Capítulo 43
VALERIE
Estuve pensando durante un largo periodo en aquel chico que había chocado conmigo. Ya habían pasado horas, y debo confesar que, con los nervios de mi cita con Josh, fue fácil olvidarlo. Reemplacé mis pensamientos por otros que en su momento, tenían mucha más importancia para mi. Suspiré mientras caminaba nerviosa por mi habitación. El clima aún era bueno, por lo que decidí ponerme un largo vestido negro que tenía. Llegaba a la altura de mi rodilla y se ceñía con gracia, Gemma siempre había pensado que me favorecía muchísimo.
Nunca había tenido una cita tan formal con Josh. Siempre habíamos quedado como amigos, a pesar de saber las intenciones que ocupaban su corazón. Aquella era la noche en que decidía que quería dar un pequeño paso más. Era el día en que decidía que quería abrir mi corazón una vez más, y esta vez, estaba convencida que era la opción correcta. Había tenido ciertas dudas, pero todas se habían disipado. Actualmente, solo quedaba el miedo que volviese a pasar algo similar a lo sucedido con Harry. Sin embargo, sabía que eso no sucedería. Él no estaba metido en ninguna organización problemática, era un hombre sencillo.
Él era una persona normal. Y todo lo que viví con Harry era fuera de lo común. No se viven cosas así, solo sucedía esto en las películas. Pero a mi me había tocado vivirlo.
-¿Estás lista? -Canturreó Gemma entrando en la habitación-. ¡Aaaaah! ¡Qué guapa estás! -Exclamó al verme, me sonrojé pensando que era una exagerada.
-Oh, Gemma, por favor...
-Te irá muy bien la cita, ya verás -Sonrió sentándose en la cama. Me guiñó un ojo-. Tienes a ese chico en el bote, no tienes que ponerte nerviosa. Ya sabes que te va a decir que sí.
Gemma estuvo hablando de consejos y de antiguas citas que había tenido con otros chicos. Sus anécdotas amenizaban la espera, a pesar de conocer ya todas sus experiencias. Tenía una actitud muy buena, Gemma era consciente que no había tenido nunca mucha suerte en el amor. Aunque parecía que no se rendía, bueno, en ese momento había decidido que se quedaría en la soltería durante un periodo largo. Por lo menos, hasta que encontrase a alguien que le llamase realmente la atención. Y si esa persona nunca aparecía... bueno, entonces adoptaría una mascota.
-Debería ser la hora ya -Comentó Gemma de repente, mi corazón se aceleró repentinamente. Ella lo debió notar pues soltó una ligera risa-. Tranquila, eh. Nunca he entendido los nervios, son normales pero bueno... Tampoco hagas un castillo de arena de un grano, eh?
-No, realmente no estoy tan nerviosa. Tengo ganas de verle.
-¡Eso! ¡Eso es un buen comienzo! -Sonrió Gemma, en ese instante sonó el timbre-. Venga, ves.
Gemma me dio unos golpecitos en la espalda, animándome. Fui a la puerta y abrí. Josh se encontraba sonriente, su cabello oscuro estaba peinado hacia arriba como de costumbre. Su sonrisa le iluminaba el rostro, achinaba sus ojos de una adorable forma. Vestía una camisa en tonalidades azules, acompañada de una corbata colocada de una forma casual y descuidada. Sin embargo, le favorecía mucho. Sonreí para mi misma, a pesar de encontrarme algo nerviosa, me di cuenta que era lo que debía hacer.
-¡Hola, Valerie! -Su voz sonó muy animada, podía notar su felicidad por su tono-. ¿Cómo estás?
-Hola, Josh -Le sonreí-. Muy bien, con muchas ganas de cenar contigo.
-¡Me alegro! Reservé en el Mexicano del centro, dicen que está muy bueno. No sé si habrás ido antes, pero hacen unos tacos deliciosos.
-La verdad es que no... Pero me gustan los tacos -Contesté-. De hecho, Gemma suele pedir normalmente.
