamaré mañana.
-Yo también, Josh -Pude decir. No me salieron más palabras y a duras penas pude devolverle la sonrisa. Me abrazó y dejó un dulce beso en mi mejilla.
Dirigí mi mirada de vuelta a Harry, mientras Josh se despedía, no pude apartar mis ojos de sus ojos verdes. Me sonrió tímidamente y suspiró cuando Josh salió por la puerta. Ninguno de los dos dijo nada, estuvimos en silencio. Le miraba. Él me devolvía la mirada. Sentía angustia. Sentía pena. Sentía dolor. Sentía alegría. Sentía que mi corazón iba a estallar. Sentí la esperanza que necesitaba. Esa pequeña luz que brillaba en mi interior diciéndome que le volvería a ver. Ese cosquilleo que tenía cuando le veía.
-¿No vais a hablaros? -Interrumpió Gemma-. Harry ha...
-¿Has resucitado? -Pregunté, levantando una ceja. Harry me miró divertido.
-Sí, y todo por venir a verte.
-¿Tanto te costaba decirme que estabas vivo y que no querías saber nada de mi? ¿O nada de Gemma?
-Escucha, no... pensaba que iba a morir y créeme Valerie, es mejor para ti estar sin mi -Le dije.
-¡He pasado un infierno por ti! -Grité-. ¡Y todo por ti, pero tu solo piensas en ti mismo!
-Valerie -Interrumpió Gemma-. Después de estar el en ojo público, ser condenado a cadena perpetua y aparecer en todos los telediarios... no tenía otra opción. Había pensado como tu al principio, pero escucha la historia completa.
-Podrías haber mandado alguna señal -Mis ojos se llenaron de lágrimas, y Harry vino a abrazarme. Escondí la cabeza en sus brazos y cerré los ojos, dejando que algunas lágrimas empapasen sus ropas. Su olor me embriagó.
Cuando comenzó a explicar su historia, le comprendí. Traté con todo mi corazón de entenderle, me senté a su lado y escuché todo lo que Harry tenía que decir. Y aunque esperaba que se quedase conmigo por la noche, se marchó.
***
"Harry había sido muy frío." Me dije. Observé la habitación, los rayos de sol entraban por los grandes ventanales. Cerré los ojos con fuerza. Me alegraba que Harry volviese a estar en mi vida, pero me gustaría estar con él de nuevo. Le había echado mucho de menos. Y ahora no sabía si él ya no sentía lo mismo o simplemente, no quería tener nada que ver conmigo. Era la única parte de la historia que no había comprendido. ¿Tendría Josh algo que ver con esto? Poniéndome en la piel de Harry... Era una posibilidad que quisiese que yo me olvidase de él. Y si me había visto feliz o Gemma le había hablado de Josh, quizá él quería darme espacio.
Ojalá fuese eso. Cambiaría cualquier cosa por volver a estar a su lado.
-¡Buenos días! -Saludó Gemma, asomando la cabeza por detrás de la puerta-. ¿Has dormido bien?
-Sí, bueno, estaba pensando en Harry... -Expliqué, ella se tumbó en el otro lado de mi cama, mirándome fijamente-. ¿Por qué no ha querido quedarse esta noche? ¿Es por mí? Tú lo sabes seguro, Gemma.
-Bueno, es cierto que es por ti. Él cree que te mereces algo mucho mejor y por lo tanto, prefiere mantenerse al margen y mucho más cuando sabe que te ha hecho daño... Es fácil de ver que Josh es probablemente lo mejor para ti.
-Pero yo aún sigo queriendo a Harry...
-Ya lo sabemos, y él también lo sabe. Piénsalo bien, Valerie -Dijo Gemma, bajé mi cabeza. No quería darle vueltas a nada, consideraba tener las cosas claras-. Hablando con Harry, él mismo me ha insistido en que no te puede ofrecer una vida plena, siempre estará perseguido en caso de descubrir que sigue vivo. Y con esto, dejo que lo pienses y reflexiones. No te decantes tan temprano, quizá sería mejor que lo hablases con Harry tu misma.
-Eso haré -Dije con determinación.
-Bien, iré al juicio de Christian -Anunció Gemma-. ¿Querías venir también, verdad?