-Al menos una vez al mes, para ser exactos -Afirmó Gemma, aproximándose a la puerta-. Pasadlo muy bien, y Josh, espero que vuelva Valerie de una pieza ¿eh? -Gemma rio y él asintió.
-No te preocupes, Gemma. Además, Valerie ya tiene una edad y se sabe cuidar sola -Intervino Josh.
-Ya, ya... tampoco hace falta que pierdas tu papel de gentleman -Ironizó Gemma, entornó la puerta, con intenciones de cerrar-. Si os sobra comida, pensad en mi. ¡Buenas noches, pareja!
Siendo realistas, Gemma tenía ganas de que se fuesen. Un paseo por la ciudad seguro que les daba una conversación entretenida, por lo menos, Josh tenía bastante iniciativa a la hora de sacar temas de conversación. Salí del edificio de la mano de Josh, era su calidez y cercanía lo que buscaba hoy más que nunca.
HARRY
Había decidido ir a visitar a Gemma, eso si es que sabía que Valerie no estaría en casa. Debía comprobarlo. ¿Y cómo había decidido hacerlo? Buena pregunta. Durante ese día no tenía nada que hacer en Londres, por lo tanto, aparqué delante de su edificio y observé si Valerie salía en algún momento. El reloj marcaba las siete y media y no había salido nadie. Un chico había entrado al edificio, y solo suspiré. Sería un vecino más. Ya habían salido y entrado más de treinta personas, algunos eran los mismos pero otros muchos eran nuevos.
Suspiré. Poniendo el coche en marcha, ellas pasarían el día en casa. Como mucho, Gemma pediría comida para llevar. El motor resonó y la puerta del edificio se cerró de nuevo. El chico volvía a salir, acompañando a Valerie. Observé como ella sonreía mientras hablaba animadamente con él, el chico asentía con la cabeza y le miraba con una amplia sonrisa. Me molestó verlos tan sonrientes. Sentía celos, pero ella se veía feliz. Me fijé que iban cogidos de la mano, si mi corazón fuese de cristal, se hubiese roto con un pequeño golpe. Noté como mi frente aumentaba su temperatura, cuando me ponía nervioso, mi cara obtenía una tonalidad rojiza. Suspiré de nuevo, pero esta vez por otra razón. Si previamente estaba cansado, ahora me encontraba destrozado.
Me quedé en el coche observando, hasta que desaparecieron de mi vista. Sabía que iban a una cita. Y aquello me dolió. Pero sabía que no tenía derecho a enfadarme, yo mismo había querido desaparecer de la vida de Valerie. Ahora no podía reclamar nada, por mucho que me molestase. Ella tenía derecho a pasar página, y más si pensaba que estaba muerto, habían pasado años... En algún momento tenía que rehacer su vida. Sin mi.
Salí del coche cuando pasaron algunos minutos, para confirmar que Valerie no volvería a casa. Sabía el número de piso de Gemma y toqué el timbre. Esperé unos minutos.
-¿Valerie? ¿Vuelves a ser tu? -Su voz no había cambiado nada. Seguía igual.
-No, Gemma, soy Harry. He venido a verte -Expliqué. Le daría un infarto o querría golpearme con una silla, pero debía ir con la verdad por delante.
-Sí, no conozco a ningún Harry, lo siento.
-Gemma, soy tu hermano -Especifiqué. Ella no quería creerse mi identidad, tampoco es que me sorprendiese.
No contestó nada, tras un par de segundos de incertidumbre, colgó el telefonillo. Volví a tocar el timbre, esperando una respuesta.
-Por favor, déjame en paz -Contestó de nuevo Gemma-. No te voy a abrir la puerta, seas quien seas.
-Si puedes sal a la ventana... Soy yo Gemma, te lo puedo demostrar.
-¡Ya basta de bromas pesadas!