Asentí con la cabeza. Gemma salió por la puerta. Desayuné unas frutas y me vestí rápidamente, recordando que el juicio era a primera hora de la mañana. Caminamos hacia los juzgados durante una media hora, y cuando finalmente llegamos al edificio, sin dudar un segundo, entramos dentro.
La sala del juicio era un gran auditorio, el eco de las conversaciones chocaba contra las paredes y hacía toda la sala resonar. Habían varias secciones de asientos, con periodistas, algunos curiosos que habían sido acreditados y policía. Nos sentamos en uno de los bancos, Gemma había saludado con la mano a su abogado. Él se encargaría de testificar y de expresar su posición en contra del hombre. Estuvimos en silencio hasta que la puerta lateral se abrió y el supuesto culpable entró acompañado de un par de policías. Christian miró con una expresión seria a los presentes, no se fijó en nosotras por suerte. Se sentó delante del tribunal, sus cabeza erguida demostrando todo el orgullo que no iba a perder tan fácilmente.
El tribunal entró unos minutos más tarde. Un hombre de cabello blanco y frondosa barba se sentó en el asiento principal. Se colocó bien su toga y habló:
-Bien, comencemos -Dijo, su mirada se posó en Christian durante unos segundos y luego en los papeles que tenía delante-. ¿Christian Parker, cierto? -El acusado asintió con la cabeza-. Un empresario acusado de varios faltas a la ley, posesión y reparto de substancias tóxicas y varios asesinatos, tanto como cómplice o ejecutor. Este caso ha sido acordado con todos mis compañeros que habrá una deliberación conjunta, sin embargo, la decisión final será dictada por mi.
Observé la situación, ¿de qué bando estaría ese hombre? Quizá era partidario de Christian y le absolvería por falta de pruebas.
-Por otra parte, de acuerdo con este caso excepcional, deliberaremos en conjunto si obtienes cadena perpetua -Explicó. En mi mente todo tuvo sentido, probablemente, ese hombre no había sido pagado. No hubiese mencionado nada de cadena perpetua si fuese un "amiguito" de Christian-. ¿Tienes algo que objetar, tanto tú como tus abogados?
-Señoría -Intervino el abogado de Christian-. La naturaleza de los crímenes no es tan grave como para condenar a mi cliente a cadena perpetua, he de recordar que ha hecho muchas cosas buenas durante...
-Señoría -Interrumpió el abogado del otro bando, dirigiéndose al hombre que previamente había hablado-. Ha matado a personas y ha colaborado en la muerte de muchas otras a través de las substancias tóxicas. Eso es una razón bastante prominente para esta deliberación.
-¡Ha ayudado a muchas ONG y ha destinado sus riquezas a lugares que realmente lo necesitaban!
-He leído con detenimiento todas las acusaciones hacia su cliente -Interrumpió el abogado-. Y me parece que se han ofrecido pruebas suficientes, de ambos bandos. Ahora si me permiten, cuando sea su momento de declarar, podrán hacerlo sin ningún problema e interrumpirse las veces que haga falta. Pero todavía no es el momento -Hizo una pausa-. Este tribunal tiene como objetivo juzgar los siguientes crímenes...
Comenzó a nombrar aquellos crímenes que habían sido presentados con pruebas irrefutables, aquellos de los cuales era imposible salir indemne. Los conté con los dedos de la mano, eran catorce. No saldría de allí con tanta facilidad y más cuando era obvia su culpabilidad. Aquellos casos que no se veían tan claros, habían sido reforzados con testigos y por lo tanto, daba la sensación que Christian ya no tenía escapatoria. Sin embargo, su abogado seguía alegando que todas aquellas acusaciones eran falsas. Todas aquellas discusiones sobre los casos se me hicieron muy largas, desviaba mi atención hacia otras cosas, observaba las personas que ocupaban la sala y todas parecían estar muy concentradas.
-Por otra parte, tenemos el caso de Harry Styles -Anunció el juez-. El joven, actualmente, fallecido. Sufrió aparentemente las consecuencias de una familia asesinada ante sus ojos, para luego participar y firmar en estos contratos en posesión de la policía, a servicios del magnate Christian Parker. Cabe mencionar que este contrato data del año 2008, cuando el sujeto tenía catorce años -Pausó de nuevo-. Los crímenes cometidos por Styles no son directamente atribuidos al señor Parker, sin embargo hubieron pruebas claras del asesinato del señor y señora Styles en manos del acusado.
-Señoría -Interrumpió el abogado de Gemma, el juez le dio permiso para hablar-. He de comentar que es cierto que los crímenes no han sido cometidos directamente por Christian Parker, pero la influencia de tal criminal en un niño es fatal para su futuro. Si nos referimos al contrato mencionado, los servicios de Styles se trataban básicamente en cometer robos, algún que otro crimen bajo las instrucciones directas de Christian, por lo tanto podría ser considerado trata, una explotación de trabajo completamente ilegal.
-Cierto -Dijo el juez asintiendo.
-Por otra parte, a pesar de que las pruebas del asesinato han prescrito, es obvio que el crimen fue cometido por Christian Parker. Por lo tanto, me gustaría añadir esta acusación como una prueba clara contra el susodicho.
-Lo tendremos en cuenta -Finalizó el juez.
Tras aquellas palabras, Gemma se emocionó. Parecía que había conseguido lo que andaba buscando, justicia para su hermanos y sus padres. Poco después, el juez se quedó en silencio, hablando con sus compañeros en voz baja. Quizá decidiendo o buscando diferentes opiniones sobre el caso.
-De acuerdo -Su voz hizo que el murmullo general que había inundado la sala se silenciase de repente-. Hemos llegado a la conclusión que este juicio requiere de tiempo extraordinario para deliberar, a pesar de que la culpabilidad es innegable, nos reuniremos y la semana que viene comunicaremos los resultados del caso.
Golpeó la mesa con el mazo de madera, dando por acabada la sesión. Suspiramos, al menos Christian era innegablemente culpable.
HARRY
Pasé la noche en mi apartamento, Niall seguía durmiendo cuando me desperté. Me dirigí a la cocina y tomé un vaso de agua. Era el día del juicio... No me importaban los resultados, pero él debía ser culpable. Pasaron las horas y Niall se despertó, el juicio quedó en espera de una deliberación y decidí visitar definitivamente a Christian.
-¿Irás? ¿De verdad? -La mirada de Niall era cansada, todavía seguía vistiendo su pijama azul decorado con nubes. Cualquiera diría que era un hombre adulto, durante la noche se rejuvenecía por completo. Su cabello estaba despeinado y toda su atención parecía recaer en una taza de café que tenía delante.
-A eso he venido Niall. Él está en condicional, puede estar en su casa, con todo su poder no me extraña...
-Pensaba que te esperarías a ver que deliberan -Manifestó.
-Lo he valorado -Confesé, mientras observaba la calle Londinense. El día se había despertado soleado, había alguna nube en el cielo pero ninguna de ellas cubría la luz del sol-. Pero, he venido aquí con un objetivo y si la justicia se interfiere en mi camino, no he venido a nada ¿sabes?
-Quieres hablar con él, y acabar con esto.
-Si no lo hago es como que no he dado fin a esta mierda, Niall -Hablé.
Niall asintió con la cabeza.
-Tienes razón, es una buena manera de darle fin. Si luego va a la cárcel... probablemente no pueda volver a salir, entonces para ti todo esto no habría acabado.
-Exacto. Además, ayer la cagué -Apreté mi agarre a la encimera de la cocina, volví mi vista de la calle y la dirigí a la del chico-. Fui a ver a Gemma, me aseguré que Valerie no estaba... pero regresó.
-¿Y qué pasó?
-Nada realmente, no hablé mucho con ella, se quedó parada. Venía con un chico, parece ser que iban a dormir juntos pero después de verme allí... No sé muy bien que pasó, pero creo que se marchó.
-¿Valerie está con otro? ¿Y ahora te ha visto a ti? ¿Y no sabe decidirse, es eso?
-No quiero que decida, ella se merece algo mejor que yo, y ese chico lo es. Es tan sencillo como eso.
-Bueno, pero piensa, Harry, que ahora todo puede cambiar. Ella pensaba que estabas muerto, y ahora ya no lo estás. Eso puede cambiar muchas cosas para ella... Valerie lo ha pasado muy mal sin ti, quizá le irá bien saber la verdad.