Volvió a colgar. Supuse que no me abriría y tampoco se molestaría. Para ella esto no era más que una broma pesada, y para mí tenía muchísimo sentido. Era normal que pensase que la estaba engañando.
Decidí intentarlo cualquier otro día, no pasaba nada... Algún otro día podría encontrarme con ella, podría forzar algún encuentro cuando Gemma estuviese sola. Aunque me costase mucho encontrar un momento apropiado. Comencé a caminar por la calle para marcharme, abrí la puerta del coche y escuché una voz proveniente del edificio. Subí mi mirada hacia el edificio, y observé como Gemma me miraba con incredulidad.
-¡Hola, Gemma! -Le levanté la mano moviéndola a modo saludo. Ella simplemente cerró la ventana. ¿Cómo interpretaba aquello? Conociéndola, pensará que está loca o está viendo visiones. No entendí si ahora querría verme o no. Quizá pensaba que era un clon de su verdadero hermano o un simple 'look-alike'. Cerré la puerta del vehículo nuevamente. Mi alrededor estaba desierto, la noche ya había caído y por lo tanto, pocas personas salían en un día de diario. Solamente habían algunos paseando sus mascotas y otros que regresaban del trabajo.
Unos minutos más tarde vi como Gemma se acercaba a la puerta de cristal del edificio. Me hizo señales para que me acercase. Estaba exactamente igual, los años le sentaban muy bien. Vestía un chándal casual y tenía el pelo ligeramente alborotado. Estaba cruzada de brazos y parecía que no tenía intenciones de abrir la puerta.
-Vamos a ver "Harry" -Dijo irónicamente gesticulando con las manos. No supe descifrar su mirada, no sabía si estaba enfadada, sorprendida o de buen humor. Era una incógnita-. ¿Cómo quieres que me crea que eres tú?
-Eh... Gemma, por favor, soy yo -Ella levantó una ceja, y yo suspiré-. Mira, tengo los mismos tatuajes, no se han ido -Levanté mi manga ligeramente, dejando al descubierto algunos de los tatuajes que ocupaban mi brazo derecho. Ella ladeó la cabeza. No comprendí-. ¿Podemos hablar?
-Te pareces mucho a él, por no decir que eres idéntico. Tu voz es exactamente igual, tus tatuajes los mismos, incluso tu altura... ¿Pero cómo quieres que me crea que eres tú, Harry? Ha pasado mucho tiempo, me dijeron que estabas muerto y te presentas aquí como si nada, y quieres que te crea.
Dirigí mi mirada hacia el cielo, buscando algo de tranquilidad. No sabía que contestarle.
-Bueno, pasaron muchas cosas. Me salvaron pero no podía decírtelo, era una situación muy complicada, Gem. Me gustaría poder hablar contigo tranquilamente y explicarte que pasó. Por eso estoy aquí.
-De verdad, es que... es increíble que vengas como si nada. Pero bueno, entra.
Me abrió la puerta. Sonreí, noté como su barbilla tembló por un momento. Notaba que me miraba con cautela, pero la abracé. Todo el rato que ella necesitó, hasta que ella se separó. Echaba mucho de menos a mi hermana. Ahora podía tener la oportunidad de explicarle todo bien. Y no iba a desaprovecharla.
Me condujo a su apartamento, el que compartía con Valerie. Era un lugar acogedor y muy parecido al que compartíamos en Nueva York. Le expliqué todo lo que me había sucedido. Todo sobre mi. Lo que me encubrió Ian, el tiempo que pasé con él y la razón por la que me encontraba de vuelta en Londres. Nada pareció sorprenderle.
-La carta... bueno, pone que puedes ir cuando quieras. ¿Sabes que Christian está pendiente de juicio? -Preguntó Gemma, yo asentí-. Entonces debes saber algo más, hemos denunciado lo de la muerte de nuestros padres. He llevado todo a juicio, es uno de los otros casos para cargar a Christian. Según mi abogado, vamos a ganar el caso. Las pruebas son más que evidentes, al menos la evidencia se veía en todas las consecuencias reflejadas en tu persona. Eres una victima evidente.
-Ahora soy victima...
-Sí, desde un punto de vista psicológico sí. El verdadero culpable aquí sería él, él es el desencadenante de todos tus problemas. Arruinó una persona -Explicó ella-. Aunque tampoco se puede alegar mucho más, Harry...
-Lo imagino. Pero gracias por todo Gemma.
-Eh, no te pongas sentimental, que lo hago también por mi.
-Lo sé.
-Se me hace raro volver a hablar contigo -Confesó-. Si estoy un poco distante o rara es porque no esperaba volverte a ver en toda mi vida -Sus ojos se llenaron de ligeras lágrimas.
Traté de cambiar de tema, y volvimos a recordar los tiempos en que éramos pequeños y vivíamos en Holmes Chapel. Aquella bonita época. Pasaron horas y horas hablando. Gemma se ofreció a preparar algunos bocatas para cenar y yo me presenté voluntario para ayudarla. Cenamos viendo una serie y procedí a preguntarle por Valerie. Había evitado el tema toda la tarde, pero la curiosidad me estaba matando por dentro. Quería saber cómo estaba, qué estaba haciendo ahora, si se había enamorado o cualquier cosa que Gemma considerase relevante.
-Oye, ¿y Valerie?
-Ah, pensaba que no me ibas a preguntar por ella -Murmuró Gemma-. Está en una cita, con un chico que conoció, es profesor de escuela y bueno, es un buen chico. Si le conocieses seguro que te gustaría.
-No sabía que había pasado página.
-Harry, no le queda otra opción. Le costó muchísimo salir de ese agujero negro que entró tras tu supuesta muerte -Explicó-. Ahora se ha decidido a intentar salir con ese chico de una manera formal. Él le dijo que esperaría por ella, todo lo que necesitase.
-Se ha dado cuenta que Valerie es una persona extraordinaria.
-Como tu -Gemma sonrió.
-Sí, por eso... Gemma quiero que ella sea feliz, me prometí esto. Solo quiero que tu sepas que existo, no le digas nada a Valerie...
-¿Qué dices? -Exclamó-. ¿Qué quieres que le diga cuando se ponga a llorar por las noches pensando en ti? No seas estúpido.
-No le quiero arruinar su felicidad. Ella no tiene futuro con alguien como yo.
-Eso es verdad. Es una mierda, pero es verdad -Confirmó Gemma-. ¿Y qué? Harry debe saberlo. Dile que no la quieres y que te vas a marchar a vivir la vida, eso le dolerá menos.
-No es que no quiera volver a estar con ella. La amo con todo mi corazón, pero quiero que sea feliz con alguien que no la meta en problemas. Si ese chico es el indicado, adelante.
Seguí hablando con Gemma, durante un rato que me pareció lo suficientemente corto. Acordamos hablar de Valerie con esto un día que no estuviese con ese chico, cuando ya se hubiese enamorado más de él. Para que así me hubiese olvidado un poco más, así podría rehacer su vida mejor. Aparentemente, había decidido pasar aquella noche con el chico. Sentí como se me partía el corazón en pedazos.
-Bueno, me marcho -Me levanté del sofá-. He de volver a casa.
-¿A casa?
-Sí, como Niall me ha ayudado en todo, me quedo en su apartamento provisionalmente.
-De acuerdo, te acompaño a la puerta. ¿Nos vemos durante esta semana?
-Mañana es el juicio, ¿no? Si quieres al día siguiente...
-Me parece genial, si...
La puerta se abrió. Los ojos de Valerie se posaron en los míos, su cara de sorpresa empalideció. Esbocé una pequeña sonrisa al verla.
-Mierda -Espetó Gemma dando una palmada derrotista.
Hasta aquí por hoy. Cuento que en un par de capítulos, la historia ya llegará a su fin. ¡Nos vemos el próximo domingo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top