-Esta chica ha estado en el psicólogo por MI culpa -Expliqué poniendo énfasis en una de las palabras-. No debería haber pasado por eso, y para ser sinceros, si me alejo de ella, ella estará mejor. No hay que ser muy listo para darse cuenta que todo ha sido mi culpa -Suspiré-. Vamos a dejar el tema... pero yo quiero lo mejor para ella y simplemente, no soy yo, Niall.
Niall no dijo nada al respecto. Estuvimos en silencio y deduje que él también opinaba como yo. Para mi era fácil ver la realidad. Y solamente esperaba que Valerie viese lo mismo que yo, aunque sea solo una parte de su corazón.
-¿Quieres que te lleve a la residencia de Christian? -Preguntó Niall, levantándose a dejar el vaso de café en el fregadero.
-De acuerdo, si no volviese...
-Sé los márgenes que debo dejar, Harry -Interrumpió Niall-. No soy nuevo en esto. Esperaré por ti en la puerta.
-Si no salgo...
-Saldrás -Animó Niall, caminé con él hacia la entrada del apartamento. El chico cogió unas llaves, y yo tomé mi chaqueta de cuero.
Si tuviese que describir aquella vuelta en coche, sería con una simple palabra: emocionante. Podía sentir que el final se acercaba, me sentía como en aquellas películas en las cuales el protagonista marcha a un lugar a encontrarse con el villano. Normalmente el héroe ganaba, pero en aquella situación, yo no me consideraba ningún héroe. Las afueras de la ciudad se transformaron en lugares repletos de fábricas, polígonos industriales grises que albergaban gran cantidad de coches aparcados y cubos de basura mal esparcidos. Este fue mi paisaje hasta que nos adentramos en una urbanización bastante peculiar, las casas eran todas de diferentes estilos, parecía que la mayoría estaban o abandonadas o en venta. Algunos gatos vagaban a sus anchas por la calzada, la cual estaba en mal estado. El asfalto se comenzaba a levantar para dar paso a nuevas y verdes formas de vida. Sin embargo, no era un lugar completamente desolado. Habían bastantes casas que parecían estar ocupadas y varios vecinos caminando por las calles.
El GPS condujo a Niall hasta una calle sin salida. Paró el vehículo en un lugar y suspiró:
-Vale, a ver, la mansión no está aquí. Está dos calles arriba, hazle una foto al GPS si quieres.
Le hice caso.
-¿Esperarás aquí?
-Sí, obviamente no esperaré en la puerta de Christian. Mucha suerte, Harry.
-Nos vemos luego, amigo -Dije, comenzando a caminar hacia el lugar indicado.
La mansión parecía casi abandonada, estaba decorada con ese estilo antiguo que no sabría nombrar. ¿Victoriano, quizá? Sin embargo, algo en el ambiente hacía que la casa pareciese acogedora, atribuí tal sensación al jardín y la hiedra que crecía adornando la fachada exterior de la vivienda. Caminaba por aquel extenso jardín, el camino decorado con piedras, parecía extremadamente descuidado: hierbajos crecían y aparentemente, no eran de este último mes. Me pregunté porqué razón Christian querría estar en un lugar casi abandonado. ¿Pasar desapercibido? Fue la solución más lógica que encontré. Sin dar más vueltas al entorno que envolvía el lugar, decidí adentrarme. Para mi sorpresa, la puerta de madera estaba entreabierta, seguramente esperaban mi visita. Algo de vigilancia tendrían... Una observación que yo había pasado por alto.
Entré en la casa, su mirada felina acompañada de sus gafas me observaban. Aquella mansión era lujosa, pero distaba de la magnitud de riqueza a la que Christian estaba acostumbrado. Una maliciosa sonrisa escapaba sus labios, después de su juicio, parecía sentirse un triunfador. Pero, la realidad distaba bastante de los hechos, no había triunfado y probablemente, su destino sería la muerte. Aunque todavía el juez no lo había confirmado.
Vestía un traje de color anaranjado, y caminaba en mi dirección con las manos abiertas. Observé el lugar con detenimiento, parándome a mirar una mesa con dos sillas que se encontraba en aquel enorme recibidor. Christian me tendió la mano y murmuró:
-Me alegro de verte, ha pasado mucho tiempo, Styles -Su mirada se oscureció, su sonrisa desapareció con sus palabras. No quedaba nada más que decir, aquella era la traca final. Si lo que había iluminado la noche anteriormente habían sido unos fuegos artificiales, ahora se venía el momento más esperado por todos los espectadores. Aunque una cosa variaba, aquí no había ningún tipo de público, únicamente dos hombres.
-Yo no me alegro mucho de estar contigo, Christian -Confesé-. Sin embargo, la única felicidad que puedo sentir ahora mismo es la del desenlace que esta situación puede tener.
-¿Cómo está mi hija? ¿La has visto?
-Brevemente.
-Me alegro -Dijo con un tono bastante irónico-. Supongo que te estarás preguntando una cosa, Harry.
-¿Ahora me llamas Harry?
-Vamos a intimar un poco por última vez, creo que es bastante apropiado, la situación lo requiere -Dio un par de golpes en mi espalda-. Me apetece hablar un poco de todo lo sucedido, ya solo nos queda esto: conversar.
Me guió a la mesa que había colocado cerca de la entrada. Y tras ese movimiento, Christian procedió a sentarse, imité su acción. Apoyé ambas manos sobre la mesa. Observé que Christian sacó algo de su bolsillo, y para mi sorpresa, se trataba de un revólver. Levanté una ceja con diversión.
-Déjame adivinar -Reí-. ¿Quieres jugar un rato?
-Por esa razón he puesto la mesa en este lugar -Explicó-. Prefiero que tu sangre manche la entrada, y no alguna de las otras habitaciones que tengo decoradas cuidadosamente.
-Ya veo... Me sorprende mucho que confirmes que vas a ganar -Me crucé de brazos.
-Puedes comprobarlo tu mismo -Lanzó el revólver hacia mi, lo capturé en el aire. Lo inspeccioné con cautela, parecía bastante antiguo pero su mecanismo funcionaba bien, era más que evidente la vista. Comprobé la calidad de las balas y también su cantidad, solo había una. Ya sabía que intenciones tenía Christian, así que volví a colocar la bala en el sitio que consideré oportuno. Lo dejé en el punto central de la mesa.
-Ahora ya podemos charlar en paz -Ironicé-. Nunca he perdido en este juego Christian...
-Me sorprendería si hubieses perdido y siguieses aquí -Dijo Christian mirándome fijamente-. ¿Ya sabes como funciona no?
-¿La ruleta rusa? Sí, lo sé bastante bien.
-Entonces podemos comenzar la charla -Anunció-. ¿Quieres hacer los honores? Los invitados van primero siempre...
-Ningún problema por mi parte -Cogí el revólver y cogí la parte móvil situada encima del gatillo, la hice girar rápidamente. Hasta que paró.
-Tengo algo que preguntarte, Harry. ¿Crees que Valerie sigue sintiendo algo por ti? ¿O te ha olvidado ya con Josh?
-Te voy a decir algo, Christian -Comencé-. No vas a sacarme de mis casillas con este tema, si ella es feliz con él, adelante. Prefiero que se quede con él, yo no merezco la pena, mucho más después de lo que la he hecho sufrir. Debería estar muerto, como ella creía.
-Lo estarás, tranquilo -Me hizo señales para que colocase el revólver en mi cabeza-. No tengas prisa por morir.
La primera vez siempre era la más difícil, el primer intento de disparo era el más complicado para la mente. El azar podía hacer que tu suerte se disipara en un instante o darte un brindis de esperanza. El frío metal del arma apoyado en mi cabeza me daba una sensación de adrenalina que no sabía si quería sentir. Bajo la atenta mirada de Christian, coloqué el dedo en el gatillo, observé como su sonrisa volvía a aparecer en su rostro. Él sabía lo que quería, y sin más miramientos, apreté el gatillo.
Ya casi llega a su final, este capítulo ha sido un poco más largo que de costumbre, y supongo que el siguiente será parecido. Creo que probablemente acabará en el siguiente, aunque si me queda muy largo quizá lo dividiré en dos + epílogo. ¡Espero que tengáis un buen domingo! :)
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